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El dinero ¿Compra el amor? por AndriiNaruu

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-¿Tienes visa?

-¿Visa? –Naruto no comprendió la repentina pregunta de parte de Sasuke-

-Sí, visa americana

-No ¿Por?

-Ah, curiosidad… Voy a viajar

-¿Vas a Estados Unidos?

-Sí pero no aún. Viaje de negocios, volveré hasta el próximo año

-¿¡Que!? –Se sorprendió, Sasuke alzó una ceja- ¿Tanto?

-¿Y cómo hago? Ni que faltara tanto para enero, estamos a mitad de noviembre

-¿Cuándo te vas?

-Mañana… Solo quería verte antes de irme –Sonrió un poco-

-Que halagado me siento –Bromeó, pero en realidad si se sentía halagado-

-Solo no vayas a cambiarme por alguien más en lo que no estoy –Le siguió el juego recostando su mejilla contra su mano-

-Lo intentaré…

-Hm, me harás falta –Confesó pero al rubio le costaba creerle, Sasuke seguía con esa sonrisa sobre su rostro- Pero creo que el sexo me hará más falta –Comentó de repente, Naruto tuvo que cubrir su boca para no escupir el chocolate que acababa de beber y reír a todo pulmón-

-Jaja ¿Qué? ¿No existen mujeres a dónde vas?

-Claro que sí, pero usualmente en estos viajes es poco el tiempo libre que tengo para mí mismo. ¿Cuánto ha sido lo más que has durado sin tener sexo?

-¿A qué viene esa pregunta?

-Curiosidad –Movió los hombros restándole importancia-

-¿Poco más de dos semanas? ¿Quizás? ¿Y tú?

-Hm… Dos meses –Naruto se sorprendió-

-¿Qué?

-¿Y que querías que hiciera? Apenas acababa de cumplir mi mayoría de edad y estaba en un entrenamiento, como un campamento de entrenamiento para pasar a la cabeza de Sharingan, nunca estaba solo y nunca salíamos… -Recordó, Naruto se sintió gracioso pero tenía que admitir que últimamente Sasuke hablaba más, no solía hablar tanto de lo personal, ahora lo hacía como si nada-

-Jaja, pobre de Sasuke

-Hasta que me acosté con mi compañero de cuarto

-¿¡Que!? –Sasuke tuvo que bajar el rostro para controlar la risa, Naruto se sintió nervioso de las miradas sobre ellos luego de aquel grito- Mejor cambia el tema… -Pidió golpeando con su palma su rostro-

-Mentí…

-¡No quiero saber!

 

   Itachi por fin pudo darse un momento y leer el correo de Kakashi, sí, definitivamente con todos esos gastos Sasuke estaba interesado en alguien pero eso no significaba que era justamente Naruto ¿Verdad? Shino entró en ese momento dándole su almuerzo al moreno, le había pedido el favor.

   Deidara entró al hospital y al pasar por los pasillos Konan notó su presencia

 

-Deidara

-Ah, Konan hola –Sonrió-

-¿Y eso? ¿Vienes buscando a Itachi?

-Sí, de hecho ¿Cómo has estado?

-Bien –Sonrió- Ven, te acompaño…

 

   Pero Itachi no estaba en su consultorio, Deidara se detuvo de repente cuando pasando por un pequeño puente del segundo piso observó abajo al moreno y una mujer demasiado interesada para ser una simple paciente. El rubio alzó una ceja “Y a mí me reclama por Sasori, cara dura”  pensó, él no se veía para nada molesto de la forma en que ella lo trataba. Konan entonces se acercó

 

-¿Qué? ¿Estás celoso? –Bromeó viendo donde el rubio miraba-

-Claro que no –Deidara pasó de la mujer bajando las escaleras, Konan se sorprendió-

-Quizás dije más de lo que debía…

 

   Itachi observó detrás de la mujer con la que hablaba, a unos metros… ¿Ese era Deidara? Se disculpó con la mujer y se acercó al rubio

 

-¿Qué haces aquí?

-¿Esa es la forma de saludarme? Vine a buscarte ¿Qué más haría aquí? –Ninguno parecía de buen humor-

-Claro, ahora te acuerdas de que existo…

-¿Y ahora de que hablas?

