-Carlos, te amo- decía Jay besando a su novio
-yo igual... no sé, cuando estoy contigo, no logro pensar en nada más
-el sentimiento es mutuo, eres perfecto, no hay nada que no haría por ti -dirás que es algo absurdo, pero... siento que es magia- Jay soltó una risa y rodeó los brazos de su chico y él recargó su cabeza en el hombro del mayor- diablos, en verdad soné muy de cuento de hadas- ambos volvieron a compartir una risa
-a mí el romance nunca me había interesado- Carlos lo miró dudoso, luego Jay sonrió- pero hubo algo en ti que me hizo cambiar
-debo tener mucha influencia si logré que el hijo de Jafar lograra fijarse en mí, ¿No crees?- Jay asintió acariciando la barbilla de Carlos
Evie, que secretamente los espiaba, decidió regresar al dormitorio, el asunto de la galleta parecía ir bastante lejos cada vez más, así que al llegar al cuarto, comenzó a buscar el libro de hechizos de su amiga entre los cajones, al encontrarlo, escuchó como se abría la puerta y vio a Mal entrar
-Mal, ¿Qué te pasó?- estás empapada- dijo Evie sorprendida lanzando el libro en el buró
-lo sé... un ligero problema en mi cita con Ben- respondió algo malhumorada la hija de Maléfica
-ya veo... al menos te prestó su chaqueta- opinó encogiéndose de hombros
-¿Ah? Esto- dijo mirándola- sí, fue de gran ayuda- Evie le entregó una toalla que había sacado del baño... Evie
-¿Dime?- parloteó colocando los brazos tras la espalda
-¿Por qué mi libro está sobre el buró?
-¿A qué te refieres?- preguntó fingiendo indiferencia
-siempre guardo mi libro, tú eres la única que sabe dónde... ¿Para qué lo necesitas?
-es que...-ante la penetrante mirada de Mal, Evie se rindió y la miró a los ojos- al parecer olvidamos que Jay está bajo un hechizo, y Carlos no
-¿Y? Ambos se ven felices, y Carlos recibe el cariño que necesita- objetó secando su cabello con la toalla
-lo sé, es solo que siento que de algún modo estamos traicionando a Carlos, él nos confesó que Jay y él estaban en una relación y que se siente feliz al fin, y no lo veía así desde que estábamos en la isla… recuerdas cuando Carlos era…
-sí, lo recuerdo… pobre Carlos- interrumpió Mal rememorando aquellos tiempos- pero ni siquiera ahí era feliz, siempre perdido en sus pensamientos de si quería a Jay o no
-si lo dejamos así será peor, una decepción por el efecto de una galleta, Carlos está viviendo una mentira- explicó sentándose en su cama con la mirada gacha
-entonces resumiendo toda esta plática ¿Dices que deberíamos hablar con Carlos?
-sí, para que no se ilusione más, Mal, somos sus mejores amigas, no podemos dejarlo así, no debemos
-bien, hablaremos con él en un rato
-bien
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-¿Para qué querían verme, chicas, pasa algo?- Evie y Mal se miraron
-Carlos, queríamos hablarte sobre tu relación con Jay- inició Mal
-¿Mi relación? ¿Qué con ella? Pensé que estaban felices- dijo confundido arqueando una ceja
-¡Y lo estamos!- se apresuró Evie- pero tenemos que confesarte algo...
-bien, díganme- dijo con toda tranquilidad
-Jay...
-aquí estás, cachorro- suspiró aliviado un moreno sentándose al lado de Carlos
-Jay, no esperaba verte en este momento, creí que nos veríamos dentro de una hora
-no pude esperar más para ver tus ojos- Carlos soltó una risa, Mal bajó su mirada y la mirada de Evie se veía más preocupada- escucha, tengo algo que decirte
-¿No puede ser después? Evie y Mal querían hablar conmigo
-ah, pues puedo esperar contigo...
