Capítulo 12. Entrenamiento
— ¡Maldito infeliz!
Rebanaba una patata sin poderse concentrar, Yokozawa Takafumi ya quería tragarse sus palabras cuando hizo aquel contrato, no podía quitarse esa sensación en sus labios de la cabeza y siempre que recordaba se le subían los colores al rostro.
“¿Cómo diablos termine en esto?”
Flashback
Se encontraba en aquella oficina prácticamente acorralado por Kirishima con un argumento estúpido para lo que quería hacer, aunque no podía refutar a las palabras del castaño, que, según él, debían actuar como un verdadero matrimonio ante la sociedad, más específicamente ante sus padres y todos los conocidos de Kirishima o al menos esa fue la excusa por la que lo beso sin previo aviso en frente de una de las secretarias, aunque el beso fue excesivamente largo y lo que vino después lo descoloco por completo.
— Es hora de que empieces un entrenamiento….
— A-a que te refieres… — cuestiono Yokozawa.
— Me refiero a que debemos actuar como un matrimonio, pero como podemos hacerlo si te alteras como una colegiala por un simple besito — bufo Kirishima sonrojando nuevamente al peliazul — No me digas que tienes miedo.
— ¡Claro que no! Te dije cumpliría mi parte del trato ¿no es así? — inmediatamente se arrepintió de lo que acaba de decir al ver la sonrisa triunfadora del mayor.
— ¿Estás seguro de lo que acabas de decir?
— Un hombre nunca retira su palabra — “mierda” no podía evitar ser impulsivo ante las provocaciones de Kirishima.
Con la sonrisa triunfante, lentamente Kirishima se acercó a Yokozawa hasta sentir su respiración, tomo su mentón delicadamente y al ver que este no ponía resistencia deposito un casto beso en sus labios.
— Abre la boca…
Susurro con voz ronca abriendo la boca del menor sin ninguna dificultad, aunque podía sentir su nerviosismo eso lo impulso a disfrutar más de sus labios, devorándolos con tranquilidad conteniendo ese impulso de tomarlo por completo, se dedicó a explorar cada rincón de la cavidad de su amante, sintió como las manos de Yokozawa comenzaban a aferrarse a sus hombros y decidió terminar con el beso, encontrándose con una visión adorable.
— ¿Ya ves que no es difícil? — sonrió satisfecho por lograr su cometido, había descubierto una inocencia inesperada en el peliazul, una inocencia que le provocaba robársela — Creo que me saque la lotería…
Antes de que Yokozawa pudiera reclamar, el sonido de la puerta corto el ambiente al ser Hatori quien entro para informar acerca de una reunión con unos socios.
— Bueno… no vemos en casa, espero puedas cumplir con tu papel de esposa.
— ¡Que no soy tu esposa!
Fin flashback
Recordaba ese beso que por más calmado que parecía, por dentro se estaba derritiendo, Kirishima besaba demasiado bien para su gusto, otro poco y sus piernas lo hubieran traicionado como la primera vez.
— ¿En qué estás pensando?
— WAAAAA — no pudo evitar pegar un grito y lanzar el cuchillo del susto. Lo que menos cruzaría por su mente era que Kirishima apareciera justo detrás para susurrar en su oído.
— Woww eso fue peligroso, deberías tener más cuidado — dijo Kirishima mientras levantaba el cuchillo para dirigirse a su esposo.
— ¡¿Y de quien crees que es la culpa?!
— Tuya, por saltar como un gato asustado por saludarte — sonrió al ver la cara del peliazul — Estoy en Casa…
— Ya lo noté.
— Aquí es donde dices “Bienvenido a casa Cariño”
— ¿Por qué diría una mierda como esa? — pregunto Yokozawa enarcando una ceja — Y... O-Oi ¡Estas condenadamente cerca!
— Entonces como piensas darme mi beso de bienvenida — reclamo el castaño mientras veía como el peliazul retrocedía a cada paso que daba.
— Yo jamás dije que haría algo como eso, dije que fingiría ser tu pareja y eso es cuando fuera necesario y en público — respondió Yokozawa, no le cabía en la cabeza como había caído en este tipo de juego.
