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SOL DE MEDIANOCHE por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el capítulo nuevo, el título lo dice todo

Capítulo 35.- Al fin serás mío…

 

Apolo estaba muy entretenido mirando las imágenes que se formaban en el humo, sus informantes le habían confirmado que el consorte de Hades estaba por dar a luz, así que Apolo, concentrando su poder había creado una pantalla de humo en la que imágenes se formaban y pudo ver lo que estaba pasando en el Averno, aunque todo era algo confuso, las imágenes se sobreponían las unas a las otras, la secuencia de hechos no era lógica en algunas partes, pero eso era de esperarse debido a la cantidad de seguridades mágicas y de energía que Hades había puesto en el Averno

 

Pero a manera general el Dios del sol pudo darse cuenta que todo había salido como lo había esperado, bueno… casi como lo había esperado, la idea era que Seiya matara a todos sus hijos antes de que se suicidara, aunque siempre cabía la posibilidad de que él estuviera interpretando mal las imágenes, pero bueno… de ser ese el caso, ya habría la oportunidad de terminar lo que empezó, a la final eran solo tres niños inocentes que quedarán desamparados cuando Hades esté fuera de combate, y como estaban sucediendo las cosas, eso sería muy pronto

 

Apolo sonrió al ver la furia reflejada en los ojos del Dios de los muertos que estrechaba contra su pecho los cuerpos del que fuera su consorte y el de uno de sus hijos, sin duda buscaría venganza y dirigiría su odio a Atena, ese fue un toque maestro, las palabras del castaño conducirían a Hades inexorablemente hacia Atena.  El Dios del sol se mostraba complacido, Hades estaba sumamente absorto en su propia tragedia ahora, su atención estaba centrada en sus propios demonios como para intervenir esta vez, si… este era el momento de atacar a su otro objetivo, este era el momento de hacerlo…

 

***

Aún no amanecía y habían llegado noticias sumamente extrañas al templo marino, Hades había atacado el Santuario en un arranque de furia,  las primeras noticias confirmaban que Seiya estaba muerto y el Dios del Inframundo le estaba haciendo responsable de todo a Atena, por eso la había atacado al Santuario causando varios destrozos y la muerte de varios de los caballeros que protegían a la Diosa de la Tierra, Aioros, Mu y Shaka habían sido los primeros en caer pero habían logrado defender efectivamente a su Diosa y dieron tiempo a sus camaradas los que ahora estaban en franca batalla en el Santuario.  Julián Solo había sido convocado por Zeus para ayudar en esta crisis y garantizar que la paz lograda en los acuerdos se mantenga, así que el Dios de los mares dejó a su esposo y a sus hijos con algunos de los generales marinos, y se encaminó al Santuario

 

Shun, el antiguo caballero de Andrómeda, estaba en la habitación de su hijo mayor y tenía a su bebé en brazos, el muchacho de ojos verdes quiso acompañar a su esposo al Santuario a comprobar si las noticias eran ciertas, no podía creer que su mejor amigo estuviera muerto en circunstancias que aún no se esclarecían, pero Julián no lo había permitido, entonces Shun se estaba paseando de lado a lado en la habitación mientras Arsen dormía y Kai balbuceaba al jugar con su chupón, a Shun se le dificultaba un poco cargar a su revoltoso hijo porque se sentía un poco débil debido a  su embarazo

 

Los embarazos de Shun eran menos complicados que los de Seiya, pero de cualquier manera, el joven de ojos verdes se sentía algo cansado e incómodo, su bebé crecía en su interior a ritmo acelerado, no tanto como eran los embarazos de Seiya pero… en estos dos meses de gestación, su hijo alcanzaba el tamaño y desarrollo de un bebé humano a los cinco meses, Shun tenía una pancita no muy grande y tanto él como Julián estaban emocionados con la llegada del nuevo integrante de su familia, Julián quería una niña, a Shun realmente el sexo del bebé le tenía sin cuidado, solo quería que naciera con bien como sus otros dos hijos

 

