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Las cruzadas por yue-sama

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Notas del capitulo:

perdon por no actualizar ayer.

espero que les guste este cap, esta vez prometo responder RW.

les quiero pastelitos.

otra cosita, en el cap anterior no quise justificar a sasuke con un poco de su recuerdo, solo queria ponerlo porque eso no solo lo vivio sasuke tambien lo vivio itachi.

solo eso

ahora si espero les guste.

 

—Naruto –san, ¿está bien?

 

 

—¿¡Ah!? —dijo un poco perdido, se dio cuenta de que un modelo masculino estaba enfrente suyo hablándole muy cerca, sin pensarlo mucho lo empujo, no le gustaba la cercanía—. Discúlpame, es solo…

 

 

—Andaba por las nubes, ya lo sé. Solo quería saber si ya sabía cómo iba a vestirme, hace un poco de frío aquí.

 

 

El chico no mentía el aire acondicionado ese día estaba alto, Naruto reparó en la desnudez del chico que llevaba solo unos pequeños bóxer y se sonrojó, qué vergüenza haber estado perdido en sus pensamientos mientras el chico se congelaba por su culpa, eso no era profesional.

 

 

—Lo siento, ya voy.

 

 

Se dio la vuelta, fue corriendo hacia el ropero y comenzó a elegir como un profesional, combinando prendas, sabía que esas fotos eran para el lanzamiento de un nuevo perfume, no era necesaria tanta ropa pesada, además el chico tenía buenos músculos, llegó hacia él y le tendió unos pantalones formales con los que el chico comenzó a vestirse.

 

 

—¿Me dará la camisa?

 

 

—No, ahora date la vuelta, quiero ver algo.

 

 

El chico lo hizo con un poco de duda, el rubio comenzó a ver los músculos de la espalda bien formada, era preciosa, comenzó a tocarla incomodando al chico, le vio el trasero, ¡Wow! era un hombre con un buen físico, ahora sí, la fotografía se haría sin camisa y con un poco de agua resbalando por esa espalda.

 

 

—Naruto deja de tocarlo, ¿no ves que el chico está nervioso? —la voz burlona de su jefa se dejó escuchar, el rubio se fijó en lo que su jefa decía y sin duda tenía razón, el chico estaba algo tieso.

 

 

—¿Eres nuevo, no? —preguntó el rubio.

 

 

—Si —dijo con voz firme.

 

 

—Se te nota novato, Naruto siempre hace eso, puedes preguntarle al que quieras —dijo su jefa—, ¿no es verdad chicos?

 

 

Varios modelos que iban pasando sonrieron burlones dando una respuesta afirmativa.

 

 

Naruto se le acercó al chico casi topando sus frentes, muy cerca y el chico se puso más nervioso.

 

 

—Es puro profesionalismo —se mordió un labio queriendo ser sensual, lográndolo, el chico lo miró embobado—, no te creas especial.

 

 

Se alejó y rápidamente mojó al chico haciendo que este brincara por el frío, y así comenzó la sesión, suspiró cuidando que todo saliera bien, estaba un poco ido, esos días habían sido difíciles, no había tenido ninguna señal de Sasuke y en las noches soñaba con una escena muy indecorosa para poder admitirlo, siempre soñaba con Itachi…

 

 

“Maldita sea la hora en que me tocaste con esas manos pecaminosas”.

 

 

—Deja que sobreviva esa botella, ella no tiene la culpa de nada —dijo su jefa.

 

 

—Ya basta Ino-san, no te burles de mí.

 

 

—Vaya, vaya pero que humor señor Namikaze. O mejor dicho señorito —dijo susurrándolo.

 

 

—Odio cuando vienes a la empresa, eres un fastidio.

 

 

—Y tú un amor como siempre —dijo sarcástica—, agradece que seas mi amigo.

 

 

—Igual, si me hechas pierdes a la mejor mano derecha que has tenido.

 

 

—Touche, mon cher ami

 

 

—Va bene donna —dijo con un acento marcado, la mujer frunció el ceño.

 

 

—¡¡Se supone que tienes que contestarme en el mismo idioma!! —hizo un puchero que no quedaba para nada con su atuendo ni con su físico, era una mujer alta, con un buen cuerpo, de cabellos lacios y rubios, tan rubios que eran casi opacos y una mirada gélida y penetrante, pero era como una niña, bien había podido tener una carrera como modelo, pero Ino Yamanaka, era una mujer de empresas y escritorios, una mente demasiado inteligente para una vida de modelo.

 

 

—No me gusta mucho el francés.

 

 

—Es el idioma del amor —dijo sonriente.

