Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Palabras que hieren por aiakafuri

[Reviews - 47]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Siento la demora, espero les guste

 

 

Trataba de zafarse del agarre que mantenía Aomine Daiki —Basta.

 

—No. Vamos hablar— Se dirigió al despacho de los Akashi, al llegar abrió la puerta y empujó a Taiga a través del umbral. Cerro  y colocó seguro a la puerta, y se quedó parado frente a ella para no dejar salir al tigre.

 

—¡Déjame salir!— gruño enfadado. Estaba nervioso, la zona que había tocado Aomine  le habían causado recuerdos de las caricias que se dieron en esos 5 meses de relación.

 

—No—  se cruzó de brazos.

 

En señal de frustración, revolvió su cabello —Joder. Déjame salir por las buenas— dijo amenazante.

 

—Golpéame. Me lo merezco— bajo los brazos y miró fijamente los enfurecidos ojos rojos —Tenemos que hablar.

 

—¿Y de qué quieres hablar? ¿De cómo me usaste para tener sexo porque era varón? ¿De que soy un puto que le  abría las piernas a cualquiera? Y ni se diga de mi bebé y el que intentaste golpearme— gritó furioso.

 

Daiki bajo la mirada al piso. Recordaba a la perfección ese día. El día del que se arrepentía —Lo siento…

 

—¡¿Y de qué me sirve un lo siento?!— exclamó con ironía.  Se dirigió a la puerta dispuesto a salir, sujetó el pomo de la puerta y lo giró… Su cintura fue sujetada de manera firme. Su corazón latió rápidamente por la cercanía.

 

—No sabes lo arrepentido que estoy— lágrimas comenzaron a surcar sus mejillas —Ese día no estaba pensando en lo que decía. No me interrumpas— dijo al notar el cambio, sabía que Taiga iba a responder —Tenía miedo y estaba confundido. Siempre dijiste que eras un varón y cuando me diste la noticia, me costó trabajo aceptarlo, por eso mismo... Las cosas se me fueron de control y te herí. Lo que dije, no sabes lo arrepentido que estaba. Durante esa semana intenté llamarte, pero cada vez que lo iba hacer, no sabía cómo disculparme. Cuando te busqué, ya te habías marchado. Los chicos no me quisieron decir a donde fuiste. Contrate a cientos de investigadores y ninguno tenía noticias de ti. Conforme pasaban los días solo quería estar a tú lado, viendo crecer tú vientre, sentir sus patadas...  Soñé cientos de veces cargando  a un pequeño bebé de ojos rojo idéntico a ti— aplicó más fuerza en el agarre — Lo de Satsuki.... Lo que escuchaste... A Satsuki la corrieron sus padres al saber que estaba embarazada, se fue a vivir con Kōsuke  pero a los seis meses Kōsuke se arrepintió de dejarla embarazada. Ella llegó a casa y me dijo todo; a la semana le dije que nos casaríamos y, así, la bebé no tendría que sufrir por la ausencia de un padre. Obviamente Satsuki se negó y aun así  le dije Akashi que me casaría con ella y estaba embarazada. Ese fue lo que escuchaste, y otra vez te había lastimado…  Cuando regrese a la casa, Satsuki y Kōsuke ya se habían reconciliado. Satsuki intento miles de veces explicarte la verdad  pero nunca le dejaste explicarte. La pobre estuvo sintiéndose tan  culpable que el estrés hizo que el parto se le adelantara. Sakura nació prematura y estuvo en la incubadora... Taiga, aún seguía buscándoles.... Taiga, te amo. Siempre me había involucrado con gente  en el plano sexual, pero contigo fue diferente. De ti me enamoré, sabía que eras varón y eso no me importó. Por ello, cuando dijiste que estabas enamorado de mí, estaba muy feliz y no dude en pedirte que fueras mi novio. Te amo, Taiga. Por favor, no dudes de que te amo.

 

Lágrimas surcaban sus mejillas. Sentía una gran opresión en el pecho. También podía sentir parte de su nuca y hombro húmedos, Daiki estaba lloraron.

Sus palabras resonaban una y otra vez en su mente, estaba confundido. No sabía qué hacer. A pesar de todo, seguía amando a Daiki.  —N-Noo se queee creer— logró decir con la voz estrangulada.

 

Le rompió el corazón escucharlo así. El dolor que le causó nunca se lo perdonaría —Déjame demostrarte que te amo. A ti y mi hijo, Taiga— pidió abrazándolo aún más fuerte.