El silencio reinaba en el templo marino, Shun estaba de pie frente al ventanal de la habitación de su hijo, a Shun le encantaba el templo marino porque al amanecer se bañaba con la luz etérea que se filtraba a través del agua que lo rodeaba, podía ver a los hipocampos que usualmente nadaban cerca de los ventanales, Shun estaba acariciando la espalda de su bebé que estaba quedándose dormido una vez más cuando un estruendo hizo temblar el castillo entero, gritos pudieron escucharse en los pisos inferiores, más estruendos y demás sonidos extraños, el pequeño Arsen despertó y asustado se acurrucó en la cama, junto a Shun que fue a abrazarlo, al parecer el castillo estaba bajo ataque

 

El peliverde arropó a sus niños y los preparó para subir al santuario, cuando Ikky llegó, el Poderoso Fénix usualmente estaba en el Santuario pero, cuando se dio todo el alboroto con Hades, él desistió de su puesto junto a su diosa y bajó al templo marino, el Fénix estaba sangrando de una herida bastante fea en el lado derecho de su cara, el peliazul lucía bastante agitado cuando dijo:

- Tenemos que irnos… ahora…

- Qué diablos está pasando Ikky?

- Apolo vino con todo su ejército al parecer, la guardia que dejó tu esposo aquí no es suficiente y las marinas están cayendo, están listos?

- Si… a dónde vamos?

- Al Santuario, esa es nuestra mejor opción, aunque la verdad no importa solo debemos irnos de aquí y poner a los niños a salvo

- Está bien… - Shun cargó a su bebé y tomó la mano de su hijo mayor, Ikky tenía un dije muy especial que había quitado del inerte cuerpo de Bian y con el cual abrió un portal de agua, los cuatro estaban a punto de atravesarlo cuando una explosión los mandó a volar porque el suelo bajo sus pies tembló con violencia

 

Ikky se incorporó y ayudó a Shun con los niños que en ese punto lloraban y se quejaban llamando a Julián, el Fénix abrió otra vez el portal de agua pero no tuvo chance de nada porque una inmensa bola de fuego despedazó la puerta dejando ver la figura del Dios del Sol, Apolo estaba abriéndose paso a sangre y fuego

- Vete de aquí… no tienes nada que buscar – dijo Ikky parándose defensivamente delante de su hermano menos y sus sobrinos

- Vaya… eres tú el que no debería estar aquí, deberías estar muriendo a manos de Hades defendiendo a tu diosa, pero bueno… no importa defendiendo a quien mueras, porque no te quepa la menor duda Fénix, has venido aquí a morir

- No… el que ha venido aquí a morir eres tu…

 

El poderoso Fénix adoptó pose defensiva pero Apolo al verlo simplemente sonrió, extendió su mano y una luz roja emanó de ella, lo que pasó a continuación fue muy rápido, tanto Shun como Ikky se sintieron mareados y cayeron al suelo, cuando se incorporaron tenían un extraño brazalete en la mano derecha, Ikky no los había visto antes pero Shun si, esos brazaletes inhibían el cosmo, Apolo los había dejado completamente indefensos, así que Shun se pegó a la pared protegiendo a sus niños con el cuerpo, el peliverde había tomado el dije que pertenecía a Bian y que Ikky le lanzó para tratar de abrir un portal de agua y huir pero… no funcionaba, Apolo no solo había inhibido su cosmo, estaba bloqueando todos sus poderes también, porque intentó llamar a la armadura que Julián le había dado hacía muchos años pero… tampoco acudía a su llamado, por primera vez en mucho tiempo Shun se sentía indefenso, era un simple humano que tenía en sus brazos a dos niños asustados que también tenían esos brazaletes en sus manos, Apolo estaba disfrutando mucho esto y sonreía mientras contrarrestaba los infructuosos ataques de Ikky

 

El Fénix estaba dando todo de si pero no era rival para Apolo, que lo levantó del suelo sujetándole con una sola mano del cuello, Shun tapó los ojos de su hijo que se abrazó a su pierna e impotentes escucharon el grito desesperado de Ikky que ante la mirada atónita de su hermano menor, se consumió en llamas hasta hacerse cenizas, Shun no podía creer sus ojos, nunca había visto algo así, por lo que se dejó caer en el suelo y lloró amargamente abrazando a sus pequeños, Ikky era uno de los guerreros más fuertes que había existido y Shun lo vio caer con la misma facilidad con la que un niño le prende fuego a una mariposa, Apolo sonrió y se volteó lentamente hasta mirar a Shun, se sacudió las manos y caminó lentamente hasta él al decir:

-  Así esperé encontrarte, solo… indefenso… bueno no estuviste solo pero me encargué de tu molesto hermano de una vez y por todas

- Maldito… qué diablos haces aquí?, por qué vienes así?, Julián…

- Tu esposo está ocupado conteniendo a Hades, así que tus dos protectores están ocupados peleando entre ellos en estos momentos, esta vez… ya no habrá quien te proteja, esta vez… serás mío… - Apolo sonreía perversamente mientras miraba a Shun que no necesariamente podía defenderse porque tenía a sus dos hijos en su regazo y los estrechaba contra su pecho, el miedo era visible en los ojos del antiguo caballero de Atena, él hubiera podido dar pelea pero… no podía sacrificar a sus hijos…

- No por favor… vete… vete ahora y no diré nada a Julián, vete ahora y todo será olvidado, piénsalo Apolo, mi esposo volverá pronto y qué crees que haga si no nos encuentra?

- Eso… será muy divertido de ver – Apolo caminó hasta Shun y lo tomó de los cabellos, los niños gritaron pero nada pudo impedir que los cuatro fueran envueltos en una estela de fuego y desaparecieran del templo marino

 

Shun aterrizó en el suelo pero pudo sostener a sus dos hijos contra su pecho, ellos no se golpearon, pero el peliverde si, Apolo rió divertido al ver a su prisionero muy asustado y tratando de escudar a sus niños

- Supe que estabas de encargo otra vez, no lo creí cierto pero… al parecer es así – dijo Apolo con tono inexpresivo mientras se servía una copa de vino, Shun solo lo miraba desde el suelo, la verdad no se atrevía aponerse de pie, ahora se encontraban en una habitación bastante grande, había una mesa esquinera en la que habían algunas botellas de vino y botanas, había una cama bastante grande en medio de la habitación, era de hierro forjado con dosel, habían varios sillones y una puerta que Shun pensó conducía al baño, Apolo bebió su copa de vino y se sirvió otra al decir: - Te ofrecería un poco pero supongo que no estás bebiendo licor por tu estado, o si?

- No…

- Muy bien, ya hemos estado en esta situación antes, lo quieres repetir?, o quieres entregarte a mi por las buenas?, mira que ahora nadie podrá encontrarte, me he asegurado de ello, además te tengo a ti y a tus hijos, no querrás que algún daño les toque a ellos, o si?

- No!!!, no te atrevas a tocar a mis hijos – Shun abrazó con más fuerza a sus pequeños contra su pecho

- Muy bien, entonces… era mi intención ser el primero que reclamara tu cuerpo y tu virginidad, yo quería ser el primero que recorriera tu piel pero… tu no lo quisiste así, yo te hubiera tratado bien, te hubiera convertido en mi oráculo y te hubiera llenado de lujos y mimos, ahora… ahora solo quiero tomar lo que por derecho era mío, nadie tuvo por qué haber intervenido en mis planes contigo, tu no debiste ser de él, tú no debiste haberte casado con él, no debiste haber tenido sus hijos…

- No… por favor… yo haré lo que tu quieras pero… no dañes a mis niños, ellos son inocentes, no tienen la culpa de nada, por favor… por favor… - Shun era un hombre orgulloso pero en este punto no le importaba rogar por la vida de sus hijos, en especial al ver la ira con la que Apolo los miraba

- Muy bien… desnúdate y súbete a la cama

- Por favor, solo déjame… - Shun estaba tratando de buscar algún tipo de manera de retrasar lo inevitable, él pensaba que si Julián regresaba al templo marino, al no encontrarlos los buscaría por cielo, mar y tierra, tal vez llegaría a tiempo… tal vez…

- NADA!!!!!, hazlo ahora… - el tono de Apolo era amenazante y Shun se encogió y abrazó a sus hijos cuando el Dios del sol lanzó el vaso a la pared el que al chocarse se hizo añicos

- Por favor… están asustados…

- Y crees que eso a mi me importa? – Apolo caminó hasta Shun y lo levantó del suelo tomándolo de los cabellos, el peliverde gimió de dolor, cerró los ojos y sujetó a sus hijos con todas sus fuerzas, Apolo los lanzó a los tres a la cama, los niños lloraban y gritaban, Shun no los soltaba y Apolo enfurecido tomó al mayor, a Arsen y lo aventó con todas sus fuerzas contra el muro