— Por eso dije que iba a ser necesario un entrenamiento, no piensas ni devolverme el saludo cuando estamos a solas y dices que ¿serás capaz de actuar estando en público?
— Y-yo no…. — Kirishima había dado en el clavo, Yokozawa se sentía bastante incomodo cerca del mayor y no era bueno mintiendo por lo que pensó que sería un fracaso al momento de fingir un matrimonio delante de alguien más.
Soltó un suspiro pesado aceptando las palabras del castaño y en su consciencia pesaba el hecho de que había dado su palabra, siempre se había mantenido fiel a su palabra y criticado a quienes soltaban una promesa a medias. Por más ridícula que le pareciera el trato al que había accedido, Kirishima había cumplido ayudando a sus hermanos y ahora le tocaba cumplir con su parte, sin embargo, no era nada fácil para alguien como Yokozawa quien no estaba acostumbrado a esas muestras de afecto y mucho menos con Kirishima a quien consideraba un extraño hasta hace unos días.
— B-bienvenido a Casa…
Con las mejillas ardiendo desvió la mirada sintiendo sobre él, el peso de aquellos ojos color miel, preparándose mentalmente para aceptar a Kirishima que se acercaba para tomar sus labios cuando….
— ¿Qué demo…?
Su celular sonaba insistentemente, Kirishima maldijo por lo bajo mientras atendía la llamada, había perdido la oportunidad de estar con el peliazul, por su parte Yokozawa pudo respirar tranquilo, se las ingenió para alejar al castaño de la cocina y se dedicó a hacer lo suyo, hábilmente se desempeñaba en la cocina culminando con sus platillos.
Llamo al castaño a la mesa sorprendiéndolo con una rica cena, Kirishima nunca pensó que Yokozawa sería capaz de preparar para el algo tan delicioso, era la primera vez que convivían después de que se habían casado, obviamente habían compartido algunas palabras antes sin embargo en todo ese tiempo Yokozawa lo evitaba molesto por las vacaciones impuestas y luego estaba la pelea por su trabajo nocturno de Bartender, si se detenía a pensarlo, habían empezado con el pie izquierdo desde que todo comenzó.
— ¿Qué ocurre? — pregunto el peliazul viendo que de pronto el mayor se había callado, normalmente soltaba algo estúpido cada vez que abría la boca.
— Nada… solo que, esta es la mejor comida que haya probado en mi vida — respondió Kirishima mientras degustaba cada bocado — La mejor comida del mundo.
— N-no exageres….
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Pov. Kisa
Ha pasado más de una semana… una semana que no sé nada de Taka-chan, fui a su trabajo y me dijeron que había pedido vacaciones ¿¡Vacaciones?! ¡Él no conoce esa palabra! Algo muy malo debió pasar y solo me queda pensar en los sujetos con los que se fue, parecían gánsters, quise volver a buscar a esos embusteros, sin embargo, era inútil; en todo el camino había estado vendado y nunca supe donde podrían estar.
— Shouta-nii ya me voy — se despidió el pequeño castaño mientras Kisa le devolvía una sonrisa que se vio opacada tras cerrar la puerta.
Camino dando vueltas por la pequeña salita como un león enjaulado y cayo rendido sobre el sofá, su rostro tallado de angustia se dirigió hacia la puerta como esperando que alguien más cruzara por esa puerta.
Una y otra vez leo el mensaje de Taka-chan, el me lo advirtió… no he vuelto a ese bar desde aquella vez, por otro lado, esta Ritsu, el piensa que nuestro hermano nos abandonó, lo único que puedo hacer es lo que Taka-chan me pidió, pero… ¿Dónde está el? ¿está a salvo? ¿Y si le hicieron algo?