 

—...— las palabras se quedaron en su boca. Estaba inseguro de todo. No quería sufrir más.

 

Al ver que Taiga no respondía, lo giró y quedó viendo esos hermosos ojos rojos —No llores— le limpio las lágrimas con sus pulgares —Nunca quise hacerte llorar. El dolor que te he causado jamás me lo perdonaré.

 

La zona que Daiki había tocado hormigueo y se tornó caliente por el contacto. Miró esos ojos azules que tanto amaba —Tengo miedo— susurró mientras sollozaba.

 

—Lo sé. Es mi culpa— Enterró su rostro en el cuello de Taiga y percibió un aroma —Cereza— murmuró. Taiga siempre había olido a limón.

 

—A Taisei le gusta— susurró sonrojado al sentir la respiración de Daiki en su cuello.

 

—Taiigaaa— gruño y comenzó a besarle el cuello.

 

—mnnhhh... Esperaaa— trató de separarse.

 

Comenzó a esparcir  besos a lo largo del cuello. Sentía que Taiga se reusaba, y no quería presionarlo, pero quería poseer esos labios  y no se quedaría con las ganas. Lentamente fue besando del cuello a la boca. Atrapó los labios de forma delicada y le dio pequeños besos en ellos —Te amo, Taiga.

 

Por la vergüenza, ocultó su rostro en el pecho de Daiki. —Has crecido— murmuró haciendo referencia a la altura. Daiki le superaba por una cabeza.

 

—Tú estás más sexy— dijo deslizando sus manos en la  cintura del pelirrojo.

 

—Basta— se separó y se alejó unos pasos.

 

Daiki observó el semblante confundido —Taisei.... ¿Taisei sabe de mí?— era mejor cambiar de tema y no precionarlo.

 

Se tensó, camino hacia la ventana y miró a través de ella —Taisei nunca se había enfermado. Hace una semana se enfermó. Tuvo una fiebre muy alta y lo lleve al hospital.  Allí escuchó que soy un docel. Le dije que sí lo soy, y lo que significa. Por lo que sabe que tiene otro papá. Sólo sabe que nos dejaste— explicó sin apartar la mirada del jardín.

 

Sintió un fuerte dolor  —¿Creé que los abandoné?

 

—¿Qué querías que le dijera? Sabes Taisei, tienes otro papá. Se llama Daiki y dijo que no es tu padre...  Ahhh si y también quiso golpearme, aun sabiendo que estaba embarazado ¡Obviamente no le iba a decir eso! Ni tú nombre sabe. Sólo sabe que tiene tú mismo color de ojos— explicó volteándolo a mirar.

 

—¿Nunca te había hecho preguntas sobre mí?

 

—No. Ya te dije, para él soy su padre y madre— dijo sentándose en la silla del escritorio.

 

Se rascó su cabeza en señal de frustración —¿Qué voy hacer? ¿Qué le digo?

 

—No lo sé. Supongo que ganar su cariño— dijo encogiéndose de hombros.

 

—Bien— se sentó al otro lado. —Dímelo todo ¿Cómo nació? ¿Cuándo? ¿Cuánto peso?

 

Taiga sonrió al recordar —Ese día me sentía muy inquietó. Inclusive Mino-san se la pasaba regañando. En fin, prepare la cena, la  serví y fue cuando los dolores comenzaron. Mino y Smith se encargaron de llamar a la ambulancia. Cuando llegamos al hospital mamá llegó y entró conmigo. Media hora después, el llanto de Taisei se escuchó por toda la sala— comenzó a llorar, pero seguía sonriendo —Fue hermoso. Cuando lo tuve entre mis brazos, lo primero que hizo fue mostrarme sus hermosos ojos azules. Son idénticos a los tuyos, Da... Aomine. Sus sonrisas también.

 

Su corazón se estrujó al ver reír y llorar de amor  a Taiga. Pero también le había dolido que lo llamase Aomine. Limpió sus lágrimas —Me hubiese gustado verlo— dijo en  murmuro inaudible para Taiga. Ó eso creyó —Quiero saberlo todo y conocerlo. Quiero estar al lado de ambos.

 

—Dame tiempo para hablar con Tai. No sé como lo tome— dijo evitando la mirada del peliazul.

 

—Entiendo. Y.... ¿Nosotros?— preguntó inseguro —¿Estas... Con alguien?

