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Aprendiendo a sobrevivir por sakurada momo

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Notas del capitulo:

Jeje! e.e me tarde,lo sientooooooooo *pide perdon de rodillas*

de hecho tenia el cap para ayer pero por algunas cosas con el internet no pude subir el cap

Agradezcan este cap a los dias feriados por el carnaval ¡hurra!

¡A leer!

13.  Juego

Espere unos minutos, horas hasta que el edificio dejo de quemarse y yo esperaba que aparecieran esos tipos y de una vez le pusieran fin a una miserable vida como la mía. Pero no fue así, no aparecieron, me levante de la tierra y me subí a la moto las chicas lo había llenado de combustible corrí rápido por el pavimento así tal vez dejaría atrás a las miserias, solo tal vez

Sin darme cuenta llegue hasta el camión de los chicos y me entre ahí ¿en serio estaba maldito? Me preguntaba a mí mismo echado en la parte trasera del camión el lugar donde dormí tantas veces acurrucado junto a Perséfone. Si vuelvo le haría daño a ella? Quiero verla, y también a los chicos pero…

-je! Soy egoísta – me dije a mi mismo levantándome e inspeccionando el lugar empeñado en encontrar alguna pista sobre su paradero – aunque los dañe quiero estar con ellos - Había un mapa que indicaba  el centro de no sé qué, estaba a unas millas de aquí sería difícil llegar pero no imposible. Me encontraría con ellos

***

Tenía la garganta seca, había pasado la noche en el camión y ahora el sol sofocante exigía a mi cuerpo agua, hurgue en la mochila de cuero en busca de agua la encontré junto a unos mitones* de cuero negras y una nota pegada

 

“para que cuides tus manos J ”

Susana

 

Esa mujer acaso ella era un ángel? Je! Mate un ángel? Solo un cruel demonio mataría un ángel, soy un demonio

-Gracias…- susurre colocándome los mitones, coloque el mapa que encontré en la mochila

 Me acomode la botas de cuero negro me puse la capa con la capucha encima para cubrirme del sol y salí, mi “bestia negra” permanecía en el mismo lugar que la deje ayer. Me subí a ella y acompañado del fuerte ruido del motor avance por la larga carretera, lo que no me espere fue que a mitad de camino un auto se atravesara literalmente por mi camino, luche con la moto para que se detuviera y así no chocar logre mi cometido por unos milímetros en los que la punta de mi nariz tocaba un pedazo del vidrio roto de la ventana

-Jaja! Casi le doy - Mierda! Eran esos tipos de la mascaras

-recuerda, mantenerlo con vida – escuche la última parte lejana por yo ya estar unos metros adelante acelerando la motocicleta, esos tipos eran peligrosos

-oh! No escapes, aun… - dijo lo último con un tono juguetón el hombre de cabellos castaños que ahora corría al lado de la moto a la misma velocidad. ¿Cómo diablos tenía esa velocidad? Intente apartarme girando al otro lado pero..

-Andrew, no escapes ¿escaparas como lo hiciste de esas mujeres?, oh, cierto no escapaste solo las abandonaste

-maldito – dije entre dientes al hombre de cabellos azabaches, estaba rodeado ambos corrían a cada lado de la motocicleta con una velocidad que lo racional no entendía, no eran humanos eso lo tuve claro al ver como en el tatuaje de serpiente del hombre azabache no estaba ninguna cicatriz, ni vendaje, ni nada, como si nunca hubiera recibido algún daño - ¿Quiénes son? – murmure acelerando un poco más, imposible, me seguían el paso como si de una simple caminata se tratara

-je! Niño, nos divertiremos mucho – me dijo el castaño

-si, con nuestro pequeño juego de… - continuo el azabache

-el gato y el ratón – ambos dejaron de correr tras decir esto, dejándome escapar y seguir mi camino

“el juego a comenzado”

