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SOL DE MEDIANOCHE por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el capítulo nuevo, en este capítulo pasan muchas cosas que impulsan la historia, espero que les guste

Capítulo 4.- Hades…

 

Adrián y Zack se miraron sin decirse nada, ambos estaban bastante impresionados por lo que no pudieron reaccionar cuando la puerta de la habitación voló en pedazos, Apolo en persona estaba de pie allí y lucía furioso.  Adrián jaló a Zack y ambos cayeron al suelo para evitar la ráfaga de fuego que el Dios del sol les lanzó, la que no tuvo tanta suerte fue su oráculo, la muchacha recibió de lleno aquel ataque y quedó pulverizada en cuestión de segundos

- Cómo se atreven!!!!!!!!!!!!!!!!!!, nadie puede entrar aquí, han profanado la santidad de mi templo, de mi oráculo, del Olimpo entero, ustedes ratas no merecen vivir, Ares debió haberlos asesinado cuando tuvo la oportunidad

- Eso crees? – una furiosa voz habló desde las espaldas de Apolo, el que al voltearse dio un paso hacia atrás, Hades también había llegado y tenía su espada en las manos, Adrián se puso de pie rápidamente y jaló a Zack, ellos debían salir de allí y en eso estaban cuando en medio de la habitación un remolino de viento los dejó quietos y de él salió una hermosa mujer que tenía una corona de flores en la cabeza, al verlos tendió sus manos, Adrián miró a Hades el que asintió y los muchachos tomaron las manos de la mujer y desaparecieron

 

Hécate estaba de pie en el frío de la noche, ella estaba en medio del jardín de las Hespérides, la diosa de la hechicería tenía los ojos cerrados en concentración, había hecho un altar que estaba rodeado de un  círculo de varias plantas y cosas que delimitaban ese altar, en un remolino de viento llegaron tres personas hasta donde ella estaba sacándola de su concentración, al verlos sonrió ligeramente y se acercó a ellos

- Pronto… no tenemos mucho tiempo – dijo la hechicera tomando a los muchachos de las manos

- Estás segura que funcionará? – preguntó aquella hermosa mujer, no se veía muy convencida

- Si Deméter, funcionará – aseguró Hécate con tono firme

- Y si estás tan segura, por qué el mismo Hades no lo hace?, por qué tenemos que enviar a estos niños?, debo recordarte lo que está en juego?

- Ya te lo dije, los seres inmortales no pueden hacerlo, por eso ellos serán nuestros enviados, confía en mi, en Hades y en ellos, todo saldrá bien… los astros se han alineado para ello, ten confianza Deméter, ten confianza…

- Está bien… está bien… - la Diosa de la naturaleza suspiró y se acercó a donde Hécate estaba y tomó su mano, solamente la idea de volver a ver a su hija hacían que ella ayudara a Hades en su muy extraña petición, Deméter podía controlar a la tierra, sus estaciones, era la diosa del ciclo de la vida y de la muerte, sus muy especiales talentos fue lo que le dio la idea a Hades para hacer lo que quería hacer, y con la promesa de recuperar a su amada hija, Deméter había accedido

 

Las diosas se tomaron de las manos y recitaron un cántico antiguo y extraño, el altar que había preparado Hécate empezó a emitir una tenue luz, a Zack no le acababa de agradar la idea pero… tenía que hacerlo, por lo menos no lo haría solo, su hermano estaría a su lado, eso era lo único que le daba algo de tranquilidad al más joven, tranquilidad que se vio despedazada cuando de entre los árboles, Ares, el Dios de la guerra apareció

- No esperé encontrarlos aquí, estoy buscando a su padre pero… no hay problema, hace tiempo que quiero deshacerme de ustedes – Ares sonrió con anticipación, él tenía su espada en las manos, los muchachos estaban desarmados por lo que Adrián jaló a Zack y lo protegió con su cuerpo al decir:

