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SOL DE MEDIANOCHE por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el capítulo nuevo, espero que les guste, en este capítulo se dice mucha información, alguien esperado regresa y muchas cosas pasan

Capítulo 6.- Mi padre mortal

 

Las imágenes se arremolinaban frente a sus ojos, imágenes de sus hermanos y de los días en los que compartían algún momento libre de preocupaciones en Guidecca, de su inmortal padre y ese sentimiento tan especial que lo llenó cuando se abrazaron por primera vez, de Adrián muriendo frente a sus ojos y la impotencia que sintió al ser tragado por la oscuridad y llevado por aquel portal, Hécate… Hécate y sus ojos hechizantes, Talia muerta en el campo de batalla, Hades sosteniéndola en sus brazos y gritando de dolor y frustración al sacar esa daga maldita de su pecho

- Shhhhh… tranquilo, respira… eso es… respira…

- Adrián… Adrián… ayúdame… no me dejes solo… ayúdame…

- Shhhh… vamos abre los ojos, despierta… abre los ojos, puedes verme?

- Papá?, papá eres tú?

- No… me llamo Seiya y tú te golpeaste muy fuerte la cabeza, puedes oírme?, hola… hola…, dioses… es inútil, el pobre está ido aún, habla a ratos, se mueve a ratos, pero principalmente duerme – dijo el castaño bostezando, Shun estaba de pie en la habitación con Ikky, Shyru y Hyoga, los caballeros de bronce habían ido al templo de Sagitario en medio de la mañana para ver qué novedades había con el chico herido del que Shun les había hablado

- Es que eres una bestia Seiya, cómo lo golpeas así? – dijo Ikky meneando la cabeza

- Shun es un exagerado, no fue tan duro – Seiya se dejó caer en la silla en la que había dormido la noche anterior

- No fue tan duro?, ok., así no haya sido tan duro para los estándares normales nuestros, no significa que este pobre muchacho no se hubiera lastimado, nosotros somos caballeros, él no, el pobre pudo haber muerto – dijo Shun ladeando la cabeza con pena

- Eres un dramático Shun – dijo Seiya con una leve sonrisa

- Oye tienes algo de comer? – preguntó Hyoga frotando su estómago, a él no le había hecho mucha gracia el desayuno que Mu les había dado, Camus era en verdad estricto pero cocinaba como los dioses y comida era lo que sobraba en el templo de Acuario

- Lo que encuentres en la cocina es tuyo excepto mi pastel de manzana, de paso me traes algo – dijo Seiya frotándose los ojos, al castaño le hacía falta dormir un poco

- Ok., ok., vamos no? – dijo el rubio caminando por el pasillo llamando a los otros caballeros de bronce dejando a Seiya a solas con el dormido muchacho que movió la mano y se estiró perezosamente

- Hola… ahora si estás despertando o vas a seguir jugando con mis sentimientos? – preguntó Seiya pasando un pañito algo humedecido en la frente del muchacho de cabellos negros que abrió los ojos y se sentó de un salto en la cama, lucía asustado y adolorido, porque se llevó una mano al pecho y otra a la cabeza

- Auch…

- No tan rápido… recuéstate despacito, eso es… te golpeaste muy fuerte la cabeza, recuerdas algo de eso? – el castaño le acercó un vaso con agua que tenía una pajilla para que pudiera tomarla

- No… dónde estoy?

- En el Santuario de la Diosa Atena, en el templo de Sagitario, en Grecia, planeta tierra… algo te suena conocido? – Seiya se volvió a sentar en su silla y le puso la mano en el cuello al enfermo para sentir su pulso, era fuerte, eso le dio tranquilidad

- Santuario… Atena… planeta tierra? – Zack abrió los ojos y esta vez si los pudo enfocar en Seiya que lo miraba algo preocupado, el pelinegro trató de levantarse pero Seiya le puso una mano en el pecho y le dijo:

- Qué parte de que no te muevas mucho no me entendiste?, quieto amigo… no te estoy botando de mi cama aún

- Tu cama? – Zack lució confundido y ahí se dio cuenta que estaba acostado en una cómoda cama, estaba usando una pijama de franela que lo mantenía calientito y la almohada era fantástica, hacía semanas que no había dormido así de bien o se sentía tan cómodo, como un ser humano normal, como antes, y lo sintió a tal nivel que por un momento pensó que todo había sido una pesadilla y se encontraba en casa, pero no… no era así, su pesadilla si era real y continuaba inexorablemente su curso

