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SOL DE MEDIANOCHE por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el nuevo capítulo, en este capítulo pasan muchísimas cosas que marcan el destino de todos, espero que les guste

Capítulo 3.- La profecía y el Dios del Inframundo

 

Los tres muchachos herederos del Averno estaban de pie en el medio de la estancia, los caballeros dorados habían concentrado su fuerza para fortalecer la barrera de cristal que Mu había levantado alrededor de ellos para ocultar su cosmo, las dos diosas se tomaron de las manos y concentraron su poder, Hécate empezó a recitar un cántico antiguo el que Atena imitó, durante varios minutos nada pasó, pero de pronto las cosas empezaron a cambiar cuando las luces se apagaron, rayos y truenos comenzaron a escucharse en las afueras del templo al tiempo que halos de luz a manera de corrientes eléctricas fueron visibles dentro del salón

 

Estos halos de luz envolvieron a los tres muchachos y una explosión de luz lo llenó todo, Mu tuvo que concentrarse al máximo para no dejar que la luz saliera de la barrera invisible que había creado con la ayuda del poder de Shaka y Saga que estaban a su lado dándolo todo, el dorado guardián del primer templo sangraba por la nariz y respiraba con dificultad, pero esta explosión no duró mucho, así como la luz vino… se fue y todo volvió a la normalidad y el silencio reinó en la amplia habitación

 

Mu cayó de rodillas al suelo, Shaka y Saga también, el esfuerzo fue demasiado, los tres herederos del Averno también estaban en el suelo, parecían desmayados, las diosas fueron las primeras que reaccionaron y Hécate sonrió complacida al sentir cómo el poder del Averno emanaba de esos tres muchachos que aún estaban inconscientes

- Debemos ocultar su cosmo – dijo Saori al ponerse de pie

- Lo sé… pero tranquila que he venido preparada – la poderosa hechicera sacó tres pendientes de uno de los bolsillos internos de su túnica, eran tres dijes muy hermosos que tenían una sencilla y reluciente piedra negra, Saori solo los vio unos segundos porque Hécate se movió rápido y los puso en los cuellos de los muchachos que ya estaban despertando

- Funcionó? – preguntó Adrián que se estaba poniendo de pie lentamente, se sentía… extraño…

- Claro que si, no lo puedes sentir? – preguntó Talia que seguía sentada en el suelo, pero se miraba las manos con intensidad

- Yo me siento… extraño… vivo… poderoso, es eso normal? – preguntó el más joven de todos tendiendo la mano a su hermana que la tomó y se puso de pie con mucha gracia

- Ahora… a lo que vinimos, podemos seguir abusando de tu hospitalidad Atena?, necesitamos hacer un ritual para lo que requerimos el más absoluto sigilo – dijo Hécate en un tono muy serio

- Van a buscar la urna?

- Si…

- Nosotros la hemos buscado por muchos años pero… nunca hemos podido encontrarla – dijo Atena y sonaba molesta, porque en efecto ella había seguido varias pistas a través de los años pero ninguna la había llevado a la localización real de la urna que contenía a Hades

- No te preocupes, ahora tenemos recursos que antes tu no disponías – dijo Hécate y señaló a los tres muchachos que no entendieron de lo que la hechicera estaba hablando

- Nosotros podemos localizar a nuestro padre?

- Si… pero para eso necesito su sangre – Hécate movió su mano y en el aire apareció una vasija muy hermosa de apariencia antigua, tenía runas de un lenguaje muerto hacía muchos siglos, en sus manos apareció una pequeña daga que tenía incrustaciones de piedras preciosas.

