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SOL DE MEDIANOCHE por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el capítulo nuevo, no sé que decirles de este capítulo, uyyyyyyyyyyyyyyyyy

Capítulo 34.- Círculo completo

 

Guidecca estaba bastante lúgubre…

 

La alegría que había llenado el castillo y el Inframundo entero estos últimos años se había ido apagando al pasar las últimas semanas, esa noche llovía mientras Hades les leía un cuento a sus hijos, los que estaban bastante tristes, Damon lloraba casi todo el tiempo, Talia y Adrián ya no jugaban como antes, se sentían algo solos  y no era para menos, la ausencia de Seiya se sentía en el castillo y los más afectados fueron los más pequeños

- Papá… cuándo podemos ver a papi Seiya? – preguntó Talia mientras Hades la cobijaba y le daba su dragón de peluche

- Yo creo que ya no va a ser mucho más tiempo, aún está delicado y necesita descansar – dijo Hades y besó la frente de su hija, estas últimas semanas los tres niños habían dormido en la habitación de sus padres bajo el estricto cuidado de Thanathos, Cerbero y Radamantys, la seguridad de sus hijos era una de las cosas que más preocupaba a Hades, en especial Damon que no había hablado una sola palabra desde que habían regresado al Averno y había sido separado de Seiya

- Pero papá… te prometemos que no hacemos bulla ni nada, solo… queremos verlo – dijo Adrián sentándose en la cama, Hades sonrió y le acarició la mejilla al decir:

- Lo sé… pero por el momento no es prudente, ya duerman… - Hades besó a Talia y a Adrián, pero Damon se tapó la cabeza con las mantas acurrucándose en su hermano mayor, Hades solo suspiró, su hijo menor no lo quería ni mirar y eso si era un problema, pero no podía insistirle, eso no era prudente

 

Hades salió de la habitación y puso su mano en la puerta de la que un suave brillo emanó y el pelinegro suspiró otra vez, esta situación lo estaba matando pero no podía hacer otra cosa, era por el bien de todos así no lo entendieran, así que caminó por los pasillos revisándolo todo para asegurarse de que todas sus seguridades estuvieran en su lugar, para finalmente salir del castillo por la puerta trasera, una vez fuera se desapareció de dónde estaba y llegó a la entrada de una caverna, hacía un calor del diablo y era difícil respirar, en la entrada de la caverna estaba una barrera de fuerza que no permitía el ingreso a nadie, salvo él mismo, Hécate, Hypnos, Asclepio, Minos y Aiacos, nadie más podía entrar y en eso Hades había sido muy específico y cuidadoso, sus hijos… sus hijos en especial, debían mantenerse alejados de esta caverna, así como el castillo estaba protegido y Seiya no podría ingresar así lo intentara

 

Al pasar por la barrera, al ambiente cambió radicalmente, la temperatura era bastante agradable, las paredes de piedra estaban iluminadas con antorchas, un fresco y dulce aroma de sándalo inundaba el ambiente, Hades caminaba por los pasillos hasta que llegó a una amplia habitación en donde Seiya estaba acomodado en varias almohadas, estaba tomando un vaso de jugo muy especial que Hécate hacía para él, como Hades no necesariamente podía acercarse mucho a Seiya, lo tenía que mantener fuerte en su embarazo, él no podía perderlo y haría lo posible para mantenerlo vivo y bien, eso era imperativo

- Hey… viniste… - Seiya sonrió y extendió su mano para que su esposo se acercara pero Hades no lo hizo y solo sonrió de lejos

- Quería ver como estabas, tienes buen semblante hoy

- Si… un poco… eso me dijo Hécate… - Seiya bajó su mano y acarició su abultado vientre, el castaño lució triste al no poder acercarse a su esposo

- Y dónde está ella? – preguntó Hades al ver en la habitación solo a sus jueces y a Hypnos

- Dijo que tenía que ir a recoger algunas plantas para las infusiones, mi señor – contestó Minos con una venia

