Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Contra el tiempo por acuariuscorpio

[Reviews - 50]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Buenoooo, después de poco más de medio año de dejarlo, creo que es lo menos que puedo hacer que dejarlo leer la historiaa xD

Aunque este capítulo va dedicado a Camil que me ha alentadoo día con día a continuarla y por fin terminé un cap xD (aunque no es relativamente largo como algunos creo que esperan) uwu

Corro lo más que puedo agarrado de la mano con Saga, él delante, yo detrás. Aun me parece impresionante la manera en cómo corremos, nuestras piernas casi fundiéndose con el pavimento de la calle mientras la luna nos cobija con la luz que emite. Él se detiene, yo obedezco casi por inercia.

—¿Estás bien?—pregunta después de que nos hubiésemos detenido en un gran árbol a unas cuantas cuadras de donde sucedió el altercado.

Asentí en respuesta, no muy seguro de lo que había contestado. A pesar de lo que hubo ocurrido, sólo un nombre se me venía a la cabeza; no Kanon,  no Mu, no Shaka ni Aioria.

“Milo” Mi corazón se estremeció ante lo que le pudo haber ocurrido. Ni siquiera quise imaginármelo, aunque me sentí fatal después por no haberme preocupado por los demás.

—¿Pasa algo, Camus?

—No es nada.

Nos sumergimos en un incómodo silencio, en medio de aquella noche oscura, en la cual solo la presencia del aire se atrevía a interrumpirnos. El viento ondeó sus cabellos como en aquel entonces, en la cual terminamos. Una nostalgia invadió mi ser, aumentando mi ritmo cardiaco al mismo tiempo que sentía mi cuerpo titiritar.

¿Sería posible regresar?

—Saga…—solté a la intemperie con la intención de hablarle y no hablarle. Con esa misma intención que sientes que quieres reclamar algo, pero te arrepientes al segundo porque ya sabes la respuesta. Sus esmeraldas me miraron con ese brillo que siempre me mostraban en el pasado y no pude mirarlo por una extraña razón—Te…quiero…

Solté sin más, pero con todo el trabajo de mi garganta. Porque sabía que aunque esas palabras eran medianamente sinceras, no se comparaban con la misma devoción con las que las pronunciaba en años anteriores. Permaneció en silencio y sonrió, más sin embargo no supe si sinceramente  o amargamente.

—¿Sabes?—habló de nuevo con la clara intención de confrontarme o quizás él mismo confrontarse—Creo…creo que yo también tuve la culpa de que me estés olvidando…

—Saga…yo…

—No Camus, no intentes darle más vueltas al asunto. Ambos sabemos más que nadie que lo nuestro no está muy bien en el fondo…—esta vez calló, quizás con el deseo de medir sus palabras. Él siempre fue así—Tú no me quieres como antes….

Y entonces, mirada que antes estaba en el suelo, se levantó sorprendida por las palabras efectuadas. Sin embargo, antes de que mi boca proliferara una palabra, él se animó a proseguir.

—…No obstante, no planeo rendirme contigo Camus. Me conoces mejor que yo y mi propósito es volverte a conquistar y tener las cosas como antes, porque sé que en el fondo también lo quieres como yo.

Determinación, esa que tantas veces detesté en él y otras tantas admiré. No pude más que sonreír, mientras él se alejaba a pasos lentos.

—Creo que hoy es todo lo que podemos decir, ¿No?

 

II

 

Caminamos sin demorarnos hasta encontrarnos con los demás en un parque que quedaba en el centro de toda la ciudad. Observé a todos los transeúntes que caminaban ignorantes de lo que pasaba al otro lado de la ciudad y sentí envidia, envidia de que ellos eran felices al menos en su mente e inconscientes de lo que pasaba alrededor. Yo pude haber sido uno de ellos, hasta que por azares del destino, terminé aquí, en medio de un problema que no parece tener fin.

A lo lejos visualicé a mis compañeros y en medio de ellos estaba Antares, aquel chico que hacía que yo mismo me contradijera en todo lo que hacía. El mismo Degel me lo había dicho hoy.