***

Estaba cansado, después de llegar a la primera ciudad del mapa, estaba escondido en medio de unos botes de basura cargando con nuevas balas mi fusil, esas cosas eran un problema y serio. ¡Mierda! Algunas manos desmembradas se habían colado en mi capa y ahora eran derramadas en los botes, suelo y demás haciendo ruido y manchando mi capa de sangre, me volví a poner la capucha de la capa y con cuidado volví a escabullirme entre los callejones, esas manos dejarían de moverse pronto pero aun no me acostumbraba a su grotesca apariencia, había sido una sorpresa el haberme encontrado con unos zombies que aunque desmembrados siguieran moviéndose, eso sumado a los gigantes eran un completo desastre, y también estaban…

-te encontré! – me gritaba desde la azotea de un edificio Teo, el castaño que acababa de lanzar una cabeza de zombie que seguía moviéndose a mis pies, me daba asco los gritos y movimientos que producía, agarre el fusil e intente dispararle pero él lo esquivo saltando al otro edificio, seguía sorprendiéndome las grandes habilidades físicas de ambos. Tanto Teo como Connor me habían estado persiguiendo sin cesar desde hace dos días que me los encontré en la carretera. Eran molestos pero solo jugaban conmigo me tenían en bandeja de plata para matarme pero no lo hacían parecía divertirles la mirada que les dirigía cada que los veía una de odio puro, ellos habían matado a Susana y Sophie, los odiaba y por eso yo tenía que matarlos, lo haría. Mataría a esos dos desgraciados

Me escabullí por una ventilación que había en el suelo para entrar a una habitación subterránea que parecía un depósito de un mecánico había llantas cables, llaves de diferentes formas, aceite y todo lo que se esperaría de un mecánico la habitación era iluminada con un foco  que parpadeaba cada segundo y dejaba la habitación bastante aterradora y con un ambiente pesado

-dormiré aquí – de pequeño el estar aquí me habría causado miedo y puesto a llorar en el mismo instante que tuviera la idea de estar en un lugar así, incluso hace unos meses habría sido así pero no ahora una verdadera pesadilla tomaba lugar ahí afuera y ya no había lugar para tontas pesadillas de un niño miedoso, aun no tenía sueño aunque el sol ya hubiera caído, con unas tablas de madera reforcé el lugar por donde entre y una puerta que había por seguridad de que ningún zombie entrara mientras dormía, también le cambie las llantas a mi moto, la pobre no había tenido descanso desde que yo la tome. Después solo fue acostarme en un rincón e intentar conciliar el sueño el amanecer llego rápido y yo no pude tener un buen descanso con los primeros rayos del sol tocando las aberturas de las tablas de madera las quite y salí, fue una proeza sacar de ahí a mi moto pero lo logre, seguí caminando a ciegas por esos callejones que parecían un laberinto hasta encontrarme con una salida que me llevaba hasta una plaza que estaba exactamente al frente de un parque de diversiones, tal vez si me subía a esa gran montaña rusa desde arriba pudiera ver cómo salir de la ciudad, me había perdido y quería salir de aquí para asi poder ir al siguiente punto..