- Cómo están mis niños? – preguntó Seiya a su esposo, sin dejar de acariciar su vientre, el castaño estaba próximo al alumbramiento, Hécate había dicho que podía ser cualquiera de estos días

- Están bien, te extrañan mucho pero les dije que pronto los podrías ver

- Por favor Hades… por favor, tráemelos… aunque sea por solo un momento, te prometo que nada va a pasar, solo quiero verlos, quiero ver a mis niños… por favor… nunca te he pedido nada y te lo he dado todo, por favor… si es en serio cuando dices que me amas, por favor… déjame ver a mis hijos, por favor… por favor… - Seiya no pudo evitar derramar lágrimas, el castaño se veía tan pequeño, tan indefenso, tan… desesperado, Hades caminó hasta la cama y se sentó en ella, abrazó a su esposo y lo besó en los labios con pasión y angustia

- No puedo amor mío… por favor, perdóname… lo que menos quiero es hacerles sufrir, a ti o a ellos, pero entiéndeme… no puedo, no puedo ponerlos en riesgo a ninguno de ustedes, los amo demasiado, no me odies por esto… tengo que protegerlos

- De mi?

- De todo…

- Pero… pero ya no ha pasado en esta última semana, ya no ha habido otros episodios, yo estoy bien, me siento bien, soy yo mismo y no he perdido el control o la memoria, por favor Hades… por favor… quiero ver a mis niños… aunque sea solo un momento, por favor… - Seiya abrazó a Hades y lloró con desesperación, eran casi dos meses que no había visto a sus hijos y había sido confinado a esta caverna en lo profundo del Tártaro

- Ten un poco de paciencia amor, ya falta poco… muy poco… - Hades puso la mano en el vientre de Seiya que se limpió las lágrimas y puso su mano sobre la de Hades al preguntar:

- Y podré ver a mis hijos?

- Si amor… nos aseguraremos de que todo esté bien contigo y podrás ver a los niños, no quiero que llores, todo lo que hago es porque te amo, lo sabes, verdad?

- Si…

- Muy bien, ahora quiero que descanses y tomes todo lo que Hécate te dé, está bien?

- Si… - Seiya bajó la mirada y limpió una nueva lágrima que cayó por su mejilla, él estaba muriendo por no poder ver a sus hijos, los extrañaba horrores y se sentía incompleto

- Seiya… mírame… lo entiendes, verdad?

- Si lo entiendo pero eso no quiere decir que esté de acuerdo – el dolor en el tono del voz del castaño era palpable, él odiaba esta situación y en el fondo si resentía a Hades por imponer su voluntad sin opción a nada

- Seiya…

- Hades por favor vete – el castaño levantó la mano para evitar que su esposo lo toque, el Dios de los muertos se quedó de piedra ante esto, Seiya levantó la cabeza y dijo: - Te amo, pero en estos momentos no eres mi persona favorita y no quiero verte

- Está bien, tienes derecho de estar molesto conmigo pero no olvides que te amo

- Lo sé… yo también te amo, pero te odio en estos momentos, auch… - Seiya puso una mano en su bajo vientre y respiró con dificultad, su bebé le había pateado aparentemente, Hades se iba a acercar pero Seiya levantó una mano para que no se acerque, el Dios de los muertos asintió y salió de la habitación, esta situación también lo estaba matando pero… era necesario, cada vez que salía de la habitación de Seiya maldecía a Apolo y a Ares, todo esto era su culpa… todo…

 

Una vez afuera se encontró con Hécate que llegaba con una cesta de varias plantas y flores, pero la hermosa Diosa no venía sola, un muchacho de cabellos negros la acompañaba y cargaba otra cesta un poco más grande que la que tenía Hécate en las manos, Hades sonrió al ver a los recién llegados, besó la mano de la diosa y abrazó a su hijo con emoción, le hacía falta ver un rostro amable en estos tiempos tan duros

- Qué haces aquí?, no debiste haber vuelto aún – dijo el Dios de los muertos luego de besar a Zack en la frente

- No me puedo perder mi propio nacimiento, es mañana por si no se los dije, cómo está papá?

