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SOL DE MEDIANOCHE por crystalwall

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Notas del capitulo: Hola, les traigo el capítulo nuevo, aquí se ve que es lo que hace nuestro viajero en el pasado, será que se encuentra con sus padres???, uyyyyy
Capítulo 5.- Nuevos planes

Zack salió de su escondite y miró detenidamente la habitación, no… esto no podía estar pasando, estaba en la fecha equivocada, si mal no se acordaba, las reuniones para el concilio de paz que se llevaban a cabo en el Santuario de Atena, eran anteriores al tiempo al que él quería llegar, todo lo que estaba pasando ahora era antes de que sus padres se casaran, era antes de… todo..., el muchacho se acercó a la ventana y miró los extensos jardines que tenían muchas flores y árboles frutales, tal como Adrián le había contado, Adrián…

Zack se estremeció al recordar a su hermano, buscó entre sus ropas y acarició un dije muy sencillo de un ángel alado, ese dije le pertenecía a su padre mortal pero Adrián lo había tenido por años, su hermano mayor lo había puesto en su cuello hacía apenas dos días, se lo había dado en uno de esos momentos en los que Zack se había puesto muy triste al recordar a Talia, Adrián le dijo que no sufriera, que si todo salía como ellos esperaban no tendría que llorar su ausencia, que ellos podrían cambiar el destino y devolverlo todo a su lugar, su hermano se había visto tan optimista y confiado, él confiaba en Hades… él confiaba en que todo se podría arreglar, optimista como siempre… en todo esto pensó Zack y no pudo evitar que el dolor y la desesperación se apoderaran de él, ahora estaba solo, en un lugar extraño, sin poder hacer lo que sabía que tenía que hacer, el muchacho se dejó caer en el suelo y lloró, simplemente lloró para poder dejar salir todo lo que llevaba dentro, todo el horror que había vivido las últimas semanas, ya no podía seguir fingiendo que era fuerte, ya no podía más…

Pero fue ese pensamiento lo que lo impulsó a levantarse, estaba en sus manos el impedir que todas las desgracias que habían pasado en su vida pasen otra vez, lo primero que debía hacer era buscar ayuda y sabía perfectamente quien lo ayudaría…

En una de las cuevas de lo profundo del Averno, estaba la Diosa de la magia y hechicería, trabajaba en una de sus pociones cuando escuchó pasos afuera, la hermosa mujer levantó la cabeza y solamente miró a uno de sus perros guardianes que salió corriendo para interceptar al intruso, luego se escuchó un quejido y luego… risas… alguien reía afuera de la cueva, Hécate no perdió tiempo y salió de la cueva para ver a un muchacho que acariciaba a tres de sus perros y reía porque le estaban lamiendo la cara
- Qué significa esto?, quién eres tú?
- Mi señora… es un gusto verla – Zack sonrió sinceramente al ver a Hécate pero la diosa dio un paso hacia atrás y levantó la mano amenazadoramente, una luz se estaba formando en su palma, Zack se detuvo en seco y dijo todo apurado: - No no no… no vengo a hacerle daño, yo… vengo a buscar su ayuda, estoy metido en un problemazo y no sé qué hacer – Zack levantó ambas manos en son de paz y miró suplicante a la diosa que bajó su pose defensiva y al bajar las manos, sus perros volvieron a pararse junto a ella
- Y por qué habría de ayudarte?
- Porque siempre me ha ayudado, porque usted ha sido una de las presencias constantes en mi vida, porque usted fue la que me envió aquí con su poder y me dijo que cuando llegara, viniera a buscarla y le mostrara esto – lentamente el muchacho buscó entre sus ropas y sacó una fina cadena plateada que tenía dos dijes que portaba al cuello, no se lo sacó, sino que caminó muy despacio hasta la diosa que lo seguía mirando con desconfianza

