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Key of heart por Shano OwO

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Notas del capitulo:

Desde ahora, oficialmente, comienza este fic :) Espero les guste, los personajes de Diamond no ace no me pertencen, son propiedad de us respectivo creador 

Las rejas negras con sutiles toques de oxido, se erguían decididas a proteger a su enorme amigo detrás de ellas. El edificio de paredes blancas, casi totalmente, invadidas por negras manchas de humedad, escondía dentro de si, a el futuro miembro de la familia Furuya.

El muchacho de hebras rosas se encontraba nervioso frente a la puerta, con leves indices de ansiedad. Después de todo no había sido tan mala idea hablarle a su esposo sobre su, tal vez un poco, necesitado deseo. Recordar el temor que experimento por un posible rechazo y al abandono, le daba un leve escalofrió.

Silencio. Luego de decir aquella frase, esa palabra describía a la perfección la situación. Solo el ruido del televisor valientemente se atrevía a interrumpirlo.

El pelinegro no cabía en su asombro, se espero de todo menos eso. Habia encontrado a su pareja raro desde hace algunas semanas, sabia que ocultaba algo pero prefirió tener paciencia y esperar hasta que el otro se lo confiese. Penso en varias posibilidades, pero jamas se detuvo a considerar traer aquel tema de vuelta, no después de todo esa tristeza.

Solo fue necesario un no tan largo preámbulo para que el mas bajo de los dos, se arrepintiera del paso que acababa de dar. Tal vez, aun el momento para intentarlo de nuevo no había llegado.

— Olvídalo — Susurro abatido. Miro su plato casi intacto, ya no tenia apetito. Quería marcharse.

Los comerciales llenaban el vació musical, ayudaban a disfrazar la fría tensión y parecían ralentizar el tiempo. Nunca se acababan.

— Podríamos intentarlo — Hablo el de ojos azules — Si quieres — No le daría mas vueltas, es verdad, fue difícil, pero no formaba parte de una excusa para no volver a probar. Si sus esfuerzos resultaban exitosos, todo lo antes vivido se transformaría en felicidad.

El pelirosa se quedo estático en su lugar: ¿Sus oídos estaban bien? No le salían las palabras. Se encontraba tan feliz. Rodeo rápidamente la mesa y se lanzo a los brazos de su esposo.

— Gracias, muchas gracias — Escondió su rostro en el pecho ajeno, ocultando unas lagrimas que escapaban contra su voluntad.

El mas alto correspondio al abrazo, pasando sus brazos alrededor de la estrecha cintura. Apoyo su menton en la cima de los cabellos rosas, con un pequeño, muy minimo, color rojo en las mejillas.

Semanas mas tarde, se encontraban allí, a solo tres golpes en la madera de comenzar a cumplir con su sueño de ser padres. El pelinegro tomo con cuidado la mano del mas bajo y procedió a tocar la áspera textura de la puerta. Solo unos segundos bastaron para que una señora de avanzada edad los recibiera. Sus cabellos casi totalmente grises, sujetados en un alto rodete por un adorno azul a conjunto con el largo vestido que disimulaba, sutilmente, su experiencia en la vida.

— Bienvenidos — Saludo cordialmente, acompañada de una leve sonrisa — Es un gusto tenerlos aquí —

— Gracias — Contestaron ambos.

— Por favor no se queden ahí, pasen — Se aparto un poco, permitiendo la entrada de la pareja al edificio — Vengan por aquí — Guió a través de esos largos pasillos hasta un despacho elegantemente amueblado, al contrario del exterior.

La mujer se sentó detrás del pulcro escritorio, quedando frente a ambas sillas que, con su debido respeto, fueron tomadas.

— Lamento no presentarme correctamente — Hablo en tono formal — Soy Natsuki Kawaguchi, la encargada de administrar todo lo referido a documentos para la adopción — Explico breve — ¿Podían permitirme sus nombres? —

— Kominato Haruichi —

— Furuya Satoru —

Luego de un gran numero de preguntas mas, lograron casi rellenar el enorme formulario inicial. Todas las interrogantes fueron respondidas con soltura y su debida formalidad; Excepto una:

— ¿Cuantos niños serian los involucrados? — La mujer al terminar de formular el cuestionamiento, visualizo como el matrimonio se dirigía una mirada confusa. Lo normal seria solo uno, pero después no habría vuelta atrás en esa decisión.