- Está molesto conmigo… pero vamos a Guidecca, déjame contarte todo…

 

Hécate entró a ver a Seiya que seguía quejándose de dolores varios, pero dentro de lo que cabía, estaba bastante normal, le contó muy molesto que Hades había venido pero que no le dejaba ver a sus hijos, el castaño lloró otra vez al pensar en sus niños y se sentía vacío sin ellos, mientras tanto, Hades llegaba a Guidecca con Zack que le estaba contando las últimas novedades en el Olimpo

- Entonces no has sabido nada de Apolo?

- No… se fue después de que acabaron las reuniones y no ha vuelto por el Olimpo, Hefestos cree que está en la tierra pero nadie lo sabe a ciencia cierta, así que me fui al templo de Ares, no tienes una idea lo duro que es para mi el estar ahí – dijo Zack haciendo puño las manos, el tener cerca al que por tantos años lo engañó con falso cariño cuando lo único que quería era poder y para ello mató a sus hermanos, eso era demasiado a veces para el joven heredero

- No tienes por qué hacerlo, hemos hecho todo lo posible para prevenir las catástrofes, no quiero que sufras sin necesidad – Hades tomó la mano de su hijo y la apretó

- No ha sido sin necesidad, escuché que Ares está bastante inquieto porque Hera está molesta, no tiene noticias de papá y le preocupa que el ataque que sufrió se revierta a ella, está molesta con Atena porque no le cuenta lo que quiere saber y le preocupa que todos los caballeros hayan sido llamados al Santuario, lo mismo pasó con los generales marinos, de nosotros no saben mayor cosa porque no tienen posibilidad de tener espías acá abajo pero tienen reservas contigo, no saben que es lo que has estado haciendo este tiempo o lo que harás y eso los preocupa, aunque en dos ocasiones vi como se formaban imágenes en la niebla que Zeus conjuró a pedido de su esposa, no pensé que eso era posible, tú dijiste que las seguridades se habían fortificado, pero te vi claramente como estabas en Guidecca leyéndoles cuentos a mis hermanos y luego como fuiste al Tártaro a asegurar las puertas y las cadenas de los Titanes, vi a Cerbero atado en la entrada de la primera prisión, vi a cientos de dragones negros apiñados en una de las prisiones de Cocito, vi muchas cosas papá – Zack lucía preocupado pero Hades sonrió al acariciar su mejilla y decir:

- Funcionó entonces, si ellos vieron eso es porque yo quería que lo vieran, ellos deben tener la certeza de que pueden vigilarme para que después no duden de lo que verán, y me parece bien que estén preocupados, porque no saben lo que les va a golpear cuando las fuerzas del Averno se levanten, y bueno… al menos Seiya está relativamente bien, ya no ha tenido otros episodios, el último fue hace más de 8 días y no fue tan fuerte como lo fueron los iniciales – dijo Hades y frunció el ceño cuando lo dijo, a él se le partía el alma ver a su esposo completamente fuera de control, gritando y pataleando al tratar de dañarlo de alguna forma, Seiya lo había golpeado, lo había mordido, lo había intentado apuñalar, y luego cuando recuperaba consciencia de sus actos, lloraba con desesperación y no recordaba muy bien lo que le pasaba, solo decía que se sentía horrible, que tenía sueños espantosos, que sentía cosas que realmente no sentía, que pensaba cosas que realmente no pensaba, que era como si alguien estuviera alterando sus recuerdos y mancillándolos, que era como si alguien le quisiera imponer sus pensamientos, Seiya odiaba esto porque se sentía manipulado cual títere, a Hades no se lo había contado con detalle pero a Hécate si, en sus sueños, Seiya veía a sus bebés como monstruos, a Hades como un demonio, y a él mismo como algo abominable que debía morir.  Eso había pasado en estos últimos dos meses y esa era la razón principal por la que Hades mantenía a sus hijos alejados de Seiya, por más que le doliera muchísimo hacerlo, Hécate había dicho que la única razón por la que Seiya siguiera teniendo algún tipo de control de sus facultades mentales era por todo lo que ellos habían hecho para proteger su mente pero era principalmente el cosmo del bebé lo que lo escudaba, de ser un humano normal, ya habría perdido completamente la razón

