Capítulo 7.- No todo es lo que parece
Seiya llegó corriendo y su intención era la de pararse defensivamente delante de Shun pero no hubo necesidad, Hades le tendió la mano al joven de cabellos verdes y lo ayudó a levantarse mientras preguntaba:
- A dónde ibas con tanta prisa muchacho?
- A ninguna parte… yo solo… corría…
- Tu solo corrías… ahhh lo que es ser joven y estúpido, pero por todos los dioses no dejes que te detenga, sigue corriendo, si no estás yendo a ninguna parte, es mejor que llegues allá lo más rápido posible – el tono de Hades era divertido hasta cierto punto pero si se podía notar la burla y la molestia también, y eso era algo lógico, a él, un Dios, lo había chocado un simple mortal, a Seiya le sonaron sus palabras a insulto, así que tomó a Shun del brazo y dijo:
- Vámonos Shun, por lo menos nosotros si podemos correr, somos libres a fin de cuentas, no tenemos ataduras extrañas ni control sobre fenómenos atmosféricos de destrucción masiva que ocupen nuestro tiempo
- Mis oídos no me engañan?, estás diciendo lo que creo que estás diciendo Pegaso? – Hades no podía creer la audacia y la falta de respeto de ese chiquillo insolente
- Le hablo más alto para que me escuche?, eso también le falla?, o es el idioma un impedimento?, porque es cierto que la lengua medieval está fuera de uso – el tono de Seiya era de clara molestia, los tres jueces del Averno adoptaron pose defensiva, nadie… nadie le hablaba a su señor Hades como lo estaba haciendo este muchachito
- Eso también me falla? – Hades preguntó esto con total incredulidad y para sorpresa de todos sonrió muy divertido, meneó la cabeza y dijo: - Ahhh la adrenalina de la juventud, listos para la pelea sin motivo o razón, atacar sin medir consecuencias, fuego en la sangre y pasión en el corazón, color y vida… eso siempre hace falta porque le da valor extra a la vida y a las experiencias, pero ya nos encontraremos en otras circunstancias caballero Seiya de Pegaso y veremos de lo que estás hecho, lastimosamente no puede ser ahora porque tu diosa me espera, pero ya habrá oportunidad y eso mi querido muchacho, te lo puedo asegurar – Hades miró la confusión en el rostro del muchacho castaño y se sintió muy satisfecho, este había sido el chiquillo que logró herirlo hacía tres años, y al parecer no había cambiado en nada
- Cuando usted quiera – dijo Seiya empezando a tomar real medida de lo que había pasado, Hades pudo haberlo fulminado con un rayo pero prefirió no hacerlo, tomó sus palabras como broma, dioses… debía aprender a controlarse, no podía seguir desquitándose con todo el mundo por sus broncas muy íntimas, eso ya le había traído consecuencias antes y si no cambiaba eso, le seguirían trayendo problemas, si Hades se ofendía y se lo reclamaba a Saori… uyyyyy…
- Así será muchacho, así será
Hades meneó la cabeza una vez más y con una divertida sonrisa se desapareció de donde estaba dejando una estela de humo negro, Shun golpeó a Seiya en el estómago y se dirigió al taller de Mu en donde Aioria, Mu y Zack estaban de pie en la puerta mirándolo todo, Seiya no fue hacia allá, no quería escuchar más reprimendas, estaba cansado de todo eso, su vida en el Santuario en estas últimas semanas había sido insostenible, así que el castaño giró sobre sus talones y se encaminó hacia el Coliseo, Aioria suspiró con tristeza y volvió a entrar al taller con los demás