- NOOOOOOOOOOOOOOO – Shun gritó con desesperación al ver como su pequeño hijo se golpeó con violencia contra la pared de piedra de la habitación y cayó pesadamente al suelo, Arsen ya no se movía, ya no lloraba, ya no hacía nada, tenía los ojos cerrados  y un hilillo de sangre salía de su boca

- Estos niños no debían nacer, solo estoy cumpliendo con la voluntad de los dioses – Apolo sonrió al ver a Shun tan destrozado, el peliverde quiso correr hasta su hijo pero no pudo, Apolo lo volvió a arrojar a la cama y forcejearon ferozmente porque Apolo quería quitarle el bebé de sus brazos, Shun peleaba como podía tratando de mantener a su hijo en sus brazos, así que Apolo lo empezó a golpear con saña y violencia, Shun se hizo bolita en la cama protegiendo al bebé con su cuerpo y aguantó los golpes que le caían sin compasión

- No… por favor… por favor…

- Cállate y entrégamelo

- Nunca…

- Tu lo quisiste así – Apolo volteó a Shun y apretó su cuello con las manos, el peliverde se puso rojo al faltarle el aire, Apolo apretó con más fuerza hasta que Shun aflojó el agarre de su pequeño, ahí el Dios del sol lo tomó y también lo arrojó contra la pared de piedra, el sonido que hizo el pequeño cuerpo al estrellarse contra la pared, fue desgarrador…

 

A Shun se le rompió el alma al ver como sus dos hijos yacían en el duro piso de la habitación, la cual se quedó en completo silencio, ese silencio fue el más pesado que Shun hubiera sentido jamás, el peliverde miraba a sus hijos que no se estaban moviendo  y le pareció que el tiempo se detuvo, ya nada le importó, ni siquiera escuchó lo que Apolo estaba diciendo, no se dio cuenta que el Dios del sol se había desnudado, no le importó que estuviera rasgando su ropa, y ni siquiera gimió de dolor cuando con violencia lo puso boca abajo en la cama, le abrió las piernas y lo penetró

 

Apolo gimió de placer, Shun era delicioso, tal y como lo había pensado, y le encantó el hecho de tenerlo así, sumiso y sometido ante él, el peliverde lloraba con amargura y quiso defenderse, pero el Dios del sol sujetó sus manos en la base de su espalda y lo tomó de los cabellos jalándolo hacia atrás para decir en su oreja:

- No lo pelees, mejor relájate y trata de disfrutarlo, porque mi rostro será lo último que veas antes de morir

- No… no…

- Ya no tiene sentido… ya deja de forcejear… eres mío ahora…

- Nunca….

 

Apolo sonrió y aumentó de velocidad sus movimientos de cadera, Shun gimió de dolor porque el Dios le estaba cargando todo su peso y en su estado eso era por demás doloroso, el joven de ojos verdes no podía quitar la mirada de sus pequeños y lloraba impotente porque no pudo defenderlos, Apolo gemía de placer al cumplir uno de sus objetivos al someter a Shun y al humillar a Hades y a Poseidón al hacerlo

 

Apolo salió sin el menor cuidado del cuerpo de Shun, que se quejó y sintió profundo asco de lo que estaba pasando y de sí mismo, pero peor se sintió cuando Apolo lo volteó en la cama, levantó sus piernas y lo penetró nuevamente.  Shun trató de empujar a su agresor pero Apolo lo abofeteó y apretó la mano en su cuello impidiéndole respirar nuevamente, Shun pataleó y con ambas manos trataba de aflojar el agarre de Apolo que reía mientras seguía embistiéndolo sin soltarlo, Apolo aflojó el cuello de Shun cuando por la falta de aire dejó caer sus manos a los costados de su cabeza

- No no no… quiero que lo sientas, despierta bonito… eso es… - Shun abrió los ojos y miró con asco el rostro de su agresor que sonreía muy complacido

 