Cuando ya estaban muy cerca, Hécate analizó los dos dijes que tenía el muchacho, el uno era un simple dije de plata sin ningún tipo de cualidad mágica, pero el otro… el otro dije era muy distinto, la hermosa diosa frunció el ceño al analizarlo, ella lo había forjado, eso era evidente, pero cuando trató de quitárselo, Zack puso su mano suavemente sobre la mano de la diosa y dijo:
- No me lo debo quitar, usted me dijo que si lo hacía mi vida correría peligro, mi presencia no puede darse a conocer, mi cosmo debe permanecer oculto porque mi padre no entendería y me mataría antes de que pudiera explicárselo
- Y quién es tu padre? – preguntó la hechicera intuyendo la respuesta, el muchacho era la viva imagen del Dios de los Infiernos
- Hades… Hades es mi padre, aunque eso es evidente con solo verme – Zack volvió a guardar el dije entre sus ropas y tomó la mano de Hécate para besarla con respeto, luego puso la mano de la diosa sobre su corazón, la hermosa mujer arqueó una ceja al sentir su latido, este muchacho era mortal, eso no se lo esperó, y se mostró confundida cuando Zack preguntó: - Me ayudará mi señora?
- Ayudarte a qué?
- Es una larga historia…

Zack entró a la cueva de Hécate y bebió un té que sabía algo extraño, él estaba consciente de que la diosa quería escuchar la verdad y no se contendría en nada para conseguirlo, así que Zack le contó todo lo que conocía, todo lo que había vivido, todo lo que sus hermanos le habían contado, todo… absolutamente todo, incluidos los planes de Hades y de Adrián, Adrián…
- No lo puedo creer – dijo finalmente la diosa conmoviéndose al limpiar una lágrima del rostro del muchacho, se notaba su dolor y desesperación al hablar de sus hermanos que habían muerto, y de su padre que quedó en medio de tan cruenta batalla, todo era un caos del lugar del que venía, un caos en el que reinaba la desesperanza y la destrucción, el futuro del que hablaba este joven era absolutamente aterrador
- Pero es la verdad, yo nunca osaría engañarla, he bebido su poción y no he muerto, sé el hechizo que poseía y de haber mentido yo ya no estaría con vida, porque soy mortal, vulnerable y he puesto mi vida en sus manos como he hecho siempre y con gusto volveré a hacer, yo confío en usted completamente, así que… me cree?, me ayudará? – preguntó el muchacho con tono de súplica, la poderosa hechicera lo consideró un momento antes de sonreír, acariciar el rostro de su visitante y decir:
- Claro que si muchacho, claro que te ayudaré
- Genial pero… cómo lo vamos a hacer?
- De lo primero que tienes que estar consciente es que no debes interferir, este momento en el tiempo es muy delicado, por lo que me cuentas, es este el tiempo en el que tus padres se relacionan, entonces lo que menos debemos es interferir porque pondríamos en riesgo tu existencia futura
- Lo sé… no es ahora cuando debía haber venido – dijo el joven puntualizando una vez más este hecho, pero Hécate meneó la cabeza y dijo con tono calmado:
- No lo sé muchacho, a veces las cosas pasan por razones ajenas a nuestro entendimiento, de cualquier manera… yo debo ir al Santuario acompañando a la comitiva del Averno, no sé hasta qué punto sea conveniente que tu vayas allá
- Yo no puedo quedarme aquí sin hacer nada, además tengo algo que buscar, el plan de Adrián era buscarlo allí, es el único sitio que nos faltaba por buscar, entonces yo también tengo que ir, pero si mi padre va a estar allí… todo se complica, nadie puede verme porque mi parecido a él es indiscutible, por eso en especial Hades no puede verme, es él tan paranoico en el pasado como lo es en el futuro?
- Supongo que si, mmmmm… en eso tienes razón, ven… acompáñame – la hermosa hechicera tendió la mano al joven que la tomó y salió con ella de la cueva, caminó a su lado por la planicie hasta que llegaron a un claro que estaba lleno de flores extrañas y plantas de todo tipo, la hechicera tomó las manos del muchacho y empezó a recitar unas palabras extrañas, Zack no sintió nada pero luego de un par de minutos su rostro le hormigueaba, como si estuviera amortiguado o algo, era una sensación bastante molesta que así como vino , se fue, y todo volvió a la normalidad en pocos minutos. Hécate lo miró y sonrió complacida al decir: - Listo, ni tu padre te podrá reconocer, pero no te preocupes, eres igual de apuesto, solo... un poco diferente
- Ok., debo irme ahora, te veré allá, verdad? – Zack estaba tocando su rostro pero no sintió nada extraño, decidió que eso era lo menos importante en su vida en los presentes momentos
- Si muchacho, solo ten cuidado cuando me busques, recuerda que no debes llamar la atención y ahora que va a haber tanta gente en el Santuario, debes mezclarte entre todos ellos, lo harás, verdad?
- Si, si me descubren diré que estoy contigo, puedo decir que estoy contigo?
- Supongo que si, aunque eso será difícil de explicar a tu padre, por favor muchacho… se prudente y por sobre todas las cosas, no interfieras en lo que no debes interferir
- No lo haré, gracias mi señora, gracias…