Esa noche, se dio una nueva cena de bienvenida en honor a la comitiva del Averno que al fin había llegado, al día siguiente las reuniones darían inicio, había mucha anticipación en el ambiente y no en el buen sentido de la palabra, la tensión era palpable, grupos se habían empezado a formar o por lo menos eso le pareció a Hades que estaba atento a las conversaciones de los demás dioses, le molestó ver a Perséfone en una de las mesas cercanas, su antigua esposa… las cosas no habían terminado muy bien entre ellos y habían muchas rencillas y asuntos pendientes, pero Hades no quería hablar con ella, no esta noche…
El Dios de los infiernos sintió algo extraño y dirigió su mirada hacia la derecha, allí estaba una mesa en la que estaban los caballeros de bronce de Atena, los más jóvenes y bellos, Shun de Andrómeda estaba allí y comía tranquilamente mientras charlaba con su hermano, el poderoso Fénix, pero no fue en ellos en quien Hades fijó su atención, había otra persona allí, un muchacho al que no había visto antes, sus ojos se encontraron y por una fracción de segundo, Hades sintió que una corriente eléctrica lo recorrió entero, el muchacho de cabellos negros desvió la mirada y bajó la cabeza, pero Hades lo siguió mirando por algunos momentos más, se concentró en él para sentir su cosmo pero no pudo, este muchachito no emanaba ningún tipo de poder, era un humano común y corriente, pero había algo en él que… algo que no podía determinar… por si acaso lo iba a vigilar, no era normal que un humano sin ningún tipo de cosmo o habilidad especial estuviera en el Santuario, no… ese muchacho estaba escondiendo algo y Hades lo iba a averiguar
- No te gustan los tomates?, en serio? – Ikky frunció el ceño cuando miró el plato de Zack, el pelinegro había separado los tomates de su ensalada, y ante la pregunta de Ikky se sonrojó un poco y asintió al decir:
- Lo siento… nunca me han gustado
- Pero no te avergüences por ello, a Shun tampoco le gustan – dijo Hyoga señalando al peliverde que le hizo una seña al cisne pero sonrió, abrió la servilleta que estaba doblada junto a su plato y Zack sonrió al ver los tomates escondidos en ella
- No es un crimen que no me gusten, a Seiya tampoco le gustan – se defendió el peliverde
- Pero él si se los come, hace caras pero si se los come, no como tu… habrá valor – dijo Ikky meneando la cabeza y continuando con su comida
- Seiya come lo que le pongan en frente, una vez me contó que su maestro lo dejó sin comer una semana porque no comió algo en el almuerzo o algo así, Aioros es de armas tomar – dijo Shun sonriendo divertido al inicio pero luego su sonrisa fue triste
- Y las nueces?, te gustan las nueces? – preguntó Zack a Shun que se encogió de hombros al decir:
- No son mis favoritas pero si las como, lo que si amo son las pasas, me puedes envenenar con pasas, en especial si son cubiertas de chocolate, dioses… son mis favoritas
- Las mías también, pero me gustan más las de chocolate blanco, esas son mis favoritas – el pelinegro sonrió ampliamente cuando dijo esto
- Ya sé que debo darte entonces – Shun pensó en comprar algo de eso cuando vayan al pueblo, había una sola chocolatería pero era bastante decente, y si les hacía falta un dulcito en sus vidas
- Solo no me des nada con maní, soy alérgico – puntualizó el pelinegro, una vez casi había muerto por ello, lo bueno es que en el Averno no habían muchas cosas con maní
- Eso es bueno saberlo, pero no compartas esa información tan ligeramente Zack, ahora sabemos como efectivamente envenenarte – dijo Ikky palmoteándole la espalda al pelinegro que palideció, pero los demás chicos estallaron en risas al ver su cara de pánico porque Ikky lo dijo seriamente
