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Palabras que hieren por aiakafuri

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Notas del capitulo:

Hola mina

Siento la demora. espero les guste. Recuerden que esté fic es de pocos capítulos

 

 

—Taisei— dijo tratando de calmar a su hijo. No paraba de llorar. No entendida, en sí, porque lloraba. Bueno... Tal vez era porque ya  había conocido a su otro padre.

Los chicos miraban caminar, de un lado al otro,  a un Taiga desesperado tratando de tranquilizar al pequeño. Atsushi ni comía sus dulces, pues se sentía culpable de las lágrimas del pequeño. Y Daiki estaba destrozado, su hijo no lo quería.

—Tai... Por favor, deja de llorar— pidió con impotencia. Tai solo se acurrucó más en pecho, pero esta vez sentía sus lágrimas caer en su hombro —Sé que estas asustado por lo de Aomine... Pero, él..

 —Nos abandonó. Tiene otro hijo— interrumpió a su padre, y se aferró más a él. 

Se sorprendió. Se supone que su hijo no  debía saber eso —¿Cómo lo sabes?— preguntó después de varios minutos. Taisei  yano le respondió pero sintió como sus brazos habían perdido fuerza, indicándole que se había quedado dormido. Se limpió las lágrimas  y regreso a la mesa — Me voy a casa.

 Todos asintieron y Seijūrō se aproximó a su amigo —Nemugasa los llevará.

 —Gracias— tomó su saco y el de Taisei.

 —Te entregara los documentos para la escuela de Taisei. Son las mejores opciones para él— dijo revolviéndole el cabello a Taisei.

 —Gracias, Seijūrō— respondió sonriendo. Se despidió de todos y se digirió hacia la salida, pero recordó algo. Buscó a Daiki y se aproximó a él —No sé como sabe que te casaste. Supongo que me escuchó hablar con mamá el día que estuvo en el hospital. Trataré de hablar con él y explicarle. Dame tiempo— dijo limpiándole las lágrimas de una mejilla. 

Cerró sus ojos por el contacto cálido —Esperaré— dijo con la voz entrecortada.

Asintió y le soltó la mejilla. Dio la vuelta y fue hacia el estacionamiento donde lo esperaba Nemugasa. Abordó la limusina y tras un par de minutos llegaron al edificio —Gracias por traernos. 

—De nada— dijo cerrando la puerta —Seijūrō—sama me pidió que le entregara esto— agregó entregándole un maletín delgado.

 —Gracias— descendió del auto y entró al edificio. Abordó el elevador y tecleo el código de su departamento.

 Al entrar dejó el maletín sobre uno de los sillones y se dirigio a su habitación. Desvistió a Taisei y lo cubrió. Limpió el rastro de lágrimas de las mejillas de su hijo —¿Qué va a suceder?—  se dirigió al guardarropa y vio un conjunto de su talla —Seijūrō da miedo— murmuró al ver que eran sus tallas. Tomó la ropa y se metió al baño.  Se desvistió y miró en el espejo.

Desde el nacimiento de Taisei, su cintura se había vuelto leve mente estrecha y su cadera expendido unos centímetros a pesar de seguir haciendo ejercicio y tener su cuerpo marcado. Sin duda  no tenía ni un gramo de doncel. Hizo una mueca y negó. Se dirigió a la bañera, abrió la llave y vertió sales aromáticas. Una vez llena, cerró la llave  y se  introdujo lentamente. Relajó sus músculos y cerro sus ojos. El agua estaba a una temperatura perfecta. 

 —Taiga.

Abrió los ojos y no había nadie. Llevó su mano hacia su boca y con las yemas de sus dedos, tocó sus labios. Sentía el calor y la presión ejercida por el peliazul —Daiki— susurró con sus mejillas sonrojadas.

Había respondido al beso.
Le había respondido al beso del hombre que desprecio a su bebé.
Le había respondido al beso del hombre que aun amaba.

Estaba confundido. Su corazón le pedía a gritos dejarse amar por el hombre que ama,  pero también alejarse de él —Oh Dios  ¿Qué hago?—  preguntó antes de sumergirse por completo bajo el agua.

 

——————— Después de que Taiga se marchara —————

 

Observó cómo Taiga se marchaba con Taisei. Quería salir corriendo detrás de él, pero sabía que lo podría en una situación difícil. Logró apreciar las lágrimas de su hijo. Taisei no lo quería.

—Dales tiempo, Daiki. En especial a Taisei. Creció con Taiga siendo lo todo para él, su padre y su madre. Hasta esta semana supo que tenía otro padre y ahora te conoció. Dale tiempo....Aunque… — dudó.