 

“No sé lo que te pasó, pero no eres el mismo que cuando partiste de Francia hace tiempo”

 

Las palabras me carcomen hasta llegar en mis sentimientos y no ser consciente de lo que hago o pienso. Aunque creo que ya es tarde para darle más vueltas al asunto, no estoy en el pasado, sino en el presente y es momento de que tome decisiones.

Afrodita corrió a abrazarme, cuando Saga y yo estuvimos en su campo de visión.

—¿Dónde estabas, idiota?—preguntó entre una mezcla de felicidad y preocupación—Estábamos preocupados por ti…

Lo miré y no pude evitar sentirme feliz. Por primera vez en mucho tiempo sabía lo que era la amistad y cómo te ayuda a salvarte de tus demonios interiores. En el pasado siempre fui la especie de “niño raro” que siempre hablaba con la humanidad por intereses obligatorios, nunca tuve el tiempo de hablarle a alguien como amigo, como compañero, como verdadera pareja…

Aunque…

“Así Saga me ama”

Pero la idea me aterra, por lo que la rechazo en cuando ella surca mi mente.

—Yo también estaba preocupado por ustedes—“Por Milo especialmente” completó mi mente.

—¿Y bien, se puede saber dónde estaban?—preguntó Antares, una vez que todos nos habíamos quedado en un intenso silencio que a todos nos costó cortar. Lo miré silencioso, mientras nuestros ojos se estudiaban minuciosamente y no me costó notar que en sus orbes había preocupación y enojo, enojo a algo que me era desconocido.

—Por ahí…—contestó Saga sin darle importancia al asunto.

—¿Por ahí, dónde?—replicó Milo ligeramente irritado.

—Caminando…

Sentenció cuando por fin no sabía qué responder, no obstante la respuesta no pareció bastarle, porque me miró interrogante y yo no supe qué hacer, más que bajar mi mirada al suelo.

—Da lo mismo—respondió finalmente cuando todos parecían creer que insistiría hasta sacarle la verdad al gemelo mayor—Eso no es lo importante, sino la salud de Aioria.

Fue en ese entonces que mis ojos divagaron hacia el mencionado, que no hacía más que mirar a todos en silencio, mientras se sostenía el brazo derecho. A su lado se encontraba Shaka, socorriéndolo y sirviéndole de apoyo.

—¡Vaya, hasta que dices algo inteligente!—intentó Dita impregnar un ambiente humorístico, aunque no funcionó, porque de nuevo el lugar quedó en silencio.

 

III

 

 

—Tengo mucho sueño…

—Aguanta ya casi llegamos al hospital…—respondió apenas en un susurro, mientras trataba de mantenerlo despierto y miraba con sus orbes celestes al horizonte en busca de un letrero que dijera “Hospital”. Se denotaba sus ansias por llegar.

—Pero si yo solo quiero dormir…ándale, déjame…

—Ya lo harás cuando llegues con el médico—cortó tajante Antares al mismo tiempo que su vista se mantenía en el frente, atento ante los automóviles que se movían sin parar por la avenida.

Llegamos rápidamente a un hospital cerca de un gran jardín. Al entrar, nos recibió una joven enfermera que, al ver el estado de Aioria desplegó una camilla y lo llevó a una sala de emergencia.

Los minutos pasaban sin cesar, manteniéndonos en una ansiedad que con el pasar de los minutos se volvía tortuosa, incluso para la persona más tranquila del mundo. Aunque parecía que todos estaban en sus mentes, quizás buscando conclusiones acerca del acontecimiento pasado u ocupando su tiempo pensando en algo productivo con la finalidad de tal vez aminorar el tiempo.

¿Qué el tiempo cura las heridas?... ¡Mira que mentira!, si nosotros la estábamos pasando mal, con tan solo ver pasar los segundos en aquel reloj pegado en aquella pared tan pulcra que se me antojó ensuciarla, no obstante rechacé mi idea, me pareció bastante pecaminoso destruir el trabajo que otros se habían tomado de hacer.

—¿Ustedes son familiares del joven Aioria?