Shun reía con los demás pero no pudo evitar estar muy consciente de que Apolo lo estaba mirando a ratos, de que Hades también lo hacía, y hasta pensó que Julián Solo también lo miraba, cuando este pensamiento se le cruzó la cabeza, se reprendió mentalmente, Julián Solo nunca lo miraría con ningún interés, estaba paranoico, eso era lo que le pasaba, se sentía incómodo por las miradas cargadas de deseo que Apolo le dedicaba, el muy apuesto Dios le sonreía de vez en cuando y lo desnudaba con la mirada, Shun no sabía en dónde esconderse en ese punto, pero no podía desaparecer de la mesa, ya había un ausente, no podía ausentarse él también
De cualquier manera, al finalizar la comida, Shun se preocupó porque no vio llegar a comer a Seiya, y eso si era completamente extraño porque el Pegaso podía perderse todo menos una cena, especialmente una tan fastuosa como fue la que acababan de asistir, así que convenció a los muchachos de ir al Coliseo, el castaño seguramente iba a estar ahí, el caballero de Andrómeda se preocupaba por su camarada, nunca lo había visto tan… rabioso, Seiya no era él mismo porque últimamente se mostraba violento y agresivo, su sonrisa que había sido siempre tan presente en él, ahora brillaba por su ausencia, Seiya estaba mal, tenía mucha bronca por dentro, y trataba de sacársela haciendo papilla a los muñecos de entrenamiento, o eso le pareció a Shun cuando llegó al Coliseo
Los cuatro amigos de bronce habían llevado con ellos a Kiki y a Zack, que al llegar al coliseo abrió mucho los ojos al ver la fluidez de los movimientos ofensivos de Seiya, era un guerrero excelente, vaya…
- Hey… te trajimos un sándwich, quieres dejar eso por un ratito y venir acá? – llamó Shun a Seiya que bajó su lanza y sonrió cansado
- Gracias papá Shun – dijo Seiya con una sonrisa de agradecimiento al tomar el sándwich y darle un mordisco, el peliverde golpeó a su amigo en el estómago y sonrió
- Síguete burlando de mí y dejo que te mueras de hambre
- Nahhh… tu no me dejarías morir así lo mereciera, que hacen aquí? – Seiya estaba de un genio de perros pero sintió alivio al ver a sus amigos llegar, ellos se preocupaban por él y eso le levantaba los espíritus al maltrecho castaño que en ese punto comía tranquilo, se estaba muriendo de hambre pero el orgullo era más que el hambre y por eso no subió al Templo Principal
- Sigues bajando el hombro cuando das el giro a la izquierda – dijo Ikky tomando la lanza que Seiya había tenido en las manos momentos antes
- No es cierto – contestó Seiya frunciendo el ceño
- Si es cierto, acaba de comer y te muestro como se hace – dijo Ikky con una sonrisa, se fue al centro del Coliseo y empezó a calentar, Seiya le dio otra mordida a su sándwich y los demás chicos se sentaron con anticipación para mirar el combate
Zack miraba con la boca abierta y no lo podía creer, él siempre asumió que Adrián era buenísimo para un combate, que no había nadie mejor que su hermano mayor con la espada, y hubiera seguido convencido de esto si no estuviera viendo con sus propios ojos a Ikky y a Seiya en medio del Coliseo, su técnica era impecable, o por lo menos eso le parecía a Zack, el combate era fuerte y violento en muchos niveles, Ikky era más fuerte, pero Seiya era más ágil, ambos contendientes fueron arrojados al piso y contra las columnas varias veces, ambos fueron desarmados en algún punto de la pelea, ambos estuvieron a punto de ganar en algunas ocasiones, a Zack le parecía que la lucha era bastante pareja, pero si tomaba en cuenta los comentarios de Hyoga y Shyru, el que iba ganando era Ikky, en especial porque al final Seiya fue arrojado el suelo, desarmado y el poderoso Fénix tenía la punta de su lanza en el cuello del Pegaso