Zack salió de la cueva en la que se encontraba y respiró profundamente, él tenía que ir al Santuario, debía buscar el artefacto del que le había hablado su padre en el futuro, pero… el ir al santuario le presentaba una serie de complicaciones, dioses… nada en esta vida era fácil…

El muchacho de cabellos negros y ojos del mismo color, cerró sus ojos y pensó en el sagrado recinto de Atena, pensó en la tierra y en los polvorientos caminos que conducían a aquel lugar, y allá fue a parar, cuando Zack abrió los ojos, se encontraba al pie de las interminables escaleras que conducían a las 12 casas de los caballeros dorados, debía ser cerca de la media noche porque todo era quietud y silencio en ese lugar, así que sigilosamente se dirigió a la derecha, no subió las escaleras sino que tomó el camino hacia el coliseo, el joven podía sentir dos cosmos poderosos que ardían agresivamente y estaban cerca, muy cerca…

Zack caminó un poco más hasta que llegó al borde del Coliseo, y dentro vio a dos muchachos que estaban enfrascados en un singular combate, cada uno de ellos tenía una lanza en sus manos y se movían con maestría en la arena, Zack había escuchado decir que su padre mortal era un guerrero pero… una cosa era suponerlo y otra cosa muy diferente era verlo, por lo que el corazón del muchacho de cabellos negros escapó un latido, Hécate le había dicho que no debía interferir, que sería mejor si no se encontraba con ninguno de sus padres, que mantuviera el perfil bajo y que ella le ayudaría de necesitar ayuda pero… aquí, en medio de la noche, en este lugar estaba su padre mortal, fundido en combate con uno de sus mejores amigos, ambos estaban luchando con abandono, el sonido de sus respectivas lanzas al chocar en el aire lo llenaba todo.

Zack inconscientemente dio un paso hacia adelante pero eso lo hizo visible ante los guerreros, y lo que pasó después fue muy rápido, una ráfaga de luz le golpeó directo en el pecho, Zack nunca había sentido un dolor así, el muchacho fue lanzado contra uno de los pilares cercanos en el que se chocó y cayó pesadamente al suelo. Zack intentó abrir los ojos y lo último que vio fue el rostro de su padre que ahora le hablaba y sonaba angustiado al verlo allí, el muchacho de cabellos negros no pudo hacer más y luego de balbucear algo sin sentido, perdió la consciencia…
- No está muerto, verdad? – preguntó el caballero Shun de Andrómeda todo angustiado al ver que el intruso era un muchacho de su edad más o menos, de lo que estaba completamente seguro era de que no lo había visto nunca antes, era muy atractivo, te blanca tez, complexión atlética, cabellos negros y facciones finas, el peliverde se había arrodillado junto al muchacho herido y había puesto su mano en la frente, estaba helado
- No seas idiota, solo está noqueado, qué hacemos con él? – Seiya, el caballero de Pegaso estaba acunclillado junto al inconsciente muchacho, al otro lado de Shun y le había puesto la mano en el cuello para poder sentir su pulso más claramente que en la muñeca, que es lo que estaba haciendo Shun ahora
- Lo llevamos al templo de Aries? – preguntó Shun sin saber que más hacer, no podían dejarlo tirado ahí, o si?
- O lo llevamos con tu maestro?, o mejor con el mío?, rayos… qué demonios estaba haciendo aquí este tipo? – Seiya pasó una mano por sus cabellos y frunció el ceño
- No no no, Shaka me asesina, nosotros no deberíamos haber estado aquí Seiya, no sé lo que diga Mu pero no quiero arriesgarme tampoco, Kiki le tiene mucho respeto a su maestro, Mu parece un dulce pero uno nunca sabe, yo creo que Aioros es la mejor opción porque es el maestro más fresco de todos, además la delegación del Averno no ha llegado y tu templo está relativamente vacío, o no?
- Si pero… mi templo está muy lejos – dijo Seiya alzando la cabeza y mirando las escaleras con un suspiro
- Ya no seas flojo, lo cargamos entre los dos, aunque deberías cargarlo tú porque fuiste tú quien lo atacó
- No no no, no fue mi intención, además pensé que era otra persona – protestó Seiya sin mucho convencimiento, él si atacó sin ver nada, simplemente atacó y ahora se sentía muy mal, con la adrenalina corriendo por sus venas en pleno combate, se dejó llevar y ahora esto le traería consecuencias, uyyyyy
- Eso no quita tu responsabilidad en esto – dijo Shun muy serio señalando al inconsciente muchacho
- Ya ya ya, lo cargo yo, pero vámonos de una vez…