Estando aquí sentado no podré hacer nada, muchas veces me sentí tentado de ir a la policía, pero sin una prueba nadie me tomaría en cuenta, tal vez si insisto en volver a su trabajo y buscar por mi cuenta. Esos sujetos no han vuelto a aparecer desde entonces, no hemos recibido ningún tipo de amenaza o algo, lo que me tranquiliza, pero a la vez me inquieta y no quiero imaginar que fue lo que ofreció Takafumi a cambio de nuestra libertad ¿Habría conseguido el dinero en ese tiempo? Durante años nos dedicamos a cubrir las deudas de mamá y nuestro dinero solo nos alcazaba para el día. No podía quedarme más tiempo sin hacer nada, así que decidí salir de casa y fui directo al hotel.
— ¿Shouta? — esa voz podía reconocerla en cualquier lugar, de repente me vi abrazado fuertemente y no podía ser otro que Seiji.
— Huaaahhh deja de abrazarme que estamos en medio de la calle.
— Sí que eres malo Shouta, creí que éramos amigos sin embargo te olvidaste completamente de mí y ni siquiera me invitaste a la boda o es que creíste que me robaría a Takafumi ¿eh?
— ¿EH? ¿de qué boda estás hablando? Si piensas que voy a casarme contigo no…
— Estaba hablando de tu hermano, por cierto ¿Cómo esta Yoko-chan? La última vez que lo vi él…
— ¡¿Viste a Taka-chan?! ¿Sabes dónde está? — comencé a agitar a Seiji y lucía un poco desesperado.
— ¡Tranquilo Shouta! ¿Qué te ocurre? — cuestiono el varón al ver esa angustia en los ojos de Kisa.
— Es que… yo… — no sabía cómo decirle la verdad, aunque antes habían estado juntos él ha sido una de las pocas personas con las que podía contar actualmente, aunque fuera como amigos — Hace una semana que no sé dónde se encuentra Taka-chan…
Aquellas palabras intrigaron a Shinoda Seiji quien había visto a Yokozawa hace apenas dos días y tuvo que despedirlo porque su celoso “esposo” entro al local como un loco. Las palabras de Kisa no tenían sentido, separo los labios y se detuvo al hablar al pensar en Yokozawa…
— ¿Me estás diciendo que él se fue?
Kisa guardo silencio, decirle que Takafumi se fue con unos sujetos peligrosos por su culpa era ya bastante difícil de digerir para él.
— Entiendo que sea algo que no me quieres contar, pero si hubo algún problema entre ustedes tienen que resolverlo cuanto antes; debes tener alguna idea de dónde o con quien pueda estar Takafumi no se talvez algún amigo o novio — tanteo un poco para ver la reacción de Kisa y sacar algo de información sin embargo este negó inmediatamente e incluso se burló con lo último que dijo.
Palmeo los hombros de Kisa para calmarlo un poco y darle su apoyo, se sentía mal por lo que iba a hacer, había algo detrás de lo que había pasado y prefería no decir nada hasta tenerlo claro.
— Si se algo de Takafumi te llamare, por ahora no te preocupes, de seguro el estará bien — “Yokozawa Takafumi… me debes un favor muy grande” pensó mientras se despedía de Kisa.
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Kirishima se encontraba trabajando tranquilamente en el hotel, había sido una excelente idea acercarse de esa manera a Yokozawa, la relación entre ellos estaba mejorando sin mencionar que disfrutaba de un bono extra saboreando esos labios que se le apetecían tanto, su Nekochan tan arisco como era, estaba cediendo lentamente ante él, sonrió al recordar el desayuno en la mañana y como lo había echado de su habitación cuando intento seguirlo la noche anterior, Yokozawa se alteraba empero ya no era como en un principio ya no lo veía como un enemigo y ese sonrojo que provocaba en él era lo que más le encantaba.
¾ ¡¿Qué significa esto?!
Yokozawa entró por la puerta azotando la libreta sobre el escritorio de Kirishima esa imagen de esposo perfecto era algo que le enfermaba había encontrado esa libreta mientras ordenaba el departamento aunque no se atrevía a entrar a tres habitaciones uno era la misma habitación de Kirishima, aunque había estado ahí no por voluntad propia, el otro era una habitación que siempre permanecía cerrada así que no tenía idea de lo que podría haber en ese lugar y por ultimo estaba el despacho de Kirishima el cual vio que la puerta estaba abierta y al acercarse para cerrarla encontró la libreta en el suelo con el título de…
“Prospecto de la Esposa Perfecta”
En él estaba escrito cosas que le parecían por demás ridículas y además estaban algunas de las cosas que Kirishima le había comentado sobre la imagen de Nekochan que tenía por referencia en el chat, no espero a ver la reacción de Kirishima al ver la libreta y comenzó a reclamarle, prácticamente su vida estaba planeada en ese papel, tanto su pasado como su personalidad y era algo que no iba a tolerar.
