Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Contra el tiempo por acuariuscorpio

[Reviews - 50]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos, sé que he dasaparecido profundamente de la página y realmente lo siento, pero la escuela aunado a diversas situaciones que se han presentado, no había continuado el fic hasta ahora, pero ya regresé!! *-* xD

Espero me disculpen por hacerlo tan corto, pero los tiempos no me dejan, y pues la verdad ya los extrañaba!  uwu

Otra cosa, bellas personitas, me podrían hacer un favor? Podrían firmar una petición para detener el fstival de carne de perro en china? sé que algunas personas no lo conocen, quizás otras sí, pero deseo encarecidamente que se detenga este festival,porque es una crueldad tanto para los perritos como para la sociedad, ojalá puedan ayudarme firmando la petición, ayuden a estos peluditos!! 

Si desean ayudar dejaré el link en notas finales para detener esta crueldad :(


“Esto es un juego donde sólo hay un ganador” Repetía esa frase una y otra vez en mi cabeza, ¿De qué se trataba todo esto? ¿Para él esto sólo significaba un juego?
Una furia desconocida para mí se instaló en mi cuerpo, temblé y no supe si fue por miedo o coraje, ninguna de las opciones me parecía grata, opté por calmarme. Inhalé y exhalé, mientras fijaba mi vista en la carta que estaba en mi mano. Un sinfín de incógnitas empezaron a instalarse en mi mente, sacándome de la realidad.

—¿Camus?—escuché que una voz conocida decía mi nombre a modo de pregunta, asentí tontamente, para después darme cuenta del dueño de la voz.

—¿Eh?

—¿Qué te pasa, querido?

—¿Eh?, nada, nada, ¿Por qué lo preguntas, Dita?—pregunté después de salir de mi estado de “shock”

—Porque estás a unos cuantos pasos de la salida de tu casa con la puerta abierta a altas horas de la noche con una carta en la mano—me contestó mirándome una obviedad bastante grande. Reclinado contra en dintel de la puerta y brazos cruzados, poco a poco su mirada se veía bastante intranquila.

—Yo…—pensé en mentir, pero una duda se instaló en mi mente—espera…¿Cuál carta?

—La que acabas de “esconder” de una manera poco convencional—dijo mientras me dirigía una mirada pícara.

—Yo… ¡yo no escondí nada!—respondí mientras le sostenía la mirada y mis manos estrujaban la carta detrás de mi espalda.

—¿Ah, no?

—Claro…

—¿Te la quito, Camus?—dijo mientras se acercaba. Avanzaba un paso y yo retrocedía uno más.—¡Camus, deja de retroceder!

—¡Es que yo no tengo ninguna carta!

—¿Entonces por qué huyes?

—Bueno, sí es una carta…—dije cuando me vi descubierto en la mentira.

—¿Ves? El gran Dita nunca se equivoca, déjame verla.

Un sudor frío recorrió mi nuca.

—No puedo, es muy personal.


—No te creo.

—Sí, debes creerme—dije mientras mantenía la carta fuertemente agarrada.

—La única manera de que lo vea muy personal es que esa carta—señaló mi mano la cuál apresaba la presente—sea de alguien muy, muuuuy especial…—mi cara cambió de nerviosismo a una de confusión—no me mires así, me refiero a que esa carta proceda de tu enamorado o enamorada. Un tic apareció en mi ojo izquierdo mientras analizaba lo que Dita me acababa de decir.

Uno. Dos. Tres. No supe cuántos segundos o quizás minutos transcurrieron mientras nos sumíamos en un silencio total.

—¡Sí! Es eso, de mi enamorado.—contesté rápido al no ver otra salida.

—¿Ah, sí?—mi miró de una manera extrañada, de nuevo un sudor frío recorrió mi espalda al recordar las palabras que dije.

—Claro.—reafirmé ignorante de lo que me esperaba.