 

 

—El amor no va conmigo.

 

 

Le dio la espalda y comenzó a caminar, aunque ahora lo dudaba un poco, Itachi… condenado sea ese nombre que le confundía mucho.

 

 

Ni siquiera habían tenido sexo por completo y ahora se deshacía pensando en eso.

 

 

Se suponía que Itachi sería otro de la lista, ¿por qué ahora se sentía un poco encadenado a él?, eso le asustaba.

 

 

¿Y si le pasaba lo de Sasuke? ¿Y si Itachi era igual?

 

 

Por Dios, se golpeó mentalmente, tenía que dejar a Sasuke de lado, era una historia completamente diferente, bueno, aunque no conocía del todo a Itachi… pero, pero…

 

 

—Agghh, ¡¡maldición!!

 

 

Lanzó la botella de agua casi dándole a un modelo que pasaba por ahí.

 

 

—Narutito, Narutito —negaba Ino a lo lejos—. ¿Quieres unos tragos? Yo invito amigo.

 

 

—Olvídalo, la última vez no me fue muy bien.

 

 

Al contrario, le había ido de maravilla, pero volvió a gruñir, no le gustaba sentirse confundido, ¿desde cuándo no le pasaba eso?

 

 

Desde hace 9 años para ser exactos…

 

 

Se sobó un poco sus hombros que estaban tiesos, tenía que relajarse, además no podía evitar a Itachi por toda una vida, se arregló un poco su ropa, tenía que hacerle huevos, era un hombre por Dios, tenía que hacerse responsable de sus actos.

 

 

—Lo siento chico —dijo medio sonriendo, el modelo que casi sufría un accidente por la botella solo asintió y siguió su camino, vio que la sesión de fotos iba espléndida, el novato tenía talento y no lo negaba.

 

 

—Oye que tal si pruebas con esto.

 

 

Se puso a hacer una poses, ya llevaba buen tiempo haciendo eso y sabía cuáles poses quedaban mejor, cuáles eran los ángulos perfectos para diferentes caras, había conocidos a muchos novatos que se habían hecho grandes modelos.

 

 

—Gracias —dijo el chico al darse cuenta que eran mejores poses para resaltarlo.

 

 

Naruto sonrió y se volvió a alejar cuando la puerta fue abierta escandalosamente y vio entrar por ahí a la persona que menos esperaba.

 

 

El mismísimo guitarrista de la banda de Sasuke, Sai, y venía como toda una estrella de rock con toda ley, venía con dos chicas con vestidos cortísimos dejando muy poco a la imaginación, hasta el orgullo se les podía ver si se medio agachaban, eran preciosas pero parecían muy baratas, Sai busco con la mirada en toda la estancia y Naruto reparó en que le debía algo a Sai.

 

 

No pudo evitar tirarse al suelo y tratar de esconderse, varios le miraron hacer eso y al principio se asustaron para después reír disimuladamente.

 

 

“Mierda” pensó, comenzando a gatear para largarse de ahí sin ser visto por Sai.

 

 

¿Qué demonios hacía él ahí?

 

 

—Ohh mon amour, es toda una alegría tenerte aquí.

 

 

Ahí estaba la irritante voz de su jefa, oh ¿se me olvidó decir que Ino Yamanaka era francesa?… Pues sí, lo era, ahora comprendía un poco las cosas, Sai estaba ahí por Ino.

 

 

—Estás preciosa como siempre.

 

 

—Lo sé… —dijo sonriente y haciendo poses—. Ahora entra, estas en confianza.

 

 

—¿Dónde está ese amigo tuyo… mmh Naruto?

 

 

Eso bastó para que gateara con más prisa, tenía que escaparse rápido, pasó cerca de donde habían modelos y tuvo que pasar por debajo de sus piernas.

 

 

—Shh, shh —tuvo que callar a varios— solo abran sus piernas y déjenme pasar, sigan hablando, ¿¡vale!?

 

 

Los chicos sonreían divertidos. Cuando Naruto pasó por todos ellos se resguardó en un poste lo suficiente grueso para esconder su cuerpo y respiró más tranquilo, andar en sus rodillas era un poco doloroso.

 

 

—Oh pues… no lo sé —dijo ella dudando—. ¿Naruto?, te juro que estaba aquí hace un minuto, ¿chicos lo han visto?

 

 

Varios lo vieron y Naruto les hizo señas de que se callaran mientras les lanzaba una mirada que prometía mucho dolor si abrían sus bocas.

 

 

Unos rieron y otros solo apartaron la mirada.