Seiya cargó al extraño y resignado empezó a subir las escaleras con Shun que guiaba el camino, en la tercera casa, Saga les salió al paso, el peliazul había estado en su balcón fumándose un cigarrillo cuando vio a los chicos subir lentamente las escaleras, bueno… lentamente para sus estándares normales, porque Seiya y Shun corrían cual gacelas por esas escaleras a diario
- Se les pasó la mano en los tragos? – preguntó Saga en tono divertido dándole una fumada a su cigarrillo
- No… - dijo simplemente Seiya sin tomar en cuenta al dorado guardián y sin detenerse
- Espera espera espera… para pasar por mi casa necesitas mi autorización – Saga tomó a Seiya del brazo, el castaño se revolvió con violencia para no dejarse tocar y casi se cae porque llevaba sobre su hombro, cual costal de papas, al inconsciente extraño
- No te atrevas a volver a tocarme nunca más!!! – la rabia era palpable en Seiya, esto hizo reír a Saga, lo que molestó mucho más de ser posible al iracundo castaño
- Por favor Saga, solo queremos ir al templo de Sagitario, no estamos en medio de ninguna conspiración ni mucho menos, porque esa es la norma, verdad?, tú debes exigir el permiso a desconocidos de los que no sabes sus intenciones, nosotros solo queremos llegar a Aioros, eso es todo – dijo Shun parándose en medio de ellos y tratando de conciliar la situación
- Eso es lo que tú dices Shun, y pueda ser que esas sean tus intenciones pero… qué intenciones tienes tu Seiya?, quién es ese muchacho?
- Eso no te importa – contestó el castaño con violencia
- Claro que me importa, ustedes no deberían estar caminando por aquí a tan altas horas de la noche, debo reportarlos al patriarca, me preocupa su seguridad en especial en estos tiempos tan violentos, en el que hay tantos extraños en el Santuario – el tono que empleaba Saga era de burla, el corazón de Shun latía con violencia al ver como Seiya estaba cayendo como piedra en pozo ante las provocaciones del mayor, el castaño todo ofendido dijo:
- Pues no te preocupes mucho que no nos hace falta, y ya déjanos pasar que no tenemos tu tiempo como para seguir perdiéndolo
- No… este es mi templo, y nadie pasa si yo no lo dispongo, mucho menos tu… niñito…
- Eres un…
- Seiya!!!, vámonos hijo – una muy varonil voz habló desde lo alto de las escaleras, los tres caballeros alzaron la mirada y vieron a Aioros, el guardián del noveno templo que estaba de pie en el frío de la noche, Saga se hizo a un lado frunciendo el ceño pero dejando pasar a los muchachos que siguieron su camino hasta el mayor que al ver llegar a su discípulo le apretó suavemente el hombro libre y dijo: - No deberías pasar por aquí siquiera, y tú lo sabes, no te expongas
- Si maestro…
- Y este muchacho quién es? – Aioros ladeó la cabeza para poder verle el rostro al inconsciente joven
- No sabemos, por eso lo estábamos llevando a su templo para poder atenderlo o algo – dijo Shun y se mostró preocupado y culpable
- No queda el templo de Virgo más cerca? – preguntó Aioros cargando él mismo al muchacho, Seiya respiró aliviado y caminó junto a su maestro mientras seguían subiendo las escaleras
- Si maestro Aioros pero… bueno…
- No te preocupes Shun, si conozco a tu maestro también, Seiya… no mires atrás hijo, vamos… - el castaño mayor volteó la cabeza y vio a su aprendiz que se había quedado un par de escaleras más abajo, al escuchar su nombre, Seiya salió de su ensimismamiento y con la cabeza baja volvió a subir las gradas, Aioros frunció el ceño al ver a Saga que estaba en el patio de su templo comiéndose a besos con Misty, el caballero de plata vestía solo la sábana de la cama, dioses…