- Si, esta es mi habitación, yo vivo aquí, en el templo de Sagitario, soy el aprendiz del Santo Dorado de Sagitario, Aioros, mi nombre es Seiya y soy el caballero de Bronce Pegaso, cómo te llamas? – el castaño le sonrió al extraño que lo miró de una forma muy peculiar

- Seiya…

- No no no, Seiya es mi nombre, cuál es el tuyo? – preguntó el castaño muy divertido, este muchacho lo miraba completamente embelesado, Seiya le acercó otra vez el vaso con agua y Zack tomó otro bocado y eso le ayudó a recuperar la compostura

- Ohhh mi nombre… yo me llamo Zack

- Ok. Zack, qué hacías en medio de la noche husmeando por el Coliseo, pudiste haber muerto, lo sabes verdad?

- Qué me pasó? – el muchacho se incorporó lentamente ayudado por Seiya que le puso otra almohada en su espalda y lo cobijó de mejor manera, Zack se llevó una mano al pecho y le dolió feísimo

- Lo siento… no fue mi intención atacarte, pensé que era… otra persona – dijo el castaño todo incómodo y arrepentido

- No te preocupes, me han golpeado más fuerte, tu… en verdad tú eres el aprendiz de Sagitario?, el caballero bronce de Pegaso?, en serio? – Zack preguntó con interés y ansia, él había visto fotografías, Adrián se las había enseñado en donde estaban los caballeros de Bronce, en donde estaban su padre mortal y sus amigos, Zack tenía una clara idea del rostro que estaba mirando ahora pero… una cosa era verlo en fotografía y otra cosa muy diferente era tenerlo frente a él de carne y hueso

- Te lo acabo de decir, no?… aquí donde me vez soy más fuerte de lo que parezco, por eso siento mucho haberte atacado, quieres que te traiga un poco de hielo?

- No… no te vayas, por favor no te vayas – Seiya hizo moción de levantarse pero Zack le tomó de la mano con desesperación y no dejó que se fuera

- Ok., pero tranquilo que aquí estás seguro, me vas a decir que hacías en la oscuridad espiando mi combate con Shun?

- Shun… - Seiya notó que el muchacho abrió mucho los ojos cuando escuchó ese nombre, y lo dijo de una forma muy extraña, como con anhelo

- Si… Shun, él es el caballero de Andrómeda, has oído hablar de nosotros? – preguntó Seiya frunciendo un poco el ceño, la actitud de Zack era por demás extraña

- No… si… he escuchado historias, yo… no puedo creer que estoy frente a ti, esto es tan… irreal, como si fuera un sueño

- Irreal?, en serio?, somos famosos acaso?, eso sería muy divertido la verdad, pero aún no me dices cómo llegaste aquí, cómo pasaste los guardias, o cómo fuiste hasta el coliseo en la oscuridad

- Ohhh… yo… bueno yo… estaba… me perdí… - dijo Zack sin saber que decir, su mente estaba en blanco completamente, se sentía intimidado al hablar con Seiya, Zack sentía que su corazón le latía con fuerza y no podía pensar coherentemente, esto no le había pasado nunca antes, Zack siempre fue buenísimo para inventar historias y librarse de problemas

- Te perdiste?, ajá… - esto dijo Seiya arqueando una ceja en clara incredulidad

- Es en serio

- Estás insultando mi inteligencia amigo, realmente no te conviene mentirme porque si lo haces, no saldrás vivo de aquí – el tono de Seiya se volvió amenazante en cuestión de segundos, eso desubicó completamente a Zack, ese era un lado del caballero Pegaso del que nadie le había hablado

- No te está mintiendo caballero Seiya de Pegaso – la puerta se abrió dando paso a una mujer hermosísima, su tono de voz era hermoso como toda ella, Seiya no tenía idea de quien era pero indiscutiblemente se trataba de una diosa, así que el castaño se puso de pie y bajó la cabeza en señal de respeto, Zack suspiró aliviado al ver a Hécate, la que se acercó y tomó su mano

- Lo siento señora… no fue mi intención acusarlo de nada, yo solo… quería saber quién era y de dónde venía – dijo Seiya todo abochornado