- No somos tan fáciles de matar… tío Ares… - dijo Adrián materializando una espada en su mano, mirando de reojo a las diosas que continuaban con su cántico, el altar lucía más iluminado, una forma difusa estaba empezaba a aparecer, esto ya se lo habían explicado antes, lo que los muchachos necesitaban era tiempo, debían distraer a Ares hasta que su padre Hades llegara, ellos no tenían forma de vencerlo

- Tenías que arruinar mis planes muchacho del demonio, si no se hubieran interpuesto en mi camino nada de esto habría pasado, la destrucción del mundo y de la realidad como la conocemos es enteramente su culpa, espero que estén conscientes de ello, porque yo me habría casado con su hermana, tendría el control del inframundo y la tierra no se estaría cayendo a pedazos, tienen una idea la cantidad de vidas que ha tomado su preciada guerra por la libertad?

- Tu no tienes derecho de hablar de mi hermana!!!!!!!!!!! – Adrián gritó con furia y empuñó su espada de mejor manera

- Talia… ella debía haber sido mi esposa, ahora su sangre baña la tierra como la sangre de millones de personas que ustedes asesinaron

- El único asesino aquí… eres tú…

- No querido niño, todo esto lo causó tu padre, tu padre que desposó a un mortal y lo sacó todo de balance, tu padre que se atrevió a tener descendencia, ustedes no deberían haber nacido, ese sucio mortal nunca debió ser parte de nuestro reino, por él perdimos a Hades, por él perdimos a Poseidón, por él todo cambió… todo cambió… – Ares hablaba con odio, Adrián tembló de la furia al gritar:

- Tampoco tienes derecho de hablar de mis padres, tú los separaste, tú los acabaste!!!

- No muchacho, no fui yo, aunque no te voy a negar que me hubiera gustado hacerlo, la historia  es una cosa curiosa y tiene la particularidad de repetirse a si misma, todos nosotros estamos condenados a revivir los hechos que una vez marcaron el curso de la historia, lo que pasó con tu padre mortal, no fue hecho por mi mano, pero no es la primera vez que pasa, no puedo creer que Hades haya sido tan ciego y no se haya dado cuenta, pero a decir verdad no me sorprende, el ego y el orgullo le han jugado malas pasadas desde siempre

- De qué rayos estás hablando? – Adrián estaba logrando su objetivo porque con el rabo del ojo vio que el portal estaba casi formado, el tener hablando a Ares si fue más fácil de lo que había supuesto pero… no entendía lo que decía, los dioses tenían la particularidad de hablar crípticamente y Ares no era la excepción

- No tiene caso que te le cuente, eres hombre muerto Adrián, espero que lo sepas, y luego de matarte a ti, mataré a tu pequeño hermano y así restauraré el balance, ustedes no debieron nacer, ahora yo los acabaré, así como acabé con tu hermana – Ares sonrió porque de entre sus ropas sacó una daga muy hermosa y distintiva, Adrián la miró y sus ojos brillaron de la furia, esa daga era la que había quitado la vida a su hermana, así como a los otros dioses, por lo que el joven de cabellos negros ya no se contuvo más, sus ojos eran por demás expresivos, y este era el momento que el Dios de la guerra había estado esperando

 

Adrián levantó su espada y atacó, Zack dio un paso hacia atrás y sentía como su corazón latía, estaba asustado, muy asustado, su hermano era muy hábil con la espada pero… Ares es el Dios de la guerra.  Hécate y Deméter continuaban con sus cánticos los que iban fortaleciendo poco a poco la forma difusa que se estaba formando, unos momentos angustiosos vivieron mientras Adrián luchaba con Ares, el joven de cabellos negros lo estaba entregando todo pero eso no era suficiente, se notaba a leguas la superioridad del Dios de la guerra, por lo que no fue difícil para él desarmar a su oponente y lanzarlo al suelo

- Por favor tío Ares… por favor… no lo mates – dijo Zack desesperado al ver a su hermano caído y desarmado

- Muchacho… si no lo he matado antes era solo porque quería hacer las cosas sin violencia para guardar las apariencias, eso ya no es importante para mi, lo siento… por ti…

- No, no por favor no!!!!!!!!!!!!!!!!!