Preguntó un doctor, cortando el silencio que se establecía en aquel lugar. Shaka se levantó con decisión y asintió.

—Soy su novio—contestó después de mirarlo por un largo tiempo.

—Bien, debo anunciarles que el joven Aioria se encuentra estable, perdió algo de sangre por lo que ocuparemos donantes…

Ni bien hubo terminado, todos nos parándonos al instante, dispuestos a servir de ayuda en cualquier cosa. Por otro lado; el doctor mostró una cálida sonrisa que contrastaba con el lúgubre aspecto del lugar.

—…compatibles. Necesito sangre O+

Completó haciendo que en consecuencia los demás se sentaran, incluyendo Shaka, dejándome completamente solo.

—¿Eres del mismo tipo de sangre que Aioria?

Preguntó Saga sorprendido, pues a pesar de que ese tipo de sangre era fácil de encontrar, nadie más que yo la poseía.

Afirmé en respuesta, mientras escuchaba como el doctor daba instrucciones acerca de donar sangre las cuales entendí medianamente y asentía tontamente, mientras veía distraídamente el movimiento alrededor mío. Tarde me di cuenta de lo que hacía cuando observé una joven acercarse hasta instalarse a un lado mío.

—Pase con la enfermera Shaina, ella se encargará de sacarle muestras de sangre para ver si es verdaderamente compatible.

—Yo este…

No me dio tiempo de responder, pues fui tomado de la mano para ser llevado a otro lugar y fue imposible responder que había un pequeño, casi nulo inconveniente…

Le tenía miedo a las agujas.

Nadie que yo supiera sabía al respecto y no porque no fueran mis amigos, sino porque creía que era un dato irrelevante para una amistad o quizás porque no se había dado la ocasión de externar mi miedo porque no puedo por el mundo diciendo:

“Hola mi nombre es Camus, odio las agujas y quiero ser su amigo”

Patético.

Sí, así era como me veía y escuchaba cuando estaba sentado viendo como la enfermera sacaba de un empaque perfectamente limpio una aguja que no parecía ser demasiada grande, pero que a mis ojos no podía ser peor.

—¿Cu-cuánta sangre me sacará?—dije en apenas un murmullo. Temí que ella no me escuchara, por lo que traté de hablar más fuerte—¿Cuánta…?

Callé estrepitosamente, mientras veía como Antares entraba y se sentaba a mi lado.

—¿Qué haces aquí?

No contestó, pero tampoco mostró una de aquellas muecas que solía poner cuando estaba molesto. No me miraba, pero tampoco trataba de evitar la mía.

Un suspiro se dejó escuchar.

—Dándote apoyo moral, Camus…

Volteé a mirarlo sorprendido...¿Acaso él sabía de mi miedo a…?

—Sé de tu pánico a las agujas…—pareció contestar a mi pregunta mental—y a pesar de eso lo estás haciendo por Aioria. Es lo mínimo que puedo hacer.

—Milo…

—¿Mmmh?

—Gracias.

Tuve ganas de decirle más, de que no se preocupara por Aioria, que él estaría bien, no obstante no dije nada, en vez de ello aferré mi mano a una parte de su camisa apretándola, mientras la aguja penetraba mi piel.

—Ya está.

Dijo la enfermera cuando sentí algo fresco en mi antebrazo. Era un trozo de algodón con alcohol, me di cuenta cuando abrí mis ojos y percibí ese aroma demasiado reconocible.

 

 

IV

 

 

Habíamos salido de la habitación en la cual me habían sacado sangre, cuando nos encontramos a los demás.

—¿Estás bien?

Preguntó Saga, que parecía el más preocupado de todos. Asentí levemente, mientras sujetaba un jugo y unas galletas que me habían dado para recuperar energías.

—Creo que deberían descansar—respondió Antares en mi lugar—He hablado personalmente con el doctor y ha dicho que probablemente den de alta al gato mañana en el mediodía.

Todos permanecieron en silencio, quizás ante otra orden de Milo. Ninguno se movió de su lugar y cada quién permaneció en su mundo.

—Quizás yo me quede…

Se escuchó una leve voz decir detrás de todos a la cual  reconocí como la de Shaka.