Antes de siquiera poder dar un paso fuera sentí como un zombie se acercaba, mis sentidos se habían vuelto más agudos desde que ese par me persigue y ya no tengo a nadie que me proteja sentía sus rápidas pisadas en unos segundos lo vería en esa esquina me adelante, corrí hasta donde aparecería clavando un cuchillo en su cuello di fin a su vida, un zombie demasiado débil, no podía desperdiciar mis preciadas balas en él. Antes de que apareciera otro me subí a la moto y me adentre en el parque era un lugar donde debería haber muchas personas divirtiéndose, riendo y pasando un buen rato era irónico ver el lugar tan lúgubre con mi única presencia acompañada de un montón de cadáveres de los que disfrutaban aquí tirados en el piso destripados, el parque ensangrentado seria la escena perfecta para una película de terror. Me dirigí a la montaña rusa baje de la moto y comencé a caminar por las vías de ese peligroso juego, en momento así agradecía tener buen equilibrio no fue difícil, pero en algunas subidas que había tuve que escalar y no caminar, hasta que al fin llegue hasta la cima primero contemple la sombría ciudad para  después colocarme unos binoculares y comenzar a buscar una salida, primero vi una casa deshabitada un edificio deteriorado con mi vista seguía buscando la salida algunos lugares infestados de zombies otros con solo dos rodando lentamente un lugar. Mi vista se encontraba con este y otros panoramas hasta que ¡bingo! Encontré una carretera principal que tenía un cartel que indicaba los límites de la ciudad e indicaba los kilómetros para la siguiente, estaba tan feliz que no me percate cuando una gran horda de zombies se acercaba a la atracción sobre la que estaba, agarre mi fusil y otra vez con el uso del equilibrio me eche en esas vías con el fusil bien posicionado lleve mi ojo al mirar con el que apuntaba a las bestias, primero le dispare a la que estaba más cerca así continúe con una y otra y otra, mi puntería había mejorado, seguí buscando con el mirar al siguiente zombie pero me encontré con esa molesta mascara negra y pelo castaño, otra vez era ese bastardo de Teo dirigiendo a todos esos zombies hasta a mí, no comprendía como ellos controlaban a esas bestias. Todo parecía una pesadilla, no, era una pesadilla desde el principio. Con el mirar apunte a su cabeza, quería matarlo pero me detuve al ver como se giraba hacia mí se detenía de su caminar con una mano se levantaba un poco la máscara y me dejaba ver su prepotente sonrisa, lo odiaba, me levante agarre mi fusil y comencé a correr hacia mi moto, si ellos ya sabían dónde estaba sería peligroso muy peligroso

-Auch! – me queje al sentir el roce de una flecha chocar contra mi cuerpo, ese había sido Connor no necesitaba girar para saberlo el siempre utilizaba las flechas para herirme, no me detuve por la sangre que comenzaba a correr por mi brazo y continúe corriendo hasta llegar al suelo y subirme a mi moto emprendí el viaje dejando de vez en cuando el volante para girarme y dispararle al zombie más cercano, antes esas cosas eran más lentas pero ahora cada vez me encontraba con unas más veloces que casi alcanzaban la velocidad de mi moto.

Ahora que ya sabía dónde estaba la salida, salí del parque y me dirigí por las calles que supuse me llevarían a esa carretera, pero me detuve al sentir como la sangre empañaba el manubrio dela moto, me estacione en una gasolinera y con un pedazo de tela que encontré me vende la herida, cargue con combustible mi moto y volví a subirme en ella el tiempo con luz no debía ser desperdiciado ya que la oscuridad no era segura. Me tarde  en encontrar la carretera principal, claro no fue fácil al yo no ser bueno para ubicarme y menos con unas bestias come hombres pisándote los talones en busca de tu carne. Oh! no, no era fácil.

Salir de la ciudad y volver a una carretera desierta, ese panorama se había convertido en algo común pero…

-Niño ~ - el viaje solo ya era horrible pero con este par persiguiéndome, era simplemente insoportable y la molesta voz de Teo. Agh! Tengo que esquivarlo. ¡Rayos! Ese imbécil volvió a venir con su ejército de zombies

-Deja de jugar Teo, llevémoslo con la señorita. Se molestara si el niño muere – decía Connor, solo escuchaba sus voces y pasos, girarme no serviría solo aceleraba

-Pero… el juego esta divertido, a ti también te gusta jugar con el niño. ¿Verdad? – maldito Teo siempre hablando de mi como un juego

-diviértete hasta que la señorita nos pida llevarle al niño – Agh! Suficiente

-Demonios! Cállense de una vez jodidos hijos de puta!! – les grito para con una pistola girar y apuntar a la cabeza de Teo, ¡rayos! La esquivo

-jojo, parece que hoy el niño está de mal humor

-debemos castigar a los mal portados – demonios! Connor me lanzo una de sus flechas, por suerte no dio en el blanco o eso crei

-¡Demonios, Demonios, demonios! – uno de sus zombies se agarró a la parte trasera de la moto, tuve que volver a agarrar mi pistola para matarlo - ¡¿Qué puta cosa quieren de mí?! – les grito a los molestos enmascarados. Pero no recibo más respuesta que los rugidos de esas bestias. A unos metros esta una encrucijada, ¡perfecto!, de mi cinturón saco una granada, le saco el seguro y en tres, dos, uno les lanzo la bomba y me giro en la encrucijada con la explosión detrás de mí, ¿Por qué me encantara tanto el fuego?