Resultaba la pregunta mas difícil entre todas las parejas, Natsuki ya se encontraba acostumbrada.

«Sera que los jóvenes no se lo toman en serio» Reflexiono en silencio al ver la indecisión en ambos adultos. La respuesta formaba parte de uno de los requisitos mas necesarios, así que no podía dejarla pasar. Se le ocurrió una idea, los llevaría al jardín.

— Tomemos un descanso — Propuso la anciana — Siganme —

El patio se conformaba por una gran extensión de césped, con varios juegos infantiles en algunas partes y frondosos arboles que regalaban su sombra a quien lo necesitara. Se escuchaban risas por doquier, los niños corrían de aquí para allá, sin detenerse siquiera por si alguien obstaculizaba su camino. Los mayores se refugiaban en algún lugar tranquilo, mientras los mas pequeños revoloteaban en todo el dominio de aquel sitio.

Por suerte, existían banquillos alejados lo suficiente como para hablar con tranquilidad. Tanto el pelirosa como el mas alto, comenzaron a debatir sobre el planteo de la administradora. En diez minutos aun no habían concluido ningún acuerdo.

A paso lento y con los ojos levemente hinchados un moreno de poco mas de 5 años se acerco a su lugar "secreto" que descubrió hace unos meses. Encontrándose la sorpresa de que sitio especial estaba siendo invadido por unos intrusos.

— ¡Oigan, ustedes! — No se encontraba en los planes del pequeño pasar por alto aquella osadía — Este es mi lugar especial y no lo comparto — Afirmo, pronunciando erróneamente la letra r.

Los adultos voltearon, alarmándose por las pintas del niño: Estaba todo herido.

— ¿Te encuentras bien? — Haruichi fue el primero en reaccionar — ¿Quieres que llamemos a alguien? — Pregunto alarmado arrodillándose a la altura del moreno.

— ¡No me ignoren! — Protesto inútilmente, ante la preocupación que el de ojos ocultos demostraba con su voz, no pudo resistirse — Si estoy bien. Solo me caí — Hablo un poco nervioso.

— Que alivio, debes de tener mas cuidado — Comento acariciando los cabellos negros — ¿Como te llamas? — Interrogo dulcemente.

— Eijun — Respondió casi al instante — ¡Sawamura Eijun! — Termino orgulloso de poder pronunciar su nombre correctamente.

— Un gusto Eijun-kun, soy Kominato Haruichi y este de aquí es Furuya Satoru — Presento a ambos.

— ¡Un gusto! — Sonrió para los dos, los adultos quedaron deslumbrados, esa expresión resultaba adorable — Solo por esta vez, les dejare estar aquí, pero con una condición... — Hizo una breve pausa — ¡Déjenme estar con ustedes! — Exclamo sentándose al lado del mas alto.

— Seguro — Accedió Kominato con una sonrisa, también sentándose.

Luego de una agradable charla, donde hablaron y se contaron muchas cosas, fueron obligados a despedirse: La hora de la merienda había llegado.

Se trasladaron al despacho de Natsuki para completar la ultima pregunta del formulario. Ya estaba decidido.

— ¿Listos? — Los dos asintieron.

Se miraron por ultima vez, confirmando la respuesta — Serán dos niños — Contesto el de cabellos negros.

Notas finales:

Estoy avergonzada por decir esto, pero la nobleza obliga: No tengo ni la mas minima idea de como se adopta por orfanato, ni siquiera se si es posible. Asi que todo lo que leyeron aqui, y lo que leeran mas adelante es y sera, ficcion pura. 

Obviando ese detalle, ¿No creen que Eijun de pequeño es adorable? Yo me moriria de la ternura. Sin mas, disculpen las faltas de ortografia o de cualquier otro sentido que hayan encontrado. 

Gracias por leer y por si gustan comentar. Nos vemos!


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