—Está bien, Cam. Con eso es suficiente, ¡necesito que luego me lo presentes!, bueno…—dijo mientras miraba su reloj—ya es tarde, tengo que irme, nos vemos después, querido.

—Ah…sí claro.—dije mientras lo despedía y se iba junto con ¿Death? ¿De dónde rayos había salido?— definitivamente me estoy volviendo loco.

Cerré la puerta y me recargué en la misma con el sobre en mi pecho.

—¿Qué está pasando con mi vida?—dije a la nada, ¿Desde cuándo mi vida había tomado un rumbo tan errático? Mi vida era completamente normal, seguro que sí, pero desde que había llegado a Grecia, todo había dado un giro de 180° desde ver a un asesino en acción hasta conocer a una persona tan extraña como lo es Antares. Ilógico, repugnante. Había pasado por tantas cosas que hasta dudaba de que mi cerebro estuviera funcionando o que mis neuronas estuvieran aun interconectadas entre sí. Y es que, ahora que lo recapacitaba ¡¿Qué rayos le había dicho a Afrodita?!

“De mi enamorado”. “De mi enamorado”. “De mi enamorado”

Bendita frase que le había dicho a Dita. Si bien me saqué todas las demás preguntas del peliceleste y me había salvado de ellas, había dicho una frase para nada convencional.

—¿Y ahora qué haré?—dije mientras me adentraba a mi cuarto, me recosté en la cama y esperé a que Morfeo me cobijara en sus brazos.

Caminaba por lo que antes fuera mi antigua casa, era una oscura noche, hacía un frío que era capaz de sobrepasar mi abrigo e instalarse en mis huesos.

Camus…Camus…

Una voz queda sonaba a mi alrededor, en mi mente, levanté la vista buscando al dueño de dicha voz, pero no encontré a nadie, no le di importancia y…Seguí mi camino

Camus…Camus…

Detuve mi andar una vez más tratando quizás de identificar el tono de voz, más me era irreconocible.

Camus…Camus

Una vaga desesperación se instaló en mi pecho, traté de ignorarla, pero dicha voz insistía.
—¿Eh? ¿Quién me habla?—hablé lo más bajo que pude, temiendo que alguien me escuchara, más no recibí respuesta.

Camus…Camus

Un escalofrío de adueñó de mí y empecé a caminar más rápido, con la intención quizás de “alejarme” de aquella voz que me era desconocida y a la vez conocida.


“Esto es un sueño, un sueño” repetía mil veces en mi mente, de repente a lo lejos se alcanzó un sonido suave.

—Quizás sea un gato o animal.—Dije tratado de calmar los nervios que me carcomían en ese silencioso lugar.

Track…track…

Un nuevo sonido se escuchó, unas pisadas profundas sobre el asfalto alcanzaron a distinguirse en aquel lugar sombrío, avancé a paso veloz sobre aquel extenso callejón, pero cada paso mío eran dos pasos del desconocido.

Opté por correr, más un grito agudo detuvo mi andar, de nuevo la sensación que apenas empezaba a olvidar se instaló en mí, el miedo.

Corrí lo más que pude hacia donde el grito. “Esta vez no puedo fallar” me dije a mi mismo, sin embargo al conseguir llegar, la víctima yacía en el suelo desangrada, sin sus miembros y su boca semiabierta.

—Siempre llegas tarde, como siempre, Camus.

II


Desperté bañado en sudor a mitad de la noche, me senté y respiré agitadamente, con miedo.

—Solo fue un sueño…solo fue un sueño—repetía constantemente, mientras veía el reloj—las  cuatro quince—suspiré—…rayos, tan solo falta una hora para levantarme y ya no tengo ganas de dormir.

Me levanté con sumo cuidado de la cama, para después dirigirme al balcón, a lo lejos se podían distinguir las luces que alumbraban la gran ciudad de Grecia, Atenas.

—Qué hermoso…—dije a la nada mientras me recargaba en el barandal. Pasaron minutos para que pensara en que ocupar el tiempo restante para arreglarme e ir a la universidad. Retomé en leer un libro que hace años que no leía. Cuando por fin se hicieron las cinco en punto, me cambié y salí rumbo a la universidad.