-Sígueme, este no es sitio para hablar… -Deidara siguió al moreno hasta que entraron en una pequeña habitación desocupada, apenas una camilla de observación y un escritorio estaban ahí- Te fui a buscar al restaurante… Y me entero por Sasori que te despidieron

-Y ahora usarás eso en mi contra como si fuera también mi culpa ser despedido ¿Verdad?

-Solo quería ir a verte pero ni siquiera me habías contado que no trabajas ahí –Comentó molesto- Desperté y no estabas, siempre hay algo más importante que yo siempre tienes el tiempo contado si se trata de estar conmigo

-¡No empieces con eso! No es cierto –Dijo aburrido-

-¿No? Claro, no lo es que siempre fue el restaurante antes que yo, que siempre estaba más Sasori que Itachi, el servicio la preparación el chef… Todo siempre era primero ¿Itachi? No Itachi estaba bien con un domingo y una noche de sábado a la semana –Deidara se dio cuenta que en realidad era cierto pero así era su trabajo, jornadas largas. Pero su rabia no dejaba dar su brazo a torcer-

-¿Qué querías que hiciera, ah? Después de cómo prácticamente me pusiste una etiqueta de “Pertenencia de Itachi Uchiha” en todo el cuerpo. Solo por celos idiotas e imaginarios

-¿De qué hablas?

-No te hagas –Peor era que el moreno lo negara- “¿Sasori te habla así al oído? ¿Sasori te toca aquí? ¿Así dices el nombre de Sasori?” Como te atreves ¿Acaso soy solo un muñeco? Nadie toque a Deidara porque Itachi Uchiha se enojará ¿¡Parezco mercancía a la que hay que ponerle el nombre del dueño!?

-¡No es que nadie te toque! –Dijo tomando por los brazos al rubio- Es que él no te toque, es que siempre pasas más tiempo con Sasori es que siempre defiendes a Sasori ¡Es que todo siempre tiene que ver con Sasori!

-¡Estás desvariando! Yo ni siquiera vine a hablar de eso –Alejó al moreno de un empujón- Yo tenía razón

-¿Sobre qué?

-¡Sasuke! ¡Sasuke robó mi anillo! –Itachi se sorprendió- El maldito de tu hermano robó mi anillo y te hizo creer que lo vendí, lo peor es que te persuadió en serio… No me sorprendería que también haya sido él quién te causó esos celos

-¡Te dije que no volvieras a hablar de Sasuke! –Mencionó molesto- ¿Cómo te atreves a decir algo así? ¿Qué gana Sasuke con quedarse con un anillo?

-¿No lo ves? ¡Esto! –Los señaló a ambos- ¡Separarnos! Sasuke jamás me ha aceptado ni tampoco a nuestra relación

-¿Nuestra relación? ¿Tenemos una relación? –Deidara se sorprendió- ¿Aún hay algo entre nosotros Deidara?

-Entonces así son las cosas… -Ambos se sintieron dolidos- Es así… Ya no hay nada entre nosotros, gracias por dejarlo claro. Me voy, me disculpo por quitarle su tiempo doctor

-Deidara –Lo detuvo a tiempo tomándolo de la muñeca, el rubio se soltó-

-Gracias. Por no creerme… ¿Quién no tiene confianza en quien? –Abrió la puerta- Y por cierto, apenas me habían despedido el día siguiente al que estuve contigo… Aún me cuesta creerlo, por eso aún no te decía, gracias por comprender

 

   Salió, Konan que lo vio pasar no pudo detenerlo iba a prisa, luego observó a unos metros a Itachi mirarla seriamente se dio la vuelta y se fue. Konan solo pudo darse cuenta de algo, las cosas entre esos dos… No estaban bien.

   Sai y Gaara bajaron del avión dirigiéndose a la casa Uchiha, cuando el pelirrojo estaba por irse Sasuke apareció

 

-Sasuke –Comentó Sai sorprendido-

-Sai, has vuelto… -Comentó calmado, Sai se sorprendió, Sasuke luego observó al pelirrojo- Hola…

-Buenas –Sasuke pasó de ambos y Gaara solo se despidió de Sai antes de irse, pero el moreno lo detuvo de repente tomándolo del brazo- ¿Qué pasa?