 

Miró al pelo azul —No sé si habrá un nosotros— al ver que lo iba a interrumpir, levantó la mano para callarlo —Todo lo de ese día no se me olvida. Las palabras hieren, y fue muy profundo  las palabras qué usaste... jamás podré olvidarlo. No por mí, sino por Taisei. Jamás se me olvidará que lo negasteis como hijo— dijo rápidamente —Y no hay nadie en mi vida. Lo intenté, pero hasta ahora no ha funcionado— agregó. Aquello era mentira, nunca había intentado salir con alguien, su corazón y amor le pertenecía a Aomine Daiki.

 

No sabía que era peor, sino había un nosotros o el que intentará salir con alguien más —Sé que nunca las olvidarás porqué yo tampoco lo haré. Nunca amaré a otra persona. En estos años no salí con nadie. No había lugar en vida para otro que no fueras  tú y mi hijo— dijo serio —Déjame enamorarte y aún que no quieras, lo haré— dijo lleno de confianza.

 

Involuntariamente se sonrojó y asintió. Su corazón latió de forma desenfrenada, esa sonrisa arrogante era de la que se enamoró.

 

Sonrió al ver que aún tenía efectos en su pelirrojo —Háblale a Taisei de mí —buscó entre su carrera y le entregó una tarjeta a Taiga —Cuando ambos estén listos, comunicarte conmigo.  Te pediría el tuyo, pero no quiero hostigarte ¿Hasta cuándo estarán en Japón?

 

Leyó la tarjeta "Comandante Aomine Daiki" —Tus sueños se están cumpliendo— pensó.  —Es indefinido. Estoy aquí por trabajo, y no sé hasta cuando tenga que regresar a casa.

 

Asintió —¿Donde estuvieron todo este tiempo?

 

—Estados unidos— respondió sin especificar.

 

—Debí suponerlo— dijo golpeándose la cabeza mentalmente —hmm ¿En dónde vas a trabajar?...

 

Taiga observó a Daiki, debía admitir que se había vuelto aún más sexy. Su cuerpo se veía muy bien cuidado, y pensó que fue por el trabajo de campo. Sus facciones se habían vuelto más masculinas. Su cabello era unos centímetros más largos, pero conservaba el mismo corte. Vestía un traje negro, una camisa manga larga en tono azul, mismo que el color de sus ojos, y una corbata negra. Sintió como sus mejillas se tiñeron de rojo al fijar su vista en los labios —cof... En un restaurante— respondió desviando la mirada.

 

Se sintió frustrado. Taiga no le diría donde, pero pronto lo averiguaría —Ya veo...

 

El ambiente se había vuelto incómodo para ambos. No porque estuviesen molestos, sino por estaban tan cerca y a la vez tan lejos, y eso era una tortura.

 

Tener a la persona que amas y no has visto en 5 años era algo inquietante.

 

Se aclaró la garganta y se levantó —Será mejor que regrese con Tai— dijo dirigiéndose a la puerta, pero su brazo fue jalado bruscamente. Una mano acarició su mejilla y sus labios fueron capturados. Lo último que vio fue unos ojos azules cerrándose, antes de que los suyos se cerraran... Se entregó por completó en ese beso.  La calidez, la escasa humedad aumentando mientras el beso  se hacía cada vez más demandante —Nghh— gimoteo al sentir esa cálida lengua en su boca —Dai...ahhhh— llevó sus manos al cabello azul y lo jaló hacia él profundizando el beso.

 

Se sentía en el mismo cielo. Taiga, su Taiga le estaba respondiendo al beso. Lo había extrañado tanto. Sus besos, sus caricias y su olor, aunque ahora era a cereza. Comenzó a deslizar su mano a través de la espalda del pelirrojo, hasta llegar a sus caderas y glúteos.

 

Sintió como sus glúteos fueron apretados —aghhh— gimió en la boca del  moreno. Éste aprovechó para volver a invadir su cavidad. Volvió a gemir y está vez sintió como el miembro erecto de Daiki le pinchaba la pelvis —daaiikkiii.

 

Estaban tan entretenidos que no se percataron de que la puerta estaba siendo abierta y les golpeó a ambos, separándolos.

 

—Oh lo ... Taiga-kun— dijo un pelinegro.

 

—Masaomi-san— murmuró con sus mejillas sonrojadas.

 

Akashi Masaomi observó a ambos y sonrió —Sí Taisuke se da cuenta, te enviar de regreso a América— dijo con una sonrisa pícara.

 

Palideció al escuchar a su padre —Yo...—trató de decir.

 

—No te preocupes. Además, Taisuke sabe todo... ¿Por qué crees que te mando de regreso a Japón?— dijo sonriendo.