Caminaba con suma lentitud, mientras escuchaba música, estaba tan enfrascado en la polifonía que no me di cuenta que de repente empecé a percibir pasos detrás de mí, intenté ignorarlos; caminando más rápidamente, sin embargo, las pisadas se hacían cada vez más contundentes. “Está cerca de mí” pensé con terror, por lo que mis piernas se paralizaron y en un intento por querer ver a mi “acosador” volteé.

—¡Buuu!

—¡Ahh!...—exclamé con el corazón desbocado y asustado, volteé hacia atrás sólo para llevarme la sorpresa de mi vida, pues Antares se encontraba a tan solo unos cuántos centímetros detrás de mí—¡Tú, Antares!—dije, cuando por fin el golpeteo de mi corazón cesó.

—¿Qué, no me digas que te asusté?...—sonrió—Eres un miedoso.

—No lo soy…

—¡Claro que sí lo eres!...eres un… ¡Auch!

No lo dejé terminar, pues antes de, mi libro se estrelló con su cabeza, dejándolo un poco adolorido.


—No te atrevas a repetirlo.

—Bien, bien, admito que eso me lo merecía—contestó mientras que con su mano trataba vagamente de aliviar su dolor de cabeza.

“Te mereces varias” pensé, pero fue imposible que le dijera a Antares, pues éste de seguro se empeñaría más en molestarme, así que tratando de ignorarlo, comencé a acelerar más el paso.

—Hey, hey…¿A dónde vas? ¿Piensas abandonarme a la intemperie?—preguntó, mientras trataba de alcanzarme—Rayos Camus, deja de caminar tan rápido, te cansarás.

—No me importa—repliqué sin ni siquiera voltearlo a ver.—Por mí puedes seguir hablando solo.

—¿No te importa?... ¡nadie deja a Milo hablando solo!...

Estaba tan concentrado en tratar de ignorar a Antares, que no me di cuenta en qué momento aflojé el paso y Antares se posicionó en frente de mí.

—Camus, ¿Sabes que es de mala educación dejar hablando sola a una persona?—decía mientras se posicionaba demasiado cerca de mí, tanto que, podía sentir su cálido aliento golpear mi fría nariz. No pude evitar sonreír.

—Me es impresionante que usted venga a hablar de educación, siendo que llegó de la manera inesperada…además de no saludar correctamente.

Calló quizás pensando en algo con que contradecirme, sin embargo ambos sabíamos que yo tenía la razón y por lógica yo ganaba en esta, ¿mini batalla, quizás?

—Touché, Camus.—dijo para después sonreírme y meter sus manos a los bolsillos de una manera peculiar, mientras me miraba fijamente. No supe cuántos segundos o minutos quedamos sumidos en un sobrio silencio.

—¿Quieres tomar un café, Camus?—habló Antares, quizás para romper el silencio.

—¿Eh?, no gracias—contesté para después dirigirme a una dirección contraria, más me fue imposible porque su mano apresó la mía en un intento de detenerme.

—Lo siento, Camus.—dijo sin soltarme, mientras una onda de confusión me invadía ante tales palabras, más no pude pronunciar ninguna palabra—Te estoy pidiendo una disculpa si aún no has captado el mensaje, Aquarius.


“Tonto, imbécil” pensé mientras quitaba su mano de la mía.

—No te disculpes, Antares—dije más ácido de lo que me propuse—si te vas a disculpar, para después tratar de ser arrogante conmigo, no lo hagas, prefiero que seamos unos desconocidos.

Enojado, me dispuse a retirarme seriamente, sin ni siquiera voltear a verlo. Llegué a la universidad temprano, como de costumbre, y me adentré al aula donde me esperaba Afrodita y Shaka con una sonrisa en sus labios.

—¡Te estábamos esperando, querido!—dijo apenas llegué con ellos.