- Si… pero me preocupa el hecho de que… es mi poder ahora que desde dentro lo está protegiendo, pero yo voy a nacer mañana y ya no podré hacerlo, papá estará totalmente vulnerable y no podré defenderlo, ni tú tampoco – Zack estaba muy preocupado, temía que las nefastas consecuencias que había vivido en carne propia en el futuro, pasaran otra vez, era cierto que muchas cosas habían cambiado pero… y si el resultado final no cambiaba???, no… él no podía fallar en su misión, no ahora cuando todo estaba tan cerca…

- Lo sé… lo sé… he hecho todo lo posible para evitarlo, pero… no creo que pueda hacerlo, si Hécate tiene razón y tu padre fue maldecido por Hera, realmente no hay nada que podamos hacer, la maldición seguirá su curso hasta que se haya cumplido, o hasta que Hera la levante, aunque tengo una idea pero quería discutirla contigo, no sé si funcione, pero… me gustaría intentarlo, no quiero que Seiya sufra… ya no más…

- Dime…

 

***

Seiya estaba acostado en su cama y respiraba agitadamente, sentía que se iba a partir en dos, el bebé ya venía y el castaño estaba hecho bolita mirando como Hécate lo estaba preparando todo, casi amanecía y Seiya se sentía muy mal, Hades no estaba a su lado como había estado en todos sus alumbramientos, lo quería a su lado pero no lo quería a su lado, esta confusión de sentimientos lo iba a matar un día de estos, Seiya suspiró cuando Hécate se acercó a él y puso su mano en su frente

- Muy bien… relájate y respira…

- Hades no va a venir?

- No… está afuera pero no es conveniente que venga, está bien?

- Si…

- Respira… eso es… mírame… muy bien… ahora cierra los ojos y cuando despiertes vas a tener un hermoso bebé en tus brazos, todo va a estar bien, confía en mi… – Hécate signó la frente de Seiya con un aceite negro, hizo lo mismo en su vientre y tomó la mano del castaño que cerró los ojos y se entregó al mundo de los sueños

 

***

Seiya se sentía pesado, cansado, le dolía la cabeza y las piernas, inexplicablemente le dolían las piernas, así que se movió en la cama pero deseó no hacerlo porque le dolió el vientre, y ahí fue que abrió los ojos al llevar una mano a su estómago y encontrarlo plano

- Shhhh… tranquilo… ya pasó todo, no te angusties que estás bien, el bebé ya nació y tú debes descansar un poco, déjame ayudarte – Hécate ayudó a Seiya a incorporarse en la cama y le puso muchas almohadas para que estuviera cómodo

- El bebé?

- Si… aquí está, ya te lo traigo… - Hécate caminó hasta la ventana, ahí Seiya se dio cuenta que ya no estaba en aquella caverna, estaba en su propia habitación en Guidecca, vio la luz del día entrar por la cortina y se sintió feliz, su encierro había acabado

- Ohhh… es hermoso… - Seiya tomó a su bebé con mucho cuidado en sus brazos, el niño estaba envuelto en una cobija azul y estaba usando un enterizo blanco, tenía los cabellos negros y las facciones finas, muy parecido a Hades, y a sus hermanos mayores, Seiya sonrió y besó las pequeñas manitos 

- Si lo es… ha estado bastante tranquilo mientras dormías, ya lo alimenté y lo aseé

- Hola… yo soy tu papá… hola tu… - Seiya sonrió y besó su piecito, y en eso estaba cuando Hades entró a la habitación, se sentó junto a Seiya y lo abrazó haciendo que el castaño se apoye en su pecho, el pelinegro miró al bebé y acarició su pancita

- Y cómo vamos a llamarlo? – preguntó Hades besando la frente de Seiya y estrechándolo contra su pecho

- No lo sé… no lo hemos pensado, verdad?

