Capítulo 17. Visita
¿Mi nombre? Yokozawa Takafumi, y a mis 23 años de vida solo me pregunto una cosa… ¿Qué diablos hice para merecer esto?
Actualmente tuve que dejar de trabajar como recepcionista en unas vacaciones forzosas, bueno, al menos son pagadas y no perdí mi empleo. Tuve que dejar a mis hermanos para terminar casado con un idiota. Pero ¿Qué puede ser peor que tener que vivir con Kirishima?... es vivir con dos Kirishimas.
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— Hola querido.
— ¿Mamá? — preguntó Kirishima bastante sorprendido igual que yo al verla en la puerta.
— Buenas noches señora — saludé.
— ¿Qué haces aquí mamá? — era una pregunta estúpidamente obvia, pero Kirishima y yo estábamos seguros de que no nos gustaría la repuesta.
— Dado que rechazaste a las excelentes candidatas que escogí para ti y en cambio elegiste a esta… — me dirigió una mirada hostil — persona; lo menos que puedo hacer, es que esté a la altura de dicho… compromiso.
Sin más dejó las maletas en mis pies y entro al interior del departamento. ¿¡pero que mierdas!? ¡Ella solo vino a hacer de mi vida un infierno!
— ¡¿QUÉ PASO AQUÍ?! — la escuche gritar en cuanto entró.
Recogí las maletas y entré a la sala para ver porque tanto alboroto y encontré a la madre de Kirishima recorriendo con la mirada todo el departamento.
— TODO ESTA… TAN…
— ¿Ocurre algo malo? — pregunte a Kirishima.
— ESTA TAN… limpio.
Murmuró la señora tan bajo que apenas la pude escuchar. Al parecer ella estaba acostumbrada a ver este lugar como un basurero, lo que pasa por consentir a su hijo. Si yo fuera su madre, no dejaría que anduviera por la casa sin hacer nada más que ensuciarla, siendo un viejo ahora nos es capaz de mantener su casa. Miré como Kirishima le mostraba el departamento a su madre mientras el imbécil arrojo su abrigo al sofá. ¡Maldición! ¿Acaso siempre tengo que recoger todo lo que bota por ahí? Y lo peor de todo es que no puedo decirle nada estando su madre aquí.
Termine por dejar sus pertenencias en la habitación que yo ocupaba, rayos, eso significa que tendré que estar en la habitación de ese pervertido. Luego de una incómoda conversación en la sala, su madre se retiró para tomar una ducha. Me dirigí hacia la habitación de Kirishima y cerré la puerta para asegurarme de que ella no nos escuchara.
— ¿Es por eso que enviaste mis cosas aquí? ¿Sabías que ella iba a venir? — pregunté.
— ...Si. — “¿q-qué fue eso? Tardó en responder. Tengo la sensación de que este bastardo me está tomando el pelo”
— Oi, no me mientas, estabas tan sorprendido como yo de que estuviera aquí.
— ¿y querías que la viera como si la estaba esperando? — preguntó con una sonrisa descarada.
— No, pero al menos podrías haber pensado en algo para que regrese a su casa.
— ¿estas sugiriendo que eche a mi madre de la casa? — “está bien, si lo pone de esa manera se oye muy mal”
— N-no me refería a eso… es que, con ella aquí nos van a descubrir.
— O… podría ser todo lo contrario — respondió Kirishima, de verdad que no entiendo a este hombre — Piénsalo Yokozawa, esta es la oportunidad para demostrar que somos una pareja recién casada muy enamorada y además podrás ganarte a mi madre, te entrenaste para esto, ¿no?
— ¿Entrenarme? ¡Lo único que hiciste fue asaltarme e invadir mi espacio personal!
— No me importaría invadirte por completo — dijo con una sonrisa ladina en el rostro.
¡Maldición! Ya estoy harto de este idiota. Tomé mis maletas y me dirigí a la puerta, mas no pude salir cuando Kirishima me sujetó el brazo.
— ¿A dónde crees que vas? ¿acaso olvidaste lo que acabamos de hablar?
— Me interesa una mierda.
— ¿Es eso lo que vale tu palabra? — “¿eh? No es justo eso es chantaje” mire a Kirishima por sobre el hombro — Oe, no soy tu enemigo, somos socios ¿recuerdas?
Baje mi maleta y solté el pomo de la puerta, odio admitirlo, pero tiene razón, puede que Kirishima sea un idiota, pero sin su ayuda no habría podido sacar a mis hermanos de ese lugar, además cumplió con todo lo que prometió.
“Está bien, no es tan idiota”
— ¿Estamos juntos en esto? — me preguntó mientras ponía su mano en mi mejilla, odio cuando hace eso, puedo sentir como mis mejillas se encienden, maldición, no puedo mirarlo a la cara.
— S-si…
— ¿en la salud y enfermedad? ¿hasta que la muerte nos separe?
— YA BASTA…
“Retiro lo dicho”
Ese imbécil… podría jurar que una venita iba estallar en mi frente, Kirishima-san no pierde una oportunidad para hacerse al idiota y lo peor fue que después que se metió a la cama y me hizo una seña para que lo acompañara, ¡Ja! como si estuviera dispuesto a estar en las manos de ese pervertido.
— Caray Yokozawa, estamos casados, es de lo más normal ¿No piensas dormir conmigo?
— Preferiría el suelo — “¿Cómo supo lo que estaba pensando?”
— Si quieres hacerlo en el piso está bien.
— ¿QUÉ DIJISTE?
— Me refería a dormir — me dijo con una sonrisa ladina — pero si quieres hacer algo mas no me opongo.
— ¿QUIÉN DIJO QUE QUERIA HACER ALGO MAS?
— Pues tú, cuando sugeriste…
— YO NO SUGERI NADA
— Cálmate, o mi madre vendrá y pensará que no nos llevamos bien.
— Entonces cállate y déjame cambiarme en paz.
Maldición, ni siquiera pude cambiarme tranquilo, el baño lo ocupaba la señora y tuve que cambiarme en la habitación. Podía sentir como Kirishima se burlaba de mí.
— Anda no seas tímido, que ambos somos hombres.
— Cállate y voltéate.
No es que sea tímido, pero siento los ojos de este imbécil clavados en la espalda y me hace sentir… incomodo. Traté de olvidar que ese estaba en la habitación y decidí concentrarme en desabotonar mi camisa y mi pantalón cuando sentí unas manos que me rodeaban mientras que con voz ronca Kirishima decía en mi oído.
— Déjame ayudarte con eso.
Trague duro mientras sentía su aliento en mi cuello y un escalofrío recorrió mi espalda ¡Está demasiado cerca!
— ¿Está todo bien aquí?
De un portazo la madre de Kirishima entro a la habitación dejándonos atontados por un momento, vi como ella me escaneaba completamente cuando me di cuenta como en realidad estaba, con la camisa abierta, el zíper del pantalón abajo y las manos del pulpo de su hijo sobre mí. Sentía mi cara arder ¿Podría ser algo más humillante que eso?
— Mama, nos asustaste — respondió Kirishima un poco serio, se paro delante de mi y salió de la habitación llevando a su madre con él.
Me quede todavía un poco aturdido por lo que paso “¿Qué pasa con esa mujer? ¿Es que acaso no conoce la privacidad?” Recordé como nos había encontrado y me sonrojé aun mas por dejar que ese imbécil me tomara desprevenido. Me vestí tan rápido como pude y entre en la cama para fingir que estaba dormido, con suerte lo estaría antes de que llegue Kirishima.