Todo había sido tan rápido que no tuvo tiempo para peinarse, arreglarse y verse guapo, ¡¡al diablo con eso!! Naruto, su Naruto estaba en peligro, había recibido la llamada de Itachi y el tono de voz quebradizo le dijo todo.
Cuando Itachi confirmó lo que ya presentía su mundo se congeló y su respiración también lo hizo, apartó de su cuerpo a su chico de noche y se levantó, agarró lo primero que tenía, si en bóxer tenía que salir así lo haría.
¡Dios mío!
—¡Titi! ¡¡Titi!! —gritó como loco mientras corría de aquí para allá buscando su puta ropa—. ¡¡Titi!!
—¿Qué demonios quieres? —gruñó la “mujer”—. No ves que arruinas mis horas de belleza nocturna.
—¡Maldición Titi! Cuida a Sakuya… Naruto… Naruto…
—Cielo… —dijo preocupada—. ¿Qué ha pasado?
—No lo sé… Titi siento que el aire me falta…
Titi lo miró y vio cómo su hijo se desmoronaba poco a poco, le dolió verlo así y saber que el rubio estaba mal también.
—Vamos bebé, vete, yo cuidaré al nene.
—Gracias Titi… y también despacha al chico…
—Vale, ahora vete y mantente en contacto.
Gaara se terminó de poner una chamarra, agarró sus llaves, dinero y su celular y salió corriendo, trató de contactar a Itachi pero este no contestaba. Se sentía perdido… ¿Qué haría sin su mejor amigo? ¿Qué le diría a Sakuya? ¿Qué demonios estaba pasando?
Sentía todo su cuerpo temblar y sudar frío, su estómago dolía y sus ojos picaban por llorar, había escuchado la ambulancia cuando Itachi le había hablado.
Llevó sus manos a su cara y pelo tratando de calmarse.
Llamó de nuevo y de nuevo, pero no contestaba, estaba por lanzar el pinche celular cuando paró un taxi, se subió y comenzó a dirigirlo al hospital central, tal vez y solo tal vez Naruto había sido llevado ahí por ser el central.
Llamó de nuevo y al fin contestaron…
—Dime que está bien —dijo apenas con voz.
—No lo sé… —la voz ronca de Itachi le demostró la cansado que estaba.
—Pero… pero…
—¡No lo sé! —dijo más alto
Ahí comprendió que no era el único que estaba mal, que no era el único al que le preocupaba Naruto y que no era el único en estar pasando un mal rato.
Itachi le gustara o no, ya estaba al lado de Naruto y tenía que aceptarlo.
—¿Dónde están?
—En el hospital central, era el más cercano.
—Ya lo sé, voy en camino.
—Está bien.
Y cortó la llamada. Apresuró al conductor y cuando al fin llegaron, pagó y bajó, se adentró al hospital y buscó con la mirada la recepción donde sabía le darían la información que necesitaba pero antes de siquiera acercarse vio a Itachi sentado acurrucado teniendo sus manos en la cabeza y aguantándose todo él solo.
No podía haber alma más quebrada que la de ese hombre en ese instante y por un momento se alegró por Naruto al conseguir a un hombre como Itachi.
No le cabía duda que su amigo iba hacer feliz si salía de esta y claro que lo haría. No podía creerlo que el hermano del hijo de puta de Sasuke fuera un hombre de palabra.
—¿Qué sucedió?
Itachi lo miró con los ojos rojos y supo que ese hombre había llorado, se dio cuenta que no solo sus ojos estaban rojos, también partes de su camisa estaban llenas de sangre y se asustó, tan grave estaba…
*
*
*
Había sido un gran, GRAN remolino de sentimientos, no había soltado la mano de Naruto, miraba a los paramédicos actuando, tratando de detener el sangrado, estaban en ello pero Naruto aún no habría sus ojos y la palidez de su piel le asustaba más que nunca.
Los paramédicos no pudieron hacer más que ponerle oxígeno y llevarlo al hospital rápido.
Le había llamado a Gaara estaba asustado para conllevarlo solo, luego había ignorado las demás llamadas porque no se sentía capaz de contestar sin sollozar, era terrible ver al rubio así, se veía tan lastimado, los golpes se notaban cada vez más marcando esa dulce piel que solo debió recibir marcas de besos y caricias suaves.
Sus labios pálidos… sus ojos cerrados…
Cerró los ojos adolorido, Sasuke… Sasuke se había pasado por mucho, si miraba a ese hijo de puta sabía que lo iba a dejar muerto, lo iba a golpear tanto que le recordaría que su padre también hacía eso. No le importaría parecerse a su puto padre. Le destrozaría la cara y le haría sentir el mismo dolor al que sometió a Naruto.
Vio cómo los paramédicos maniobraron para sacar a Naruto y él bajó detrás de él, siguiéndole, cuando sintió su celular sonar supo que era Gaara y contestó. No de la mejor manera pero lo había hecho.
No sabía nada solo había visto cómo metían a Naruto a una habitación en la que no le permitieron el paso, solo lo dejaron ahí con sus nervios y sin saber qué hacer.
Apretaba su ropa, apretaba su celular y después cansado se sentó y esperó, un poco después llegó Gaara.
