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Diez cosas por Nanami Fushikawa

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Notas del capitulo:

¡Hola! Gracias por entrar a leer~

Disclaimer: los personajes no son de mi propiedad, solo la historia es mía.

 

Disfruten~

“4-Odio la navidad, me recuerda que estoy solo.”


Estaba nevando, los pequeños copos de nieve a penas se distinguían entre la oscuridad. Cada mota blanca caía con suavidad, algunas descendían con movimientos más rápidos y juguetones mientras que otros parecían bailar con el viento en un son lento, pero de cualquier forma todos terminaban en el suelo apuñándose unos sobre otros creando una capa que crecía conforme el tiempo pasaba. Severus extendió su mano, enfundada en un guante de lana negro, al exterior, un pequeño copo cayó sobre ésta y se dedicó a observarlo por un rato, la nieve pronto comenzó a descongelarse y el líquido se adhirió a la tela del guante en una sensación helada que hizo sentir vivo al pelinegro por un momento.


Snape suspiró generando un pequeño espectáculo de vaho, bajó su mano y la metió en el abrigo que llevaba puesto.  El clima estaba muy frío, pero no tenía pensado moverse de ahí, por lo menos no tenía la motivación en ese momento. Estaba solo, los estudiantes que se habían quedado a celebrar las fiestas en Hogwarts debían estar en sus salas comunes festejando, pero por su parte él estaba ahí, en medio de la noche, en uno de los tantos puentes de piedra bajo techo que tenía el castillo, observando la nieve caer. Tenía la mente en blanco, no estaba pensando en nada, solo quería sentir por un momento algo diferente a la presión que le consumía el pecho con lentitud.


El clima estaba frío y eso era lo que importaba, no sus inseguridades, no sus miedos, no su soledad. La nieve caía y todo seguía fluyendo como siempre lo hacía, no había recuerdos amargos ni desazón, solo una noche fría de diciembre, solo era Severus Snape observando la nieve en una noche de diciembre.


La mente del pelinegro solo estaba enfocada en los copos de nieve y el frío, pero un golpecito suave en la espalda baja lo sorprendió lo suficiente para que un respiro le quedara atorado en la garganta. El Slytherin giró su cabeza solo para encontrar unos ojos miel con una mirada juguetona, pero un toque de algo más que le revolvió el estómago de manera incomoda.


-Potter…-Snape pronunció el apellido en un susurro apenas oculto por la bufanda enredada alrededor de su cuello.


La sonrisa del Gryffindor se volvió más cálida y le ofreció una taza verde-. Es chocolate caliente-ofreció como explicación.


Severus lo miró con el rostro inmutable de hace un rato, observó el líquido café que desprendía un humo apenas visible en la oscuridad. La bebida desprendía un olor agradable y sus manos picaron para aceptar la taza-. Encuentro extraño que Potter esté aquí para darme una bebida de chocolate caliente-sus palabras fueron otro recuerdo más que se perdía entre la nieve al igual que lo que parecía una sonrisa penosa en los labios ajenos. Snape tomó, aun así, la taza verde, observó el líquido y se dio cuenta que ya no pensaba en que estaba haciendo frío.


El de ojos negros bajó su bufanda y bebió con cuidado la bebida, un deje de duda seguía en algún lugar de su sentido común, pero nada malo sucedió. No hubo palabras hirientes, ni bromas infantiles porque, en su lugar, lo que sintió fue el calor que manaba de su izquierda donde se había acomodado James.


¿Dónde estaba el odio que debía sentir? Tal vez su odio, se permitió pensar Severus, era como ese malvavisco, en su bebida, que se hundía entre las profundidades del líquido caliente. Los seres humanos eran tan volátiles que él mismo se incomodaba de su naturaleza humana.


-Tienes razón, Severus, es extraño que esté aquí para darte una taza con chocolate caliente-James rompió el silencio después de unos cuantos sorbos a la bebida por parte del Slytherin.


Severus asintió sin dirigirle la mirada, no agregó nada al comentario del otro, no encontraba nada qué decir. No quería hundirse en ese sentimiento cálido, no quería ser frágil.


Potter suspiró un poco, respiró el aroma del chocolate y abrió la boca nuevamente-. Los seres humanos somos extraños, pero precisamente, esos comportamientos raros son los que nos hacen ser humanos, así que no está mal ser extraño-finalizó con una sonrisa.


-Entonces, tú encajas por completo dentro de tu explicación de humano, Potter-no había necesidad de explicar a qué se refería. Las bromas de mal gusto del pasado no era algo que se pudieran borrar.


-Lo sé, soy una mala persona, ni si quiera me disculpe, ¿verdad?-era una pregunta para sí mismo, su intención no era que Severus respondiera-. Mi comportamiento fue una mierda y lo lamento mucho… pero no creo que seas del tipo de persona a la que unas palabras lo convenzan-James observó el rostro impasible de Severus, no había cambiado nada.


-Tienes razón, no me importan muchas las palabras-la taza de chocolate se había quedado vacía hace un rato y la sensación cálida de ésta se iba perdiendo conforme pasaba el tiempo, a fin de cuentas todo terminaba se dijo.


James asintió levemente-. En ese caso, yo tampoco soy muy adepto a las palabras, pero hay momentos necesarios en los que tienen que ser usadas-la brisa helada movió los cabellos de ambos, pero ninguno se estremeció, estaba haciendo frío, pero en ese momento no se sentía tan helado- ¿Sabes? Puede que… no, lo hago, estoy seguro de ello; es decir, yo te amo-finalizó con una sonrisa cálida que le llegó a la mirada.


Severus guardó silencio, el agarre que tenía en la taza verde había aumentado de manera sutil, la expresión en su rostro no había cambiado mucho solo sus cejas que se había fruncido por unos cuantos milímetros. Su mente trabajó con rapidez enfocada en otros aspectos por lo que apenas el pensamiento de que ya era navidad cruzó sin mucha importancia por ésta. El pelinegro giró y encaró a James ofreciéndole la taza vacía, el Gryffindor la aceptó con algo parecido a la tristeza apretándole la garganta. Severus se dio la vuelta dejando en claro sus intenciones de marcharse.


-Potter es ingenuo, sus intenciones quedaron claras hace mucho, sería muy idiota de su parte creer que no me había dado cuenta, de hecho insulta mis capacidades mentales-los ojos miel de James parecieron impactados al escuchar la voz de Severus alzándose con ese tono serio que normalmente tenía-; por lo que, me gustaría que recuerde que cuando algo me desagrada lo dejo claro de inmediato, así que lo que sea que está haciendo no está tan mal…-y sin más el Slytherin se perdió entre las sombras del castillo.


James rio levemente con una risa burbujeante que trepaba por su garganta, no lo había aceptado, pero tampoco rechazado, incluso parecía que lo estaba incitando a seguir adelante.


“4-Odio la navidad, me recuerda que estoy solo.”


.


.


Aunque tal vez eso no era tan cierto, se permitió pensar con algo de paz. Cierto, la sala común de Slytherin estaba prácticamente vacía, pero debajo del árbol habían varios regalos dirigidos a su persona y ninguno se sentía falso.


 

Notas finales:

¡Gracias por haber leído! Ya casi llegamos al final de fic, les agradezco mucho su apoyo a pesar del tiempo transcurrido.

Nanami off~


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