—¿Aunque?— preguntó mirando fijamente a su amigo.

 —Taisei no te hará nada fácil el acercarte a ellos. Ya viste  lo que le hizo a Ryōta por abrazar a Taiga— dijo sonriendo.

 —La rubia estúpida se lo merecía— dijo sonriendo al recordarlo.

 —Moo que malo Aominecchi— dijo con un puchero.

Los chicos rieron por el gesto de Ryōta. Pero también observaban que Daiki había vuelto a recobrar ese brillo especial que siempre había tenido con Taiga.

—Akashi, Tetsu, Felicidades. Nos vemos luego— dijo y se marchó. Fue en búsqueda de su auto y salió rumbo a la cancha que solían jugar de jóvenes. Aquella a la que iba  cada vez que podía para recordar todos las risas y momentos felices que había vivido con Taiga.

Al estacionarse se quitó el saco, la corbata y los zapatos. Tomó los zapatos deportivos que siempre traía consigo, se los colocó y tomó el balón de básquetbol. Comenzó a rebotar la pelota. Cerró los ojos y recordó los uno a uno con  Taiga. Aún recordaba cómo se fue enamorando de él.

 ——————————

Después de haber perdido contra Tetsu y Kagami, en vez de deprimirse comenzó a entrenar con sus compañeros. Algo que extrañó a los demás, pero no le decían nada.

Unos días después de que finalizo la Winter Cup se reunió con los de la Kiseki. Aceptó creyendo que se podía enfrentar con Bakagami, pero su desilusión fue grande al ver que nada más eran ellos. Quería preguntarle a Tetsu pero se sentía extraño preguntar por el pelirrojo. Además, preguntar no fue necesario. Al finalizar, Tetsu les informó sobre su fiesta de cumpleaños, en la casa de Kagami y eso le molesto. Aun así asistió para saber dónde vivía el pelirrojo. Al llegar, se molestó al ver a ese chico del lunar muy pegado a Kagami, y  el hecho de que le molestará, le molesto aún más. Así que se la paso molestándolo durante la fiesta.

Después de aquel día, los encuentros fueron más frecuentes. Pero también estaba confundió e inclusive llegó a excitarse al ver a Kagami. Aquello le aterró, ambos eran hombres, así que comenzó a poner distancia y buscar a cuán mujer o docel le abría las piernas. Pues era lo único que lo distraía, pero conformé pasaban los años, cada vez más se le hacía imposible ocultarlo. Estaba pérfidamente enamora de Kagami Taiga, y sólo dos personas lo  sabían, Akashi y Satsuki. Quienes a cada rato le decían que se declarara, y él no lo hacía por miedo al rechazó.

Pero un buen día, vio a esa chica confesándole sus sentimientos a su Kagami, y éste la rechazó porque lo amaba a él.... Kagami Taiga estaba enamorado de él, Aomine Daiki. Así que sin más dudas besó a Taiga y se hicieron novios. Sin duda fue el día más feliz de su corta vida.

Su noviazgo, al ser el primero, se sentía muy nervioso y sin saber qué hacer exactamente. Satsuki y Tetsuya fueron sus consejeros. Primer consejo: "No lo presiones para el sexo. Todo con calma y a su tiempo". Y sí, nunca lo presionó, supo por Himuro que Taiga nunca había tenido pareja, así que todos fué con calma.

Su primer encuentro sexual, fue de lo mejor. Había tenido muchas relaciones desde los 14… pero nunca, nunca se había sentido tan pleno y satisfecho, no simplemente fue un revolcón,  fue amor. Entregar todo el amor, lujuria y deseo que sentía por Taiga. Después de aquél día, su vida sexual con su novio se fue tornando frecuente y pasional. No había día que no quisiera tenerlo entre sus brazos. 

Las semanas pasaron y Taiga se graduaría.

Esa semana había sido pesada por un caso de asesinato. Una mujer había asesinado a un doncel, porqué éste era amante del esposo y estaba embarazado. Ella no podía tener hijos, y asesino al doncel al saber que esperaba un bebé. Cuando lograron atraparla, lo primero que dijo fue: "Se merecía eso por abrirle las piernas a mi esposo". Internamente rió al escucharla. Pues si su esposo la amara, nunca se hubiese acostado con el doncel. Por supuesto, la mujer dio pelea y término golpeándolo a él, en el abdomen, y eso lo cabreo.  Estaba muy enojado. 