- No te preocupes cariño, Zack es mi aprendiz y está dentro de mi comitiva, él se adelantó en llegar porque iba a venir directo hacia aquí, pero la verdad es que toda nuestra comitiva se atrasó y llegamos hoy en la mañana, ya he arreglado el mal entendido con tu maestro – Hécate acarició el rostro de Seiya cuando dijo esto, Seiya se sonrojó y esto le pareció adorable a Hécate que sonrió para luego sentarse en la sillita junto a la cabecera de Zack

- Entonces ya llegaron todos? – preguntó Zack sin poder contenerse

- No muchacho, solo hemos venido Hypnos y yo, mi señor Hades llegará más tarde, lo que me recuerda, tengo un favor que pedirles – dijo la hermosa diosa, Aioros había entrado a la habitación y lucía algo preocupado, pero respondió:

- Lo que usted desee mi señora

- De lo que tengo entendido, hay varios aprendices en los templos, es eso cierto?

- Si mi señora, los hay – respondió Aioros sin saber a dónde iba Hécate con estas preguntas

- Maravilloso, me preguntaba si Zack se podría quedar con muchachos de su edad por estos días en los que vamos a estar aquí las comitivas, él siempre pasa solo o conmigo, pero… creo que le haría bien el compartir tiempo con compañía más agradable que la mía – Hécate miraba directamente a Aioros cuando dijo esto, el dorado guardián no vio esto venir, lo tomó en frío y sin saber que más decir dijo:

- Supongo que no habría problema

- Me alegra oírlo, yo hablaré con Atena si eso es lo que te preocupa, santo dorado de Sagitario

- No mi señora… no hay problema, será un gusto para los muchachos recibir a su aprendiz, ellos se están quedando en el templo de Aries

- Perfecto… está decidido entonces, les dejo a mi pequeño a su cuidado mientras voy al templo principal, debo hablar con su Diosa de varios asuntos, iré a verte en el templo de Aries Zack, recuerda todo lo que te dije

- Si mi señora…

- Muy bien, ha sido un gusto verlos, hasta pronto…

 

La hermosa diosa se puso de pie y se desapareció en humo, Aioros le hizo una seña a Seiya para que se quedara en la habitación y el dorado guardián salió con rumbo a la cocina, el castaño miró a Zack y volvió a arquear una ceja al decir:

- Podías haberme dicho que eras aprendiz de la diosa Hécate y nos evitábamos todos los problemas, oye… eres brujo?, tienes poderes mágicos?, que de especial puedes hacer? – Seiya se interesó en eso, él sabía que Hécate era la diosa de la magia y hechicería, por lo que era sensato suponer que el muchacho tuviera poderes mágicos o algo

- No… ella dice que soy su aprendiz pero no es cierto, soy su humilde ayudante nada más, no tengo poderes mágicos, soy humano, mortal como tu – dijo Zack llevándose una mano al pecho, le dolía respirar

- Y cómo llegaste a ser su aprendiz?

- Bueno… yo soy huérfano y ella me acogió bajo su cuidado, siempre ha velado por mi, le debo la vida, literalmente – al decir esto Zack se encogió de hombros, esto no era una mentira, era una realidad que a Hécate le debía mucho y le seguiría debiendo porque ella era una pieza esencial en sus planes

- Eres huérfano… lo siento mucho, yo también lo soy, nunca conocí a mis padres, pero tengo una hermana mayor que vive en Tokio, cuida a huérfanos en un orfanatorio, se llama Seika, mira… esta es su fotografía – Seiya tomó un porta retratos que estaba en el velador junto a su cama, esa foto había sido tomada la última vez que él había ido a Tokio, de eso era más de un año

- Vaya… es muy bonita – Zack sonrió al mirar la fotografía en la que una muchacha de cabellos castaños posaba toda sonriente y abochornada

- Si… lo es, entonces, si tú eres huérfano, quién es Adrián? – preguntó Seiya como quien no quiere la cosa, pero Zack se puso pálido

- Adrián?

- Si… mencionabas su nombre cuando estabas inconsciente, lo llamabas y le pedías ayuda – explicó Seiya todo curioso, si un defecto tenía Seiya era su curiosidad e imprudencia, pero esas eran sus fallas de fábrica, él no lo hacía de mala intención, era un defecto de carácter

- En serio?

- Si, quién es?