 

Adrián se acercó a la hechicera y extendió sus dos manos, Hécate sonrió ante la disposición del muchacho e hizo un corte en su mano derecha, recogió su sangre en la vasija y repitió el proceso con Talia y Zack.  Cuando ya tuvo el ingrediente principal, se acercó a una mesa que estaba en una de las esquinas de la estancia, la mesa tenía un blanco mantel y un hermoso arreglo de flores, Hécate pidió a Zack que quitara las flores y vertió la sangre en la tela, al inicio no pasó nada, el salón estaba en completo silencio a excepción de Hécate que estaba murmurando un antiguo cántico, tenía los ojos cerrados y parecía absorta en su concentración

 

Fue Mu de Aries el que notó que los cielos se nublaron aún más y rayos lo iluminaban nuevamente, el suelo tembló ligeramente bajo sus pies y luego para sorpresa de todos, líneas rojas se empezaron a pintar en la tela, formas difusas al inicio pero luego de unos momentos fue evidente que un mapa se iba formando, se pudo ver la silueta simple de un castillo y un arco de piedra junto a una inmensa estatua del Dios Odín, este paraje tenía marcas muy características

- Ese… ese no es el castillo de Asgard? – dijo Hyoga que se había mantenido en silencio la mayoría del tiempo, pero frunció el ceño al ver aquel conocido paraje

- Asgard?, Poseidón ha tenido parte en esto?, pero eso no es posible… él no estaba encerrado también en una urna? – preguntó Adrián y sonó muy sorprendido, aunque siempre cabía la posibilidad de que Poseidón hubiera sido liberado y ellos no se hubieran enterado, ellos nunca sabían nada de nada, Ares los mantenía al margen de todo

- Tal vez… no lo sabemos a ciencia cierta, pero Saga nos ha traído noticias extrañas por meses, las antiguas marinas de Poseidón han resurgido, al igual que los Dioses Guerreros de Asgard, ha habido movimiento en las regiones gélidas del mundo, no hemos tenido noticias claras de parte de Hilda de Polaris, solo sabemos que por años ella no ha escatimado esfuerzos para encontrar la urna de Poseidón, de cualquier manera no lo podríamos catalogar como enemigo, no juzgues tan rápido muchacho si no sabes todos los atenuantes – dijo Shaka hablando con tranquilidad

- De cualquier manera, debemos ir allá, cómo llegamos allá? – preguntó Zack y sonaba aprehensivo

- Por un portal de agua por supuesto – una varonil voz habló desde el final del salón, cuando todos voltearon la mirada, una figura ataviada con una hermosa armadura dorada estaba de pie junto a un portal de agua, el guerrero se sacó el casco e hizo una leve venia al ver a las dos diosas en el salón

- Kanon… pero cómo? – fue Saga el que habló al ver a su gemelo que estaba acercándose con paso seguro por la estancia

- El tiempo de la profecía se acerca, las señales en el cielo no es equivocan así que… mi señor Poseidón fue liberado hace unas semanas de su urna, la Señorita Hilda de Polaris nos ha prestado toda su ayuda en esto, y hemos sido alertados del secuestro de los jóvenes herederos del Averno, por pedido de Zeus, se envió a todos los Generales Marinos a buscarlos, a los Dioses Guerreros también, el Señor de los cielos ha dado la orden de despliegue de todos los contingentes para que se trasladen hasta el último rincón de la tierra hasta encontrarlos, fue una suerte que haya sido yo el que los haya encontrado, deben venir conmigo ahora, el tiempo es esencial – dijo Kanon y lo dijo en serio

- Por qué habríamos de ir contigo?, fueron ustedes los que robaron la urna en donde está Hades, verdad? – fue Hécate la que habló parándose defensivamente delante de los tres muchachos, la Diosa tenía razones para creer esto, en especial luego de ver el mapa formado con sangre

- Es verdad que la Señorita Hilda robó la urna en la que Hades está encerrado, pero lo hizo para mantenerlo a salvo, antes de que alguien más lo hiciera y la destruyera o la refundiera en donde se perdería para siempre, todo este  tiempo hemos tratado de liberarlo también pero no hemos tenido éxito al ser el propio Zeus el que reforzó el sello, por eso solo hemos podido liberar a mi señor Poseidón, pero nunca duden que el propósito de la Señorita Hilda siempre ha sido el restaurar el balance, de la forma correcta con los regentes correctos, sé que tienen derecho de cuestionar nuestros métodos pero no nuestra intención, debimos hacerlo así, si descubrían nuestros propósitos hubiéramos sido destruidos también, pero… he traído pruebas de buena fe – Kanon señaló a su espalda y del portal de agua emergieron dos hombres que los tres muchachos del averno conocían muy bien, fue Talia la que corrió directamente a los brazos de Thanatos, el Dios de la muerte, y lo estrechó con fuerza