 

Ares arremetió pero Adrián se movió como gato y evitó que la espada lo atravesara entero, logró ponerse de pie y miró el altar, las diosas aún repetían el cántico, el portal estaba casi formado

- Corre Zack… sabes que hacer – dijo Adrián y empujó a su hermano hacia el portal, pero el muchacho no se movió, él no se iría solo, ambos irían, ese era el plan

- No… no me iré sin ti

- Han entendido mal… nadie saldrá vivo de este jardín – dijo Ares con furia al darse cuenta que los chicos pretendían escapar

- Vete ahora!!!!!! – Adrián se volteó y empujó con todas sus fuerzas a su hermano, el que fue absorbido por el portal, Zack gritó y estiró las manos para poder jalar con él a su hermano mayor y obligarlo a ir con él pero no lo alcanzó, lo último que vio el menor de los hijos de Hades antes de ser envuelto en un remolino de luces y colores, fue a Ares atravesando por la espalda viciosamente con su espada a Adrián, su hermano mayor abrió mucho los ojos y dejó escapar un gemido mientras caía pesadamente al piso, ya en el suelo, Ares le clavó aquella daga en el corazón, para luego incorporarse y tratar seguirlo a través del portal pero no… el portal se cerró y una fuerza descomunal se lo tragó entero…

 

***

Zack cayó pesadamente al suelo, sentía como sus pulmones le oprimían el pecho, la luz del sol era demasiado fuerte y brillante, aún con sus ojos cerrados la podía sentir, también pudo escuchar el trinar de los pájaros y un aroma dulce, un aroma frutal delicioso que llenaba sus sentidos, lo había logrado?, había llegado?

 

El muchacho estaba extremadamente cansado, así que reuniendo todas sus fuerzas abrió los ojos y se encontró en medio del jardín de las Hespérides, estaba en el lugar en el que había estado segundos antes pero no… todo era diferente, indudablemente estaba en el Olimpo y podía ver claramente como los templos de los dioses se erguían orgullosos en las colinas.  Había funcionado…, había regresado, sabía perfectamente en dónde estaba, lo que no sabía era cuándo…

 

***

La mañana era soleada en el Santuario de Atena, era una mañana como cualquier otra salvo por un pequeño detalle, esa era la mañana en la que las comitivas de los otros reinos llegarían al Santuario, Saori Kido, la reencarnación de la Diosa de la Tierra, había estado muy preocupada porque la situación estaba tensa entre los dioses, en los últimos meses había habido varios roces y problemas, la joven no entendía la situación, habían pasado casi tres años desde la batalla con Hades en el que se había cristalizado el pacto de paz que se firmó al finalizar tan cruel batalla, se concedió la liberación de sus caballeros dorados del monolito, también la liberación de Hades de la urna en la que había sido confinado, se pactó el cese de fuego… en fin, habían tenido tres años de paz, pero ahora la situación se había complicado nuevamente

 

Una ágil figura descendía las escaleras de los templos a toda velocidad, venía seguido de otra figura que estaba tratando de darle alcance, los caballeros dorados sonreían cuando los veían pasar, la energía y alegría de los más jóvenes era contagiosa y muy necesaria en estos tiempos turbulentos.  Mu, el guardián de la primera casa estaba en su taller cuando un estruendo proveniente de su templo hizo que levantara la cabeza, pasos acelerados se escuchaban en el pasillo y luego se abrió la puerta de su taller dejando entrar al Caballero Seiya de Pegaso que llegaba totalmente sin aliento y con las mejillas sonrosadas, el muchacho castaño sonrió victorioso levantó ambos brazos y se desplomó en el suelo para tratar de recuperar el aliento y calmar su corazón

- Seiya… corriste desde tu templo?