 

—¿Qué sabe?— preguntó.

 

—Al menos la mitad. Qué Daiki te ha estado buscando por años. Qué nunca se casó con Satsuki, y que no ha estado con otra persona en 5 años— comentó sonreído.

 

—¿Cómo lo...— dijeron al unísono.

 

—Se lo informamos hace un año. Cuando nos encontramos en Francia.  Taisuke y Akane-san no lo podían creer. Unos días después me hablaron para que los ayudará con el restaurante— dijo sonriendo.

 

—Todo este tiempo lo supieron... ¿Por qué no decirme?— preguntó.

 

—Será mejor que hables con ellos. Ahora si me permiten, tengo unas llamadas que hacer— dijo despidiéndolos del despacho.

 

Ambos salieron a pasos calmados. Taiga se apoyó en el pared —Ellos...— pensó recordando algunas cosas que su madre le había dicho y ahora comprendía la razón.

 

Miro la cara pensativa del pelirrojo. Le llamó una y otra vez, y nada.  No respondía. Se aproximó y mordió el labio inferior.

 

—ouchh— ¿Qué haces?— preguntó enojado. Tocó sus labios y sintió la humedad, miró sus dedos —¡Qué demonios!

 

—Te estaban llamando y no me hiciste caso— respondió.

 

—Pero no tenías que morderme— dijo limpiándose la sangré con el pañuelo que traía en el pantalón.

 

—Cierto... Pero quería hacer lo— respondió sonriendo.

 

—Imbécil— dijo enojado  y se marchó.

 

Daiki lo seguía a pasos lentos, no apartaba la mirada de cierta parte de su Taiga.

 

 —¡Deja de mirarme!— exclamó al percatarse de que le veía el trasero.

 

—No puedo evitarlo. Tú trasero siempre me ha gustado— dijo sonriendo de forma arrogante.

 

Las orejas y mejillas de Taiga adquirieron un fuerte color rojo; sintiéndose muy avergonzado, aumento la velocidad de sus pasos y salió al jardín, donde los invitados festejaban la boda. Por supuesto, algunos que habían visto que el sexy peliazul, jalaba al sensual pelirrojo volteaban a verlos. Algunos sonriendo al notar el color de las mejillas en el pelirrojo y la mordida en el labio.

 

—Papiiii~— dijo Taisei al verlo y corrió a alcanzarlo.

 

—Tai ¿Cómo te portasteis?— preguntó cargándolo y continuó a su destino en la mesa que estaba Tatsuya.

 

—Bien— dijo sonriendo.

 

—Taisei no obedeció a nadie— dijo Tatsuya —Ya te quería ver.... Veo que te divertisteis— dijo molesto.

 

Taiga se sonrojó a un más,  —¿Por qué nunca me dijeron?— preguntó a los que estaban en mesa.

 

—Cuando lo intentábamos nos colgabas y pasaban semanas para que nos respondiera nuevamente— explico Tetsuya detrás de ellos.

 

—Waaa ¿Cuantas veces tengo que decirte qué no aparezca así?— gritó Taiga.

 

—Sólo fue una pequeña venganza..— dijo de forma inexpresiva, pero Taiga vio la diversión en sus ojos.

 

—Esto me recuerda en los tiempos de seirin— dijo sentado correctamente a Taisei.

 

—Sí. ¿Cómo olvidarlo si estabas pérdida mente enamorado de Aomine-kun? — dijo sonriendo —Aún que.... Por ese labio, es fácil ver que aún lo estás— dijo Tetsuya.

 

—Kuro...— fue interrumpido.

 

—¿El señor que me subió al juego? El de los ojos azules— preguntó. Aún recordaba el color de ojos de ese hombre.

 

—Sí... Por eso tus ojos son igual a los de él. Porqué Mine-chin es tu papá—dijo sin querer Atsushi, se quedó callado al notar las miradas de todos.

 

El llanto resonó por toda la fiesta. El pequeño Taisei lloraba sin parar —Tai— dijo Taiga tratando de calmarlo.

 

—N-Noo lo quero— dijo entre el llanto y se abrazó a Taiga.

 

Los chicos miraron al moreno. Desde que salieron se mantuvo a raya, pero en ese instante estaba llorando. Su hijo no lo quería.

Notas finales:

Gracias por leer

espero les haya gustado. creó que es capítulo más largo que he 'escrito'. 

 

¿Qué piensan que haga Taisei y Daiki?

 

Besos


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).