- No sabíamos en donde estaban – susurró la muchacha con emoción al tener a aquel pelinegro al que amaba en sus brazos otra vez

- Mi niña… vagamos por el mundo huyendo de Ares por mucho tiempo, hasta que llegamos a las tierras heladas de Asgard, en donde las Señoritas Hilda y Fler de Polaris nos acogieron a costa de sus vidas, efectivamente nos escudaron, escondiéndonos de nuestros enemigos, ellas tienen la urna de su padre, la robaron es verdad, pero lo hicieron con la mejor de las intenciones, en eso debes creernos – dijo el dios de la muerte para luego besar el frente de la muchacha que se limpiaba una lágrima

- No solamente las señoritas Hilda y Fler han intentado liberar a su padre, nosotros ayudamos en todo lo que pudimos y así Poseidón fue liberado, pero ni siquiera él con todo su poder podido romper el sello que tiene esa urna, Kanon tiene razón al decir que el sello que Atena puso en la urna ha sido reforzado por el poder de Zeus – explicó Hypnos, el dios del sueño

- Entonces no podré destruir el sello? – preguntó Atena, el plan era que ella liberara a Hades de su encierro

- No mi señora, usted no… pero los tres herederos del Averno si, por eso debemos irnos, el tiempo apremia y así como mi señor Poseidón nos envió a nosotros, los demás dioses también enviarán emisarios de sus ejércitos, la guerra se aproxima… debemos prepararnos… - dijo Kanon y señaló el portal de agua a sus espaldas, los caballeros, las diosas y los habitantes del averno que estaban en la sala ya no dudaron más y caminaron a través de él, un remolino de luces y colores los envolvió y los llevó hasta las puertas del Castillo de Asgard, Saori ya había estado en este lugar hacía muchos años, sus caballeros también, pero los muchachos no, Adrián si lo recordaba, él solía pasar algunos días allí con su tío Julián, su consorte y sus primos, Talia también lo recordaba, ella amaba los hipocampos que usualmente se le acercaban, eran criaturas hermosas que amaban la belleza y la pureza aunque no disfrutaban del frío de esas gélidas tierras pero era el hogar de la Familia Real del Dios de los mares cuando estaba en la Tierra, pero para Zack fue una experiencia impresionante, este castillo no era más grande que Guidecca, pero se lo veía igual de austero, igual de frío, igual de imponente

 

Las puertas se abrieron y un hombre muy apuesto de larga cabellera azul salió a su encuentro, él no estaba portando su armadura pero tenía su tridente en las manos, el peliazul sonrió a sus sobrinos y se acercó a ellos para besar sus mejillas y tomar sus manos al verlos más de cerca, en sus años de encierro había pensado mucho en estos muchachos, y al verlos no pudo evitar sentir un punzada de dolor en su alma, sus hijos… sus hijos tendrían más o menos la misma edad que sus sobrinos, pero… si todo lo que había pensado funcionaría, las cosas serían diferentes para todos, y la verdad le alegraba estar libre ahora para poder tenderles la mano cuando llegara el momento, y bueno… el momento había llegado

 

Hilda y Fler de Polaris también salieron a dar la bienvenida a los visitantes y tenían en sus manos abrigos para todos ellos, Talia agradeció esto en el alma, ella se estaba poniendo azul del frío, al igual que Atena y Hécate, los muchachos aceptaron los abrigos, les salvaron la vida, aunque les hacía falta botas, al caminar en la nieve los pies se les helaron a todos

- Nos llegó un mensaje urgente de Ares informándonos que ustedes habían sido secuestrados, que había habido un ataque al Averno y que todo estaba puesto en movilización – dijo el Dios de los mares en tono grave mientras caminaba hacia la parte de atrás del castillo, allí varios portales de agua se abrieron y los generales marinos estaban llegando uno por uno

- Ellos saben que tú estás libre? – preguntó Adrián frunciendo el ceño, Poseidón meneó la cabeza y dijo:

- No hijo, el elemento sorpresa jugará a nuestro favor, cuando digo que nos llegó el mensaje, es porque le llegó el mensaje a Hilda y a Fler, los dioses en el Olimpo que están armando los ejércitos para buscarlos, solo están conscientes de que mis ejércitos marinos se han ido re ensamblando con el pasar del tiempo, Apolo no se ha preocupado porque él tiene sus propios ejércitos, claro eso fue hasta que vio a mis generales marinos fuertes y poderosos otra vez, por qué creen que Ares apresuró los planes de la toma definitiva del Averno?, ellos no saben a ciencia cierta de nuestra presencia, pero lo presienten, de eso estoy seguro, y saben que lo primero que yo voy a hacer es liberar a su padre, entonces… tienen que actuar con premura si quieren impedirlo pero… no lo lograrán

- Pero nosotros no hemos sido secuestrados ni mucho menos – dijo Zack meneando la cabeza

- No, pero eso le da la libertad a Ares de atacar a quien quiera utilizando el apoyo de los cielos y del templo marino que controla Apolo, sus ejércitos ya se movilizaron a la tierra, eso es lo que me la informado Sorrento – dijo Poseidón llegando al fondo del jardín y moviendo su tridente en el aire, el suelo tembló y en la pared de roca una enorme piedra se movió dejando  ver oscuridad, el Dios de los mares se adelantó y una luz verdosa inundó el salón, los tres muchachos contuvieron el aliento porque al final de un largo pasillo estaba una hermosa urna en un pedestal

- Por todos los dioses… nuestro padre… - Adrián dio un par de pasos hasta llegar a la urna y estiró la mano para tocarla, al hacerlo sintió como vibraba

- Pero si estaba aquí, por qué no lo pudieron encontrar ustedes antes? – preguntó Zack frunciendo el ceño, él había pensado que la urna estaba en el centro de la tierra o algo, pero no… estaba relativamente en la superficie en una cueva junto al castillo de Asgard, bastante fácil de hallar a su criterio, pero Hilda de Polaris sonrió al responder:

- Querido muchacho, esta cueva está protegida por el poder de Odin, no es posible encontrarla si no se sabe su ubicación precisa, es como los talleres de Hefestos, nadie puede dar con su entrada o su salida si no saben exactamente en donde está, en este lugar se bloquean los sentidos, nadie podía sentir el cosmo de tu padre, así como no lo pueden sentir ahora, entiendes? – la hermosa mujer miraba intensamente al muchacho que asintió

- Cómo lo sacaremos? – preguntó Talia acercándose a su hermano mayor

- Canalizando nuestros poderes, vamos…

 

Poseidón se acercó a sus sobrinos y abrió sus brazos, cerró los ojos y pareció perdido en concentración, Atena fue a pararse a su lado y encendió su cosmo, Hécate hizo lo mismo al igual que los tres herederos del inframundo, la cueva se iluminó, halos de luz como rayos envolvieron la urna y lentamente la cuartearon, y luego en medio de una explosión de luz y fuerza, explotó…

 

Un viento helado llenó la habitación y un vapor denso se extendió por todos los rincones, el vapor fue tomando forma hasta que en medio de la cueva una figura humana se formó, Saori contuvo la respiración porque la silueta indiscutible de Hades se formó en medio del vapor, y luego hubo otra explosión de luz que los botó a todos al piso

 

Talia abrió los ojos cuando sintió una suave caricia en su mejilla, Hades se había acunclillado a su lado y tomó su mano para ayudarla a levantarse, la muchacha solo miró por algunos momentos el rostro que casi no recordaba pero finalmente lo abrazó con fuerza, su mirada… su mirada era la misma, eso no había cambiado, el mayor la miraba con infinito amor

- Mi princesa… no sabes cómo deseé poder abrazarte de nuevo

- Padre… - Talia se separó un poco de Hades y besó su mejilla, la muchacha tuvo que pararse de puntillas para poder hacerlo, Hades era mucho más alto que ella, cuando se separaron, el primogénito se acercó y lo abrazó con fuerza y desesperación