-Gracias –Sonrió sinceramente- Gracias por todo –Abrazó al pelirrojo que no se esperó aquello y estaba sorprendido- Te lo digo, no sé si hubiera soportado pasar por todo esto solo, mil gracias por estar ahí, por apoyarme y por acompañarme Gaara…

-No hay de qué –Se sentía bien, los abrazos se sentían bien así que abrazó de vuelta al moreno-

-I love you Gaara –El mencionado se sorprendió- Can’t wish a better friend, the best…

-Debo irme –Fue lo único que dijo antes de alejarse y salir de la casa. Sai esperó hasta que desapareció de su vista, al darse vuelta observó lejos a Sasuke desde las escaleras viéndolo seriamente-

-¿Cómo está tío Danzo?

-Está bien –Sonrió un poco- Shin se encarga de él, todo está bien

-Me disculpo por no haber estado, pero veo que quedaste en buenas manos

 

   Sai se sorprendió ¿Había Sasuke escuchado todo lo que dijo? Pero Sasuke solo siguió su camino hasta su habitación como si nada. Sasuke tenía razón en algo, no pudo quedar en mejores manos, Gaara había caído como un ángel aquella tarde en que sus nervios y preocupaciones lo traicionaron. Algo en su mente se encendió, como un bombillo, claramente pudo ver lo que haría entró a su habitación y tomó la tableta…

   Aquella noche Itachi apenas salió del trabajo llegó a la casa Uchiha, observó alrededor desde el recibidor… Una foto donde estaban sus padres él y Sasuke

 

-Lo lograste ¿No es así? Debes estar feliz Fugaku…

-¿Itachi? –Se volteó a observar a Sai-

-¡Sai, has vuelto! –El moreno se sorprendió cuando de repente Itachi lo estaba abrazando-

-¿E-Estás llorando? –Preguntó sin creerlo, ¿Estaba Itachi llorando? ¿Había visto bien?-

 

   Sasuke luego de acomodar todo y de estar en total silencio escuchó voces abajo ¿Había alguien?

 

-Entonces…

-Se acabó –Se lamentó, Sai jamás había visto al mayor de esa forma, Itachi estaba deplorable, estaba mal. El hombre estaba sentado en aquel sofá mirando al suelo-

-Pero si duele tanto… ¿Por qué no vas y arreglas las cosas con Deidara?

-Porque Deidara no me ama –Sasuke se sorprendió, acababa de llegar al sitio pero se quedó tras la pared más cercana- No como yo a él –“Solo una vez vi llorar a Itachi, y fue cuando papa y mama murieron y eso porque lo sorprendí”  pensó Sasuke sorprendido-

-¿Cómo estás tan seguro? Yo creo que ambos están destinados ¿Eso dicen no? Que hay personas que se merecen que están destinadas. Yo creo que ustedes son así

-Esas solo son quimeras, historias ficticias que la gente inventa sobre el amor y las relaciones

-Entonces ¿El amor es así? –Preguntó sentándose junto al moreno y pasando una mano por su espalda- ¿Duele? ¿Te hace infeliz?

-“Si no has llorado por amor, no has amado de verdad”

-¿Qué?

-El amor no es color de rosas Sai, llorar viene en el paquete –Explicó- Pero yo jamás supe que dolía así… Cuando una persona se enamora en verdad con todo lo que tiene, llora –Las lágrimas fueron claras bajando por el rostro del moreno- Me duele Sai…

-¿Es así el amor en verdad? –Intentaba entender- Tan extraño

 

   Naruto tuvo que golpear a Deidara para que entrara en razón, apenas había entrado encontró al rubio bebiendo y cocinando pero no como lo hacía usualmente, primero Deidara bebía poco y ya llevaba una botella entera de vino segundo ni siquiera entendía que cocinaba pero ni olía ni se veía bien el hombre incluso se había cortado pero nada de lo que Naruto le decía ayudaba hasta que lo cacheteó y metió la mano de su hermano bajo el grifo del lavaplatos

 

-¿Estás loco? –Preguntó preocupado- ¿Cómo puedes embriagarte mientras manejas objetos afilados? –Luego vendó el dedo del rubio- Listo –Sonrió pero al alzar el rostro su preocupación creció- Deidara ¿Qué pasa Dei? –Deidara estaba llorando, su mirada estaba perdida, Naruto lo tomó por las mejillas y lo hizo verlo- Hey, Dei ¿Qué pasa? ¿Ocurrió algo?

-Me despidieron… -Naruto se sorprendió, Deidara sonrió pero tristemente- ¿Estás feliz verdad?

-¿Qué?