Gracias al fuego esas bestias dejan de seguirme para convertirse en cenizas en lo que yo me pierdo y continuo mi camino, me detengo para ver el mapa y volver a ubicarme pero.. ¡Jodido Connor! Su flecha hizo más que rozarme y en cambio me rompió toda la mochila, ahora no era más que un pedazo de cuero inservible. Agh! Ahora no tengo ni comida agua o municiones, claro excepto de las pocas que guardo en la capa y el cinturón. Y sin el mapa me siento como la aguja en el pajar, perdido e imposible de encontrar

-ahhh estoy cansado, paro la moto y me apoyo en esta cubriéndome en su sombra, ¿ahora qué hago? otra vez estoy en cero, solo y perdido, el sol comienza a decaer y el cielo comienza a tornarse naranja. No puedo quedarme aquí tengo al menos una hora o dos para encontrar un refugio, vuelvo a subirme a la moto y al plan inicial seguir un camino al azar no me tomo más de media hora para encontrar un tren al parecer abandonado aun en sus rieles me subí en un vagón y lo cerré, estaba oscuro ¡tsk! Odio la oscuridad, tome mi encendedor del bolsillo de mi capa y lo prendí, me perdí observando la llama de fuego azulada, rojiza, naranja hasta llegar al amarillo ondeándose libre, temerosa de desaparecer

***

Algo se mueve, algo se está moviendo

-auch! – despertó por el leve golpe de una botella en mi frente, es ahí cuando me percato de que la mendiga de la botella no se movió sola sino porque el tren está avanzando ¡EL TREN ESTA AVANZANDO! Demonios, como es que este tren está avanzando. Como caído del cielo, literalmente una flecha se queda fija a la pared de metal con una nota en la punta

“Un poco de ventaja para hacerlo más divertido, niño”

¡Mierda! Las flechas no tardan en llover y si no acabo como agujetero fue por mera suerte, las flechas se detienen y en su lugar un boomerang roza mi cabello , se va y vuelve para rozar mi rostro, la mejilla mi brazo, Teo, maldito psicópata. Comienzo a correr pero como sabiendo mis planes el boomerang continua siguiéndome dejándome más de un corte, en el proceso. En menos de lo que pienso llego al final del vagón y como un ratón acorralado veo como mis cazadores aparecen y se comienzan a acercar a mi

-niño, es hora de que el juego acabe – se acerca Teo hasta estar a centímetros de mí, con la punta de su pulgar limpiando la sangre demi mejilla, su toque me provoca repugnancia, se lleva el pulgar a la boca degustando el sabor de mi sangre. Psicopata. Con mis manos  en mi espalda palpo una manija, una puerta

-Delicioso - escucho como se relame los labios por debajo de la máscara y una vez más sus ojos brillan de un intenso rojo -  te llevaremos con la señorita –pronuncia por ultimo colocando su boomerang en mi cuello, otra vez

-je! No lo creo – pronuncio con una sonrisa abriendo la puerta y lanzándome al vacío, ruedo un par de veces antes de detenerme sobre la áspera tierra tirado en la tierra volteo para ver a ambos enmascarados aun en el vagón pero con claras intenciones de saltar, me levanto y corro al bosque en frente de mí, mientras corro escucho como sus cuerpos chocan contra la tierra y se levantan unos pasos rítmicos y tranquilos. Como siempre solo soy un juego

Corro hasta adentrarme a lo profundo del bosque ya no escucho sus pasos, los he perdido por ahora, me apoyo en un árbol para descansar un poco. ¡Mierda! Ahora también perdí la moto sin comida, ni agua, ni transporte y  en un bosque ¿Qué tan mal se puede estar?. Bueno, al menos tengo unas granadas, un par de pistolas, unas pequeñas dagas y mi fusil, agh, aun así no puedo verle el lado positivo a esto.