- No… templo… patriarca… - respondió el castaño con esfuerzo, Mu sonrió y meneó la cabeza volviendo a dedicar su atención a su trabajo, esta escena era bastante común, los muchachos más jóvenes siempre hacían todo tipo de competencias y usualmente la meta era el templo de Aries

- Y a quién ganaste?

- Sh… Shun… - Seiya levantó la mano para señalar la puerta pero no la pudo tener arriba mucho tiempo y la dejó caer sobre su pecho, efectivamente Shun venía entrando, ya había bajado la velocidad porque ya no había motivo, Seiya ya le había ganado

- Tramposo – dijo Shun y se desplomó junto a Seiya, el castaño sonrió divertido y dijo:

- No es mi culpa… que tu hermano… sea un idiota…

- Tu sabías… que él… estaba ahí?

- Claro que no…

 

Mu escuchó divertido la historia de la carrera de los chicos y de cómo se culpaban mutuamente de tramposos, a la final Shun aceptó su derrota y ofreció pagarle el chocolate a Seiya, esa era la apuesta

- Y cómo están sus maestros?, ya listos y preparados para la llegada de las delegaciones de los otros dioses? – preguntó Mu y sonaba interesado, a él a la final le tocó albergar a los caballeros de bronce en su templo, entonces él estaba relajado porque no compartiría su espacio con extraños, Kiki estaba emocionado y ya habían arreglado la habitación grande del segundo piso en la que se quedarían sus amigos

- Mi maestro me botó del templo en la mañana, para que no arruinara nada, él no estaba para nada contento, algunos miembros de la delegación del Averno van a llegar en nuestro templo – dijo Seiya encogiéndose de hombros

- Mi maestro tampoco está muy contento que digamos, a nuestro templo llegan las guardias y demás acompañantes de Apolo y Artemisa – dijo Shun, el decir que Shaka no estaba contento era poco, a decir verdad, ninguno de los caballeros dorados estaba complacido con la llegada de los dioses y sus delegaciones, ellos estaban al tanto de que en las reuniones que se habían llevado a cabo en el Olimpo, poco había faltado para que se declare la guerra

- Lo único bueno es que hoy en la noche habrá comida, eso es lo único que quiero así me toque subir esas escaleras otra vez – dijo Seiya que estaba moviéndose lentamente, le dolían las piernas, él era un guerrero muy fuerte, pero la carrera lo había dejado molido, Shun aún estaba sentado en el suelo y se negaba a moverse

- Mejor vayan a bañarse, descansen un poco y díganle a Kiki que les de algo de comer, mi aprendiz me hizo comprar todo tipo de cosas porque ustedes venían a dormir

- Y cuánto tiempo se van a quedar ellos aquí? – preguntó Shun poniéndose lentamente de pie ayudado por Seiya

- No lo sé muchacho, los dioses son complicados y sus reuniones suelen durar semanas, no me sorprendería que se alarguen a un par de meses, espero que les agrede mi hospitalidad – dijo Mu con una sonrisa, a él le agradaban los muchachos de bronce, Seiya asintió todo entusiasmado y Shun sonrió también

- Ok., vamos a buscar a Kiki, me muero de hambre – dijo el castaño jalando a Shun que se rió y dijo:

- Tu siempre tienes hambre

- Soy un ser vivo Shun, necesito comida

 

Mu sonrió al ver a los chicos caminar por su templo, el dorado carnero estaba atareado reparando la armadura de Saga de Géminis, el guardián del tercer templo se la había llevado como medida preventiva, nunca estaba de más el estar preparado en especial porque en su templo estaba planificado que se hospeden algunos de los miembros de la guardia marina, Kanon ya había llegado, él y Sorrento se habían adelantado para asegurarse que todo estuviera bien para que su señor Poseidón llegara, pero eso era solo una excusa, Kanon había ido unos días antes para poder tener unos momentos de paz y visitar a su hermano, al que no le hizo mucha gracia la visita de su gemelo menor, lo que Saga menos quería era narices extrañas en sus asuntos, y eso era lo que Kanon era precisamente, un intruso que siempre juzgaba su vida, dioses…