La subida al templo de Sagitario fue bastante silenciosa, Seiya estaba todo pensativo y Aioros vio que un par de ocasiones su aprendiz se limpió una rebelde lágrima que bajaba por su mejilla, Shun a su lado lo miraba con preocupación pero no se atrevía a decir nada, conocía lo suficientemente bien a Seiya como para hablar en ese punto. A lo que llegaron al templo, Aioros acomodó al extraño muchacho en la habitación de Seiya, Shun dijo que mejor regresaba al templo de Aries por si acaso Mu se despierte y no los encuentre, el peliverde no quería más problemas con nada ni con nadie, solo a él se le ocurría hacerle caso a Seiya e ir a la medianoche al Coliseo…

Aioros mandó a Seiya a bañarse y cuando el castaño ya regresaba a su habitación bañado, cambiado y secándose el cabello con una toalla, encontró a Aioros evaluando al joven dormido, el castaño mayor estaba de pie junto a la cama y de sus manos emanaba una luz dorada que recorría el cuerpo entero del chico accidentado
- Vivirá? – preguntó Seiya sentándose al pie de su propia cama
- Si… solo tiene una contusión algo fuerte en la cabeza, pero está bien – respondió el mayor regresando su atención a su aprendiz que asintió y suspiró, Aioros continuó: - Seiya…
- Sé lo que me va a decir maestro pero… no puedo, cada vez que lo veo me lleno de rabia, es un imbécil y disfruta el hacerme rabiar
- Si, tienes razón, Saga si es un imbécil y si… él disfruta en hacerte rabiar, pero es porque tú le das importancia y te mueres de las iras cuando lo vez, ignóralo Seiya, solo ignóralo y él te dejará de molestar, hazme caso en esto, odio verte así – Aioros puso sus dos manos en los hombros de Seiya mientras hablaba y lo miraba a los ojos, Seiya sentía que su maestro podía ver a través de su alma cuando hacía esto, y tenía razón, Aioros era muy buen adivino pero eso no era todo, Seiya era muy fácil de leer, el castaño era impulsivo, directo y tenía unos ojos por demás expresivos
- Lo siento maestro…
- Tú no tienes la culpa, se supone que Saga es el adulto en esto – dijo Aioros claramente molesto
- Si pero… él es su amigo y yo… no quiero que lo que sea que pase conmigo acabe con eso, yo si tengo la culpa de todo esto… yo sabía lo que él es y… yo… yo soy tan estúpido…
- …l no es mi amigo, yo no puedo ser amigo de alguien que hace lo que él ha hecho, él sabía perfectamente que tú eres mi aprendiz, en buenas cuentas eres mi hijo y a él no le importó lastimarte como lo hizo, él no es mi amigo Seiya, ya no lo es
- Lo siento tanto maestro, yo nunca quise que las cosas se dieran así, yo…
- Lo sé hijo, sé que creíste en él y por eso hiciste todo lo que hiciste, sé que estás dolido y molesto, sé que Shun es el que está pagando los platos rotos porque le estás sacando el aire, mucho más que Shaka puede hacer con sus entrenamientos, pero también sé que todo pasará, eventualmente todo pasará y me parece bien que canalices la rabia en algo más productivo así sea entrenamiento con lanzas en medio de la noche, ahora te mandaría a dormir pero lastimosamente la vas a hacer de enfermero
- Ohhh es cierto – dijo Seiya y miró al inconsciente muchacho que estaba en su cama, Aioros besó su frente y se fue a dormir, el dorado arquero lo que quería hacer en esos momentos era lanzarle una de sus flechas doradas a Saga por el culo, maldito Saga, utilizar así a su aprendiz… no no no, eso no estaba bien, nada bien…