-Ya no trabajaré en el restaurante, eso era lo que querías… Jaja, se cumplió tu deseo. Jamás entendiste que en realidad me gustaba trabajar ahí –Susurró alejándose del rubio-

-¿Eso te tiene así?

-No habrá boda Naru –El menor se sorprendió otra vez-

-¿De qué hablas? Bebiste de más eso no es cierto tu e Itachi se aman y están comprometidos –Deidara volvió a llorar-

-Es mentira, Itachi no me ama… Ni siquiera sé si quizás alguna vez me amó –Confesó riendo- ¿Gaara no te contó?

-¿Gaara? ¿Qué cosa?

-Que bueno es… Cumplió su palabra, no le dijo a nadie que perdí el anillo que Itachi me dio

-¿¡Que!?

-Y que por eso Itachi se peleo conmigo…

-Deidara, ¡Mírame! ¿Qué estás diciendo? –Naruto tomó al mayor por los hombros, Deidara estaba inventado todo ¿Verdad?-

-¿No lo entiendes Naruto? Tu hermano es un idiota –Sonrió triste- Ni siquiera cumplí un mes de estar oficialmente comprometido ¡Y me roban el anillo! Jajaja, que imbécil lo peor es que no pude contarle a nadie ¡Fue sin querer! Créeme, si Gaara y Sasori se enteraron fue sin querer

-No me lo dijiste

-Lo siento… No me atreví a decir nada… Eso ya no importa –Se levantó- Itachi dejó claro que no somos nada, que todo acabó

-Eso no puede ser verdad

-Esa es la verdad ototo… Lo he perdido todo –Comentó abriendo los brazos- Y no me importa… Me iré a dormir Naruto, la comida está lista

-… -Naruto observó a Deidara entrar a su habitación y suspiró- No Dei-nii, te importa tanto que hasta lloraste

 

   Konan sonrió luego de lo que Yahiko había dicho, ambos estaban comiendo en un pequeño local tranquilamente aquella noche…

 

-¿Lo dices en serio?

-Lo digo muy en serio –Ambos volvieron a reír-

-Jajaja, es una locura Yahiko. ¿Está Pein solo? –Cambió de tema-

-No, no me atrevería a dejarlo solo jamás… Himeko vive con nosotros, ella se encarga de muchas cosas principalmente de Pein, no siempre tengo tiempo de ocuparme de todo lo referente a la casa, ella es un gran apoyo

-¿Cómo una institutriz?

-Sí, podrías llamarlo así, o una nana. Es como una tía para mí y no le importó ni un poco ayudarme a criar a Pein luego de que Tomoyo… Se fuera –Konan notó la pequeña interrupción en la oración-

-Ella, ¿Ella sufrió?

-No lo sé… Creo que sí, pero siempre fue demasiado orgullosa como para demostrar que algo estaba mal, era muy fuerte también –El rostro del hombre se iluminaba al hablar de su esposa-

-La amabas mucho

-La amo –Rectificó, Konan se sorprendió, Yahiko entonces la miró fijamente- Ella está muerta, pero mi amor por ella no. Siempre será la mujer que me dio lo más grande, siempre la voy a amar por algo la hice mi esposa –Sonrió- Y por eso entiendo y me preocupo tanto por ti y Nagato

-…

-Tú lo amas, y siempre será así aunque sepas que debes tomar otro camino.

-Exacto –Sonrió- Es exactamente así, ahora comprendo por qué lo entiendes tan bien

-Yo siempre amaré a Tomoyo, estoy seguro de que ella lo sabe. Pero también sabe que tengo que seguir con mi vida, que alguien más entró en mi vida, que tengo más amor para dar…

-¿Entró? ¿Ya conoces a alguien? –Interrumpió-

-Sí… Eso creo

-¿Y te corresponde? –Preguntó interesada-

-No lo sé… Ni siquiera se lo he dicho, solo quiero estar ahí para ella, quiero cuidarla, quiero que cuente siempre conmigo, recoger cada una de sus lágrimas y compartir cada sonrisa –Konan sonrió-

-Eso es muy tierno, sería imposible que ella no lograra amarte, eres un muy buen hombre Yahiko, un buen padre seguramente también un buen esposo

-Gracias, lo intento –Sonrió-

-Mm, gracias por la comida, necesitaba salir y despejarme un poco de todo. Necesitaba salir con un amigo

-Para eso estoy, no hay de qué. Ojalá se repita

-Sí, claro –Sonrió-

 

*****

 

   Karin no pudo hacer nada al día siguiente cuando observó el jet de Sasuke alejarse

 

-¡Maldición! –Gritó lanzando la cartera al suelo, Suigetsu llegó tras ella como si nada- ¡Llegamos tarde! Sasuke se fue sin mí –Se quejó-

-¿Y realmente creías que irías? –Se burló- Que ingenua, es un viaje de negocios, por trabajo no por vacaciones ¿Sabes lo que es eso?