Shun no supo cuántas veces Apolo lo violentó, el Dios del sol lo había atado a la cama de varias formas, lo había golpeado hasta hacerle escupir sangre, en un arranque de furia se ensañó con el abultado vientre de Shun, y el peliverde supo que su bebé no lo resistiría.  Al pasar las horas, Shun sangraba y se retorcía de dolor, Apolo aparentemente se había cansado y estaba tomando una copa de vino mientras miraba los vanos intentos de Shun de escapar.  El peliverde se estaba moviendo muy lentamente en la cama, se arrastraba poco a poco hasta que cayó pesadamente al suelo, su rostro era una masa difusa, su ojo derecho estaba completamente cerrado por la inflamación y su labio estaba partido y sangraba, sus pezones sangraban también porque Apolo se había ensañado con ellos, por la salvaje violación que había sufrido en repetidas ocasiones en esa mañana, tenía el ano completamente desgarrado y sangraba, su pecho y espalda tenía cortes y moretones, al igual que sus piernas y brazos, Shun estaba hecho un guiñapo humano que se estaba arrastrando por el piso tratando de llegar hasta los cuerpos de sus hijos

 

Apolo se puso de pie y caminó hasta la mesita para servirse una nueva copa de vino, y mientras la tomaba, la puerta se abrió dando paso a Ares, Dios de la guerra que arqueó una ceja ante el sangriento espectáculo

- No te contuviste… vaya… no pensé que lo tenías en ti – dijo Ares caminando hasta Apolo para tomar la copa de vino que le brindaba

- Te dije que lo quería destrozar, y bueno pues… lo destrocé… - Apolo sonrió al ver a Shun respirar con dificultad mientras avanzaba muy lentamente dejando un rastro de sangre a su paso

- No te parece un poco… extremo? – Ares bebió un poco de su vino y miró como Apolo rió divertido

- No puedo creer que seas precisamente tu el que me lo diga, cuéntame… cómo salió todo en el Santuario? – Apolo dio un par de pasos y pisó la espalda de Shun para mantenerlo quieto, el peliverde casi llegaba hasta su hijo mayor, el peliverde estiró lastimeramente su mano pero no alcanzaba a tocar la pequeña manito de su hijo

- Bien… Hades fue encerrado en una urna, Atena lo hizo pero nuestro amado padre reforzó el sello, le dolió mucho hacerlo, tu sabes… es su hermano favorito pero no podía permitir que el balance se destruya

- Y los niños?, y el sucio humano?

- El humano murió, al parecer Hades lo mató con sus propias manos porque él mató a uno de los niños, o que el humano se suicidó, no lo sabemos bien porque Hades nunca lo aclaró, solo nos han llegado rumores de nuestros espías que escucharon tras las puertas, los sirvientes no estaban en el salón cuando todo aquello pasó

- Solo a uno? – preguntó Apolo sonriendo divertido mientras aplastaba a Shun en el piso

- Si, solo a uno, pero tranquilo hermano, Zeus me ha encargado a mi el cuidado del Averno del que ya tomé posesión, los espectros no están muy contentos que digamos porque me llevé inmediatamente a mis ejércitos y a mi guardia personal, aunque lo que ellos piensen no me importa en lo más mínimo, de los que si tengo que tener cuidado es de los dioses gemelos y de Hécate, ella se llevó a los niños y los está vigilando, pero… ella no es más poderosa que yo, esos niños morirán pronto, lastimosamente los accidentes pasan y el Averno es un lugar muy peligroso – contestó Ares divertido señalando a los niños que yacían inertes en la habitación, Apolo asintió porque sabía que los hijos vivos de Hades representaban un riesgo, había que eliminarlos a como diera lugar

- Si… Hera se lució con la maldición que le envió a ese mortal, mi hermana fue muy hábil al manipularla, nunca subestimes el poder de una profecía, usualmente tienen la manera de volverse realidad, aunque es una lástima que el consorte de Hades no haya matado a todos sus engendros, bueno… no importa, es un error que se corregirá con el tiempo, ahora ya tenemos fuera de combate a Hades, pronto lo seguirán Poseidón y nuestro amado padre también – Apolo levantó su copa a manera de brindis y Ares lo imitó para luego decir:

- Estás seguro de querer derrocar a nuestro padre Zeus?, no te parece suficiente lo que hemos logrado?, ya tenemos un reino cada uno de nosotros y la verdad me preocupa Hera, ella creyó ciegamente en esa profecía, si descubre que era falsa… eso nos costará nuestros cuellos, la ira de Hera es legendaria – dijo Ares y se llevó la mano al cuello algo incómodo