 

 

Se levantó con cuidado y salió corriendo a la puerta de salida secundaria, estaba por lograrlo pero cuando salió por la puerta vio a través de la gran ventana que tenía ese salón y vio como Sai abría sus ojos grandemente al verlo, cuando lo vio fruncir el ceño salió corriendo más rápido y solo pudo escuchar un claro:

 

 

—¡Maldición! ¡¡Oye espera!!

 

 

Lo último que vio fue a Ino reteniéndolo, al final amaba a esa francesa lo había salvado de algún compromiso desagradable.

 

 

Agregar otro problema a la lista:

-  Listo

 

 

Sasuke cabronazo:

-  Listo

 

 

Itachi sexy y sentimientos confusos:

-  Listo.

 

 

Hombre misterioso que no sabía si quería dañarlo:

-  Listo.

 

 

Sai acosador:

-  Listo.

 

 

¿Qué más le esperaba? ¿Qué los extraterrestres se lo llevaran? ¿Que algún príncipe de arabia lo esclavizara o qué se lo dieran de comer a los leones?

 

 

Si claro, solo eran un poquitín de problemas, ¡mierda que no! ¡¡Eran demasiados problemas!!

 

 

Pero el mundo de Naruto se colapsaría más de lo que él esperara.

 

 

*

*

*

 

 

Había estado pensando un poco en su futuro, ya había dejado la banda y claro que necesitaba dinero, podría cumplir su sueño de abrir una pequeña pastelería, algo modesta donde pudieran probar sus postres pero no contaba con el dinero suficiente.

 

 

Ya lo había decidido y eso conllevaba ponerse bien los pantalones e ir a donde sus peores pesadillas se llevaban a cabo. Tenía que hablar con su padre una vez más para pedir el dinero que necesitaba.

 

 

Ese era el día, se arregló bien la ropa antes de tocar la gran puerta de la mansión Uchiha, siempre habían sido una familia muy poderosa y ambiciosa, tal como su padre y madre querían, más bienes, más riquezas, más… Ambos eran almas corrompidas por el dinero y la necesidad de humillar.

 

 

Nunca habían sido una familia unida, Itachi nunca los considero como familia, tocó las puertas y el mayordomo abrió y al verle hizo una reverencia.

 

 

—Itachi-sama, es un honor tenerlo aquí.

 

 

—Lo mismo digo Óscar, ¿mi padre está?

 

 

—Oh si Itachi-sama, también su madre.

 

 

—Oh mierda —susurró, el mayordomo lo miró con sorpresa e Itachi desvió la mirada, ya sabía que no había sido educado así, después de todo su familia requería de buenos modales.

 

 

—Óscar ¿quién es? —dijo la voz de una mujer; por todo su cuerpo corrió un escalofrío, respiró hondo y entró a la casa— oh Dios, ¿Itachi? –dijo “sorprendida”, reconocía esos ojos, que siempre eran cínicos y llenos de burla, con una alma altanera y viciosa. Sí, era su querida madre.

 

 

—Hola madre.

 

 

—¿Dónde quedó el hermoso niño que siempre me llamaba mami?

 

 

—Ya creció —dijo seco—. Vengo a hablar con mi padre.

 

 

—Si esperas que te reciba mejor que yo, olvídalo —sonrió con sorna—. Vete Itachi… Después de todo eres como el hijo perdido que nunca más quisiéramos ver.

 

 

La ignoró y caminó hacia el estudio de su padre, reconocía bien todo el lugar, no había cambiado nada a pesar de los años.

 

 

Sus pensamientos comenzaron a divagar.

 

 

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—Mocoso estúpido, ¿no puedes hacer nada bien? —su padre le pegaba fuertemente en la cara a Sasuke mientras su madre se reía—. ¿Tus manos no están bien? Creo que debería amputártelas y así quedes manco para toda tu vida.

 

 

Sasuke lloraba, e Itachi rabió, ¿cómo era posible que trataran así a Sasuke?, se paró de donde estaba, Sasuke no había hecho nada malo, él había visto lo que realmente había pasado, una niña hija de la criada, había botado sin querer un vaso y Sasuke se había echado la culpa, Sasuke era un niño bueno.

 

 

—Basta —dijo Itachi—. ¿¡Por qué le pegan!?

 

 

—Quítate Itachi —dijo su madre.

 

 

—¿¡¡Cómo puedes reírte con eso!!?

 

 

—Es educación Itachi —dijo su padre serio.

 

 

—¿Educación? —dijo irónico—. Esto no es educación, no puedo entender. ¿¡Para qué demonios tuvieron hijos!? —dijo colérico.