-¡Ay, cállate ya!

-Claro que no lo sabes, ni siquiera debes saber lo que es un negocio

-¡Cállate! No has hecho nada bueno por mi ¡Ni siquiera sabes a quien está viendo Sasuke! ¿Y si fue con él? ¡Ni siquiera me trajiste a tiempo para hablar con él!

-A mi no me grites –Con una mano detuvo la cachetada que iba hacia él y con la otra tomó a la mujer con fuerza de la barbilla- No se te ocurra intentar golpearme yo no soy otro idiota que pisa la suela de tus zapatos, tu eres quien me busca a mí. Y claro que he hecho algo bueno por ti –La empujó alejándola- Te he hecho gemir de placer como nadie jamás lo hará

-¡Cállate! ¡Vámonos!

 

   Suigetsu miró hacia donde iba el jet del moreno y sonrió, Sasuke sabía que Karin querría seguirlo y Suigetsu tuvo que evitar que ella llegara a tiempo “Me debes una Uchiha”  pensó.

 

   Deidara escuchó la puerta ser tocada y se levantó a abrir, pero se sorprendió al ver quien era

 

-Señor Sarutobi, pase bienvenido –El hombre denotaba años de experiencia en sus cabellos-

-Gracias Deidara –Sonrió entrando a la sala con el rubio- ¿Te pasó algo en el dedo?

-Nada muy importante, eh… ¿Quiere algo de beber? ¿Quizás de comer?

-Tal vez un buen brandy me caería bien –Sonrió, Deidara se sorprendió-

-Claro…

-No solo es bueno para flambear ¿Eh? –Bromeó, el rubio sonrió entregándole el shot con el líquido marrón, el hombre lo tomó rápidamente-

-Señor, ¿Puedo preguntar que hace aquí?

-Claro, pregunta –Deidara alzó una ceja ¿Debía decirlo otra vez?-

-… ¿Qué hace aquí?

-Vengo a verte –Sonrió. Sarutobi era el socio del restaurante donde antes trabajaba, él y el anterior jefe de Deidara, el chef, eran los dueños del sitio- Me enteré de que mi ingenuo amigo te despidió

-Se refiere al chef, si, lo hizo

-Mm, es una pena. No sabe lo que ha perdido

-¿Eh? –Deidara no comprendió-

-Te he visto cocinar chico y tienes un talento natural, la cocina se te da bien sabes moverte en ella y controlarla

-Pues, gracias…

-Y quiero hacerte una propuesta

-¿Propuesta?

-Quiero darte la oportunidad de que mejores aún más, quiero que trabajes en el restaurante de un amigo en Francia –Deidara se sorprendió- Por un tiempo, para que aprendas un poco y luego quiero que vuelvas… Y te conviertas en el chef ejecutivo de mi nuevo restaurante

-…

-¿Qué dices? Piénsalo un poco si quieres

-Yo no sé qué decir ¿Me habla en serio? –Estaba despierto ¿O era un sueño?-

-Claro, no bromeo cuando se trata de la cocina

-Yo… ¿Por qué yo?

-Porque tienes pasión –Sonrió decidido- Tienes instinto y das el primer paso, eso es bueno son características de un verdadero líder, de un verdadero chef. Y quiero ser yo quien te dé la oportunidad de hacer eso, porque quieres ser chef… ¿Verdad?

-¡Claro! –Sonrió- Es lo que más quiero, siempre soñé convertirme en chef pero jamás creí que ocurriría

-Pues pasará muchacho, pasará. Piensa mi propuesta –Se levantó y entregó una tarjeta al rubio- Y me avisas

-Señor, claro que acepto, no tengo que pensarlo –Sonrió- Cuente conmigo y mil, mil gracias ¡Muchísimas gracias!

