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Hotline por PorcelainBae

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Notas del fanfic:

¡Hola a todos! Aquí traigo un one-shot en el cual estuve trabajando hace tiempo. Lo he dividido en dos porque. . . no sé ¿? Pronto actualizaré la siguiente parte.

Este one-shot contendrá smut/lemon, y es uno de los primeros que he escrito en mi vida así que espero todo tipo de critica constructiva.

Eso, gracias. <3

—No necesito ese número, muchasgracias.

—Tú más que nadie lo necesita, Baek. ¿Cuándo fue la última vez que tuviste acción?

—Eso no es de tu incumbencia, JongDae, pero solo para que sepas he tenido cositas hace poco.

BaekHyun le dedicó la mirada más huraña de su repertorio al tipo de sonrisa felina que parecía divertirse con su pobre vida sexual.

—Ajá, solo tú te refieres al sexo como cositas cuando no lo has hecho en mucho tiempo. — El pelinegro notó hacia dónde iba la charla, y no tenía cómo pararla. — BaekHyun, ChangMin se fue de tu vida hace poco más de un año. Ya es hora que regreses a la liga, no tendrás veintiséis años para siempre.

—No necesito sexo para vivir mi edad, hay personas que no tienen ese tipo de contacto hasta los treinta y no son infelices.

JongDae rió como si hubiera oído la mejor broma del mundo.

—Esas personas, Byun, no han probado del fruto prohibido.

El ajeno ignoró todo tipo de argumento que el pelinegro lanzara, y dejó una simple hoja de papel con un número escrito. Todo lo que JongDae sabía que BaekHyun necesitaba.

Hay muchas cosas embarazosas que BaekHyun acepta haber hecho, como esa vez que estuvo tan borracho que terminó declarando amor eterno al guardia de seguridad del bar en el que estaba o como cuando palmeó el trasero de un extraño creyendo que este era su mejor amigo. Sep, BaekHyun había hecho un montón de cosas embarazosas pero jamás en toda su vida había si quiera pensado en tener algún contacto con una línea caliente porque no, él no necesitaba de esas cosas para conseguir su propio placer

BaekHyun tiene un buen empleo, tan bueno que casi le consume veinte de las veinticuatro horas del día, lo cual le complica solo un poco el encontrar a una persona perfecta para él. Pero es feliz, tiene todo lo que alguna vez soñó tener, aunque no hay nadie con quién compartirlo, mas realmente no hace queja alguna; su vida era perfecta así como estaba por lo que no había razón alguna de recurrir a  ese número de teléfono fijo. Pero lo hizo,  solo un par de meses después de esa comida que compartió con el de mirada felina. BaekHyun aún recuerda con vergüenza la voz gangosa de la contestadora dando ciertas indicaciones antes de acceder a la posibilidad de conectar con alguno de operadores. Tuvo la intención de colgar el teléfono tan pronto como aceptó cargar a su cuenta la llamada que tendría en breve.

Y lo hubiera hecho de no ser porque una voz grave y sexy hizo eco en el auricular de su teléfono móvil. Sintió que la garganta se le secaba y su rostro se teñía de colores que jamás habría creído reales.

Esa fue la primera vez que habló con Yeol.

***

—¿Tuviste un mal día?

—Mh, algo así. — El pelinegro suspiró cansado, deshaciendo los primeros botones de su camisa. Se había hecho una costumbre compartir algo de tiempo con ese extraño que de alguna forma tomó el puesto como su confidente. — Lamento hacerte perder el tiempo con estas pláticas insustanciales, Yeol. —Apartó su teléfono móvil por un segundo para quitar la corbata que llevaba ahorcándole desde esa mañana. — Estoy seguro que preferirías pasarlo ayudando a alguna persona con sus problemitas.

Al otro lado de la línea sintió el resonar de una risa baja, haciendo que sus labios se curvaran en una sonrisa satisfecha.

—Hablar contigo es mejor que pasar mi día tratando de lidiar con chicos muy necesitados, ¿sabes? Algunos son realmente extraños.

Antes de poder responder, la voz gangosa que le recibió la primera vez fue la que cortó la llamada para preguntar si quería extender el tiempo y costo de la llamada. BaekHyun no dudó ni un minuto en aceptar, retomando el hilo de la conversación como si esta jamás se hubiera visto interrumpida.

—No dudo que recibas llamadas así, solo personas muy necesitadas lo hacen.

Contó tres segundos y escuchó con claridad la carcajada que el otro chico lanzaba como si ese simple comentario hubiera alegrado por completo su día.

—Tú llamaste, ¿no?

BaekHyun sonrió una vez más. Jamás aceptaría en voz alta y frente a otras personas que esa noche de sexo por teléfono que mantuvo con Yeol la primera vez fue por necesidad, no había tenido contacto alguno por más de un año y el cuerpo simplemente no aguantó la voz aterciopelada del operador. No se lo diría al chico en cuestión tampoco, pero el bastardo era muy hábil como para reconocerlo sin problema.

Touché.

Y aunque no pudiera verlo, creyó sentir cómo los labios de Yeol se curvaban en una media sonrisa.