- Bajas tu hombro en el giro, si no lo hicieras, yo no te hubiera podido desarmar, lo ves? – dijo el poderoso Fénix con la respiración entre cortada, Seiya relajó su cuerpo dándose por vencido, Ikky le tendió la mano y lo ayudó a que se pusiera de pie
- Odio cuando tienes razón – dijo Seiya apoyando sus manos en sus rodillas y tratando de recuperar el aliento
- Yo siempre tengo razón pequeño pony – dijo Ikky muy divertido tomando un sorbo de agua de una de las botellas que estaban en los graderíos, Shun las había llevado y había hecho bien, siempre en esas noches se terminaba en un tipo de combate u otro
- No me digas pony, pollo mal rostizado – dijo Seiya incorporándose y estirándose, el castaño se sentía bastante bien, cansado pero por primera vez en muchas noches la buena vibra de sus amigos se le había contagiado, pero toda esa buena vibra se fue al diablo cuando una muy varonil voz habló desde las sombras y dijo:
- Es verdad, a Seiya no le gusta que le digan pony, yo le solía decir potrillo y le quedaba muy bien el apodo, es un verdadero potrillo en la cama – el dorado guardián se acarició el pecho y llevó su mano hasta su entrepierna, fue un gesto por demás gráfico que hizo que todos los colores se le subieran a Seiya al rostro
- Qué demonios haces aquí Saga? – preguntó Seiya con rabia, porque pudo notar la mirada de sorpresa en los rostros de Kiki y Zack y eso le dolió en el orgullo, nadie tenía por qué saber sus cosas tan íntimas pero… Saga lo había hecho imposible al divulgar todo lo que no debía a los cuatro vientos
- Vine a ver cuál era la conmoción, pude sentir su energía hasta mi templo y bueno… quise venir a supervisar su entrenamiento, por ley un caballero dorado debería siempre estar presente, para evitar accidentes o algo, yo me preocupo por tu salud caramelito – Saga se acercó a Seiya y trató de acariciarle la mejilla, pero el castaño golpeó su mano para no dejarse tocar
- Ándate a la mierda, yo no necesito que tú te preocupes por mí, me sé cuidar solo
- Lo sé… pero me gustaba mucho cuando dejabas que yo te cuide, que dices Seiya?, quieres volver conmigo?, tengo disponibles los martes y los viernes porque Misty es un poco exigente y celoso, pero puedo hacer un espacio en mi cama para tu apretado culito – Saga tomó a Seiya del brazo y lo jaló para apretarlo contra su cuerpo y palmotearle el trasero, Seiya se revolvió indignadísimo y empujó a Saga con todas sus fuerzas, el dorado caballero de Géminis cayó al suelo pero se reía, Seiya tenía todos los deseos de patearlo pero se contuvo, no era justo patear a un enemigo que estaba en el suelo
- No te me acerques, no me vuelvas a buscar nunca más, y por sobre todo, no te atrevas a volver a tocarme, si lo haces… no respondo, estás advertido
- Uyyy el gatito se cree pantera
- Este gatito te destripará si no lo dejas en paz
- Eso… quiero verlo – Saga se puso de pie y tomo dos de las espadas de entrenamiento que estaban por ahí, le lanzó una a los pies de Seiya, el castaño tomó un trago largo de la botella que tenía, se agachó lentamente y tomó la espada, meneó la cabeza y su cuello sonó, miró a Saga y dijo:
- Es tu funeral
- Acaso olvidas quién soy?
