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Amante demoníaco por alexriden02

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      A Yoochun le era difícil ver un rostro similar al del doctor Kim Junsu en el cuerpo de una mujer. Agitó la cabeza sopesando un sueño, pero él seguía de pie y aquella mujer le sonrió.  

—¿Tengo algo en la cara? – habló la chica y su voz sacó a Yoochun de sus pensamientos. – ¿Me veo fea?

—Sus voces no son iguales.  

Ella rió divertida cubriéndose parte del rostro con una mano. La misma reacción de hace siglos atrás pero ahora en una persona diferente a la que su hermano amó.  

—Creo que estás hablando de mi hermano: Junsu.

—¿Hermanos? – interrogó confundido, aun más.

—Señorita –le llamó un hombre de gafas oscuras a la bella mujer -. Se están acercando.

—No puedo fallar, no esta vez.  

¿Fallar? Yoochun entendía aquel leguaje de gánster pues su padre era una de las cabezas de la mafia coreana disfrazado en un traje de respetable empresario.  

—Que es lo que...  

Él no pudo terminar de responder al ser atacado por los labios ajenos de aquella mujer hermosa.  

—Si quieres vivir, solo sígueme.  

. . .  

El poderoso Dios del Inframundo se debatía entre contar todo a Yunho o solo omitir todo y prepararse para la guerra.   

Perséfone conocía las expresiones de su esposo y sabia que no diría algo sin obtener algun beneficio.  

—Como hija de Zeus – habló Perséfone ganándose la atención de ambos hombres – , mi deber es estar del lado de mi padre, pero no puedo hacerlo sabiendo que la vida de mi esposo está en peligro.  

Hades quedo sin palabras. El dios sombrío y oscuro quedo desarmado frente a la mujer ante sus ojos y su confesión.   

—No quiero estar lejos de ti – confesó la hermosa Perséfone a Hades. – No permitas que nos separen.  

El dios del inframundo no le importaba tal guerra pero no estaba dispuesto a soltarle la mano a la mujer que amaba.  

—Escucha bien lo que diré – señaló a Yunho con fuerza en su voz. – Cada palabra que saldrá de mi boca es verdad – desenfundo una daga y rasgo su rostro. – Este es el mismo artefacto credo por Hefestos. 

  Yunho sabía que esa daga no era cualquier arma de filo. Un dios no sangra, pero esa daga lo hacía sangrar si el dios mentía.   

—Tú eres el hijo de un Titán.  

—Es mentira.  

—Mira mi rostro.  

Ni un rastro de sangre, la herida estaba cicatrizando.  

—El odio de Zeus a tu padre llego a ti.   

—Mis padres murieron cuando era un niño, desde entonces Il Woo y yo...  

A Yunho le era difícil recordar cómo sus padres morían a manos de una bestia. El día que fue salvado por la bondadosa mano de Artemisa la cazadora y criado para servir a los dioses.  

—Tu verdadera madre está en el Campo Eliseo. Tal vez a ella si le creas.

  .   .   .  

Jaejoong abrió los ojos y tembló. Aquel ser con alas negras lo asusto al punto de perder la conciencia. Se levantó de la cama y sin pensarlo corrió a la puerta. Revisó que nadie lo estuviera vigilando. Los pasillos eran blancos y no había rastro de alguien más.   

—Si quieres irte debías decírmelo.  

La voz de Ill Woo obligó a Jaejoong a volver sobre sus pasos.  

—Te mostré la parte de mí que me avergüenza y entiendo tu miedo, pero jamás te lastimaría. No a la persona que más amo.  

—¡Siento que voy a enloquecer! – Jaejoong se agarró la cabeza.  

—Yunho es igual a mí – con decir el nombre de Yunho, Jaejoong volvió a verlo. – ¿Lo sigues amando?  

Ver la dolida expresión en los ojos de Il Woo detuvo a Jaejoong de responder.  

—Yunho vino a este lugar a empezar una guerra y te conoció, pero él no te ama – rio de costado como si fuera una burla. – Mi hermano era el líder de un grupo de humanos al servicio de los dioses. Se nos pidió cuidar la caja y a Pandora. Pero la codicia de mi hermano hizo que Pandora abriera la caja y liberará los males a la humanidad.  

Jaejoong escuchaba atento e Il Woo sabía que estaba creyéndole. Creyendo su mentira.  

—Zeus por nuestra desobediencia nos castigo a diez guerreros a vivir con estos demonios.   

—La leyenda de la caja de Pandora es verdad, entonces...  

—Porque te amo te conté todo, pero Yunho no podía.  

—¿P-Por qué? – preguntó con los ojos preparados para llorar.  

—El demonio de Yunho se alimenta de sexo... él te uso.  

Escuchar esas palabras rompió toda esperanza en Jaejoong. Dolía, dolía mucha saber que solo fue un pasa tiempo para Yunho. Saber que fue el objeto de algún demonio con forma de humano.  

—Jaejoong, por favor tranquilízate – lo abrazó Il Woo. – No fue tu culpa, ese demonio te engaño como hizo con Pandora.  

—Yoo-Yoochun me dijo que Yunho no era para mí, una parte de mi lo sabia pero... pero otra parte de mi quiso creer que me amaba.  

—Él no puede amar, sus parejas al final terminan suicidándose.  

Jaejoong rompió el abrazo exigiendo una explicación.  

—Dana era mi prometida, yo la amaba, pero Yunho la sedujo. Ella terminó en su cama muchas veces, pero Yunho le era infiel con otras mujeres. Intente rescatarla de ese hechizo que tenía por Yunho, pero fue tarde porque ella... se suicido.  

Il Woo sujetó las manos de Jaejoong mientras intentaba que su demonio actuara.  

—Por eso fui a rescatarte, no quería que terminaras como ella. No podía dejar que la historia se repitiera.   

—Quiero morir.  

Jaejoong dejó su cuerpo caer al suelo mientras lloraba sin consuelo.  

 

 

—No puedes morir – Il Woo se arrodillo. – No pensaba decírtelo, pero tu decidirás que hacer.   Il Woo entregó un papel a Jaejoong.  

—¿Esto es una ecografía?  

—Cuando te desmayaste, Yoona mi mano derecha, noto tu abultado vientre e insistió en hacer una ecografía...  

»—Esto no te gustara.

 »—¿Qué es lo que encontraste?  

»—Hay un útero perfectamente formado y en su interior un feto de tres semanas. Pronto podremos escuchar sus latidos.  

—No, no... eso es imposible yo soy un hombre.  

—Viste mis alas, no hay nada imposible.  

Jaejoong llevo su mano a su vientre, por debajo del ombligo. Se horrorizo de solo imaginar algo ahí adentro suyo. La sola idea le daba ganas de vomitar.   

—Jaejoong, podemos eliminarlo con una intervención quirúrgica. Si esa es tu decisión.  

—Hazlo, no quiero tener esta cosa.          

 


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