—Nada de eso…—contradijo Afrodita, tomándolo de la mano—estás muy cansado, yo me quedaré en tu lugar, porque…

—Yo lo haré…—interrumpió Saga—Ambos están muy cansados. Tú por Death…—se dirigió a Dita—y tú por Aioria…además alguien debe de quedarse a cuidarlo, ¿no? Y no me digas que tú piensas quedarte Milo.

Se miraron mutuamente y pude ver que Saga buscaba la aprobación de Antares para quedarse, éste por otro lado suspiró cansino. La situación indicaba que el gemelo mayor se quedaría…

—Ninguno de ustedes mocosos se quedarán aquí…

Pero nadie contaba con la aparición de tres personas. Solamente conocía a una y esa era mi hermano, iba caminando del brazo de alguien parecido a Milo, mientras que a su izquierda iba alguien casi idéntico a Aioria.

—Viejo, tardaste mil años—dijo Milo a modo de saludo, mientras caminaba a dirección de casi su clon, más este al verle le dio un golpe que mandó su cabeza casi al piso.

—Imbécil mayor, malagradecido. Soy tu padre, así que tenme más respeto, y tan solo te gano por quince años…—contestó para después voltearse a mi dirección y sonreír de como si fuera mi cómplice de una travesura—Mucho gusto, mi nombre es Kardia Antares.

Extendió su mano y la estreché por cortesía. Después miré a Degel, pero él solo se limitó a asentir con la cabeza en una muestra de saludo. Copié su movimiento,  no es como si hubiera querido hablarle en estos momentos.

¿Acaso éste era el prometido de mi hermano?

—El gusto es mío, Señor Antares.

Contesté sin saber que más decir, pero él ya no me hacía caso, en su lugar se había ido con mi hermano y se había puesto a la altura de los demás.

—Tienen que irse, Aioros, Degel y yo nos quedaremos en caso de que algo suceda—habló con autoridad, digna de un Antares. Ahora ya sabía a quién le había heredado eso Milo.

—No aceptaremos un no por respuesta—completó Aioros.

Ahora todos miraron a Milo y asintió con resignación, quizás él también quería quedarse.

—Ya después investigaremos los hechos que pasaron—habló esta vez mi hermano, pero en una voz más baja que los demás; de los tres, parecía el más serio—así que por ahora vayan a sus casas. No queremos que la policía se entere aún…

Todos lo miramos atentos, pero nadie se inmutó que un completo desconocido les diera órdenes; o estaban muy cansados para darse cuenta o acaso ya conocían a mi hermano. En el fondo sabía la respuesta.

—¿Han comprendido todos?

—Sí…—contestamos todos.

—Esto también va para ti Milo.

—Sí, sí.

Salimos del hospital, con sueño  o al menos yo me sentía así, después de haber casi donado medio litro de sangre. Todos se despidieron, pero no les di importancia, al final de cuentas, luego nos veríamos.

Caminé sin mirar a nadie, estaba bastante desganado como para darme cuenta que Antares caminaba a un lado mío.

—¿Qué haces?

—¿Qué más da que acompañarte?

Lo miré dudoso por unos momentos, pero me resigné a que venía por algo. Él en cambio no pareció notarlo, pues había metido ambas manos en sus bolsillos de su abrigo. Sí, el otoño se estaba haciendo presente en el lugar con el clima fresco que se producía en el lugar.

—Estará bien...

—Lo sé.

Un silencio incómodo se instaló entre nosotros. Intenté ignorarlo mientras caminaba, observaba las calles como nunca lo hice, incluso hacía notas mentales de lo que haría llegando a casa con tal de que la incomodidad disminuyera.

—¿Conocías a Albiore?

Soltó sin más, atrayendo  mi atención en un abrir y cerrar de ojos. Fingí que no lo había escuchado y caminé más rápido; por primera vez en mi vida el camino hacia mi casa parecía eterno. Pareció notarlo porque me dio alcance en cuanto se dio cuenta de mi reacción.

—¿Conocías a Albiore?