- No, pero tranquilo amor, tenemos tiempo, ahora dámelo… tiene que dormir y tú también – Hades se movió para tomar al niño, pero Seiya lo abrazó y meneó la cabeza con fuerza al decir:

- No no no, no te lo lleves, no lo alejes de mi… solo un momento por favor, no te lo lleves, no te lo lleves por favor… por favor…

- Solo lo voy a poner en la cuna, tranquilo… no pasa nada… tranquilo… dámelo, eso es… - Seiya muy en contra de su voluntad le entregó el bebé a Hades que en verdad lo puso en la cuna que estaba junto a la ventana, y luego volvió a la cama, se sentó junto a Seiya y lo abrazó, el castaño no supo la razón pero se soltó en llanto, y lloró y lloró hasta que se quedó dormido en los brazos de su esposo

 

Un rayo iluminó el cielo y el trueno que le siguió retumbó en todos los muros de Guidecca despertando a Seiya que saltó en la cama, se llevó una mano al vientre y suspiró al sentir mucho menos dolor en la herida, siempre había sido así, Hades con su poder lo ayudaba muchísimo a restablecerse, pero… el solo hecho de pensar en Hades hizo que su corazón latiera con fuerza, y no en el buen sentido de la palabra…

 

Estas últimas semanas, el castaño había sentido una repulsión total hacia su esposo, que ni él mismo se la explicaba, al inicio no podía controlarlo, y gritaba cuando lo tocaba, sentía como si su piel quemara ante su roce, sentía el sabor más amargo en sus labios cuando lo besaba, y se quería morir, literalmente, cuando lo hacía suyo, él sabía que eso no era normal, él amaba a Hades pero… no podía evitar sentirlo, no podía evitar quererse alejar de él por todos los medios posibles, estar a su lado era tortura, ese sentimiento fue disminuyendo al pasar las semanas, a medida que su embarazo continuaba, se volvía a sentir cada vez más normal, pero ahora su bebé ya había nacido, y Seiya sentía otra vez esa urgencia de huir que nacía desde la boca de su estómago y lo recorría entero, así que Seiya se levantó de la cama lo más sigiloso que pudo para no despertar a Hades que estaba a su lado

 

Seiya caminó hasta la cuna para ver a su bebé, pero no lo encontró, el castaño se llevó una mano a la cabeza y la meneó, se sintió confundido… esto le había pasado mucho este último tiempo, se arrimó a la pared y se llevó la otra mano a la cabeza, su respiración se volvió errática, su visión se nublaba y volvía, se dejó caer en el suelo y por varios minutos se hizo bolita y acarició su vientre… aún le dolía la herida, el bebé… el bebé… tenía que llegar a su bebé…

 

Se puso de pie con algo de dificultad y miró nuevamente la cuna vacía, acarició la suave manta que allí estaba, tomó la almohadita y la acercó a su rostro para olerla, cerró los ojos y sonrió, tenía ese aroma tan delicioso, los bebés siempre olían rico, dejó la almohadita en la cuna y se volvió a llevar la mano al vientre… no… esto no estaba bien… esto no era natural… él era un hombre… él no podía haber llevado a ese bebé en el vientre… no… eso no podía ser… no… Seiya cerró los ojos y recordó las delicadas facciones del bebé que aún no tenía nombre, al hacerlo sonrió pero varias imágenes se arremolinaron en su mente, el bebé abría los ojos y eran rojos, abría su boca y tenía colmillos, y en vez del llanto normal de un infante, un sonido gutural escapaba de su garganta, no tenía piel sino que estaba cubierto en escamas como de dragón… no… no era humano, no podía ser su hijo, era un monstruo, al igual que los otros… al igual que los otros que eran engendros de ese demonio que estaba en la cama dormido…

 