- No… sé muy bien quién eres tú - Seiya ya no dijo nada más y levantó la espada defendiéndose del ataque de Saga
Shun estaba pálido, esa era sin duda alguna la pelea más sucia que hubiera visto en su vida, Saga no se estaba conteniendo y Seiya tampoco, Ikky estaba pensando seriamente en ir a buscar a Aioros, la pelea era desigual en muchos aspectos, en primer lugar Seiya había estado entrenando, luchó antes con él por lo que debía estar cansado, y ahora Saga que estaba fresco como una lechuga, lo estaba atacando con fuerza y su técnica con la espada era muy superior que la de Seiya que ahora se estrelló contra uno de los pilares como resultado de una patada en el pecho que Saga le dio
- Ya basta!!!, es suficiente Saga – dijo Shun saltando a la arena, ese último golpe había hecho escupir sangre a su castaño amigo, el que se levantó con trabajo y tomando su espada nuevamente dijo:
- No... te metas… Shun…
- Aún quieres más?, no me sorprende, siempre me pedías más, eres insaciable Seiya, es lo único de bueno que tienes, aunque… la chupas como los dioses también – dijo Saga con una sonrisa torcida, Seiya se lanzó al ataque pero esta vez el choque fue brutal, Saga desarmó a Seiya y lo lanzó contra otro de los pilares, le golpeó el antebrazo con violencia por lo que Seiya soltó la espada que tenía en la mano, Saga sonrió cuando acorraló al pequeño y lo presionó con el cuerpo, con su mano libre le acarició el pecho y subió hasta cerrar la mano en su cuello
- Suéltame desgraciado – susurró Seiya mirando al que fue su amante con profundo desprecio
- No… yo te voy a enseñar modales niño, las cosas no se acaban cuando tu lo digas, se acaban cuando a mí me dé la gana de que se acaben, esta noche vas a ser mío y lo haré aquí en frente de tus amigos si es necesario, pero no quiero humillarte aún más de lo que ya lo he hecho, así que… te voy a dar la opción de que por tus propios pies vengas a mi templo, te pongas en cuatro en mi cama y me des ese hermoso culo que tienes
- Nunca…
- Te va a gustar, tú sabes que te va a gustar
- No… y suéltame o te arrepentirás
- Por qué habría de soltarte?, si aprieto un poco más mi mano, cambiarás de opinión al quedarte sin aire
- Puede ser… pero si yo aprieto un poco más la mía, tú seguramente cambiarías hasta de religión
Saga no entendió lo que Seiya le dijo hasta que sintió algo en su ingle, Seiya sonrió al presionar un poco más la daga que tenía en los genitales del mayor que al darse cuenta de su situación palideció
- Cómo te atreves?
- Yo me atrevo a lo que me de la gana, suéltame… ahora… - Saga soltó el cuello de Seiya que no dejó de presionar la daga en la entrepierna del mayor que me movía muy lentamente, Saga no sabía hasta qué punto llevaría Seiya esto, decir que el castaño estaba molesto era poco, y eso ponía en riesgo su hombría
- No lo hagas Seiya… piensa en las consecuencias…
- La mayor consecuencia de esto sería que libraría al mundo de una alimaña como tú, así que está todo bien, ahora Saga… es en serio cuando te digo que me dejes en paz, recuerda quien es mi maestro, recuerda que Aioros es especialista en infiltración en territorio enemigo y asalto, él me ha enseñado todo lo que sé así que… si me sigues molestando no te sorprendas que una noche de estas, tu amiguito aquí presente – Seiya toqueteó con la punta de la daga el pene de Saga – abandonará tu cuerpo de manera forzosa, estamos claros?
- No serías capaz…
- Tu no me conoces lo suficiente como para saber de lo que soy capaz o no, deja de molestarme Saga, es la última vez que te lo pido, no quiero escuchar más chismes sobre mi, no quiero que ni me nombres siquiera, olvídate que existo, entiendes lo que te estoy diciendo?
- Está bien… está bien… - dijo finalmente Saga al sentir como Seiya presionaba la daga, esta vez lo lastimó ligeramente y una gota de sangre cayó al piso
- Muy bien – Seiya retiró su mano y dio un paso hacia atrás, Saga respiró aliviado y no se defendió del puñetazo que Seiya le propinó mandándolo al suelo, el castaño se volteó y vio a sus amigos que lo miraban con la boca abierta, nadie se había atrevido a hacer una cosa así con ninguno de los caballeros dorados, mucho menos con el poderoso y sumamente orgulloso Guardián de la casa de Géminis, Seiya sonrió pero la sonrisa se le borró cuando vio a Aioros al borde del Coliseo, el arquero le hizo una seña y Seiya se acercó, Aioros le quitó la daga de las manos, chequeó su brazo que no estaba roto pero si bastante maltrecho y meneó la cabeza al decir:
- Dile a Mu que trate tu brazo, él es muy buen médico, luego báñate y acuéstate, por favor, por lo menos esta noche ya no salgas del templo de Aries, hazlo por mi, si?