Tomó mi brazo mientras nos deteníamos en lo que parecía ser un jardín abandonado. Me miró con sus turquesas inquietantes al  mismo tiempo que una ráfaga de viento movía sus cabellos rebeldes.

—Sí.

—¿Por qué no me lo dijiste?

—¿Tenía caso decirlo?

—Sí, porque también era mi amigo…

 

 

 

V

 

 

No dijimos más por el camino, Antares había pronunciado sus palabras y yo las mías. ¿Qué si me sorprendió lo que dijo?...No lo negaré, se me hizo la coincidencia más grande que pudiera presenciar, desde que lo conocí,  el destino no ha hecho nada más que comprobar el famoso dicho “El mundo es pequeño”

Nos despedimos apenas llegué a mi casa. Un simple adiós salió de sus labios aunado a uno de sus tantos ademanes mientras se daba la media vuelta. Me sentí herido.

A pesar de todo lo que habíamos pasado, no conseguía ser al menos su amigo. Mis pensamientos me sorprendieron tal como una madre sorprende a unos chicos en sus “andadas”

“Deberías tratar de comprenderlo”— dijo mi hermano horas atrás, cuando por fin hablamos tras años de ausencia—“Ha pasado por tantas cosas”

En aquel entonces mi mirada se tornó fría y por primera vez tuve celos de él. ¿Qué había hecho como para que mi hermano se pusiera de su lado?, ¿Acaso no se daba cuenta que yo también estaba sufriendo? Recordé que mis puños se contrajeron y deseé golpearlo. Juro que lo deseé. La incomprensión entró por primera vez en mí, mientras sentía como mi paciencia se iba al demonio.

“¿Por qué?” susurré en un intento de comprender algo en medio de toda esa información.

“Porque seré el esposo de su padre”

Las palabras aún taladraban mi mente, ¿Sería probable que todo esto estuviera pasando?

La respuesta era un rotundo sí.

Negué cansado de todo esto, todo esto entretanto abría la puerta de mi casa. Toby fue el que me recibió cuando, cansado me sacaba los zapatos sentado en la sala. Lo acaricié mientras en mi regazo dejaba  un sobre de un suave color verde pastel. Despegué el sello desconocido y me aventuré a leer la carta. Los nervios hace tiempo me habían abandonado con el transcurrir de los textos que leía junto a mis ganas de finalmente encontrar al remitente de todos aquellos sobres. Incluso en algunos momentos llegué a pensar que posiblemente sería un acosador.

“Hola, querido pelirrojo:

Os diré que me encanta todo este juego de amistad y eso. Vaya que en verdad me ha encantado, mirad que tu amigo Aioria se sacrificó por su adorado ¿Cómo se llamaba? Ah, ah, sí, sí…ese, Shaka…

Tanto que casi, tiro todo esto y me presentaba ante ustedes, ¿Lindo de mi parte, no? Os debo decirte que el romance de ellos me mata, bueno, metafóricamente hablando, porque vaya, no creo que puedan.

Creo que para este tiempo ya habréis descifrado el código que os mandé, porque…mañana se cumple el plazo y dejadme decid un secretico; Death y yo os estaremos esperando”

Notas finales:

Bueno, bueno...antes que nada...Gracias por leer, de verdad se les agradece asimismo pido una gran disculpa a todos los que esperaron la cotinuación y nomás no xD 

También gracias por los reviews recibidos, de verdad me ayudan a seguir. Creo que son las insiración de muchas autor@a (incluyéndome).

Bien, ahora los avisos...

1. Antes de escribir el próximo cápitulo de aquí, seguiré con el otro capítulo de otra historia...no quiero engañarlos con que la contiuaré muy rápido, porque no creo que sea así. Muchos me han dicho que debería ser política porque prometo y no cumplo xD, así que pues por eso xDXDXd

2.Antes de escribir lo que seguirá de la historia, tenía pensado en hacer un cap especial de auna de las parejas presentes en la historia o de un "flash back de un personaje", pero no estoy muy segura de quién; así que si quieren sugerir algo, soy todo ojos :D

Nos leemos pronto *-*//


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).