- Adrián es mi hermano mayor, pero… murió, fue asesinado… - esto dijo Zack luego de unos minutos de silencio, su voz se rompió al hablar de él y una lágrima peleaba por salir de sus ojos, Seiya no se esperó esta respuesta, ni la forma en la que Zack se quebró al pensar en su hermano, el castaño se arrepintió de haberlo mencionado siquiera, así que tomó la mano de Zack y la apretó suavemente al decir:

- Cielos, soy un hablador y un idiota, lo siento mucho, no quise… lo siento

- Muchas gracias… yo… aún no puedo creer que en serio esté muerto, él era todo para mi y… lo siento, qué debes pensar de mi – Zack limpió una lágrima que caía por su mejilla, pero Seiya lejos de pensar mal de él, se conmovió y lo abrazó delicadamente diciendo:

- Pienso que eres un ser humano que ha sufrido una gran pérdida y es normal que te duela, lo entiendo y no te juzgo, mi hermana Seika… yo pensé que la había perdido y dediqué mucho tiempo buscándola, no sabes lo que sufrí al solo pensar en ella, entonces sé por lo que estás pasando, y no te avergüences de ello, tienes derecho a sentirte como te sientes, aunque no me lo creas esto te hará más fuerte en el futuro, te obligará a ser fuerte en su memoria, por él, entiendes lo que te digo?

- Si… lo sé, gracias Seiya – Zack apretó la cálida mano del castaño que le sonrió

 

Y en eso estaban cuando la puerta se volvió a abrir y los otros cuatro caballeros de bronce entraron a la habitación, Zack reconoció a dos de ellos, los había visto en el futuro, Hyoga y Shyru pero… dioses, ahora eran tan jóvenes, eran muchachos de su edad, esto era demasiado para él, cómo estos chicos podían ser los legendarios guerreros de los que había escuchado tantas historias???

- Aioros nos dijo que despertaste y que tenemos que llevarte con nosotros al templo de Aries – dijo Ikky con molestia, todo era una molestia para el poderoso Fénix que se cruzó de brazos cuando dijo esto, Zack tuvo que contener el aliento, la pose de Ikky era idéntica a las que había visto en las fotografías que Adrián le había enseñado, esa expresión seria, esa cicatriz en la ceja, esa mirada dura… cielos… el poderoso Fénix…

- Me da gusto que hayas despertado, anoche me angustié mucho cuando vi que el intruso eras tu, yo soy Shun por cierto – el caballero de Andrómeda se sentó al pie de la cama del muchacho y le apretó un pie, Zack miró a Shun larga y detenidamente, sonrió como un tonto y dijo:

- Shun…

- Me conoces? – Shun estaba algo desubicado, no le agradaba cuando las personas lo miraban con detenimiento pero… eso no le pasó esta vez, este muchacho lo miraba con emoción y alegría, tenía una mirada limpia y pura, no había maldad en él, había curiosidad y anhelo, eso era por demás palpable

- He escuchado historias, yo… es un gusto conocerlos, mi nombre es Zack – dijo el pelinegro tímidamente y mirándolos a todos ellos por turno, cayendo en cuenta que estaba siendo demasiado obvio, no debía hacer lo que estaba haciendo pero… esto era denso, su padre, aquel con el que tanto soñó a través de los años estaba a pocos centímetros de él… dioses…

- Bueno… ya conocías a Shun aparentemente, este de acá con cara de histérico es Ikky, pero que no te intimide, es un pan de dios ahí donde lo vez, el rubito de por allá es Hyoga, el de más acá es Shyru, que es otro pan de dios, no dejes que su seria expresión te confunda, y el pelirrojo de más allá es Kiki, pero que tampoco te confunda su aparente dulzura, él es el aprendiz del Santo dorado de Aries, así que te podrás imaginar lo hábil que es  – dijo Seiya haciendo las presentaciones del caso, Kiki había llegado cuando los chicos estaban comiendo su snack en la cocina y ante la referencia de Seiya, el pequeño pelirrojo hizo volar un libro de la estantería que le dio a Seiya en la cabeza, el castaño se quejó y miró a Kiki con rabia, Kiki solo le hizo un guiño y sonrió pícaramente

- Y Seiya parece todo fresco y divertido pero… tampoco dejes que te confunda – dijo Hyoga con una sonrisita

- No me hagas hablar de ti patito helado, que te tengo varios secretos que dudo quieras que salgan a la luz – dijo Seiya con la misma expresión divertida pero sus ojos le chispearon