 

Aioria de Leo, había sido uno de los primeros caballeros que había enviado a su aprendiz al templo de Mu de Aries, Ikky no estaba complacido y menos lo estuvo cuando Kiki le llevó al segundo piso para que dejara sus cosas en la habitación que había sido preparada para ellos, al aprendiz de Mu se le había ocurrido que si todos ellos compartían la habitación sería divertido, por lo que con la ayuda de su maestro habían arreglado el ambiente más grande en el segundo piso, de manera que habían seis camas repartidas por la estancia, Aioria había dicho que la idea era genial, pero Ikky la odió y con pasión, no le agradaba la idea de compartir la habitación con todos, si hubieran sido habitaciones dobles la cosa hubiera mejorado, pero así… así no…

 

A Seiya y a Shun también les había parecido una idea muy divertida, Hyoga no dijo nada como era su costumbre, pero estaba de acuerdo con Ikky, esto no era lo que hubiera esperado, Shyru solo sonrió al ver a sus camaradas de armas, sin duda alguna el tiempo que duraran estas reuniones de los dioses serían tiempos muy interesantes…

 

Esa noche, la mayoría de los invitados de los otros reinos llegaron, nunca en el Santuario se había visto tal despliegue de belleza y gracia, muy pocas veces los dioses bajaban a la tierra, hubiera tenido más sentido llevar a cabo las reuniones en el Olimpo pero… Zeus no lo había permitido, había dicho que prefería que todo se llevara a cabo en un lugar más neutral, un lugar en donde ninguno de los tres grandes tuviera injerencia, Poseidón había estado de acuerdo y Hades también, Zeus dijo que no quería que los demás dioses se sintieran intimidados por su presencia así que en la tierra todos eran invitados y estaban al mismo nivel, en teoría claro, porque era innegable la supremacía de los tres hermanos, los más poderosos, los dioses del Cielo, del mar y del Averno

 

A todos les sorprendió que la comitiva del Inframundo no llegara esa noche, había sido el propio Hades el que había dado la idea de que las reuniones se celebraran en el Santuario de Atena, y ahora no había llegado y tampoco había mandado emisarios, Saori solo esperaba que la comitiva del Averno llegue, sin Hades presente las reuniones se desbaratarían, los otros dioses se irían y todos los esfuerzos quedarían en nada, será que esas eran las intenciones escondidas del Dios de los muertos???

 

De cualquier manera, esa noche la cena transcurrió sin novedades, Zeus estuvo presente con su esposa Hera, Apolo y Artemisa también, Poseidón, Ares, Hefesto y Afrodita, Deméter y Perséfone, Dionisio y Hermes, todos ellos estaban presentes, con sus respectivas guardias privadas y damas de compañía, todos los caballeros de oro y bronce estuvieron también en compañía de su Diosa Atena, las marinas de Poseidón, Hilda y Fler de Polaris con sus Dioses Guerreros y demás caballeros de cada uno de los dioses, todos ellos bordeaban las 200 personas, pero si hizo falta el grupo del averno, tres mesas enteras estaban vacías, Saori esperaba que Hades asistiera con sus jueces, con los dioses gemelos y con Hécate, pero ellos habían brillado por la ausencia

 

Casi a la media noche el Santuario se encontraba en completo silencio, todas las comitivas fueron acomodadas y repartidas en los templos del Santuario, todos dormían sin saber que sus vidas tomarían un giro pronto, había alguien que no pertenecía a este tiempo, había alguien que haría la diferencia en la vida de todos…

 