-¡No!- objetó Mal- digo, no era algo muy importante... Carlos, puedes ir con Jay, ya hablaremos más tarde
-¿Segura?- Mal se vio forzada a asentir bajo la preocupada mirada de Evie- bueno, nos vemos después, vamos, Jay- el árabe le sonrió a su novio y ambos se retiraron de aquella mesa
-¿Por qué lo hiciste, Mal? Era una buena oportunidad para decirles la verdad a ambos- reclamó Evie mirando con algo de enojo y preocupación a su amiga mientras ella observaba a Jay y Carlos alejarse
-creo que si se darán cuenta después de que su amor no fue más que una mentira, bien pueden aprovechar un último día como pareja- Evie solo suspiró
Por otro lado, Jay condujo a Carlos al mismo lugar donde Ben y Mal habían tenido una cita, pero Jay se aseguró de adornar aquel lugar a su manera, con una alfombra roja con negro, cojines alrededor, una fuente de chocolate y fruta rodeándola, en un tazón habían bombones tanto cubiertos con chocolate como sin, y para finalizar, una botella de sidra picante y dos copas ambos se sentaron y Carlos tomó un bombón cubierto de chocolate, Jay se encargó de abrir la sidra
-¿En serio, Jay?- preguntó incrédulo el bicolor
-¿Qué? Pensé que te había gustado la sidra picante que llevé a tu fiesta en Hell Hall
-¡Fiesta que Mal me obligó a hacer, por cierto!
-bien, bien, pero pensé que te había gustado
-ni siquiera tomé, y no deseo hacerlo ahora, esa cosa ha de saber horrible
-no tanto- aseguró Jay- ya que esta es sidra de uva… picante, pero de uva- dijo ofreciéndole la copa
-bien, tú ganas, pero si me embriago tú me tendrás que llevar cargando hasta el dormitorio- decretó tomando la copa, Jay asintió-¿Y este lugar?- preguntó luego de tomar un sorbo de aquella copa
-esta es una cita, nuestra primera cita, y quiero que la aprovechemos en un buen lugar, Ben dijo que este es el mejor de todos sus escondites secretos
-bueno, todo el tiempo que paso contigo también trato de aprovecharlo, no importa si estamos en el mejor jardín de Auradon- dijo tomando un bombón para luego meterlo en la fuente y comerlo
-Carlos- dijo acercándose a él a gatas- quiero que este día sea especial, ¿De acuerdo?- el menor asintió y Jay tomó su barbilla para enseguida besarlo- chocolate…- susurró sobre los labios del otro
Carlos se acercó para profundizar el beso entonces ambos quedaron hincados y abrazados, mientras compartían besos y caricias, Jay aprovechó y abrió el chaleco del menor, Carlos se encargó de quitarle la chaqueta de cuero y al finalizar su tarea, Jay bajó al cuello de Carlos para comenzar a besarlo, morderlo y finalmente marcarlo, Carlos se encogió y Jay aprovechó para recostarlo y colocarse entre sus piernas
-Jay...-suspiró arqueando su cuello hacia atrás
-no digas nada en estos momentos, quiero que solo emitamos sonidos, nada de palabras- Carlos asintió y volvió a besar a su novio, Jay le quitó la camisa gris y comenzó a besar con todo cariño el pecho pálido, Carlos apretó la camisa de su pareja y Jay en seguida se la retiró
-tu cuerpo...-susurró Carlos- es atractivo- admiró acariciando los pectorales del otro
-el tuyo es hermoso- dijo con dulzura antes de seguir besándole el cuello y descender nuevamente al pecho
Tanta fue la actividad que realizaron, que terminaron por dormirse en ese mismo lugar. A la mañana siguiente, Carlos se despertó sobre el pecho de Jay, con su índice comenzó a juguetear con un mechón de cabello, a los pocos minutos Jay se despertó también y al ver a Carlos sonriente provocó una sonrisa en él
-buen día- dijo Carlos
-buenos días- saludó Jay antes de besarlo, Carlos se sentó a un lado y miró a los alrededores
-no puedo creer que hayamos dormido aquí- dijo rascándose la cabeza
-terminamos cansados, era de esperarse- se estiró y acarició la espalda de Carlos con cariño- ¿Cómo amaneciste?
-¿De verdad quieres saberlo?- preguntó riendo, Jay aunque también soltó su risa asintió- solo te diré que probablemente me cueste trabajo estar sentado y caminar hasta el dormitorio
-bueno, llevas como… ¿Cuánto? ¿1 año más o menos sin ejercitar?- Carlos golpeó con el dorso de su mano el brazo del moreno y Jay soltó otra risa, luego se puso de pie
-¿A dónde vas?
-tengo ganas de ir al baño
-pero espera...-miró de nuevo a los alrededores- ¿Irás hasta el dormitorio desnudo?- Jay rio
-no, cachorro, estamos en el bosque, aprovecharé la naturaleza que nos rodea
-ok... sí que eres listo
-gracias- y guiñándole un ojo, se alejó un poco para atender sus necesidades, Carlos entretanto comenzaba a vestirse- ¡Carlos!
