Sasuke estaba tan distraído con su llamada y su tableta que solo sintió el cuerpo de alguien chocar contra el suyo haciéndolo perder un poco el equilibrio, que idiota el que había ensuciado su traje pero estaba más preocupado con su trabajo que solo se sacudió y siguió, aunque no valía la pena quizás el que lo haya chocado debió agradecer que solo siguiera caminando
Mientras tanto Naruto después de notar que el moreno ni siquiera iba a disculparse por ir distraído, se notaba lo poco que le importaban los que iban a su alrededor, se decidió a confrontarlo y dio la vuelta para seguirlo
-¡Naruto! –Pero su amigo se acercó a él una vez más y cuando volteó ya no veía al moreno por la calle- ¿Estás bien? Hey relájate
-Sí, no importa…
Esa era la clase de persona que no le agradaba, los que siempre se creían más que los demás y miraban hacia abajo a todos, a él le habían enseñado lo que eran virtudes, la humildad los derechos y la igualdad, siempre se había dicho no convertirse en alguien como esas personas superficiales, orgullosas y odiosas que abundaban en ese mundo.
La semana pasó rápido y ese día se podía observar la decoración elegante y a la vez festiva en aquel sitio, a hombres y mujeres elegantemente vestidos sobre un escenario entregando medallas y porta títulos a los que iban siendo llamados que llevaban su usual toga y birrete de color negro.
-Naruto Namikaze…
Escuchó su nombre y se acercó a recibir su título universitario con una inmensa sonrisa de satisfacción. Por fin, observo a su hermano, a su cuñado, a Konan, a su abuela y a sus amigos sonriéndole… Aquella, aquella era la razón por la que se había esforzado y estaba satisfecho de haber terminado, por su familia.
Después de todo lo que había pasado ahora podía decir que en verdad podría retribuirles a su hermano, Konan, a su abuela e incluso a Itachi, todo lo que habían hecho por él y quizás más que eso.
-¡Felicitaciones! –Una vez todos habían tenido su titulo en mano ahora se reunían con sus familias-
-¡Tsunade baa-chan! ¡Lo logre!
-Jajaja si, ¡Por fin! –Exclamó exageradamente-
-¡Baa-chan!
Una mujer de piel clara, cabellos rubios claros, ojos miel, rasgos delicados y con busto favorecido reía con alegría, Tsunade Senju, mucho mayor de lo que aparentaba a primera vista era la abuela de los rubios y aunque no vivía en la misma ciudad debido a que trabajaba como ingeniera bióloga, siempre estaba al cuidado de sus nietos para lo que necesitaran
-Tengo buen gusto, si no fuera por mí no te verías así de bien
-Yo estoy de acuerdo con ella –Afirmó Deidara. El rubio vestía un traje que le sentaba como anillo al dedo por regalo de la rubia-
-Bueno, yo digo que celebremos –Intervino Itachi- Aún te quedan horas para la fiesta… ¿Qué les parece la idea?
Todos asintieron dirigiéndose a algún restaurante a comer. De vez en cuando no caía mal comer en un sitio elegante…
En la empresa Sharingan Corp. Estaban varios hombres y algunas mujeres, todos vestidos de traje y sentados en una gran mesa de cristal, a la cabeza el Uchiha recargó su mejilla en la palma de su mano. Esto se tornaba aburrido y él no tenía tiempo para perderlo en algo tan aburrido. Se habían salido del tema principal y no llegaban a ninguna decisión concreta. Suspiró levantándose
-¡Silencio! –Todos callaron rápidamente- No estoy ni siquiera dispuesto a pensar en una negociación con esa empresa, ahora… Todos diríjanse a sus escritorios y empleen su tiempo en hacer que cada estadística de cada empresa perteneciente a Sharingan Corp. Vaya por completo en ascenso. Cualquier otra duda la quiero por escrito sobre mi escritorio mañana a primera hora. Es todo
Todos se levantaron saliendo y la rubia se acercó entregándole una llamada. Salió con el teléfono contra su oreja dirigiéndose a su oficina con una simple seña le indicó a su secretaria que tenía que hacer. Cortó la llamada y dejo el teléfono sobre el escritorio, giró sobre su silla observando la ciudad por el ventanal.