Me levanto y otra vez comienzo a caminar a ciegas hay demasiado silencio ni un animal, zombie o humano, un completo silencio interrumpido por el suave compas de las copas de los arboles moviéndose, cerca de una gran piedra diviso un pequeño arbusto del que cuelgan unos pequeños frutos, moras. Tal vez no tenga tan mala suerte, tomo los pequeños frutos y los llevo a mi boca, dulces, sin duda me gusta lo dulce como del arbusto hasta dejarlo sin ningún fruto, rodeo la gran roca y me encuentro con un muy pequeño lago, al parecer la suerte se apiado de mí, de mis manos sorbo el líquido contenido, refrescante. Las gotas de mis manos caen al lago creando así unas pequeñas ondas, que se expande hasta desaparecer, en el cristalino espejo veo mi figura reflejada, mi sucio cabello rubio, ojeras  que adornan mis ahora opacos ojos hielo, mi rostro con diferentes y pequeños cortes, mi cuello aún tenía el vendaje.

-Ahhhh, debo de dar pena – le susurro al viento al mismo tiempo que me levanto y vuelvo a caminar con una pistola en mano, por si el par vuelve a aparecerse, cosa que no dudo.

Camino observando mi alrededor como buscando un camino que seguir, últimamente había comenzado a perderme demasiado en mi mente, divagando, supongo que el pasar tanto tiempo solo puedo llegar a alcanzar el nirvana o perder por completo la cabeza. Ver la realidad o hundirme en una ilusión…

-ese sonido- murmuro para mí mismo al escuchar el crujir de unas ramas para después sentir algo debajo de mis pies - ¡mierda! – un zombie salió de la tierra, de no ser por un pequeño salto que di esa cosa habría mordido mi pie sin embargo con una de sus manos agarro la punta de mis botas jalándome hacia él, agarro mi daga y con ella le propino varios cortes en la muñeca hasta despojarlo de esta, una vez libre le doy un disparo a la cabeza y escapo. ¡¿Qué demonios fue eso?! Desde cuando esas cosas cavan hoyos?

-agh! Me duele la cabeza – me quejo solo mientras sigo caminando, me coloco la capucha de la capa para así al menos evitar al sol y sacarme un peso de encima. Mi paz interna no dura mucho cuando de unos arbustos tres zombies que saltan e intentan abalanzarse sobre mí, doy un salto hacia atrás dejando a ambos zombies tirados en el suelo, con una mano tomo una pistola y les disparo a los tres en la cabeza

-presiento que hoy será un largo día – suspiro cansado y vuelvo a caminar ignorando los cuerpos que comienzan a desangrarse a mis pies.

A este suceso se le suman otros, como que un zombie se me haya abalanzado desde la copa de un árbol, otros diez se me vinieron de montón, en ese momento tuve suerte y me refugie en una de esas madrigueras para oso. También aparecieron más de los que salían desde la tierra y ni que decir de los que podían moverse incluso desmembrados, fue un día largo, la primera vez que vi a tantos zombies diferentes y yo seguía avanzando a ciegas matando a unos y siendo casi comido por otros. Y la noche no fue nada grata sin un refugio no pude darme el lujo de dormir y agradezco no haberlo hecho porque en cuanto el sol desapareció y la luna llena se erguía en lo profundo del cielo nocturno. Unos zombies aparecieron de la nada no mentiré me dio miedo y literalmente corrí por mi vida estos zombies de los que únicamente veía sus brillantes ojos rojos, me persiguieron sin cansancio, corrí e intente dispararles sin éxito alguno, al fin me encontré con un gran árbol hueco en el que me escondí, desde su interior trepe hasta un espacio donde no pudieran verme, con la capa me cubrí intentando esconder mi olor. No parecía funcionar…

Notas finales:

*mitones: guantes sin dedos

espero les haya gustado,pronto tendre otro cap.... esperemos... jeje!

Bye, Bye!!

 

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