Seiya caminó al cuarto de baño y se lavó la cara, se secó con una toalla y se miró al espejo, al hacerlo no se reconoció a sí mismo en él, vio la tina y se le revolvió el estómago porque a su mente vinieron vívidas imágenes en las que él hacía el amor con Hades bañados en espuma y agua caliente, las veces que él había lavado el cabello de ese monstruo y sonreía contento al mimarlo, las veces en las que Hades le había pasado la esponjita en todo su cuerpo mientras lo acariciaba con ternura y suavidad, no… no… Seiya meneó la cabeza tratando de alejar esas imágenes de su cabeza pero no lo pudo evitar y le vino una arcada, corrió al inodoro se arrodilló en la fría baldosa y vomitó

 

Se levantó y se lavó la boca, se lavó la cara nuevamente y se frotó con tal fuerza que se lastimó, una gota de sangre cayó en la blanca baldosa y en ese momento Seiya lo supo, supo lo que debía hacer, supo cuál era su camino aunque… siempre lo había sabido, esta no podía ser su vida, este no era él, él era un guerrero de Atena, él era un hombre de bien, él era un hombre y Hades… Hades lo había usado de la peor manera, lo había hechizado, le había quitado la voluntad y había hecho de él todo lo que quiso, ese demonio lo había mancillado como nadie nunca lo había hecho, ese demonio había engendrado sus hijos en él, pero no… esos no eran niños… eran monstruos iguales a su padre… monstruos que merecían morir por ello…

 

Seiya salió del cuarto de baño y caminó hasta el buró de la habitación, abrió un cajón y sacó una daga muy hermosa que Hades le había regalado hace mucho tiempo, la hoja resplandecía y el mango era de oro cubierto con piedras preciosas, Hefestos la había hecho con sus propias manos, era una daga forjada en una de las montañas del Olimpo, tenía propiedades mágicas muy especiales y Hades le había dicho que era un arma muy poderosa y que la ponía en sus manos para su protección y la de sus nuños, si… serviría… serviría para librar al mundo de esos engendros que se hacían pasar por inocentes niños los que solo traerían oscuridad, sufrimiento, dolor, desolación, destrucción y pérdida, así como de su padre… el demonio de su padre…

 

Seiya miró por algunos segundos el arma y sonrió, caminó hasta el lecho en el que Hades dormía, lo miró, miró ese rostro que él sabía que amaba, pero no… no lo amaba, al verlo sentía total y completa repulsión, asco, odio, por él su vida era diferente, por él ya no era lo que siempre soñó ser, por él se convirtió en una atrocidad que dio vida a esos engendros, Seiya podía ver el rostro de Hades, ese rostro tan hermoso, contorsionarse y mostrar su real y demoníaca forma, era horrendo, dejaba ver su maldad interior, el mundo no tenía por qué sufrirlo, ya no más, así que… sin pensarlo dos veces, levantó la mano y con toda la fuerza de la que fue capaz, hundió en el pecho del Dios aquella daga.  Hades abrió los ojos y miró el rostro de su esposo, su mirada era… completamente diferente a todo lo que alguna vez fue, Seiya tenía los ojos desorbitados, una horrible sonrisa dibujaban sus labios, sudaba frío y temblaba, respiraba con dificultad y lloraba

- Seiya…

- No te atrevas a pronunciar mi nombre otra vez

- Por qué? – Hades puso su mano sobre la mano de Seiya que seguía empujando la daga en su pecho, el Dios logró detenerlo pero eso no significó que Seiya dejara de intentarlo, estaban forcejeando en ese punto

- Y me lo preguntas?????, tú me hiciste esto!!!!!!!!!!!!!, tú… me convertiste es esta atrocidad!!!!, tú… tú plantaste tu semilla maldita en mi… tú me destruiste

- No… yo… te amo…

- CALLATE!!!!!!!!! – Seiya soltó la daga y llevó ambas manos a su cabeza para taparse los oídos, Hades trató de incorporarse un poco pero no pudo, miró la daga que estaba en su pecho y entendió la razón, esta daga absorbía los poderes de los inmortales, no lo podía matar pero si lo había herido y debilitado considerablemente

