Era un día cualquiera, uno que no requería de ser diferente a menos que, lo que sucediera por la cabeza de aquel par, se transformara en acciones.
Changmin jamás había sido una persona prepotente, posiblemente un poco impulsiva, sin embargo, catalogarlo como tal era una ofensa para lo que Taemin utilizaría para describir su “Tan maravillosas persona”.
Esos días no eran tan agotadores, cuando el mayor de ambos terminaba sus prácticas y su servicio le dejaban algunos días libres que podía utilizar con sumo cuidado; aunque se trataban de máximo 48 horas, le gustaba quedarse con el menor, aún si solo estuviesen frente al televisor viendo caricaturas.
Justo esa tarde, antes de salir del hospital, había optado por probar algo nuevo. Durante esa jornada un par de enfermeras, las mismas que cuchicheaban a sus espaldas cuando usaba su bata, para que según las indicaciones de su superior “se viese profesional”, mencionaron un tema que le provocó un tanto de interés.
Nunca actuaba por que sí, solo que esa situación era una excepción realmente absurda, un tanto preocupante para su persona que ameritaba el limpiar su nombre y que así su reputación permaneciera siendo respetable.
Y ahí estaban, en un Jetta de color negro que Changmin debía cuidar con su propia vida. Entusiasmado por aprender llamó a Taemin, como era su rutina, aquel joven le hacía entrar en confianza y quitarle el agobio acumulado, era simple excusa pero ese chico también poseía habilidades ocultas de las cuales podría instruirse.
-Y así funciona la palanca de velocidades, pero no te preocupes, es automático por lo que el trabajo es menos ¿Me entiendes? –Taemin se había posicionado del lado del copiloto, no se atrevió a preguntar más detalles acerca del asunto puesto que Changmin se hallaba realmente frustrado, tanto que lo único que dijo al esperarlo frente a la facultad recargado en la puerta fue “Sálvame”, omitiendo su tan típico saludo.
-Bien, lo tengo, ¿Y te has puesto el cinturón?
- Ahm…sí –No quería presionar en recolectar más información, pero en ese instante pasaban algunos motivos por su cabeza que le hacían incomodar. La mirada de Changmin reflejaba que hablaba en serio y no tenía intenciones de echarse para atrás, eso le asustaba más- Max…el coche, no lo hurtaste ¿Verdad?
-¿Qué? –Repentinamente el nombrado le miró, percatándose de que estaba preocupando a su acompañante, su reacción cambio drásticamente- Oh por dios no, claro que no. Solamente quiero aprender a conducir, en un día normal, con un clima normal, en un horario normal- Taemin observó el reloj del estéreo, eran las cuatro de la tarde, se asomó por la ventana, estaba despejado y respecto al calendario, era miércoles.
-A juzgar por tu mirada, parece que vas a hacerle agujeros al parabrisas
-Tengo una misión el día de hoy, ¿Puedes confiar en mí? Lo tengo todo calculado, yo no me equivoco –Sonaba confiado, solo que reía después de cada comentario, lo que involucraba aún más preocupación.
-Entonces a darle –Taemin no preguntó más y se abrochó el cinturón. Confiaba en Changmin y sabía que si él de la nada aparecía con una cuerda y un animal extraño, Max podría ayudarlo fuera lo que fuera.
Empezaron el trayecto, Taemin sugirió que era mejor en un lugar detrás de los edificios, pero ya que el auto era imposible de mover sin un conductor preparado, se rindió cediendo ante el carácter terco de su pareja. Quería apoyarlo, claro que sí, pero no era como si pudiese hacerlo demasiado, tenía razón, Max no era un percebe en ese ámbito, aprendía bastante rápido, que en un rato ya estaba avanzando donde en un principio le había sugerido.
-Ten cuidado, no tienes licencia, si te ven aquí con tu cara de inexperto tendremos problemas seguros
-Relájate, a esta hora la guardia se queda en su cubículo, este espacio es para estudiantes y no es como si fuera un reclusorio donde nos están vigilando las veinticuatro horas. Además, no soy inexperto, mira, ya casi llegamos donde querías.
-Ajá, entonces prueba estacionarte, anda, sorpréndeme con tus “habilidades”, “cariño”. - Taemin se cruzó de brazos, pasándose el trago amargo al decir solo ese pequeño apodo, los cuales jamás se atrevía a utilizar al menos que fuese para tener ciertos beneficios.