El ojimiel puso los ojos en blanco al ver que esa libreta aún seguía en su despacho, creyó haberse deshecho de ella, se anotó mentalmente que debía ordenar ese lugar, había puesto ese título como un toque de humor negro a los requisitos que debía tener la esposa según su madre. Después de conocer a Nekochan en la red, anoto en la libreta aspectos de ella ya que le había hablado a su madre de ella, al no encontrar a la verdadera tenía que buscar un reemplazo convincente, claro que todo se había ido abajo cuando su querida Nekochan resulto ser Yokozawa Takafumi, o más precisamente su hermano haciéndose pasar por él.
— ¡Lo que tú buscas con esto es un maldito florero, un anfitrión y una ama de llaves en uno con una maldita vida perfecta! ¡así no me sorprende que no encuentres esposa, tú solo buscas a alguien que no existe, me metiste en este maldito embrollo así que entiende que con quien te casaste no es Nekochan sino yo!
Cuando escucho esas palabras, Kirishima abrió sus ojos como platos y quedo un momento boquiabierto para luego mostrar una enorme sonrisa.
— ¿Qué es tan gracioso? ¿Si quiera me estas escuchando?
— ¡Claro que sí! Sobre todo en la parte donde admites que eres mi esposo.
Yokozawa no se había percatado de sus palabras hasta que Kirishima se lo hizo notar, era increíble como ese hombre con solo unas palabras podía voltear el asunto a su favor, ahora con el rostro ardiendo de vergüenza, no sabía cómo enfrentar al castaño. Kirishima en cambio, explico al peliazul el por qué la existencia de esa libreta, dando a conocer en parte como se había puesto en ese problema presionado por su familia. Yokozawa se sentía como un tonto por reclamar sin antes pedir una explicación.
— Y-yo mejor me voy…
— Si piensas que voy a dejarte ir después de decir algo tan lindo como eso estas muy esquivocado. Tienes razón, yo me case contigo, aunque no haya habido una bonita celebración como hubiera querido, sin embargo tu eres mi Nekochan, no podría ser nadie más sino tú.
Se acercó al peliazul para depositar un beso en sus labios, no perdió tiempo y profundizo el beso tomando a un desprevenido Yokozawa, el cual era abrumado por esa sensación hasta perder la razón, sintió como el menor se aferraba inconscientemente a su cuello y apego su cuerpo más hacia el peliazul, lo tomo por la cadera y separo sus piernas con la rodilla, sintió un calor que invadía desde su estómago hasta su pecho mientras el cuerpo del menor se estremecía con su toque. Todo su autocontrol se fue por el retrete cuando escucho a Yokozawa soltar un gemido ahogado y termino por tumbarlo sobre el escritorio.
Yokozawa, abrumado por estas sensaciones, no se dio cuenta en que momento termino sobre el escritorio con Kirishima sobre él, se alarmo al darse cuenta por donde iba la cosa.
— Espera, espera, espera…. — Kirishima lo ignoro y comenzó a lamer su cuello provocando una corriente eléctrica en su cuerpo — K-kirishima….
Sus palabras solo lograban encender más al castaño quien buscaba sentir más de la piel del menor, esa piel suave a su tacto, caliente. Kirishima volvió a arremeter con esos besos intensos que aflojaban las rodillas de Yokozawa, comenzó a explorar por debajo de la camisa llegando hasta unos pezones erectos, la excitación iba en aumento y…
— ¡Zen! ¿¡Por qué no contestas el maldito teléf...?
Ijuuin Kyou entro por la puerta desesperado y se quedó congelado ante la escena que presenciaba….