-Solo haz lo que mejor sabes hacer –Mostró su mano para sellar el acuerdo- Cocina con pasión

-Lo haré –Devolvió el saludo-

 

    Naruto no podría creer esto, porque el primero que debía saberlo era Naruto ¡Que su sueño culinario se haría realidad! Ya no podía seguir contradiciéndolo, no podía seguir negándose a aceptar que él amaba la cocina. ¡Y Sasori! Pero solo pensar en el pelirrojo lo hizo pensar en Itachi… ¿Se alegraría Itachi de saber que sería chef? Ya no importaba, ni siquiera querría escucharlo de sus labios seguramente. ¿Cómo habían llegado a esto tan rápido? Hace apenas unos meses se habían comprometido, estaban bien, y ahora… Ahora todo estaba en pedazos, todo estaba acabado

 

-¿Será el destino? –Preguntó observando la tarjeta de presentación en su mano- ¿Una señal? De que no nos merecemos. Que estábamos tomando una mala decisión… ¿Entonces por qué duele tanto? ¿Por qué me enoja tanto?

 

    ¿No sabes la respuesta Deidara? ¿O quieres engañarte diciendo que no sabes?

 

   Sai estaba recordando las palabras de Itachi la noche anterior, ¿Amar también era sentir dolor? ¿Venían tantas otras emociones ligadas al enamoramiento? Tomó la tableta en la mesa de noche y buscó el dibujo en el que pasó todo el día anterior y quiso terminarlo, comenzó a trazar más líneas. Era solo en blanco y negro, pero la imagen era clara, los detalles eran precisos.

   Gaara, era él, de perfil parado con las manos en sus bolsillos pero lo impresionante eran las inmensas alas que brotaban de su espalda, parecían reales y es que así describía al pelirrojo, un ángel que había llegado en el momento exacto ¿Por qué dibujar al pelirrojo era tan fácil? Notó, tal vez era solo porque se llevaban tan bien porque estaba tan acostumbrado a la presencia del hombre.

    Sasuke ni siquiera dijo nada, solo salió temprano pero tanto él como Itachi pudieron notar que se iba de viaje, las maletas delataban mucho. Pero pasó de ellos tan seriamente que prefirieron no decir ni preguntar nada igual Itachi no parecía tener ganas de nada, ¿Sabría Sasuke que la relación de Itachi y Deidara había terminado? ¿Cómo se tomaría la noticia? ¿Estaría alegre?

 

      No podrías darte cuenta ni siquiera en estas circunstancias que Itachi ama a Deidara… ¿Cierto Sasuke?

 

   Para cuando Naruto aquella tarde se enteró de que Deidara iría a Francia y seguiría en una cocina… No se alegró del todo

 

-¿Realmente quieres hacer esto? Es decir, ya no estás atado al restaurante ¿No hay nada más que quieras hacer? ¿Algo que no pudiste hacer antes? –Deidara borró su sonrisa-

-Jamás lo entenderás ¿Verdad? –Suspiró, no tenía ganas de pelear con Naruto- Ya lo decidí, ya acepté la propuesta del señor Sarutobi. Iré a Francia.

-…

 

   Faltaba poco para anochecer pero aún así Naruto tomó las llaves y salió. Sakura se sorprendió al ver al rubio frente a su puerta

 

-Naruto, pasa –Sonrió- No te esperaba ¿Está todo bien?

-Si… Eso supongo

-… ¿Quieres hablar? –Naruto sonrió, siempre podría encontrar en Sakura una amiga-

-Sí, gracias. –Tomó la mano de la mujer-

 

   ¿Por qué? ¿Por qué Sakura siempre estaba tan dispuesta a oírlo? ¿A ayudarlo? ¿Cómo es que siempre sabía si algo pasaba? ¿Sería cosa de mujeres? No, no era cosa de mujeres era simplemente percepción y cariño.

 

-Naruto… ¿Nunca has pensado que quizás Deidara realmente gusta de cocinar?

-No, bueno si sé que le gusta cocinar –Explicó- Pero… No sé, siempre me ha parecido que es solo un hobbie algo que me gusta hacer pero ¿Para vivir? ¿Por siempre? El mundo gastronómico es muy competitivo

-¿Y cómo sabes eso?