- Adrián…

- No sabes la falta que nos has hecho padre…

- Tengo una muy buena idea de ello – cuando el abrazo se rompió Hades acarició la mejilla de su hijo mayor y besó su frente, y luego dirigió su mirada a Zack, el muchacho no se había acercado, se mantenía a una distancia prudente junto a Hécate que lo empujó suavemente para que vaya hasta su padre pero Zack no lo hizo, eso no importó porque Hades cubrió las distancias y lo abrazó de todas formas, le besó la frente y lo estrechó contra su pecho al decir: - Hijo mío… no lo puedo creer… tantos años han pasado… Zack… sé que no hay posibilidad en los infiernos de que me recuerdes pero, tú has estado en mi mente todos estos años

- En verdad? – el más joven no lo podía creer, la presencia de Hades era imponente y hasta intimidante, se sentía… extraño…

- Claro que si hijo, pero ahora las cosas serán diferentes, ahora estamos juntos y vengaremos la muerte de tu padre y tu hermano, en dónde está ese perro?, dónde está Ares? – cuando Hades preguntó esto el suelo tembló, un aura negra se estaba formando alrededor suyo, era como si solo al pensar en el Dios de la guerra, a Hades le hirviera la sangre de la rabia

- Debe estar en Guidecca pero no demora en salir a la superficie, es un gusto verlo mi señor – fue Hécate la que habló y se acercó a Hades, el mayor besó su mano y luego dirigió la mirada a Atena que no se había movido de su lugar y en tono calmado dijo:

- Hécate tiene razón, Ares y los ejércitos del Averno no tardarán en venir ahora que has sido liberado y tu poder pronto se podrá sentir en todos los rincones de la tierra, el mar y el Olimpo

- Atena… siento lo que pasó antes, siento haberte atacado yo… estaba enloquecido por el dolor y la rabia, no pensé… no racionalicé la situación, si lo hubiera hecho debí haberme dado cuenta que tu nunca harías nada para dañar a mi consorte, en este tiempo que he estado encerrado he tenido todo el tiempo del mundo para pensarlo y aclarar mis ideas racionalmente y me di cuenta de que lo que tu decías era la verdad – Hades caminó hasta la diosa de la tierra y besó su mano con respeto, Saori suspiró aliviada y sonrió ligeramente al decir:

- Eso me da gusto escucharlo, y en estos años se ha comprobado que era Ares el que estaba tras el poder del Averno – dijo Atena con un suspiro y se sorprendió porque Poseidón meneó la cabeza y sonrió amargamente al decir:

- No… no es la mano de Ares la que está detrás de todo esto, él es solo uno de los peones que ha estado en el juego, él no es el que hizo todo esto, se ha aprovechado de los escombros y ha tratado de hacerse de un reino de lo que quedó del Averno pero… esto no lo planeó él, o por lo menos no solo él, mi reino está en manos de Apolo, eso no es coincidencia

- Hermano… ahora las cosas serán diferentes, ahora atacaremos con todo, ahora… sabrán de lo que estamos hechos – Hades abrazó a Poseidón y ese abrazo fue fuerte, era de conocimiento general que Hades era el hermano favorito de Zeus, pero la relación que tenían Hades y Poseidón fue siempre cordial pero no se asemejaba a la familiaridad y el cariño que se estaban demostrando ahora

- Tu cuentas conmigo así como yo pude contar contigo en el pasado, esta vez debemos asegurarnos que la sangre que corra no sea de nuestros inocentes, debemos recordar hoy más que nunca a mis hijos, a tu hijo, a los regentes caídos y a los guerreros que dieron su vida por protegerlos – dijo el hombre de azules cabellos mirando a Hades a los ojos, el Dios del Averno asintió y estrechó su mano

- Lo sé… desde mi encierro he podido verlo, lo he podido ver todo, sé lo que ha pasado en mi ausencia y sé lo que debe hacerse

- Ok., si no es Ares el que lo ha hecho todo, entonces quién fue? – preguntó Adrián algo impaciente, él siempre creyó que era Ares el que había arruinado sus vidas

- Tengo mis sospechas pero aún no lo puedo confirmar sin temor a equivocarme – dijo el pelinegro empezando a caminar por la cueva, no muchos tienen el poder de hacer lo que hicieron con mi consorte, con mi hijo… o con los tuyos… - dijo Hades mirando a Poleidón que asintió y su expresión era de furia pura