- Ya ya ya, no me amenaces que yo miedo te tengo, entonces… volvemos a Aries? – preguntó Hyoga cambiando de tema

- Más tarde mejor, crees que puedes caminar Zack?, mira que tenemos que bajar las escaleras de nueve templos, entonces considera eso antes de que me respondas – dijo Seiya y lo dijo en serio, él se negaba a cargarlo otra vez

- Mejor más tarde, tienes razón – dijo el muchacho de cabellos negros moviéndose un poco en la cama, le dolía todo el cuerpo, solo pensar en bajar esas escaleras, ufffffffff

- Me agradas, ok., ustedes cuídenlo un momento, ya que son tan malos amigos que no son capaces de traerme nada de la cocina, me voy yo mismo a comer algo, pobres de ustedes que se desaparezcan

- Ya ya ya… te dejamos un poco de lechuga, buen provecho – dijo Hyoga con una sonrisa

- Duerme con un ojo abierto patito helado, si te comiste mi pastel de manzana pagarás muy caras las consecuencias, no sabrás que fue lo que te golpeó, estás advertido - Shun estalló en risas e Ikky también, Hyoga se puso pálido y Shyru se apoyó en la pared meneando la cabeza, todo se le podía hacer a Seiya menos comerse su comida

 

Zack miraba a los caballeros y se maravillaba con lo que veía, las historias que había escuchado no les hacían justicia, nunca nadie le había dicho que su padre mortal y sus amigos hubieran sido tan… normales, tan divertidos, tan jóvenes y humanos, maravillosamente humanos, que sonreían despreocupadamente ante la vida, y su vida no había sido nada fácil, solo había que tomar la habitación de Seiya para darse cuenta de las cosas

 

La cama en la que estaba acostado era bastante cómoda para una sola persona, tenía una mesita sencilla junto a su cama en la que estaba una lámpara y la fotografía de su hermana, un pequeño armario estaba en la pared opuesta y un pequeño escritorio con una silla terminaba la muy austera decoración, muy sencilla, digna de un guerrero, simple pero limpia y cuidada.  Zack supuso que así fue la vida de todos estos muchachos, despojados de familia, de comodidades, de intereses personales, formados para servir y proteger, dar su vida por su causa, la causa de Atena era una causa justa pero… su vida era muy triste, simple pero triste… él en cambio creció rodeado de lujos y sirvientes, con sus hermanos… esa era la razón por la que estos muchachos eran tan fuertes, ellos tuvieron que hacerse solos y enfrentar muchas pruebas duras, él siempre tuvo a sus hermanos mayores a su lado, sus realidades fueron abismalmente diferentes

 

Zack sonrió cuando Seiya volvió a la habitación y persiguió por todas partes a Hyoga, que se había comido su pastel de manzana, hasta saltaron por la cama y salieron corriendo del cuarto, Ikky los fue a ver pero Shun se quedó con Zack y le ayudó a pararse y a caminar un poco, el peliverde hablaba de lo importante que era la circulación y que era mejor si se mantenía en movimiento, Zack se dejaba llevar por Shun que era en verdad muy gentil, todo lo que las historias que había escuchado de él eran ciertas, Shun si poseía el alma más pura de todo el mundo, Zack lo podía sentir muy bien, era una sensación muy especial

 

- Ten cuidado… eso es… Seiya tiene todo tirado, yo no sé cómo Aioros no lo pone en cintura – dijo Shun pateando fuera del camino un zapato que estaba por el suelo de la habitación, Zack se tropezó con el zapato y se hubiera caído de no ser por Shun que lo sostenía

- Tu no lo tienes todo tirado en tu cuarto? – preguntó todo interesado Zack

- Claro que no, Shaka me asesina, pero no lo hago por eso, yo siempre he sido muy ordenado, mi hermano… esa es otra historia – dijo Shun con una cálida sonrisa

- Yo también siempre fui muy ordenado, mi hermano mayor no, él lo tenía todo tirado, mi hermana era igual a mí, muy ordenada – eso dijo Zack con un dejo de tristeza

- Y dónde están tus hermanos?

