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Amante demoníaco por alexriden02

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      —Mi señora, alguien quiere verla.

  La mujer con yukata blanca como las nubes del cielo miró a su pequeño sirviente y sonrió.  

—Ya es tiempo.  

—Mi señora, ¿algo malo sucede?  

Ella negó con la cabeza dejando ver su pálido rostro.  

—Iré al encuentro con mi hijo.  

.   .   .  

 

La habitación estaba muy vieja, en las paredes podía verse un empedrado muy antiguo y las ventanas si parecían nuevas junto a las cortinas. Yoochun con  buenos ojos afirmaba que eran de una seda bastante costosa. Miró a la mujer frente a sus ojos y ella le sonrió ofreciéndole un poco de té.  

—No está envenenando.  

—No lo quiero.  

—¡No puedes hablarle así a Su!  

  Un hombre de pelo azul salió de entre las sombras de aquella habitación y con un solo brazo lo levanto por el cuello de su camisa.    

—¡Humano estúpido!  

—T.O.P por favor bájalo, él no sabe quien soy – miró a Yoochun con un divertida expresión. 

  Yoochun estaba aterrado pero ver esa expresión en la chica lo hizo enfurecer.  

—Seung Hyun no pierdas la calma.    

El hombre pelo azul soltó a Yoochun al llegar el alto hombre de sonrisa tranquila.    

—Así que tu eres Park Yoochun – le habló el hombre y Yoochun retrocedió. – No hace falta que huyas, mi nombre es Siwon, esta bella dama es Su, la hermana de Junsu – ella le sonrió a Yoochun como una niña –y el fuerte de pelo azul es Seung Hyun.  

—¿Por qué me trajeron a este lugar?    

Siwon podía sentir el miedo de Yoochun. Él sabía que un humano no entendería de mitos y leyendas, pero necesitaban a ese hombre para su causa. No había tiempo que perder.    

—Porque salvaras al mundo.  

.   .   .  

 

Changmin y Perséfone siguieron a Hades y Yunho al Campo Eliseo. Un lugar donde algunas almas vivían sin tormentos del propio infierno, aquellos que Hades considerara digno de reposar en paz en ese lugar.  

El hombre alto junto a Perséfone analizó el lugar, no era muy diferente a donde la bella reina habitaba, solo que había un ligero olor a azufre. Changmin miró la espalda de Yunho. Su amigo estaba guardando calma, pero estaba inquieto y él lo sabía. Una vida culpándose por la muerte de sus padres, su obligada gratitud a Artemisa y los dioses, Yunho había vivido una vida de engaños.     

—No te preocupes – Perséfone le susurró a Changmin. – El dolor que está sintiendo Yunho lo hará mas fuerte.  

—Temo que reaccione mal y...  

—Por eso vino mi esposo y tú, pero confió en que Yunho escuche a esa mujer.    

El tono despectivo en la reina del inframundo hizo que Changmin quisiera preguntar, pero el olor a flores de jazmín lo distrajo. Buscando la razón de ese olor en aquel campo desierto solo notó el castillo de cristal negro como el ónix.    

—Princesa de la Luna.    

Al ser llamada por el rey del inframundo, una esbelta figura salió del castillo oscuro y Changmin supo de donde venia ese perfume a flor de jazmín.    

—Los estaba esperando – la mujer hizo una reverencia.    

Yunho miró a la hermosa mujer, muy joven para ser su madre. Su piel era blanca como la nieve, su cabello negro como el castillo y una corona haciéndole un peinado que la hacía ver como una antigua princesa en la época del Japón feudal.    

—Yunho, escucha lo que ella tiene que decir – le ordenó Hades con voz grave.  

–No lo hare.    

La mujer de pálido rostro se notaba tan sorprendida como Hades.    

—Mi madre murió a manos de una bestia.    

La princesa sabía que Yunho reaccionaria así, pero no podía evitar que le doliera menos.    

—Siempre le estaré agradecida por cuidarte.    

La furia de Yunho aumento al escuchar a esa mujer hablar de su madre.    

—No quiero escucharte hablar de ella.   

—Está bien.  

—El perfume del jazmín – habló Changmin.    

El dolor de Yunho impidió sentir el perfume a jazmín. Recuerdos invadieron su mente. Cuando niño cada vez que estaba triste o solo podía sentir el perfume de jazmín y dejaba de llorar.    

—Las noches de luna nueva puedo bajar a la Tierra y hoy es una de esas noches.    

Yunho no dijo nada, la miró como si tratara de escapar de un laberinto en su propia mente. El dolor que albergaba en su corazón se debatía en contienda con sus recuerdos.    

—Soy una princesa que vive en la Luna y no se me permite bajar cuando yo quiera. Debido a mi condición jamás espere tener un hijo fruto de un poderoso amor.  

  »Ella desde lo alto escuchó los gritos de un hombre por semanas, meses y años. Curiosa y joven, esa noche de Luna nueva decidió bajar. Horrorizada se encontró con un hombre encadenado a una piedra con una herida bajo las costillas.  

»—No te acerques – el hombre le grito.  

»—Tú no eres un humano ordinario – ella le habló sin miedo.  

»—Y tú no eres una niña ordinaria.  

»—No soy una niña – se enojo la princesa. – Soy la princesa de la Luna, Hime-sama.  

»—Mejor vete princesa de la Luna o la furia de Zeus puede alcanzarte si te quedas.  

»—¿Zeus? ¿El dios que venció a los titanes?   

»—Para ser una niña estas bien informada, entonces sabrás que Zeus me castigo por ponerlo en ridículo.  

»Ella rió a carcajadas.  

»—Al fin alguien puso en su lugar a ese petulante dios.  

»El hombre en la roca, por primera vez, tuvo curiosidad por la niña frente a sus ojos y su extraño aroma a jazmín. ¿Cómo una niña que vivía en la luna tuvo trato con Zeus? La luna no era terreno permitido al Dios.  

»—Una noche como esta baje de la luna y él se me atravesó. De no ser por la distracción de Artemisa hubiera quedado embarazada de ese petulante dios.  

»—Eres muy bonita, no dudo que fueras del agrado de Zeus.  

»—¿Te parezco bonita? – sonrió ella agarrándose las mejillas.  

»—Mejor vete porque no estará Artemisa si Zeus decide venir a ver mi sufrimiento.  

»—Eres muy gruñón, pero me agradas  – dijo la princesa acercándose al hombre de la roca. Extendió sus manos muy cerca de la herida y sin tocarlo la herida sano.  

»—¡¿Por qué lo hiciste?!  

»—Tu mirada es diferente, no está cargada de lujuria. No siento peligro y por eso te cure.  

»—No deberías bajar otra vez. Vete.  

»—Mientras estés encadenado, volveré – le sonrió alegre. – Espérame hasta la próxima luna nueva.      

 


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