—¿Qué sucedió? —había preguntado.
No tenía voz para decirle que estaba seguro que Sasuke había hecho esto, no tenía cara para enfrentarlo, le enfermaba tener sangre tan dañada en sus venas, le daba pena llevar el nombre Uchiha, pero la cara de Gaara era de pura angustia y no tuvo corazón para negarle que lo que él presentía había pasado.
Era su mejor amigo, amante, lo que sea, y él apenas iba entrando en el mundo de Naruto.
—C-creo… —le tembló la voz— que Sasuke hizo esto…
—Qué…
—No estoy seguro, no pude y no tuve tiempo para ver el video, solo me informaron que lo estaban atacando sexualmente, cuando llegué solo lo hallé tirado y sangrando, lleno de golpes y me asuste.
—…
—Pero ¿quién querría hacerle eso a un doncel? ¡¡Un doncel que no deja ver que es doncel!! —dijo desesperado—. Somos… somos pocos los que sabemos, él siempre se cubre —dijo en un murmullo— ¿y quién más querría hacerle daño? ¿Ah?
Gaara asintió, eso tenía lógica, se sentó al lado de Itachi y espero…
Ambos esperaron y esperaron, el tiempo se les hacía largo, casi como horas, pero en realidad solo habían pasado unos cuantos minutos, la angustia que sentían ambos les calaba muy dentro.
Después de media hora un doctor salió con una enfermera que se acercó a Itachi.
—¿Familiares del señor Namikaze?
—Si —dijeron ambos.
—Lamento informarles que el señor Namikaze…
Y todo el mundo de Itachi paró…
*
*
*
Bien, bien ya me había calmado, ahora me dirigía hacia el edificio donde vivía Naruto ya cambiado de ropa, cuando me adentré pregunté sin levantar sospechas.
—Pobre muchacho —se lamentó un viejita—, se lo llevaron al hospital en ambulancia… no sé lo que pasó, pero la manta con la que lo cubrieron estaba manchada con sangre, él tan joven y con un hijo…
¿Qué? ¿Estamos hablando del mismo Naruto? ¿Qué demonios acababa de oír?
Era imposible, ja, ja, ja casi me reía con histeria al escucharlo.
Obviamente Naruto no tenía un hijo, nunca le había visto algún mocoso prendido de la pierna y mucho menos había alguien que lo hubiera dejado preñado todo este tiempo.
¡¡Era imposible!!
Me recargué en la pared y respiré profundo, ya, ya, está bien…
—Oye guapa —llamé a una pelirroja que pasaba por ahí—. ¿Sabes qué pasó?
—O-oh Dios —tartamudeó—. ¡¡Eres Sasuke Uchiha!! —gritó emocionada.
—Sí, lo sé —dije sonriendo—, pero vamos, ¿sabes algo?
—Ah sí, pero no entiendo como a Sasuke Uchiha le interesaría esto.
—Es que vine a visitar al hermano de Deidara, ya sabes fuimos muy buenos amigos y me dijeron que sufrió un accidente y estoy muy preocupado —puse cara de tristeza y ella se conmovió.
—¡Qué lindo eres! No puedo creer que seas gay.
Ah, cerré los ojos y apreté mis puños fuertemente, ¿en serio? ¿En serio tenía que sacar eso?
Volví a sonreír y me acerqué a ella, hasta tener sus labios muy cerca de los míos.
—Pues preciosa no deberías creer todo lo que dicen en los periódicos —la bese y ella se derritió en mis brazos—. Ahora dime amor, ¿qué es lo que pasó? —habla puta me urge irme de aquí y averiguar si estoy en problemas o no.
—Oh al rubio se lo llevaron en ambulancia hacia el hospital central.
No faltó más para irme, sonreí y me fui de ahí, para llegar rápido.
Cuando me adentré no faltó mucho para ver a Itachi ahí y eso me molesto, pero no quería que me viera, me acerqué a la recepción para buscar información, pero un fuerte jalón de brazos y un puñetazo me hizo ceder y aguantarme el dolor.
Miré al que se había atrevido a tocarme y vi a Itachi en frente de mí con un aspecto que me hizo sentir bien.
—¡¡Sasuke maldito hijo de puta!! ¡¡Te vas a morir cabrón!! —gritó fuerte y estuvo a punto de pegarme otra vez pero algo lo detuvo y fue un pequeño mocoso que se colgó en sus piernas, Itachi se sorprendió y se hizo para atrás.
El niño me miró.
La sangre se me congeló al ver lo parecido que era a mí, y no supe cómo reaccionar.
—Vete de aquí, deja a mi papá en paz, ¡no te acerques! ¡¡No te quiero ver aquí!! ¡¡Vete!! ¡¡Vete!! —comenzó a gritar el niño, y de verdad me quede congelado, se acercó y comenzó a empujarme—. ¿Sabes cuántas veces escuché a papá llorar por ti? ¿Sabes cuánto tiempo llevó para que te odiara como lo hago? No me importa que tú seas mi padre, ¡te odio Sasuke Uchiha!
¿Qué?
¿Era en serio?...
Y vi como al pequeño putón se le salía una lágrima.
—El señor Namikaze está despertando, será mejor que tenga consuelo para superar el aborto.
… ¿Qué?