-¡¿Dime?!
-¡Pásame mi ropa!
-¡En un momento!- Carlos terminó de vestirse y fue por la ropa de Jay, que estaba regada en diferentes partes no muy lejos de él, primero tomó sus botas, luego su pantalón, luego la camisa y al final su chaqueta de cuero, pero al tomarla, una galleta salió de la bolsa- ¿Qué es esto?...-miró la galleta y vio que la mitad había sido devorada, aún estaban las marcas de las mordidas en el otro pedazo- la galleta que hicimos con Mal... Oh no
-¡Carlos, ¿Algún problema, cachorro?!- llamó Jay
-¡No! No lo hay...-respondió sin dejar de mirar la galleta
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-lo oí de Doug, el día de la familia…- dijo Evie sentada al lado de Mal, ellas se acostumbraron a llegar temprano para hablar antes de que llegara el Hada Madrina e iniciará con la clase
-dijo Ben que harían una fiesta, que es costumbre de aquí
-¡¿Cuándo demonios pensaban decirme?!- dijo Carlos golpeando la mesa con las manos
-Carlos...-murmuró Evie -¡Dime, Mal! ¡¿El que Jay comiera una galleta era para usarlo como conejillo de indias antes de darle las galletas a Ben?!- preguntó con lágrimas en los ojos lanzando la galleta a la mesa frente ellas
-no es así- negó Mal
-¿Ah no? ¿Entonces qué?- seguía interrogándolas recargando su cuerpo con sus manos en la mesa mientras lágrimas resbalaban por sus mejillas y su rostro estaba algo rojo por el esfuerzo de no echarse a llorar
-no sabemos qué demonios pasó por su mente cuando tomó una, no supimos ni cuando se la comió, solo nos enteramos cuando nos lo dijo en el almuerzo- contestó Evie, Carlos agachó la cabeza, suspiró y se remojó los labios
-solo quiero que me respondan una cosa más...-las miró un poco más tranquilo- ¿Por qué no nos lo dijeron ayer que estábamos juntos?
-eso... fue mi culpa, Carlos- dijo Mal, el chico la miró- se veían felices juntos, y le dije a Evie que era justo que tuvieran un día más para disfrutar de lo que sentían ya que era la primera vez que pasaban un momento juntos y a solas desde aquella vez- el bicolor soltó una risa pequeña
-que buen plan, Mal- dijo sarcásticamente- nada como darme cuenta que de nuevo fui utilizado- Carlos nuevamente bajó la cabeza y se fue a sentar a la mesa de al lado de Evie y Mal, entonces comenzó a sollozar y respirar entrecortadamente, seguido de dejar salir gemidos
-Carlos...-intentó llamar Evie, pero Mal la detuvo, solo miraron a Carlos escondiendo su rostro entre sus brazos y sollozando, pero el chico sabía que "su novio" y el Hada Madrina llegarían en cualquier momento así que se calmó y limpió sus ojos
Al poco rato llegaron Jay y la directora, impartió unos 10 minutos de clase y después el Hada les dio una sorpresa, todos vieron a sus padres, pero Carlos al haber tenido una confrontación con su madre y después que ella peleó con Jafar terminó sintiéndose el doble de mal, definitivamente ese no era su día
Al finalizar las clases, Carlos se fue directo a su habitación y se acostó, Chico le hizo compañía en seguida y las lágrimas nuevamente salieron de los ojos de Carlos sin él poder evitar esa acción. Jay llegó 20 minutos pasados y encontró a su novio serio, bocarriba y cuando se acercó a él, lo descubrió con los ojos rojos e hinchados
-Carlos... sé que el problema que tuvieron nuestros padres fue malo, pero no es motivo para que lloraras
-no fue por eso- dijo sin apartar la mirada del techo
-¿Entonces por qué encuentro a mi pequeño novio con sus preciosos ojos chocolate color rojos e hinchados?-Carlos le dio la espalda
-no quiero decirte
-bien, respetaré tu privacidad, pero sabes que puedes confiar en mí, porque más de hablarte como tu pareja, lo hago como tu mejor amigo
-Jay...-llamó- ¿Cómo fue que comenzaste a sentir algo por mí?- Jay arrugó el entrecejo y se recargó en seguida en la cabecera de la cama
-fue algo muy extraño... un día eras solo mi mejor amigo, pero algo me dio el valor de darme cuenta de lo que siento por ti, Carlos, te amo
-ya basta...
-eres alguien fundamental en mi vida
-para...