- Seiya…

- NOOOO… te dije que no pronunciaras mi nombre otra vez, te odio… te odio por lo que me hiciste, te odio porque lo que me hiciste hacer y en lo que me convertiste, te odio por haberme forzado a vivir en este infierno, te odio por alejarme de mi familia, de mis amigos, te odio por obligarme a llevar en el vientre a esos monstruos, a esos engendros que no debieron nunca nacer… te odio… te odio por sumir mi vida en este hoyo de oscuridad, te odio con todas mis fuerzas y ahora pagarás tus crímenes… ahora la justicia está en mis manos…

- Espera…

- No, ya he esperado lo suficiente, seré libre al fin, dejaré este horrendo lugar y volveré a donde pertenezco – Seiya se acercó a Hades nuevamente y sacó de un solo movimiento la daga de su corazón solo para volver a hundirla en su pecho, Hades gimió de dolor, porque sentía como la fuerza lo abandonaba

- Libre?

- De ti, el mundo también se librará de ti, y yo por fin podré volver a casa, al Santuario, a Saori…

- Saori?

- Mi verdadera diosa, a la que nunca debí haber abandonado, a la que siempre he amado, la diosa de la tierra y de la vida, de todo lo bueno y puro, mi diosa… a la que voy a volver ahora y me llenará de honores por haberte matado, Saori…

- No Seiya… no…

 

Seiya se puso de pie, tomó la daga y salió rápidamente de la habitación, Hades también se puso de pie con dificultad y lo siguió, pero no podía alcanzarlo, estaba herido y por eso caminaba con dificultad, por lo que cuando salió se le heló la sangre al ver al pequeño Damon salir de su habitación y correr hasta Seiya que se puso en cunclillas y lo recibió en sus brazos

- Papi… volviste… - el pequeñito abrazó con fuerza y emoción a su padre que tanta falta le hizo en estos días, el que se arrodilló en el suelo y se dejó abrazar, el castaño sintió la maldad del padre en el niño y supo lo que debía hacer, supo cuál era su misión, lo supo apenas lo vio…, Damon rompió el abrazo porque Seiya no lo estaba abrazando de vuelta, se separó un poco, lo miró, le sonrió y acarició su mejilla al preguntar: - Qué pasa papi?

- NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO – Hades trató de llegar a impedirlo pero no pudo, impotente vio como Seiya levantaba la mano y clavaba la daga en la espalda de su hijo, directamente en su mortal corazón, el pequeño Damon abrió mucho los ojos pero no hizo ni un solo sonido, simplemente alcanzó a decir:

- Papi…

 

El pequeño se desplomó en los brazos de Seiya, un hilillo de sangre salía por su boca, Seiya no tenía expresión alguna en su rostro, simplemente miró como los ojos de su hijo se apagaban mientras un charco de sangre se formaba debajo de ellos, Hades llegó y tomó el cuerpo del pequeño inocente de los brazos de Seiya, le sacó la daga de la espalda y puso sus manos pobre su herida, el Dios de los muertos recitaba palabras varias en un idioma que Seiya no entendía pero… nada estaba ocurriendo… el poder de Hades no estaba funcionando, él podía sanar las heridas, devolver la vida a los mortales si así lo deseara pero… la daga… la daga tenía su sangre, la daga estaba ahora maldita… si bien era cierto no podía matar a inmortales, pero a los mortales… lo mataba sin posibilidad de ser vueltos a la vida, especialmente ahora que su sangre la había manchado… Hefestos había forjado esa daga… ya no había nada que hacer pero Hades lo estaba intentando de cualquier manera, y lo intentó hasta que se convenció de que su hijo estaba muerto…

 