Changmin solo asintió, le gustaba oír esa clase de cursilerías aunque no lo admitiera. Ese impulso era lo que le faltaba y aún más motivado ubicó el espacio perfecto para empezar con sus movimientos, aunque en la vida lo había intentado ni cuando había tenido la edad de Taemin.
-Taemin ¿Le pego al coche de atrás?- Max se alzó para ver el espejo, incluso los de los costados, solo que esos mismo estaban ajustados según la visión y proyección, del aún desconocido, propietario del mismo automóvil.
-Haré de viene viene, ese siempre fue mi sueño –Con ese mismo humor, risueño, Taemin bajó la ventanilla y asomó su cabeza, no quiso dar golpes de aviso puesto que eso podía alterar a Max con su tan apegada política de regresar el vehículo en perfectas condiciones; además se hallaba en un estado de paranoia increíblemente desconocido aún para él. –Vas bien, vas bien, vas bien, vas bien, vas bien…-Iban retrocediendo con lentitud, encajando perfectamente hasta que algo distrajo al ayudante principal provocando que gritara con alerta- ¡ESPERA!
-¡¿QUÉ?!- De inmediato Changmin se detuvo con tal brusquedad que ambos rebotaron sobre sus asientos, peligroso para él, divertido para Taemin. Max empezó a respirar con mucha rapidez, le aterraba haber dañado lo ajeno, tendría que trabajar horas extras, no conseguiría graduarse del todo si se enteraba su superior, su tiempo se reduciría por los gastos, los tiempos para verse se acortarían, no quería que acabase así, era muy pronto y él muy joven…
-Un gato –Taemin contestó con tal tranquilidad, como si no hubiese provocado nada más. Admiró la silueta del animal y le saludó, este mismo maulló y se fue a la vista de ambos.
De inmediato, en ese silencio, Max exhaló haciendo un ruido que indicaba que además de sentirse molesto, se sentía estúpido.
¿La razón?
Esas enfermeras discutían de los doctores del hospital, de cómo cada uno poseía su propio coche y los calificaban en base a eso, criticaban a los que aún eran peatones y que a pesar de ganar bastante bien eran tacaños por no querer comprar uno. Max le restaba importancia a eso, pero todo cambio cuando una de ellas menciono que el hecho de no poseer uno quitaba muchas oportunidades en cuanto a salidas entre dúos y que eso normalmente era motivo para terminar una relación. Tal argumento lo puso a pensar, ¿Alguna vez Taemin y él habían salido a pasear a otro lugar que no fuese su casa o por los alrededores? Quería hacer algo, ambos eran muy liberales, pero Taemin era aún más independiente en todos los aspectos que implicaban “salidas”.
-Max, ¿Estas bien? –El flashback fue desapareciendo haciendo que Changmin regresara en sí, ya más calmado y sereno.
-¿Crees que soy tacaño?
-¿Eh? –Taemin se sorprendió por la repentina pregunta, pero negó para que la idea no se desvaneciera- Yo te apoyo en las actividades que quieras realizar.
-¿No te molesta que no salgamos con normalidad?
-¿Por qué me enojaría?
-Es solo que…quiero ser creativo pero término haciendo cosas extrañas.
-Oye, tranquilo, como una vez tu dijiste: “Yo soy feliz aún si nos quedamos la tarde viendo películas en el sillón” –El más bajo se rio, eso fue motivo para que el adverso le contemplara y recordara que, era verdad. Llevó su mano donde su cabellera y la alborotó sonriendo con el mismo sentimiento con él cual se había acordado de ese momento.
-Que te parece si mejor vamos a comer algo, ¿Quieres?
-Claro que sí –Changmin iba a bajarse del auto, desabrochó su cinturón, parecía haber ignorado su entorno por lo cual Taemin tuvo que intervenir de emergencia- Oye oye, aún tienes que devolver el auto y estacionarlo bien
-Es verdad -Max regresó y repitieron el mismo ciclo de antes con la diferencia de que esta vez no había un animal ni signos de alteración en su ser.
-Espera ¿Qué hay con lo de manejar?
-Olvida eso, tomaremos el bus hoy, mañana y siempre.