- Por ella no te preocupes, ella compartirá la suerte de su infiel esposo, ya hizo el trabajo sucio por nosotros, ya no la necesitamos, la desecharemos como lo haremos con Zeus, como ya hemos hablado mi querido hermano, un nuevo orden se asentará en todos los reinos, un nuevo orden que dejará la nueva generación de dioses en el poder, yo controlaré los cielos, mi hermana controlará los mares y tu… tu controlarás el reino más rico de todos, el Averno… brindemos por ello hermano, nuestro triunfo está cercano, el cambio se viene y lo hemos conseguido a pulso, brindemos… por la victoria, por la dedicación y la paciencia, brindemos por nosotros y el nuevo régimen, brindemos… – Apolo alzó su copa nuevamente y la vació de un solo trago

- Lo único que nos faltaba ya lo he conseguido, es más hermosa de lo que pensé que era – Ares sacó de entre sus ropas una hermosa daga, de apariencia antigua, su hoja resplandecía de una manera etérea, estaba elaborada en un material sumamente liviano y su empuñadura tenía unos tallados impresionantes

- Es esto lo que pienso que es? – Apolo estiró la mano y tomó la daga de las manos de Ares que asintió con una sonrisa

- Si… Radamantys no quería decirme su ubicación pero… tengo mis medios para convencer a las personas, un par de horas de tortura y Radamantys me dijo hasta cosas que no quería saber, recuperé algunas armas que el traidor de Hefestos había forjado en secreto para Hades, lo que no pude encontrar fue su casco de invisibilidad, pero lo que me dio gusto fue comprobar que tenía razón, yo sabía que Hades la había recuperado del Santuario en las últimas reuniones que se hicieron allí hace más de 8 años, o por lo menos lo presentía y mi corazonada fue cierta, esta es el arma que nos hacía falta, y como bono extra, al estar sumergida todos estos años en la laguna que contiene polvo de estrellas, la ha vuelto casi indestructible, esta es la daga de la profecía, la daga real

- La que puede quitar la vida a un Dios… - completó Apolo la idea y miró embelesado la hermosa daga que lo cambiaría todo

- Si… ahora en verdad podríamos controlar a todo el concilio, pero para poder hacerlo y que no exista dudas de nuestro poder, debemos probar su valía así que propongo asesinar a Hefestos, nadie lo extrañará, además es justicia poética, él forjó la daga y es justo que una de sus obras acabe con su vida, no te parece? – dijo Ares pensando en su eterno rival y en que ahora tendría la oportunidad de librarse de él de una vez por todas, Apolo sonrió al decir:

- Como quieras, esto es lo que nos faltaba, ahora nuestro plan está completo – Apolo sostuvo la daga en su mano y sonrió victorioso

 - Así es, brindemos por el futuro y lo que nos deparará – contestó Ares y vació su copa, ambos dioses sonrieron, Apolo tomó su trago, lanzó la copa al suelo, tomó un pedazo de vidrio roto, tomó a Shun de los cabellos para exponer su cuello, el que fue degollado sin espera.  El joven de cabellos verdes no tuvo fuerza para moverse, en pocos minutos se desangró y murió sin poder tocar la manito de su hijo que estaba a pocos centímetros pero… inalcanzable para él, Apolo y Ares reían y siguieron bebiendo y brindando a su salud y a la brillante ejecución de su plan…

 

***

En una de las cuevas del Averno, dentro de la profundidad del Tártaro, ante una pila de agua estaban varias personas reunidas mirando los eventos que se desarrollaban, las imágenes que se formaban en el agua eran por demás descorazonadoras, algunas lágrimas fueron derramados por los presentes, maldiciones fueron pronunciadas, susurros de venganza llenaban la habitación, en fin… el ambiente era sumamente tenso…

- Seguimos?, o viste suficiente?

- Suficiente!!!

 

Notas finales:

Chan chan chan...

Qué está pasando??????????, quién vio lo suficiente?, qué va a pasar ahora???

No se pueden perder el capítulo nuevo del viernes, Walter... este capítulo es para ti

Muchas gracias por leer y nos vemos el viernes, saludos, bye 


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