- Si maestro…
- Mañana hablaremos, ya vete
- Si maestro…
Aioros miró a su aprendiz que se alejaba lentamente por el camino de piedras, y cuando Seiya estuvo fuera de su rango visual se acercó a los muchachos y les dijo:
- Ustedes también vayan a acostarse, tengo que hablar con Saga, por favor vean que Seiya ya no salga del templo, se los encargo
- Si maestro Aioros – dijo Shun tomando a Ikky del brazo y jalándolo por el borde de la arena del coliseo, los otros muchachos los siguieron, Kiki tomó a Zack de la mano y se apareció directamente en su templo, el pelinegro aún estaba adolorido y agradeció en el alma al pequeño que le evitó la caminata, y esa noche no sería el único adolorido en la primera casa, al poco tiempo llegó Seiya con una cara de dolor única y se frotaba su brazo herido, Mu ya estaba sobre aviso por lo que atendió inmediatamente al castaño a su llegada, estos muchachos eran fuertes pero no dejaban de ser humanos, a Seiya le caerían bien un par de días de descanso, Mu se aseguraría de ello
Saga se estaba incorporando lentamente cuando vio a Aioros de pie cerca de él, ellos no habían hablado desde que estalló todo el problema con Seiya
- Me vas a ayudar o solo viniste a recriminarme también?
- No… no voy a ayudarte, pero si quiero hablar contigo – el tono de Aioros nunca había sido más frío, eso sorprendió a Saga que preguntó inmediatamente:
- De Seiya?
- Si… de Seiya
- Tu aprendiz te fue a llorar supongo, soy un muy mal hombre verdad? – Saga trataba de trivializar lo que había pasado con el Pegaso pero… eso ya no le resultaría, Aioros estaba muy molesto en este punto, no soportaba ver sufrir a su aprendiz
- Tu sabes perfectamente lo que eres, yo se lo advertí a Seiya pero él no me escuchó, solo espero que las cosas paren aquí Saga, no voy a seguir tolerando lo que estás haciendo, Seiya no está solo en la vida, aunque no necesita que yo lo defienda, él se puede defender solo, pero esta noche, aquí y ahora, te exijo que lo dejes en paz, porque si no lo haces será a mi a quien te enfrentes la próxima vez
- Aioros… solo estoy jugando, Seiya me venció porque yo dejé que lo hiciera, él no es rival para mi y lo sabes
- Pueda que para ti todo esto sea un juego, pero para Seiya no, él está muy dolido por lo que pasó, es que no lo entiendes?, él pueda que sea un guerrero y uno de los más fuertes del Santuario pero… en lo que respecta a los romances, él es solo un muchacho inexperto y bastante ingenuo que se enamoró profunda y sinceramente de ti, tú le hiciste creer muchas cosas, él se ilusionó contigo, y tú lo traicionaste de la peor manera porque solo lo utilizaste para botarlo después, y ahora no conforme con eso, te has dedicado a ventilar su vida sexual a los cuatro vientos, lo tachas de fácil, has dicho lo que te ha dado la gana de él, y eso no es justo porque Seiya no ha dicho nada de ti, ni a favor ni en contra, él en contra de su voluntad me ha hecho caso y ha sido prudente pero no lo provoques más, él es como una olla de presión y pronto estallará, con justa razón si quieres que te de mi opinión
- Aioros, las cosas no son tan así – Saga también se iba molestando, esto ya había pasado otras veces, Seiya no era el primer jovencito que compartía su cama, a Saga le gustaban los amantes jóvenes y bellos, le gustaba mucho ser el primero en compartir sus experiencias, simplemente Seiya era un dramático a criterio de Saga
- Si lo son, y otra cosa te voy a decir, lo que Seiya te dijo es muy cierto, tú sabes perfectamente las habilidades específicas que poseo, las cuales se las he enseñado a mi aprendiz, por lo que para él no es nada complicado escabullirse en tu templo para castrarte, matarte, drogarte y hacer lo que quiera contigo, cómo crees que se enteró de que te estabas acostando con Misty en primer lugar?, él ha entrado muchas veces a hurtadillas a tu templo, o qué?, no te has dado cuenta acaso?, como cuando iba ustedes tenían sexo, no lo relacionaste?, Seiya es muy hábil para burlar seguridades y pasar barreras, no lo sabías?