- De cualquier manera daré el aviso a mis caballeros, los ejércitos del Inframundo no tardarán en subir a la tierra y debemos estar listos – dijo Atena con convencimiento

- Déjalos que vengan… no serán los únicos que vendrán, no olvides que esos son mis ejércitos y son leales a mí, no a ese… usurpador – dijo Hades y sonrió de medio lado, su sed de venganza estaba por encima de todo

- Padre…., los jueces han sido enviados al Tártaro, todos las criaturas han sido enviadas a otras dimensiones o asesinadas, nuestros ejércitos han sido diezmados con los años, en realidad no queda nada de lo que alguna vez tuvimos – dijo Adrián y sonó en verdad preocupado

- Hijo… yo soy el Dios de los muertos, con mi poder haré que nuestros ejércitos se levanten y peleen por nosotros…, liberaré a mis jueces, tu deja todo en mis manos… nos levantaremos más grandes y fuertes que nunca…

 

Hades caminó por el pasillo hasta la salida de la cueva  y cerró los ojos en concentración, su cosmo creció y lo llenó todo, era visible a larga distancia, Adrián iba a decir algo pero se contuvo porque a los pocos segundos el suelo empezó a temblar nuevamente y varias figuras aparecieron en el salón, los tres jueces del Averno estaban entre ellos, al inicio se mostraron confusos pero al ver a su señor de pie ante ellos, todos se arrodillaron en señal de respeto, Hades abrió los ojos y sonrió, caminó entre ellos hasta que llegó a los dioses gemelos y dijo:

- Es hora… es hora de recuperar lo que nos han robado, es hora de erradicar al usurpador de nuestro reino, es hora de vengar la muerte de mi hijo y de mi consorte, es hora de que corra la sangre de nuestros enemigos…

 

***

El Olimpo estaba en llamas…

 

No quedaba nada de los hermosos jardines que otrora eran la envidia de todos, los templos de casi todos los dioses estaban destruidos, varias columnas de humo se levantaban por sobre las nubes, el ruido de las explosiones ensordecían a todos, y en medio de aquel caos y confusión un muchacho de cabellos negros corría lo más rápido que podía

 

Su corazón latía con violencia y solo pensaba en llegar, solo pensaba en llegar a su hermano, era todo lo que quería, en ese punto ya no podía pensar claramente, todo lo que había vivido en estas últimas semanas había sido devastador para él

 

Cada que cerraba los ojos veía nuevamente el cuerpo sin vida de su hermana, caída en batalla, veía las pilas y pilas de cadáveres en la tierra, los ejércitos caídos, las ciudades destruidas, los niños llorando en medio de los escombros… era un panorama aterrador… la guerra había azotado a todos los reinos con violencia, los caballeros de oro, plata y bronce no sobrevivieron una vez que su diosa también había muerto, los mares se agitaban con furia arrasándolo todo, desde que Poseidón fue asesinado, el  mismo destino habían tenido Hypnos, Thanatos, Hermes, Dionisio, Artemisa y Perséfone, el caos había reinado en los mares y eso estaba ayudando a destruir la tierra, este era el fin, el fin de la raza humana y de la divina, el fin de todo lo que conocían… el fin…

 

Zack corría y corría en dirección al templo de Apolo, de ahí venían los estruendos que escuchaban, ahí estaban su padre y su hermano, o por lo menos el muchacho esperaba que aún estuvieran allí.  En el cielo se podía ver una encarnizada lucha de dragones, dragones negros del Inframundo y dragones rojos de los ejércitos de Apolo, las furias volaban también despedazando a sus enemigos, los ejércitos de Ares luchaban con las fuerzas invasoras que se les salían al paso, los ejércitos de los cielos ya habían caído presos de las llamas, con Zeus fuera del panorama no era mucho lo que habían podido hacer, los cíclopes de Hefesto lo estaban destruyendo todo, por lo que el muchacho corría cuidando de que no le cayeran escombros en la cabeza

 