Su rostro no mostraba emoción alguna, su mirada estaba más bien perdida. Su pie reposaba sobre su rodilla contraria y su mentón sobre sus manos. Ni siquiera observaba la imagen al otro lado del cristal, estaba más entretenido en su mente que en la realidad. Ser el jefe, no siempre era fácil y para que mentir diciendo que no era aburrido
-Señor… -Volvió a la realidad girando de regreso- Es ella… -Le mostró el teléfono y él suspiro-
-Inventa cualquier excusa no estoy para estupideces ahora
-Si señor
***
Los días siguieron pasando y él se encontraba frente a un hombre en un escritorio de madera, negaría si dijera que no estaba nervioso pero de esto dependería una gran decisión en su vida… Demostrarse nervioso no era ni siquiera razonable, no podía ocurrir.
-Bueno, Namikaze todo se ve impecable en estas hojas –Levantó la vista sonriéndole al rubio- Tiene mi aprobación –Le devolvió la carpeta y se levantó mostrando su mano- Bienvenido, el trabajo es suyo
-Gracias
-No me agradezca, solo no me decepcione. Quiero ver sus bocetos completamente terminados y limpios mañana temprano aquí para empezar cuanto antes
-Perfecto. Los tendrá listos
-Eso espero
Salió alegre, tenía trabajo y eso se debía primero a suerte, segundo a todo su esfuerzo. La empresa donde había presentado un pequeño proyecto como pasantía le había ofrecido un empleo si los planos gustaban al jefe y… ¡Ahora tenía su primer trabajo! Tendría que pasarse el resto del día dibujando y calculando si pero de eso se trata trabajar y era mayor la emoción que la flojera.
-¡Deidara-nii!
-¡No grites así que asustas!
-Gruñón
Acababa de llegar al departamento y encontró a su hermano en su habitación leyendo un poco
-Oe, ¿Qué te dijeron?
-Ah… No lo conseguí…
-Bueno…
-¡Mentira! El trabajo es mío
-¡Felicidades! Ototo mentiroso
-Sorpresa. Estoy emocionado habrán dos sueldos verdaderos entrando en casa
-…
Su sonrisa se borró un poco. Naruto siempre lo había visto desde el lado de “retribuir” algo, desde pequeño trabajaba pero él siempre supo que su hermano quería más que un simple empleo de medio tiempo para ayudarlo con los gastos económicos.
Naruto tenía en mente que su hermano no tenía un título como el que el poseía debido a que siempre se preocupó más por trabajar y mantenerlo en una buena vida que en preocuparse por sí mismo… Pero Deidara era feliz con su empleo, el problema era que Naruto no veía eso.
-Ya lo dijiste, será entre los dos… -Comentó para no demostrar nada mas frente al menor-
-¡Sí!
Cuando la tarde cayó Deidara tomó sus cosas saliendo, el menor por la ventana lo observó alejarse y sonrió
-Ahora si podré ayudarte en serio nii-san
Mientras tanto el mayor acababa de entrar a una cocina colocándose su filipina blanca, gorro y delantal. Desde pequeño con sus padres le había gustado cocinar, fue solo suerte conseguir un empleo siendo tan joven como lavaplatos, pero poco a poco y gracias a sus compañeros el dueño del restaurante ahora lo tenía como un cocinero más.
Deidara amaba la cocina, veía la belleza del arte de la gastronomía, le encantaba experimentar con los sabores, los olores colores y decoraciones. Las muchas horas dentro de la cocina le daban un sueldo suficiente para, junto con lo que cada mes aportaba Tsunade, mantener el departamento por completo y los estudios de Naruto. Ahora solo pensaba que no quería ver a su hermano enfrascado en solo trabajar y trabajar para ayudarlo con los gastos.
-¿Qué tienes Dei?
-Ah, Sasori… Hola, no, solo estaba pensando –Sonrió-
-¿En Naruto?
-Sí pero mejor empecemos a preparar todo.
Akasuna No Sasori, era compañero del rubio, contemporáneo en edad, de piel clara, cabellos rojizos y ojos grisáceos. Solía ser serio pero a la vez era sarcástico, desde que el rubio lo recibió como un amigo más en la cocina se volvieron inseparables.