Shun estaba molido y bostezaba mientras bajaba las escaleras, pasó por su templo y suspiró lastimeramente, le hubiera encantado poder entrar y acostarse en su propia cama, rayos… parte de la delegación de Apolo ya estaba allí, esa noche en la cena, los caballeros se enteraron que los Dioses se hospedarían en el templo principal del Patriarca, sus delegaciones eran las que estarían diseminadas por todo el Santuario
- Caminando en el frío de la noche? – una voz habló desde las sombras, el tono de aquella voz heló la sangre del caballero de Andrómeda que se quedó quieto mirando un punto que aún estaba en penumbra
- Quién está ahí? – preguntó el peliverde asumiendo inmediatamente posición defensiva, en estos días el Santuario tenía muchos visitantes, y no se sabía a ciencia cierta las intenciones de cada uno de ellos
- Vaya… caballeros de Atena, tienen la adrenalina tan a flor de piel que asumes que soy un enemigo sin verme siquiera, eso no está bien – una figura salió desde las sombras y tenía una expresión divertida en el rostro, al verlo Shun bajó la cabeza en signo de respeto y dijo:
- Lo siento mi señor… no fue mi intención ofenderlo, no sabía que era usted
- Está bien… yo tampoco podía dormir y también salí a caminar, te vi subir las escaleras con otro muchacho y uno de los caballeros dorados, es usual tanto movimiento en la madrugada en los templos de Atena? – aquel hombre era alto, muy apuesto, de cabellos rojizos y porte exquisito, Apolo, el dios del sol caminaba lentamente acercándose a Shun, como si fuera un lobo a la caza de un jugoso conejo, lo miraba con ojos de deseo
- No mi señor, esto fue… un accidente – explicó Shun algo nervioso, no le agradaba la manera en la que Apolo lo estaba mirando, lo estaba desnudando con la mirada y eso lo estaba poniendo muy nervioso, nunca le había pasado algo así
- Ah si?, vaya… y qué tipo de accidente?
- Bueno… yo… - Shun miraba a Apolo que había cubierto las distancias y había retirado un mechón de cabello del cuello de Shun y rozó levemente su oreja con un dedo, el peliverde se estremeció y no necesariamente de placer, él sentía algo de Apolo y le provocaba huir
- Shun… qué haces aquí? – el peliverde saltó y respiró aliviado al ver a su maestro de pie en la puerta del templo, Apolo lució molesto por un momento pero recobró la compostura al decir:
- Shun… que bonito nombre
- Maestro, solo bajaba al templo de Aries, es que subí con Seiya a Sagitario porque hubo un percance y… lo siento maestro – Shun no sabía que hacer al ver a Shaka tan molesto
- Mañana me explicarás con calma, ve pronto al templo de Mu y no pares hasta que llegues allá, sabré si me desobedeces, ahora corre – el tono de Shaka no dejaba lugar a discusión, Shun ya no dijo nada más y salió disparado escaleras abajo, agradecido en el alma que Shaka hubiera llegado justo a tiempo. Apolo solo miró al santo dorado de virgo y no dijo nada más, se desapareció en una llamarada de fuego llegando al templo principal del patriarca, pensaba que su salida nocturna le había rendido más frutos de los esperados, ese chiquillo estaba realmente apetitoso y completamente deseable, vaya… por algo Hades lo había elegido de entre todos los mortales para llevar su alma, era en verdad muy bello y puro, bueno… sería puro hasta que él lo hiciera suyo…
Notas finales: Espero que les haya gustado, no se pueden perder el capítulo que viene, se llama: Mi padre mortal, será que se revela la identidad del futuro consorte de Hades????, uyyyy... no se sabe

Muchas gracias por leer y nos vemos el viernes con el capítulo nuevo, un abrazo , bye

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