—¿Para qué?—quise saber. Gravísimo error, pues Afrodita ensanchó su sonrisa.

—Querido, recuerda que me debes una explicación acerca de la misteriosa carta—dijo mientras ponía una cara ensoñadora—no nos has dicho quién es la afortunada o afortunado en tenerte.

Mi cara de estupefacción no se hizo esperar, y es que para una persona como yo con pensamientos poco banales me era difícil explicar que tenía un ¿amorío?, cuando en realidad no lo tenía.

—Afrodita, en realidad yo no tengo ningún amorío.—contesté un poco serio.
 
—Quizás Camus tenga razón, Afrodita. —apoyó Shaka. Dita nos miró desconcertados.

—¡Shaka, pensé que me apoyabas!—exclamó, mientras señalaba a un calmado Shaka.—¡Me has traicionado!, no puedo creerlo—tocó su pecho—pensé que teníamos algo especial…

—Dita…yo te apoyo, pero…

—¿Ah?, estás tratando de excusarte, ¿verdad?, claro como ya te llegó la culpa por haberme traicionado, creo que estos años de conocerte no sirvieron de nada.

—Afrodita, yo…

—No me hables, estoy ofendido por tu traición.

Miré divertido el drama de Afrodita, mientras veía a un Shaka enormemente acongojado, sin embargo mi risa se fue al ver a Antares entrar. Todas las chicas que estaban dentro salón suspiraron y fijaron sus miradas en él.

—Eh, ¡Hola chicos!—exclamó antes de llegar y posicionarse a nuestra altura—¿Cómo les va en su día?—preguntó como si hablará del clima—eh, hola Camus—saludó aunado a una de sus encantadoras sonrisas, suspiré y me limité a hacer un leve asentimiento de cabeza.

—Debo de terminar la tarea, si me disculpan me retiro—dije a modo de disculpa, dejando a Antares ¿Sorprendido, quizás?, no es como si realmente me interesara. Cuando llegué a mi lugar, fingí escribir en mi cuaderno, mientras esperaba que la clase empezara, pues lamentablemente había hecho todos los deberes.

—Hola, Camus—escuché que alguien me saludaba, pero no le presté la mínima atención—¿Estás molesto por lo de la vez pasada?—levanté la vista y aunque mi sorpresa no fue grande, admito que si me asombré al ver a Surt de nuevo.

—Hola, Surt—saludé después de recuperarme de mi momento de “estupefacción”—No, para nada, de hecho te quería pedir una sincera disculpa por el mal rato que te hicieron pasar mis amigos.—sonrió y correspondí.

—No te preocupes, Camus, ya estoy acostumbrado a que me traten así los amigos de Milo, aunque no todos son iguales—dijo mientras me miraba fijamente.

—¿Ah, no?—dije mientras en mi cara se dibujaba al parecer una mueca de disgusto.

—Sí, de hecho quiero presentarte a Shura—prosiguió, mientras sonreía—¿Quieres que te lo presente?

Asentí en respuesta.

—¡Shura!—gritó y en respuesta un chico de cabellos oscuros volteó a nuestra dirección, Surt al ver que tenía la atención de Shura, hizo un ademán de que viniera.

—Eha, eha, Hola, ¿cómo vos estáis?—saludó y al instante un sudor frío recorrió mi espina dorsal.

Es español, el mismo idioma con la que está escrita la carta”

 

Notas finales:

https://www.change.org/p/terminemos-con-el-festival-de-carne-de-perro-de-yulin-yulindogmeatfestival?tk=fh1zFC2SiAOqqlt_6z7HTSK5jw17Z0xhZ3S_Hj9QKyM&utm_medium=email&utm_source=signature_receipt&utm_campaign=new_signature

 

ya está por si gustan apoyar :) espero les haya gustado el cap, si gustan pueden mandar review de lo que les gustó o no de la historia, soy abierta a críticas constructivas *-*/ nos vemos, les mando abrazos y besos :3

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).