Sasuke arrugó el entrecejo. Iba bajando de su auto cuando notó que había alguien dentro de su casa y sabía quién era… Apenas entró se dirigió a la sala encontrándose a un moreno parecido a él pero de cabello largo y marcadas ojeras bebiendo café y viendo televisión
-Bienvenido Sasuke
-¿Qué haces aquí?
-… -Observó a su hermano y acercando la taza a sus labios volvió la vista al frente- Es mi casa también
-No, esta casa no es tuya
-Es de ambos
-¡Es mía!
Itachi se levantó como si nada dirigiéndose a la cocina, el menor lo siguió
-¿Qué quieres?
-Solo quería ver como estabas, hoy llegaste temprano –Observó el reloj marcar las 8 de la noche-
-Eso no te importa
-Si lo hace
-Como sea… -Chasqueó la lengua molesto- Haz lo que quieras
Observó al menor subir las escaleras y suspiró. La relación con su hermano estaba destrozada ¿Por qué? Ambición. Sonaba a mentira, pero todas las sonrisas que cada día tenia para regalar nunca eran hacia su propio hermano…
El padre de ambos siempre prefirió a Itachi por ser el primogénito y porque desde pequeño Itachi demostró ser un chico prodigio, pero éste siempre llevó su atención a su pequeño hermano, cuando Itachi informó a la familia que no quería estar a cargo de la empresa familiar que su bisabuelo había fundado con mucho trabajo, su padre lo detestó. Cualquiera se alegraría de saber que su hijo, su primogénito aún más, quería estudiar medicina… Cualquiera excepto él.
Sasuke lo odió aún más, Itachi siempre fue su ejemplo a seguir pero su ídolo siempre fue su padre, aunque siempre sintió celos del afecto y tiempo que su padre solo le daba a su hermano, verlo decaer en la desesperación y rabia por la decisión de su hermano solo lo hizo encerrarse mentalmente en aquello que su abuelo y padre no habían podido encerrar a Itachi… La ambición y la codicia, todo siempre debía ser el apellido y la empresa familia, no había espacio para nada más importante.
Se volvió una sombra de su padre, un hombre de negocios y con mente solo para llevar su empresa adelante, solo ganar dinero. Se volvió arrogante por a la final obtener la atención de su padre y superar a su hermano en aquel ámbito, sentía haber derrotado un rival. Su orgullo se volvió más que nunca su mejor aliado contra todo a su alrededor, y el orgullo solo tenía un nombre, el apellido Uchiha.
Su padre nunca aceptó la homosexualidad de Itachi, pero había muerto junto con su madre para cuando Sasuke conoció a Deidara, el odio a Itachi incrementó… ¡Deidara ni siquiera tenía un título universitario! Era un simple lavaplatos y él estaba seguro eso no lo aprobaría su padre y no debía ser. Claro que también sabía que su homosexualidad jamás hubiera sido aceptada por su padre pero ya estaba muerto así que daba igual… Ya no tenía que demostrar nada ante ese hombre, al que en el fondo sabía que también odiaba un poco. La empresa era suya.
Itachi vivió con Sasuke hasta que se graduó, apenas consiguió empleo, lo cual fue de inmediato, se mudó solo y aún vivía solo. Aunque no evitaba que usualmente visitara a su hermano igual aún conservaba llaves de cada puerta de la mansión donde creció… Itachi amaba su trabajo y siempre ponía todo de sí en mejorar más y ayudar a los demás… Vivía cómodamente y llegó a ayudar más de una vez a Deidara cuando se vio hasta el cuello puesto que era cirujano cardiovascular.
Esa noche Naruto sopló alejando los restos del borrador y se alejó un poco, observó los planos color azul con líneas claras y rectas en color blanco. Revisó varias veces las hojas donde tenía toda la investigación, números, información del terreno, de la visión principal, del presupuesto… Todo.
Estaba listo si, sonrió. Escuchó la puerta sonar su hermano había llegado y observó la hora 10 de la noche, hoy llegaba temprano usualmente llegaba una hora más tarde y observó su medalla y porta título en una esquina, sonrió… Pronto podría convencer a su hermano de conseguir un empleo menos agotador y quizás incluso, poder estudiar lo que quisiera. Salió a recibirlo
“Arquitecto: Naruto Namikaze” se leía en las hojas que había dejado atrás.