Hades abrazó a su hijo contra su pecho y lloró amargamente, Seiya los miró por unos minutos sin entender nada, aún no podía procesar lo que había pasado y se quedó allí en silencio mirando como Hades se aferraba al pequeño cuerpo del niño que no se movía.  Seiya miró sus manos llenas de sangre, miró al niño que estaba en los brazos de su padre y a su mente vinieron muchas imágenes sobrepuestas, recordó las facciones del niño, recordó su nombre, Damon…, recordó cuando el pequeño Damon nació y cómo lloró de la alegría al verlo, recordó sus primeros pasos, sus primeras palabras, recordó las tardes que pasaba con sus niños en el jardín, corriendo entre las flores, recordó a Damon que una vez había recogido un pajarito herido que se había lastimado su ala, lo puso entre sus manos y pocos segundos después, el pajarito voló y el pequeño sonrió, la sonrisa de Damon, su dulce voz, y ahora su inmovilidad… su rostro inexpresivo, su mirada vacía, su sangre… su sangre que manchaba sus manos… sus manos…

 

Seiya se miró nuevamente las manos y empezó a temblar, su respiración se volvió agitada hasta que gritó llevándose las manos a la cara, algo había hecho click en su cerebro y se dio cuenta de lo que había hecho, el castaño estaba horrorizado, miraba a su hijo en los brazos de Hades y sintió un dolor tan desgarrador que le despedazó el alma, su pequeñito… él había matado a su propio hijo… Seiya gritó otra vez y se hizo bolita en el suelo, lloraba con desesperación y su corazón se detuvo cuando vio a Adrián de pie en el marco de la puerta de su habitación

 

Seiya se incorporó y tomó la daga que estaba cubierta de sangre, Hades lo miró y al adivinar sus intenciones se abalanzó a él, pero fue tarde, Seiya clavó la daga en su propio pecho ante la atónita mirada de su esposo, todo lo que Seiya podía pensar era en sus otros tres hijos, si había sido capaz de matar a Damon, podría hacerles daño a sus otros bebés y eso… eso fue más fuerte que cualquier cosa, debía protegerlos… así sea de él mismo… debía protegerlos, eso era todo lo que importaba, nada más… nada más…

- No… Seiya no… - Hades hablaba con la voz cortada, nunca había sentido tal desesperación como la sentía ahora, pudo ver que Seiya era él mismo, que la fuerza que lo controlaba lo había abandonado, eso fue obvio al ver el dolor en sus ojos, pudo ver como lo aterrorizó el horror de lo que acababa de hacer, pudo ver el temor por sus otros hijos, pudo verlo todo… todo… Seiya había vuelto, su Seiya había vuelto pero… prefirió quitarse la vida para proteger a sus hijos

- Cuida… a mis bebés… - el castaño volteó la cabeza y miró a Adrián que lloraba en el marco de la puerta de la habitación, el pequeño no se había movido, Hades lo miró también y le hizo una seña para que volviera a su cuarto, el Dios de los muertos estaba llorando así que Adrián entró a su habitación y se escondió en el armario, nunca había visto a su poderoso padre llorar antes, Adrián no entendía muy bien lo que estaba pasando y estaba muy asustado, los truenos que sonaban fuera de su habitación eran ensordecedores pero podía escuchar muy bien los gritos desesperados de sus padres

- Seiya… por favor… no… por qué?... – Hades no sabía qué hacer, nunca en su muy larga vida se había sentido así de impotente

- Lo siento tanto… por favor perdóname… perdóname… - Hades tenía las manos sobre las de Seiya en la daga, pero el castaño usó todas sus fuerzas para hundir lo más posible la daga en su pecho, cuando lo hizo gimió de dolor y se arqueó ligeramente en los brazos de Hades

- No… no… Seiya no… - Hades sostenía el cuerpo de Damon, no lo había podido dejar en el suelo, y ahora su esposo también estaba muriendo en sus brazos, y no había nada que él pudiera hacer al respecto, Seiya utilizó la misma daga que acabó con la vida de su hijo, la misma daga que lo había herido a él, la daga maldita…

- Perdóname… Damon… mi niñito… Hades… per… dó… na… me… - Seiya dio su último suspiro y murió en los brazos de Hades que gritó de la desesperación y lo estrechó contra su pecho…

 

Notas finales:

Chan chan chan...

Y ahora???

No se pueden perder el próximo capítulo, Shun...

Muchas gracias por leer y nos vemos el miércoles en el capítulo nuevo, saludos, bye 


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