Durante todo el camino para ver a Taiga y celebrar su graduación trató de calmarse. Y funcionó al ver a Taiga sentado en aquel árbol. Le besó como si fuese la última vez y notó sus lágrimas.

Todo paso tan rápido, cuando reaccionó, Taiga ya se había marchado. La cara de dolor, y protección al vientre le dijo que no era una broma de Taiga. Pero no sabía qué hacer. Dijo tantas cosas,  hirió a la persona que ama y no sabía cómo disculparse.

 —¡Joder!— golpeó el césped. La mirada de dolor de Taiga no la olvidaría. Estuvo a punto de golpearlo. ¿y si es verdad? ¿y si está esperando un bebé? Miles de preguntas se remolinaron en su mente. 

Cada vez que intentaba llamar o escribir un mensaje para Taiga se arrepentía. No sabía que escribir o que decirle, tenía miedo de no ser perdonado, y también tenía dudas, Satsuki no sabía nada. Recordó que Taiga le dijo que fue al doctor y sólo existía una persona que podía ayudarlo: Midorima Shintarō.

Era sábado por la tarde, al salir de su turno se dirigió al hospital Midorima. Preguntó por su amigo y lo mandaron a su consultorio. Allí esperó durante una hora hasta que lo vio llegar con Takao Kazunari, éste último lo miro mal e ignoro, pasando de largo. 

—¿Qué haces aquí?— cuestionó  cruzándose de brazos.

 Frunció el ceño al percibir el lenguaje hostil —Necesitó hablar contigo.

 —Pasa....— dijo abriendo la puerta —¿Ybien?— preguntó una vez su tomaron asiento.

 —Taiga...— dijo mirando a su amigo.

 Soltó un largo suspiro y abrió el cajón —Supuse que vendrías. Ni una palabra de esto, por ética no debería estar haciéndolo— le pasó  una copia del registro de nacimiento de Taiga. Previamente había tachado el nombre de la familia de Taiga y sus abuelos, así como otros datos del nacimiento. 

Leyó atentamente, y notó la tinta negra. Ignorando eso, y  enfocó su mirada a la sección de sexo: Varón. —Aquí...

—Sí, dice varón. Pero cuando ingresó le hicimos varios estudios,  tres de ellos confirmaron que es doncel y está en etapa de gestación— le enseñó los estudios —El ultrasonido lo confirmó— dijo dándole una copia. Daiki tomó el ultrasonido y lo vio señalado —Tiene 8 semanas— agregó Shintarō viendo como lágrimas comenzaban a surcar las mejillas del moreno.

 —Yo...— trató de decir, pero las lágrimas no lo dejaron.

 —Hay que ser un imbécil para no saber de quién es ese bebé.  Más sabiendo que Taiga nunca había tenido novio o novia— dijo enojado.

 —Tengo que buscarlo..  él— dijo levantándose y camino hacia la salida.

 —No lo encontraras— Daiki volteó —Kagami se marchó. Estuvo durante una semana esperando, pegado al teléfono sin dormir y comer a que lo llamaras o dieras un indicio de quererlos. Eso no sucedió y se marchó. No sin antes dejar a la venta su departamento y tirar su teléfono— dijo acomodándose los lentes.

 —¡Es mentira!— dijo apretando sus puños.

 —No lo es— le aventó su celular. 

Daiki tomó el teléfono y vio una fotografía, era  Taiga en el aeropuerto. Estaba pálido y con ojeras muy visibles en sus ojos. También se podía apreciar un pasaporte —No se pudo ir. Él no lo haría… 

—Lo hizo. Se fue después de que le dijera que era un cualquiera y que ese bebé no era tuyo e intentaras golpearlo— vio que Daiki pensaba en algo —Te diré esto. Nadie te dirá a donde fue. Aún que preguntes nadie te dirá.

Daiki le aventó el teléfono y fue a buscar a Akashi, pero este no lo recibió. Kuroko menos, y ni se diga de Himuro y Murasakibara.  Buscó por lugares que Taiga solía frecuentar y nada. No había señal de su Taiga y su hijo.

Por días estuvo intentado investigar a través de la policía y nada. Akashi Seijūrō había cortado todos los medios para encontrarlo. Sólo le faltaba esperar, pero aun así no desistió y siguió contratando investigadores.

 

—————Un año después ——————

Aún seguía buscado a Taiga.  Tenía 6 meses de que su bebé ya había nacido. Tetsuya se había apiadado de él y le había informado que el parto se adelantó, que el bebé había nacido y que ambos estaban en perfecta salud. Pero no le dijo el sexo de su bebé o donde estaban. Los odiaba y lo odiaban, pero los comprendía. Esas horribles cosas que le dijo a Taiga jamás se las perdonaría.  