-Por él

-Bueno pero si es su decisión ¿Tu que puedes hacer? Naruto yo creo que solo debes apoyarlo, él sabe las decisiones que toma, sabe lo que hace ¿Qué tiene de malo que se convierta en chef? –Naruto no respondió- Nada, nada malo. Tu tomaste tu decisión de estudiar arquitectura, déjalo que él se convierta en chef

-Sí, -Suspiró- No puedo hacer nada más, disculpa que te aburra con mis preocupaciones absurdas Sakura-chan –Dijo colocando una mano en la rodilla de la mujer-

-Jaja, no, para nada no te preocupes. Me gusta ayudar

-¿Cuándo te quitan el yeso?

-Pronto –Sonrió mirando el yeso- Sí, ya faltan solo unas semanas ¡Bien! Jaja luego tendré que usar una bota ortopédica

-¿Por qué?

-Así dijo el doctor, para no pasar tanto tiempo con el yeso y para comenzar a apoyar mi fuerza otra vez en el tobillo

-¿Y cuándo será? Yo te acompañaré –Se ofreció inmediatamente-

-Claro, gracias

-Ne, Sakura-chan ¿Te importa que me quede? Quiero seguir hablando contigo –Ella negó con la cabeza-

-Claro que no, ahí está la otra habitación no hay problema pero ¿No tienes trabajo mañana?

-No, mañana es mi día libre –Sonrió- ¿Qué harás tu mañana? Hagamos algo juntos-ttebayo

-Estoy libre.

 

    No sería la primera ni tampoco la última vez que durmiera en el departamento de la pelirosa, ninguno le veía nada de malo, eran amigos después de todo ¿No?

 

   Itachi aún recordaba las palabras de Deidara “Sasuke tiene el anillo y te persuadió” ¿Podría ser verdad que Sasuke había tomado el anillo? ¿Pero cómo? ¿Dónde podría estar? Porque aunque al momento le pareció que el rubio solo intentaba buscar una excusa para culpar a alguien más, ahora tal vez no sonaba tan loco… Después de todo, Sasuke no era la mejor persona de éste mundo.

   Salió temprano por suerte ese día no tenía tanto que hacer, apenas pasaban de las seis  de la tarde cuando llegó a la casa, Sai no estaba… ¿Dónde podría Sasuke ocultar algo que nadie debería encontrar? Lo primero fue revisar el cuarto de Sasuke, pero trató de desorganizar lo menos posible si algo tenía Sasuke es que sabía bien dónde dejaba todo.

   El armario, las mesas de noche, la cómoda, las gavetas, las almohadas, bajo el colchón, bajo las sábanas,  entre los libros y papeles, no hubo nada que no revisó pero no había nada… Absolutamente nada. Luego se dirigió al garaje, en cada auto del moreno revisó y no había nada. La cocina, la sala, el recibidor, ¡Cada habitación!

 

-Nada…

 

   Pero entonces recordó que Fugaku, tenía una caja fuerte y se dirigió a la habitación que solía ser la oficina de su padre, revisó detrás de cada libro, de cada sofá, de cada cuadro hasta que la encontró. Ahí debía haber algo, pero ¿Y la clave? ¿Podría ser la misma? Porque aún recordaba la de Fugaku, para su sorpresa Sasuke no había cambiado la clave…

 

-Documentos, documentos, documentos… ¿Qué es esto? –Un sobre estaba sellado, pero él ya tenía tanta curiosidad que lo abrió y sacó una pequeña caja- El anillo de mamá –Se sorprendió, luego sonrió- No sabía que Sasuke lo tenía –Mikoto les había contado a ambos que fue el primer regalo que Fugaku le hizo y que por eso ella lo atesoraba, el anillo no era más que una simple sortija pero de oro, a pesar de eso su valor era más emocional que económico- El único anillo que he encontrado en todo el día…

 

   Volvió a guardar todo y se dio por vencido, Sasuke no tenía el anillo de Deidara y si lo tenía, no estaba aquí. Pero ¿Dónde podría estar entonces? ¿En la empresa? No, Sasuke no ocultaría algo así. Sai llegó en ese momento

 

-Estoy en casa

-Bienvenido

-Itachi, ¿Qué haces?

-Buscaba algo… -Comentó como si nada- Pero no está aquí

-Mm…

 

   ¿Podría Deidara estar mintiendo? ¿Realmente quería suavizar todo culpando a Sasuke? No terminaba de creer que el rubio fuera capaz… Pero tampoco quería pensar que Sasuke era capaz de tanto.

 

 


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