 

 

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Esa vez fue la primera y la única vez que pudo ayudar a Sasuke, su padre le había dado la paliza de su vida, dejándolo muy mal, 3 costillas rotas, una muñeca dislocada y un brazo partido en dos, marcas de golpes por todo su cuerpo y un ojo hinchado.

 

Su padre había mentido muy bien diciendo lo que “supuestamente había pasado” los doctores habían dicho que era joven y que los huesos sanaban y se hacían fuertes de nuevo, el dolor que había soportado todo ese tiempo nunca fue recompensado.

 

 

Odiaba estar en una familia así, pero el siendo un niño no podía hacer nada más que llorar y desear una vida mejor…”

 

 

Vio su brazo, todavía podía sentir como su brazo se había quebrado, de vez en cuando dolía, más en las épocas frías o cuando hacía mucha fuerza al tocar la batería.

 

 

Ciertamente todavía le tenía un gran pavor a su padre, aunque quizá ahora era de su misma altura y complexión, pero los recuerdos que llevaba encima todavía le hacían malas jugadas, se sobó el brazo y siguió caminando, solo sería por un bien, sabía que podía hacerle frente.

 

 

Cuando llegó al estudio tocó la puerta y escuchó la voz fuerte de su padre, suspiró y se metió hallándolo en su trabajo.

 

 

Los años se le notaban, ahora se le marcaban las arrugas y el color de su pelo que antes era negro ahora tenían canas.

 

 

La mirada de su padre se levantó de los papeles, no había hombre más intimidante para Itachi que su padre, Fugaku Uchiha.

 

 

—El hijo pródigo regresa, ¿a qué se debe? —dijo mirándolo fijamente a los ojos—. Habla —exigió.

 

 

Su relación no era buena, cuando Sasuke y él se independizaron de ellos habían terminado peor de lo que estaban, y claro que a la familia Uchiha no le había gustado nada que sus hijos se metieran a una banda.

 

 

—Quiero dinero —no tenía por qué andar con rodeos, entre más rápido fuera mucho mejor.

 

 

—Al final de cuenta tienes mi sangre, sabía que el dinero te llamaría cualquier día pero… ¿Quién te ha dicho que te lo daré? —dijo frío, dejando sus papeles de lado para ver a Itachi.

 

 

—Porque te lo regresaría.

 

 

—No me interesa, ahora vete.

 

 

—Necesito ese dinero, padre por… —se detuvo.

 

 

—Ruégame —dijo divertido viéndolo desde arriba—. Haría que besaras mis zapatos si fuera necesario.

 

 

—P-por favor.

 

 

—No tengo tiempo, toma lo que quieras y vete, podrás cobrar tu cheque, ahora piérdete de mi vista, no quiero saber nada de ti ni de… Sasuke, ahora que lo pienso, ¿Cómo está mi querido hijito?

 

 

¿Por qué su familia era tan maldita? Estaba tan frustrado y enojado, quería romperle la cara a su propio padre por todo el sufrimiento causado, no solo a su persona sino también a Sasuke.

 

 

—Pareciéndose más a ti.

 

 

—Oh, me alegra —dijo orgulloso—. Ahora vete.

 

 

Se acercó e hizo su cheque con el dinero suficiente, no le gustaba la idea de deberle a su padre pero estaría cumpliendo una parte de sus sueños.

 

 

Salió de ahí rápido, su cuerpo todavía sudaba frío, era inevitable.

 

 

Cuando estaba por salir de la mansión su madre volvió a interceptarlo

 

 

—Dile a Sasuke que lo amo igual que a ti —dijo sonriente.

 

 

Cualquiera le hubiera creído pero Itachi no lo hacía, su madre era la mujer más venenosa que conocía.

 

 

—¿Por qué siempre mientes?

 

 

—Porque de mentiras vive el mundo mi amor.

 

 

Y así como llegó se fue, casi salió corriendo de esa casa, tenía el estómago revuelto, solo quería vomitar.

 

 

Vio el cheque en su mano y supo que todo iba a ir bien, ya había pasado lo peor.

 

 

Oh bueno, eso era lo que él creía.

 

 

*

*

*

 

 

—¡¡Ya llegué!!

 

 

Guardó silencio de inmediato, se sentía muy vacío su pequeño departamento sin su preciado Sakuya ahí, lo extrañaba pero después de todo era por su seguridad, a veces se le olvidaba que no estaba ahí con él, en particular esos días, no había podido ir a verlo, tendría que ir al próximo día, de eso no había duda.

 

 

De paso le compraría takoyaki sabía que esas bolitas de pulpo le gustaban mucho, tal vez así su dulce niño le perdonaría.