En ese momento se dirigía a ese lugar. Sabía que Seijūrō lo asesinaría, pero después de escucharlo de seguro lo perdonaba. Entró al edificio de Akashi Corp y se dirigió a la oficina de Seijūrō. Ni se molestó en preguntar por él a la secretaria, simplemente entró a la oficina.

 —Hey... No puede pasar— dijo intentándolo detener.

—Akashi—  dijo al verlo en su escritorio.

Seijūrō  asintió —Daiki... ¿Por qué interrumpes?— preguntó.

—Yo... Vine a invitarte a mi boda—  dijo directamente. 

—¿Qué?— gritó Seijūrō levantándose de su asiento.

—Satsuki está embarazada. Me casaré con ella— explicó rascándose la nuca.

De pronto un llanto desgarrador se escuchó en la oficina. Él reconocería ese llanto donde fuera.

 —Taiga...— dijo Seijūrō regresando la atención a su pantalla.

—A-adiós— escuchó Daiki la voz estrangulada de Taiga. Corrió a la pantalla y no había nada. Intento leer  el correo pero la pantalla se apagó —¿Qué haces?

 —Ahora menos que nunca te dejaré acercarte a Taiga. Suficiente tuvo con que lo dejarás, para que ahora te cases con su “mejor amiga”— dijo enojado —No puedo creer lo que hicieron. Embarazaste a Satsuki.

—¡Dímelo! ¿Dónde está Taiga?— dijo tomándolo de la solapa del traje sastre.

 —Con esto, menos te lo diré. Ahora vete, cuida de tú mujer y tú hijo— respondió molestó.

 —¡No es mi hijo! Taiga tiene que saberlo— exclamó alterado. No podía dejar que las cosas empeoraran entre ellos.

 —Espera... ¿No es tu hijo?— preguntó incrédulo.

 —Claro que no. Satsuki es una hermana para mí. Kōsuke no se quiere hacer cargo del bebé y sus padres la corrieron... Yo no puedo dejarla sola— dijo soltando al pelirrojo.

 ————————— Flashback ————————

Había salido de su turno y llegó al departamento en el que vivía desde hace 3 años. Al llegar vio a Satsuki sentada en el piso y  llorando — Satsuki ¿Qué tienes? ¿Qué pasa?

 —Dai-chan— dijo levantándose y abrazándolo.

 —Satsuki—  Nunca la había visto así. Abrió la puerta e hizo que entrara.

 Una vez que se calmó, habló —Dai-chan... No te había dicho, quería decírtelo pero no... — volvió a sollozar.

 —¿Decirme que?— preguntó bastante preocupado.  

—Tengo 7 meses de embarazo — se alzó la blusa amplia y mostró su pequeño vientre.

 La verdad es que ellos pocas veces se veían, se llamaban o mandaban mensajes, por lo que Daiki no había notado el vientre.

—Dios ¿Por qué no me dijiste?— preguntó y comenzó a caminar de un lado al otro.

 —No quería entretenerte con tú trabajo y traerte más problemas— limpió sus lágrimas — Hace 6 meses mis papás descubrieron la prueba de embarazó y me echaron de la casa sin nada. Ni una ropa, dinero o teléfono, por eso cambie de teléfono. Busqué a Kōsuke-kun y le dije todo. Él estaba feliz, comenzamos a vivir juntos por eso. Pero... Hoy me dijo que no soporta la situación, que no debí quedar embarazada— volvió a sollozar.

 —Ese maldito— dijo apretando sus puños. Lo mataría. 

—Por eso vine. No supe a quien más recurrir— dijo tratando de detener sus lágrimas. 

—Calma, le hará daño al bebé— dijo abrazándola —Quédate aquí. Nos las arreglaremos. 

Después de eso paso una semana, y de Kōsuke no había ni rastros. Recordó lo que le hizo a Taiga y tomó una decisión. Por su hermana  y su sobrina lo haría.

 —Satsuki...— la pelo rosa lo miró —Nos casaremos.  Démosle una familia a la nena—  dijo muy serio.  

—No, Dai-chan. Tienes que reconquistar a Tai-chan— dijo enfada por la tontería que estaba diciendo su mejor amigo.

—Lo sé. Pero Taiga comprenderá porqué lo hice— dijo decidido.

 —No.  Definitivamente no.