- No… no se me había ocurrido, pero de cualquier manera, Seiya no es capaz de hacerlo – dijo Saga con mucha seguridad, el dorado guardián estaba seguro de que su antiguo amante lo amaba y no lo dañaría, lo que había pasado esta noche era producto de la decepción y del resentimiento pero… Seiya no lo atacaría a traición, o si?
- Seiya es capaz de eso y mucho más, pero aquí es donde las cosas se pondrían interesantes, porque si en serio mi aprendiz hace alguna estupidez de ese tipo y tú pagas con sangre lo que has hecho, cuando nuestra diosa pregunte por Seiya y en dónde estaba la noche del ataque, yo diré que estuvo siempre en casa y que ni se acercó por tu templo, estás advertido
- Tu lo apoyas? – Saga no podía creer lo que estaba escuchando, nunca se le habría ocurrido que Aioros le daría la espalda
- Claro que si, él es mi aprendiz
- Pero yo soy tu amigo
- No Saga, nosotros no somos amigos, yo no podría ser amigo de una escoria como tú, así que no te acerques a mi muchachito, es la primera y la última vez que te lo advierto
- Aioros espera… nosotros hemos sido amigos por años – Saga no lo podía creer, sus andanzas nunca antes habían afectado su relación con los otros caballeros, claro… ningún otro de sus amantes tenía una relación tan estrecha como la que tenían Aioros y Seiya
- Eso debiste pensarlo antes de meterte en donde no te llamaron a buscar lo que no se te ha perdido, Seiya en buenas cuentas es como mi hijo Saga, y desde ahora te lo advierto, sé que tienes el ojo puesto en Shun de Andrómeda, bueno… deberías tomar en cuenta de que Shaka es… Shaka, así que considéralo antes de que intentes algo con ese muchacho, Shaka no va a tener tantas contemplaciones contigo como las he tenido yo, a él le vale un severendo rábano la diplomacia, el sentido de justicia o compañerismo, si él lo considera justo te matará a la menor provocación, él también considera a Shun como de su familia, así que deja a estos chicos en paz porque no son del mismo tipo que tus amantes regulares
- Pero Aioros…
- Ya nada, buenas noches Saga
El dorado guardián del tercer templo maldijo a todos los dioses cuando Aioros se fue dejándolo solo con sus pensamientos, demonios… si debió pensar mejor las cosas antes de involucrarse con Seiya, pero… ese castaño estaba como le daba la gana, era extremadamente atractivo y sensual, y lo deseaba, así como deseó a cada uno de los amantes que habían compartido su cama, aunque… él si debió haber puesto un alto, no debió dejar que las cosas escalen, Seiya no fue como sus anteriores amantes, él sabía que el joven castaño se enamoró, en sus relaciones anteriores nunca antes habían estado involucrados los sentimientos, eso a buenas cuentas al inicio le encantó pero… dada su naturaleza no pudo continuar, él también sentía algo por Seiya pero… le pareció que sería mejor acabar con todo, Saga sabía que las cosas terminarían mal y por eso se involucró con Misty y todo se fue al diablo, el problema fue que eso destrozó al joven Pegaso, y ahora… ya era demasiado tarde para intentar arreglar las cosas, ya todo se había perdido…