***

La entrada estaba prohibida en el jardín de las Hespérides, en este legendario jardín se encontraban las manzanas de oro que concedían la vida eterna al que las mordiera, este jardín estaba protegido por un dragón de 100 cabezas, y de eso se habría acordado Zack si no estuviera tan mareado y desorientado

 

El muchacho de cabellos negros se quedó acostado en donde estaba mientras trataba de recuperar el aliento, se sentía muy mal, como si lo hubiera atropellado un tractor o algo, le latía la cabeza y sentía que sus piernas temblaban, él no se hubiera levantado si no hubiera escuchado muy cerca de él, como los arbustos se movían y las hojas secas que estaban en el césped sonaban al ser pisadas, indudablemente algo se acercaba…

 

Zack abrió los ojos y sintió pánico al ver la enorme silueta del dragón que estaba a escasos metros, varias de sus cabezas ya lo habían mirado y el horrendo animal se dirigía confiado hacia él.  El pelinegro se puso de pie y cerró los ojos en concentración, pensó en casa, pensó en Guidecca, pensó en su hermano mayor y en Talia, pensó en casa y antes de que el dragón tuviera la oportunidad de desayunarlo, el muchacho sintió una presión horrible por todo su cuerpo, sintió como el suelo desaparecía bajo sus pies y era absorbido en la oscuridad, y así como vino aquella horrible sensación, se fue, y Zack se encontraba ahora en una habitación bastante grande, estaba amoblada de manera sobria pero fría, las cortinas estaban entrecerradas y casi no había luz natural, el muchacho se acercó a la ventana y pudo ver a lo lejos la segunda prisión, dioses… había resultado, en verdad había logrado venir a casa, estaba en Guidecca…

 

El castillo estaba en silencio, o por lo menos eso le pareció a Zack que abrió la puerta y salió lo más sigilosamente posible de su habitación, y ahí es cuando cayó en cuenta que la habitación en la que estaba era la suya pero… no era la suya, era una habitación genérica como había muchas en el castillo, Hades no era conocido por brindar hospitalidad a nadie pero el castillo estaba lleno de habitaciones amobladas listas y dispuestas para recibir visitas, con eso en mente fue a la habitación de Adrián y la historia fue la misma, fue a la de Talia y se encontró con lo mismo.  No… esto estaba mal, de acuerdo a los planes que tanto habían hablado Hades y Adrián, esto no estaba bien, cuándo diablos estaba???

 

Así que fue a la habitación de sus padres, entró y la encontró muy seria y fría, nada que ver como la había visto en fotografías o como la conservaban en el futuro, todo era confuso para el muchacho que escuchó pasos y voces fuera de la habitación, así que sin saber que más hacer se escondió en una de las puertas del amplio armario, e hizo bien porque la puerta se abrió dejando ver a su padre, Hades, que venía hablando con su primer juez

- Pero no cree mi señor que habrá problemas por llegar tarde? – preguntaba Radamantys y lucía serio

- No, no pueden empezar las reuniones sin mí, soy yo el que las propuso en primer lugar, no lo olvides Radamantys – contestó Hades y su tono era sobrio, eso no había cambiado en él, Zack vio a su padre y no vio ninguna diferencia en él, los años no habían pasado para él pero eso era lógico, Hades era inmortal y un Dios, poseía vida y juventud eterna, eso no lo ayudaba para determinar en qué punto de la línea del tiempo estaba

- Si mi señor, y si me permite preguntar algo, por qué propuso usted hacer las reuniones en el Santuario de la Diosa Atena?

- Me pareció una buena idea que las reuniones se dieran en un lugar neutral, la última vez que estuve en el Olimpo sentí tensión, algo está pasando y no me gusta, traté de hablar con mi hermano pero me ignoró, espero poder hablar con él en el Santuario – Hades sonaba preocupado

- Hay problemas con los otros dioses? – Radamantys preguntó arqueando una ceja, él no sabía nada de ello, no le había llegado ningún rumor

- Yo creo que si, algo está pasando y no me gusta, espero que Zeus se muestre receptivo, rara vez mi intuición me ha fallado Radamantys, yo confío en mis instintos

- Y hace bien mi señor, si no le molesta la pregunta, cuánto tiempo cree que durarán las reuniones?

