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Key of heart por Shano OwO

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Notas del capitulo:

Los personajes de Diamond no ace le pertenecen a Yuji Terajima

Desde el primer momento, ambos pudieron notar cierta diferencia entre Miyuki y los demás niños. No solo resaltaba ese hecho por el aspecto físico, si no que trataban con una mente un poco mas desarrollada para aquella corta edad.

El pequeño no revelo cosas sobre sí mismo más allá de que sentía apego hacia cierto deporte. Como todo niño se emocionaba al hablar de sus cosas favoritas, aun así, resultó sorpresivamente reservado, raro a esa edad. Los adultos sentían curiosidad, pero de alguna manera Kazuya les daba a entender que no quería responder a sus silenciosas preguntas.

Aunque se muestre con una sonrisa, un deje de tristeza siempre se mantenía presente.

La conversación, a pesar de no cumplir el objetivo de conocerse, resulto entretenida. Armando rompecabezas de dificultad media y tanteando asuntos como el leer y escribir, esos escasos minutos se pasaron volando. La despedida no fue conmovedora, solo un seco "adiós" protagonizo esa escena.

Una opresión en el pecho le llego a ambos adultos, ninguna infancia se merecía ser dolorosa. Ellos deseaban borrar la tristeza de sus propias vidas, en el proceso ¿Por qué no mostrarle la felicidad a alguien más? Se formó una desacion sin siquiera discutirla.

La nueva vida que deseaban se encontraba a unos pocos kilómetros más cerca.

Unas horas después, la mujer anciana preguntó su decision, recordandoles que no era necesaria una conclusión inmediata. Ambos asintieron y comunicaron su resolución con seguridad, no existía lugar alguno para las dudas.

Minutos después, se encontraban discutiendo dos regímenes para las visitas, en lo posible, ambos en los fines de semana; El orfanato no se hallaba muy lejos de su hogar pero el trabajo y los deberes dificultaban el recurrimiento frecuente. Al final, se había terminado en que, todos los meses, con una semana de diferencia entre los pequeños, ambos hombres tendrían que acudir al edificio.

A pesar de aquel decaído día de lluvia, Haruichi y Satoru festejaron su reciente logro con muchos besos, caricias y algún que otro desliz...

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Lentamente, dos estaciones cumplieron su ciclo. Una nueva primavera se daba a conocer, mostrando los colores más vivos de las flores y un sol que brindaba su calor sin distinciones.

Todo sufrió cambios durante ese tiempo: La casa se preparaba con nuevos muebles, el jardín se vio invadido por hamacas y toboganes, un viejo armario se completo con zapatos y prendas, una habitación vacía se transformo en contenedora de juguetes y literas.

Últimamente el pelirosa también se encontraba con aires renovados, una hermosa sonrisa siempre adornaba su rostro y se pasaba el día con un buen humor inquebrantable. Parece que lo último resultaba contagioso ya que el pelinegro desde hace días se vio rodeado de una inusual aura de felicidad.

Ambos compartían un sentimiento de nerviosismo ¿Qué pensaran los niños de la casa?¿Y de su habitación?¿Qué pasara si no les gusta? No querían pensar de más pero era realmente importante para ellos que Eijun y Kazuya se sientan cómodos. Solo faltaban pocas semanas para que ambos conocieran a su nuevo hogar.

Ya quería tenerlos jugando en el jardín o comiendo alegremente el almuerzo y verlos como después de un largo día se acostaban en sus camas, dándole las buenas noches. El de ojos ocultos suspiró, esos pequeños realmente se convirtieron en su propia debilidad. A veces solía pensar que simplemente todo esto se trataba de un sueño, uno del que esperaba despertar antes de volverse desgarrador. Hay situaciones donde se sorprendió a si mismo con mínimos pellizcos en la piel, como prueba de la realidad.

Luego se arrepentía de tales delirios y terminaba el día reprochándose a si mismo o incluso regañándose en voz alta « Creo que estoy enloqueciendo » Reflexionó en silencio con una sonrisa, escogiendo un par de pijamas a conjunto de dinosaurios.

El centro comercial, por razones desconocidas, en pleno lunes por la tarde se encontraba repleto. Pensando que se trataba del momento indicado para ultimar detalles decidieron ir, encontrándose con aquella no muy grata sorpresa.

Almohadas, sabanas, pijamas y mochilas para la escuela. La lista se completó luego de una hora de ir y venir por todo el lugar, parando por unas bebidas, resultaron a unos metros de la segundo no muy buena sorpresa: Ryosuke Kominato.

Un acto reflejo resultó ocultarse entre la aglomeración de gente ¿Por qué? El hermano mayor del más bajo no sabia nada sobre sus sobrinos, aun si se lo dijera solo recibirían rechazo; Desde que contrajo matrimonio su relación se había transformado, el pelirosa mayor jamas aprobó su relación con el pelinegro.

En estos momentos se encontraba en un dilema, por más que quisiera, no le gustaba la idea de privarle el saber de algo tan importante a su familia ¿Las cosas cambiarían si se lo dijera? Tal vez, existía una posibilidad, aunque no muy exacta.

¿Qué perdía intentándolo? Nada, lo peor que podía pasar es recibir más odio de su hermano. Lo pensó unos segundos mas, apretó su mano derecha en un signo de valentía y se encamino junto al pelinegro frente al causante de su reciente cuestionamiento.

— Nii-san.

— Oh, Haruichi — Saludó con voz tranquila — Y... tu — Se distinguía el desagrado hacia Furuya, el cual solo frunció un poco el ceño.

— Nii-san ¿Podemos hablar?

— No quiero — Respondió cortante — No con él presente — Condicionó.

El de ojos ocultos no tuvo otra opción que pedirle a su pareja un momento a solas, estaba dispuesto a arreglar las cosas para que ello jamás tenga que volver a pasar. Satoru asintió resignado, alejándose con todas sus recientes compras.

Cuando el cuerpo del pelinegro ya no se distinguía, procedieron a sentarse en un café con grandes ventanales.

— Nii-san

— ¿Cuándo te darás cuenta? — Interrumpió el mayor.

— ¿eh?

— ¿Cuándo notaras que estar con él no te conviene? — El de flequillo largo frunció el ceño aunque no se notase del todo.

— Ya hemos hablado de eso — No quería comenzar una pelea.

— Parece que fue en vano ya que sigues con ese inútil.

En un impulso, el menor golpeo levemente la mesa. Comenzaba a enojarse.

— Nii-san es mejor que vallas acostumbrándote a la idea ¿Ok? — Su voz salió en tono aterrador, su parte de la genética se estaba mostrando.

— ¿Qué quieres decirme? — Contestó luego de un no tan prolongado silencio.

— Vas a ser tío — Tal vez no fue la mejor forma de explicarlo...

— Haruichi... Dime que es una broma ¿Cómo se atrevió ese imbécil?

— ¿Eh? No, no es como piensas. Estamos por adoptar a dos niños

De nuevo se alzó el silencio, esta vez, un poco más incómodo que el anterior. El mayor no salia de su asombro pero en ello, pudo pronunciar:

— ¿Puedo ir a verlos?

Desde ese momento, Haruichi sabia que las cosas no podían ir mejor.

Notas finales:

Iba adecir un chiste pero estoy tan cansada que ya ni ganas tengo (Son las 03:35 de la madrugada y apenas termino) 

Espero que les haya gustado, perdonen mis faltas ortograficas o de cualquier otro sentido y mi retraso de 3 horas y media. 

Gracias por leer y por si gustan comentar


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