Cuando al fin llegó a su destino, entró lo más sigilosamente que pudo al templo de Apolo, había pedazos del techo de mármol en el suelo, las columnas estaban rotas, habían cuerpos por todas partes, Zack respiró profundamente tratando de tranquilizarse, cerró los ojos y se concentró en su hermano hasta que sintió su cosmo con claridad, en el segundo piso… Adrián estaba en el segundo piso, así que Zack respiró un par de veces más y corrió lo más pegado a la pared que le fue posible, no debía ser descubierto… no ahora, tenía que llegar a Adrián, su hermano lo arreglaría todo, si… él lo haría…

 

El muchacho subió las gradas evadiendo todos los obstáculos que se le presentaban, corrió por los pasillos hasta una de las recámaras del fondo, cuando entró encontró a Adrián que miraba con intensidad a una muchacha que estaba en el piso, parecía desmayada o muerta

- Está en camino, dónde está nuestro padre? – preguntó el más joven con urgencia

- Fue a buscar a Hécate, debemos llegar a ella, ya lo está preparando todo

- Ok., que hacemos aquí?

- Esperamos… solo esperamos… - dijo Adrián encogiéndose un poco al escuchar un fuerte estruendo que venía de la planta baja, Zack abrió los brazos para no perder el equilibrio porque el suelo bajo sus pies tembló con violencia

- Qué demonios esperamos?

- A ella…

 

Adrián señaló a la muchacha que abrió los ojos y los miró con una mirada vacía, Zack había escuchado varias historias estas últimas semanas, historias del pasado, de sus padres, de los demás dioses, de la importancia de las profecías y cómo funcionaban pero nada lo preparó para lo que vio, la verdad Zack no pensó que pudiera hacerse pero había estado equivocado, Adrián con una poción de Hécate había logrado forzar una visión en el poderoso oráculo de Apolo, esto era algo prohibido por todos los dioses pero… a tiempos desesperados, medidas desesperadas.  La muchacha que estaba usando una fina túnica blanca de seda, se movió en formas inhumanas, era como si estuviera sostenida por hilos invisibles que la contorsionaban de la manera más horrible, sus ojos estaban completamente blancos y de su boca salían solo sonidos guturales espantosos, Zack quería irse de ese lugar lo antes posible pero antes de que pudiera articular palabra, de pronto la muchacha se quedó quieta, se dejó caer en el suelo para luego incorporarse con mucha gracia y hablar con una voz densa y monstruosa que no podía ser la propia y dijo claramente:

 

Pasado, presente y futuro, se disuelven en la línea del tiempo

Dioses, humanos y bestias alzarán al cielo sus puños en lamento

La corrupción del poder infectará a los más ardientes corazones

Que se hundirán en los pozos más oscuros de sus pasiones

Se necesitará mano de hierro para mantener el frágil balance

Para que la vida en el cielo, en la tierra y en el infierno avance

Tiempos turbulentos se entrelazan en el serpenteante camino

Lo reducirán a sangre y cenizas si se conserva el cruel destino

Busca y hallarás el instrumento que dejará en el tiempo sus huellas

Que se encuentra en la legendaria laguna que no refleja las estrellas

 

La muchacha se quedó en silencio, echó su cabeza hacia atrás y gritó con desesperación, cayó pesadamente en el suelo, Zack se acercó a ella y sintió su pulso, era fuerte y rápido, la muchacha empezó a llorar y al abrir los ojos abrazó a Zack que la abrazó de vuelta, el pelinegro no sabía que más hacer en ese punto. 

 

Adrián en cambio sonreía algo incrédulo, la verdad él no pensó que esto resultaría, una de las piezas del rompecabezas había llegado a sus manos, esa era una de las pistas de la que Hades les había hablado, ahora tenían una mejor idea de lo que había pasado, del engaño… poco a poco habían ido juntando las armas para evitar que el futuro que estaban viviendo sea el definitivo, ahora tenían una clara dirección de lo que debían hacer y una nueva pista de dónde buscar lo que tenían que hallar… y se encontraba en la legendaria laguna que no refleja las estrellas…

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, el capítulo que viene no se lo pueden perder, los caballeros de Atena llegan corriendo a la historia

Muchas gracias por leer, nos vemos el lunes con el capítulo nuevo, saludos, bye 


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