- No lo sé, solo espero que Perséfone tenga el buen gusto de no asistir, lo que menos quiero hacer es verla – el Dios del Averno frunció el ceño al nombrar a la que fuera su esposa

- Asumo que las cosas no se arreglaron con ella entonces

- No… en este punto está muerto todo, y ya pensándolo bien pues… es mejor así, si ella no quiere estar aquí es mejor que no esté, la eternidad es demasiado larga como para compartirla con alguien a quien no amas – Hades se mostró pensativo, Radamantys asintió y bajó la cabeza en señal de respeto, Hades continuó diciendo: - De ese tema si hablé con Zeus, Hera accedió a disolver nuestra unión y el ritual se llevará a cabo en unos días, no te lo había contado?

- No mi señor

- Bueno… el Inframundo ya no tiene reina, y eso… está bien…  - Hades suspiró y meneó la cabeza ligeramente, él no esperó que las cosas llegaran a este punto pero… ya no había vuelta de hoja, Perséfone simplemente ya no lo amaba, él tampoco la amaba pero eso no era lo que sostenía su matrimonio, Hades estaba molesto por ello, no lo podía ocultar

- Ya llegará la persona digna para ocupar la silla como su consorte – dijo Radamantys y Hades sonrió levemente al decir:

- La vas a hacer de casamentero Radamantys?

- Claro que no mi señor, solo tengo confianza en que usted no estará solo por mucho tiempo, solo debe buscar el alma indicada, eso es todo

- Prefiero estar solo a tener a alguien que no me ama a mi lado, yo no quiero compañía simplemente, no quiero a alguien que esté aquí por obligación, no quiero raptar a nadie como lo hice antes, quiero alguien que me ame, quiero alguien que quiera estar conmigo y lo deje todo por mi, que quiera hacer del Inframundo su hogar y venga a vivir aquí conmigo por voluntad propia, que quiera darme hijos, una de las cosas que siempre he anhelado son herederos… eso es lo que quiero y no lo he podido cumplir, soy un Dios y hay cosas que nunca he tenido y ahora las quiero, quiero un consorte, un consorte real en toda la extensión de la palabra, es eso mucho pedir?

- No mi señor

- A veces pienso que si… es mucho pedir… - Hades suspiró y bajó la cabeza, luego se concentró unos momentos en la ventana, volvió a suspirar, su expresión era bastante clara lo que era muy extraño en él, pero eso solo duró un par de segundos, luego volvió a adoptar su usual máscara de indiferencia, Zack ladeó la cabeza incrédulo

 

Desde su escondite, Zack vio a su padre quitarse la capa y buscar algo en el buró, cuando encontró lo que sea que haya estado buscando lo guardó entre sus ropas y sin decir nada más salió de la habitación seguido muy de cerca por su primer juez, el muchacho de cabellos negros no lo podía creer, de lo que escuchó en esa corta conversación entre hades y Radamantys se podría decir que su poderoso padre se sentía solo, se sentía abandonado, estaba molesto por el fracaso de su matrimonio  y eso no se podía negar pero era bastante evidente que lo que quería era enamorarse y encontrar a alguien que lo ame, eso… eso nadie se lo había contado, esa parte la habían omitido de las historias, dioses… qué vino a encontrar???

 

Notas finales:

Chan chan chan...

Y ahora qué va a hacer el viajero???, en qué época está???, sus padres ya se conocieron o no???

La historia recién empieza

Muchas gracias por leer y cuéntenme que les ha parecido, muchas gracias por leer, saludos y nos vemos en el capítulo nuevo el miércoles, saludos, bye 


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