- Ohhh… ellos murieron hace no mucho, no… no quieres escuchar mi triste historia – dijo Zack meneando la cabeza, a Shun se le encogió el corazón porque pudo sentir la tristeza del muchacho, así que asintió y apretó suavemente su brazo y siguieron caminando por el templo hacia la estancia principal en donde seguramente estaban los otros caballeros

- No quiero que te pongas triste, pero si me la quieres contar, lo puedes hacer cuando quieras hacerlo, estás entre amigos Zack y quiero que te sientas parte del grupo, eso nos dijo Aioros pero no es por eso que te lo digo, me agradas, no sé por qué pero me agradas – Shun sonrió y Zack también, pero tuvieron que detenerse en seco en medio del pasillo porque Hyoga venía corriendo seguido muy de cerca de Seiya que los rodeó y siguió su camino

- Siempre son así? – preguntó Zack

- No… a veces son peores – contestó Shun con una sonrisa, Ikky asintió apreciativamente y Shyru solo meneó la cabeza y volvió su atención a uno de los libros de Aioros que estaba ojeando

 

Cuando caía la tarde, los seis aprendices bajaban lentamente las escaleras, estaban bajando al ritmo en el que Zack podía hacerlo, el muchacho de cabellos negros disfrutaba el poder compartir tiempo con este singular grupo de seis caballeros que reían y charlaban de todo y nada en específico, Ikky le cayó muy bien a Zack, él era el que lo estaba sosteniendo mientras bajaban las escaleras, Hyoga no decía nada pero cuando decía algo, usualmente era concreto y al punto, y sus ataques iban siempre a Seiya que contestaba con maestría a sus bromas e insinuaciones.  Shun estaba un poco rezagado en el grupo y se le notaba pensativo, esto era raro en él aparentemente porque Shyru le preguntó varias veces si se sentía bien y lo que le pasaba, pero el muchacho de ojos verdes no estaba hablando, y no dijo nada hasta que Seiya lo retó una carrera hasta el templo de Aries

 

Ikky suspiró al ver a los dos más jóvenes bajar las escaleras a la carrera y sujetó de mejor manera a Zack para apurarlo, el poderoso Fénix no quería quedarse tan atrás, porque Hyoga y Shyru también aceleraron el paso.  Aioria de Leo solo sonrió al ver a los más jóvenes pasar corriendo y aceptó ayudar a su aprendiz a llevar al muchacho herido él mismo hasta Aries, de paso visitaba a Mu, así que Ikky tuvo libertad de también bajar corriendo las escaleras

 

Zack había escuchado historias de que los caballeros dorados podían moverse a la velocidad de la luz, y la verdad no lo creyó hasta que en un abrir y cerrar de ojos se encontró en un taller de reparación de armaduras al pie del Santuario, al parecer la noticia de su llegada había corrido como pólvora porque Mu de Aries, el dorado guardián del primer templo, ya sabía quién era él, ya había hecho los arreglos necesarios para que pudiera compartir la habitación con los otros chicos y lo recibió con una sonrisa y un té caliente, le había dicho que le iba a ayudar a respirar mejor, y tuvo razón, la infusión le ayudó en muchos niveles, Zack se sentía casi normal

 

El muchacho de cabellos negros sonrió al ver por la ventana como Seiya y Shun casi llegaban al pie de las escaleras, el peliverde iba ganando y sonreía maravillosamente porque usualmente era Seiya el que ganaba, pero esa sonrisa se le borró del rostro cuando se chocó con una imponente figura que se había materializado al pie de la escalera sin previo aviso

 

Shun aterrizó sobre su trasero, sintió como si se hubiera chocado contra un muro, pero no era un muro lo que detuvo su rápido avance, cuando el muchacho de cabellos verdes abrió los ojos, vio la imponente figura del Dios de los muertos en persona, Hades lo miraba un tanto extrañado y algo divertido, él no se había caído pero si había perdido el equilibrio y había dado un paso hacia atrás, Shun al verlo se puso pálido

- A esto es a lo que tu diosa llama un recibimiento digno?

- Hades sama…

 

Notas finales:

Chan chan chan...

Hades ya llegó al Santuario y ya tuvo su primer encuentro con los chicos de bronce, Zack también está ahí, será que es receta para el desastres????, uyyyyyyyyyy

No se pueden perder el capítulo del lunes, que se llama: No todo es lo que parece, en donde las cosas se siguen desarrollando y muchas sorpresas se vienen, nuevos personajes asoman sus narices en la historia, espero que les guste lo que viene

Muchas gracias por leer y nos vemos el lunes, saludos, bye 


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