 —Nos casaremos— dijo determinado dándose la vuelta, jejando atrás a Satsuki gritándole,  y se dirigió a Akashi Corp.

 

—————————  fin Flashback —————

 

 

—En definitiva eres un Ahomine— dijo dejándose caer en la silla.

 —Cállate— dijo enfadado.

 —¿Realmente pensaste en Satsuki? No te pusiste a pensar en lo mal que ella lo tomaría. Más que Taiga es su mejor amigo. Y ahora éste lo sabe— dijo soltando un largo suspiro.

—Pero si le dices a Taiga— trató de decir, pero el pelirrojo lo interrumpió.

—Te voy a ser sincero. Taiga no quiere ni escuchar tu nombre. Si te llegamos a mencionar,  cuelga y deja de llamar o contestar por días, incluso semanas— dijo serió.

—Yo le puedo explicar sí— trató de decir.

—Lo prometí y no puedo fallarle a Taiga. Todo lo que te puedo decir es que esta "bien". Ambos lo están— dijo mirando al pelirrojo. 

—¿Fue niño o niña?— suplicó al pelirrojo.

 —No me corresponde decirte— dijo muy serio.

 Daiki supo que no podía sacar información y se marchó.

 Entro a su departamento y encontró a Satsuki siendo besada por Kōsuke —Maldito ¡Suéltala!— dijo jalándolo de la playera y golpeándolo en el rostro.

—No, Dai-chan— dijo corriendo al lado del rubio.

 —¿Por qué lo defiendes? No vez lo que te hizo este maldito— dijo furioso.

 —Hice lo mismo que tú, pero al menos vine a pedir perdón y arreglar las cosas. Amo a Satsuki y mi bebé, no quiero estar sin ellas— dijo limpiándose la sangre.

Daiki se congeló y Satsuki lo notó.  Sabía que esas palabras habían lastimado seriamente a su hermano. Se sentía culpable de no haberle dicho sobre Taiga, y lo peor fue cuando perdió su teléfono. Allí estaba el número de Taiga y ella no lo recordaba. Cuando se lo pidió a Seijūrō, éste le dijo que lo mejor y que no se lo daría por si Daiki revisaba su teléfono. —Kōsuke-kun no digas eso.

 —¿Lo perdonaste?— preguntó tratando de ignorar esa opresión en el pecho.

 —Yo... Sí. Lo amo y es padre de mi bebé. No quiero estar sin él— dijo apenada.

 —¿Estas segura?— preguntó ayudándola a levantarse.

 —Sí, Dai-chan. Además tienes que reconquistar a Tai-chan— dijo abrazándolo.

 —Sobre eso.. — comenzó a decir.

 —¿Qué?— se apartó para verlo.

 —Yo... fui a decirle a Akashi que estas embarazada y que nos íbamos a casar.

 —¿Qué?— gritó Kōsuke.

 —Luego te explicó. Sigue...— dijo preocupada. Tenía un mal presentimiento.

 —Taiga escucho todo. Taiga creé que me caso contigo porqué estamos esperando un hijo— dijo llorando.

 —Dai-chan— dijo llorando— Eres un imbécil. ¡Dios! Taiga me va a odiar. Kōsuke. Vamos a Akashi Corp— dijo saliendo del departamento. 

Daiki sólo se dejó caer por la pared y, se golpeó una y otra vez la cabeza. Acaba de cometer la peor estupidez.

 

 

—Hey no pueden pasar sin..— trató de decir.

 —Sabía que vendrías— dijo Seijūrō al verlos —Supongo que se reconciliaron.

—Sí. Ahora dame esa computadora o te mató Akashi— dijo muy sería.

 Seijūrō se estremeció por la mirada y se apartó. De hecho él estaba en la aplicación de videoconferencia.

Satsuki se acercó y comenzó llamar a Taiga. Intento varias veces hasta que contestó. Un Taiga con rastros de lágrimas y ojos rojos la miró sorprendido —Taiga ve…

 —Felicidades por tú boda— dijo y canceló la video llamada.

Satsuki por más que llamaba Taiga no respondió. Comenzó a sollozar —Tai-chan me odia..

 —No lo hará. Taiga es incapaz de odiar— dijo Seijūrō viendo llorar a Satsuki.

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Ahora que los había encontrado, no los dejaría ir. Daría todo de sí para recuperar a los amores de su vida, su tigre y su pequeña pantera.

 

Notas finales:

!Gracias por leer! 

 

Espero no sigan odiando a Dai-chan :3

 

Besos :* Nos leemos en unos días 


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