-es la primera vez que siento algo en el pecho, mi corazón está latiendo solo para ti...
-¡Cállate de una jodida vez, Jay!- el ladrón miró sorprendido a su novio
-Carlos...
-¡Son las galletas!- Jay solo miró a su novio
-¿Cómo dices?
-la galleta que te tragaste tenía el hechizo de amor
-hechizo de amor...-Jay se levantó y tomó a Carlos de los hombros para voltearlo bocarriba bruscamente ¡¿Me estás diciendo que las galletas sí tenían un hechizo de amor?!
-¡¿Qué, eres sordo?! ¡Sí, estaban hechizadas!
-¡¿Por qué no me lo dijiste?!
-¡No sabía que habías tomado una!
-¡No sabía que estaban hechizadas!
-¡En eso ya no tengo yo la culpa!- Jay se quitó de encima de Carlos y caminó alrededor de la habitación, se pasaba las manos por encima de la cabeza constantemente y suspiraba
-no puedo estar enojado contigo, tienes razón, no tienes tú la culpa de lo que hice... pero no entiendo qué hacer, quiero negar lo que pasó entre nosotros, pero un sentimiento me lo impone
-es el hechizo, Jay, no hay ningún sentimiento de por medio
-pero...-Carlos se levantó rápidamente -tenemos que ir con Mal para que revierta tu hechizo
-no
-¿Perdón?
-no quiero que vengas conmigo, dejaré de estar enamorado... pero no en tu presencia, no creo ser capaz de ver a la cara a aquel chico que me tiré ayer en un supuesto “Acto de amor”- confesó resaltando entre comillas las últimas palabras
-como quieras- fueron las palabras de Carlos antes de salir del dormitorio en una dirección contraria, Chico le siguió casi corriendo
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-Mal...-llamó Jay entrando al cuarto
-Jay, ¿Qué te trae aquí?
-pues... Carlos... ya me ha contado todo- las chicas compartieron una mirada
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-Chico, ¿Tú si me quieres a mí verdad? ¿Sin la necesidad de estar hechizado?...-el perrito lamió las mejillas y la nariz de Carlos y él solo sonrió
-Carlos, ¿Qué te pasa?- preguntó Ben llegando a su lado en las gradas
-nada importante, solo pensaba...
-te ves triste
-sí... siento que no he nacido para ser querido por nadie
-oí que Jay siente algo por ti
-pasé por algo malo relacionado con él
-Mal e Evie, son como tus hermanas
-de algún modo siento que me traicionaron
-Carlos... soy tu amigo, también te quiero, tu mamá aunque probablemente nunca te mostró afecto, sé que te quiere también, y Chico, bueno, él ya es más tuyo que del equipo- Carlos sonrió
-gracias, Ben
-escucha, todo ser humano es indispensable para un corazón, si todavía no consigues a alguien, es porque todavía no ha llegado tu momento, no desesperes, que está muy cerca
-¿De verdad lo crees?
-toda persona en el mundo ha llegado a amar alguna vez, pero por problemas se separan pero aquí lo importante, es que llegaron a amar, toma de ejemplo a sus padres
-¿Nuestros padres?
-sí, ¿O es que aún sigues creyendo que la cigüeña te trajo?- el ánimo de Carlos subió un poco que hasta lo hizo soltar una risita que compartió con Ben- como te dije, todos llegamos a amar alguna vez, y si nos esforzamos, ese amor será para siempre...
-gracias, otra vez, Ben...
-para eso soy tu amigo... mira, me gustaría quedarme y hablar contigo más tiempo, pero tengo que ir a ver los preparativos para el festival del día de la familia mañana
-entiendo, entonces nos veremos después...
-sí, adiós- dijo sonriente
Curiosamente después de hablar con Ben, Carlos sintió la necesidad de hablar con Evie, así que se dirigió al cuarto de ella cuando desde fuera escuchó voces y una de ellas le resultaba incómoda
"-¡¿Cómo que el hechizo de amor no tiene cura?!"
"-¡Perdón, Jay, ya estuve buscando en mi libro y no hay nada de nada!"
"-¿Entonces qué hago? ¿Seguir enamorado de Carlos?"
"-escucha, hay un hechizo que te hace olvidar lo que sucedió, si lo hago usando además una lagrima tuya, probablemente contrarreste los efectos del hechizo de amor"
"-¿Y funcionará?"
"-es lo más probable, desde hoy dejarás de estar enamorado de Carlos De Vil"- el mencionado no pudo más con eso y salió corriendo de ahí