 

 

Se metió directo a su cuarto y comenzó a desvestirse necesitaba un baño caliente para relajar sus músculos tensos, haber escapado de Sai no había sido fácil, además después de eso había caído en las manos de la directora de diseñadores.

 

 

Claro que la diseñadora era buena pero estaba un poco loca, había agarrado a Naruto como su muñeco personal, lo había desnudado y probado prendas por doquier, le había tomado varias medidas y no sé qué más.

 

 

Habían sido horas de martirio para él.

 

 

Se metió a su tina y suspiró aliviado, eso se sentía bien, muy bien, con calma comenzó a lavar su cuerpo y cabellos, cuando al fin salió, se dirigió a su cuarto, llevando solo una toalla en su cintura.

 

 

Iba a cambiarse pero algo le detuvo, había una caja mediana encima de su cama, con miedo se acercó y la destapo rápidamente esperando ver algún cadáver de algo, pero gracias a Dios no halló nada más que un… baby doll rojo transparente y una tanga de doncel…

 

 

¡¡Dios mío!! ¿¡¡Qué era eso!!?

 

 

Se avergonzó mucho, quiso alejarse de ese regalo pero alguien lo tomó por la cintura y susurró muy cerca de su oído.

 

 

—¿Lo vas a usar?

 

 

Por un momento temió lo peor, esa voz ronca… No, no. Cuando un beso fue puesto en su hombro reaccionó de manera brusca y golpeó fuerte donde fuera alejándolo. Se dio la vuelta rápidamente y encaró al desgraciado que osaba a darle y decirle eso.

 

Agarró lo que fuera que estuviera a su alcance para golpear al tipo si era necesario, quizá Sasuke lo había contratado para violarlo o peor, ¡¡matarlo!!

 

 

Pero casi le pareció cómico ver a Gaara sobándose la mandíbula.

 

 

—Maldición —dijo Naruto.

 

 

—¡¡¡Maldición tú!!! ¿¡Qué te pasa!? ¡Arruinaste mi cara! Esto dejará moretón —ahí estaba la voz de su amigo—. Tienes la mano muy pesada para ser doncel.

 

 

—Vale, perdón, pensé…

 

 

—Que era algún violador. ¡Por favor! Andas un poco histérico…

 

 

Naruto sobó la zona lastimada y la apretó haciendo que Gaara frunciera más el ceño.

 

 

—Deja de ser un bebé.

 

 

 

—Está bien pero ahora ¡póntelo!

 

 

Gaara le paso la caja y comenzó a sacar cada pedazo del traje, saco unas medias provocativas, y unas orejitas de gato.

 

 

Mierda sabía que Gaara recordaría eso.

 

 

—Te estoy esperando.

 

 

—Pervertido…

*

*

*

 

 

En una habitación con focos rojos y utensilio para revelar fotos estaba una mujer con un aspecto único, la chica tenía el pelo rosa claro y unos ojos verdes brillantes, su tez era pálida. Sacó la última foto y la colgó para que se secara.

 

 

Sonrió, estaba feliz, por fin tenía algo muy bueno que ofrecer al periódico.

 

 

Era fotógrafa profesional y estaba en los medios de comunicación, no le gustaba ser paparazzi pero Sasuke Uchiha sacaba ese lado de ella.

 

 

Sonrió divertidísima.

 

 

Tenía una mina de oro en sus manos, que descuidado había sido Sasukito en eso.

 

 

Salió del cuarto con infrarrojos y se llevó con ella unas cuantas fotos que ya estaban listas.

 

 

Las miro, o si, su obra maestra muy pronto se iba a publicar en el periódico, se metió en su computadora y vio el archivo que estaba por mandar.

 

 

 

Fotos de Sasuke Uchiha amontonando a un chico fuera de un bar, lástima que no había podido sacar la cara del otro chico, todo estaba oscuro, pero claro que la cara de Sasuke salía, tenía tanta suerte.

 

 

Estaba tan dispuesta acabar con ese maldito de Sasuke Uchiha.

 

 

—Te haré sufrir la misma humillación que tú me hiciste sentir.

 

 

Sus ojos se llenaron de malicia y dio enviar al archivo.

 

 

Oh si, ya estaba hecho, no había vuelta atrás.

Notas finales:

gracias por leer, espero que tengan un buena semana

como vieron hay nuevos personajes a la vista, y nuevos recuerdos.

no les molesta o si?

tambien profundise un poco por ejemplo el trabajo de naru... 

am si para que se los suponen para la proxima actu, lemon entre Gaara y naruto. espero no molestar pero en si los personajes ya se lo habian prometido.

*ademas mi beta se muere por que lo haga*

les quiero pastelitos.

nos vemos.


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