***

El trabajo de BaekHyun era muy simple; trabajaba en una empresa de marketing en donde ocupa uno de los principales puestos, siendo parte de la directiva. Black Pearl se encarga de millones de proyectos publicitarios durante el año, algunos más importantes que otros, pero todos resueltos de manera perfecta.

BaekHyun sientió satisfacción con su trabajo cuando se le asignó uno de los proyectos con mayor inversión de la temporada. Era un trabajo simple, con pocas indicaciones lo que le brinda la libertad que desea para manejarlo todo a su gusto, así que decidió iniciar con algo innovador para la empresa, como por ejemplo utilizar nuevos rostros para promocionar las prendas de vestir que Moonlight había enviado del proyecto.

Ese primer punto le tomó gran parte del día, obligándose a permanecer en su oficina hasta bien entrada la noche mientras revisaba el folio con los aspirantes a modelo en Black Pearl, la mayoría de ellos siendo aún muy jóvenes como para aspirar a otro tipo de empleo. No planea elegir a los cinco modelos que necesita esa noche por lo que, luego de haber revisado minuciosamente las fotos presentadas, anota en un post-it el nombre de aquellos que considera que podrían amoldarse al mensaje central de la campaña. Observa la hora que marca el reloj en su muñeca y se encamina a casa, seguro que los próximos días serán igual de tediosos que ese.

Esa noche BaekHyun no hace la usual llamada a Yeol, simplemente se va a dormir agotado por el trabajo.

***

Su día empezó bastante bien, adjunto a la búsqueda de modelos, idealizó a un nuevo fotógrafo que cambiara el estilo común que los proyectos que Black Pearl presentaba a menudo. Por ello terminó revisando el currículum de dos aspirantes en la empresa; al cabo de dos horas pidió que a ambos seleccionados se les llamara para una entrevista, así como a los modelos que había elegido.

BaekHyun pidió a SeHun, su asistente, realizar las entrevistas de fotógrafos mientras él se encargaba de preparar a los modelos. La entrevista sería grabada para que el pelinegro pudiera luego revisar con atención el perfil que cada uno presentaba. Una vez concluidas las entrevistas le indicó a SeHun que los enviara al salón de fotografía donde tendrían a cabo una pequeña sesión para evaluar su desempeño y relación con los modelos.

El pelinegro estaba más que conforme con esos cinco modelos, seguro que ese sería el inicio de la carrera de todos, pues se había esmerado en hallar belleza fuera de lo común. Kai, un moreno bastante agradable, era quien resaltaba y ya llevaba encima el título de rostro principal para Moonlight. Los modelos ya se preparaban con uno de los tantos diseños de vestimenta que eran requeridos para la campaña. Si alguno de los fotógrafos podía capturar la esencia del proyecto sería la gloria.

—Señor Byun, los fotógrafos le esperan fuera. —La cabellera rubia de SeHun apareció por la puerta, señalando el espacio no visible tras las paredes blancas de ese salón. BaekHyun se tomó un momento para asentir y caminar hacia él, indicándole que esperara junto a los nuevos rostros para poder iniciar con la sesión de prueba. BaekHyun pintó una sonrisa cálida en sus labios y desordenó la cabellera del alto con los dedos, ganándose un reproche bajo y una sonrisa ligera en respuesta.

—Bien. — Avanzó hasta situarse frente a los dos fotógrafos. Según lo que había leído de ellos, ambos tenían experiencia trabajando en firmas de moda y decoración, haciendo aún más difícil la elección a realizar. — Como ya les habrán explicado, estamos en busca de un fotógrafo que pueda capturar la esencia casual grunge  de esta campaña. En esta sala tienen todos los implementos necesarios para la sesión de prueba, la cual será revisada y según ella se procederá a la elección del encargado para este proyecto. —Pintó una sonrisa en sus labios delgados y esperó a que alguno de los implicados hablara en caso existiera una pregunta. Contó hasta diez y, al no haber cuestión alguna, buscó entre los folios que cargaba. — Jung, vas primero; Park, en media hora es tu turno. —Mantuvo la sonrisa en su rostro y asintió a sus propias palabras, concluyendo el discurso.

***

—BaekHyun.

El nombrado sonrió mientras caminaba por el salón de su departamento, luego de unos días pudo, finalmente, retomar esa costumbre enfermiza que le unía a Yeol.

—¿Cómo estás, Yeol?

—Ha pasado bastante tiempo desde la última vez que me llamaste.

—No seas exagerado, apenas fueron unos días.

Escuchó al otro chico bufar, ampliando más la sonrisa que bailaba en sus delgados labios.

—Unos días que fueron una verdadera mierda, BaekHyun.

—Entonces no te fue muy bien que digamos, eh.

Procuró no hacer ruido alguno al sentarse en el sillón del hall, con la taza de café caliente en las manos. Planeaba pasar ese domingo, su primera noche libre desde el inicio del proyecto, en casa con alguna buena película y una charla agradable; aunque ese último punto no le estuviera saliendo tal y como esperaba.

La risa al otro lado de la línea le descolocó por un segundo.

—Solo te extrañé, enano.

BaekHyun rodó los ojos.

—No hay forma de saber si soy más bajo que tú o no.

—Créeme, lo sé.

Recobró la sonrisa ligera, sintiendo que el muchacho de la otra línea también sonreía.

—Tendría que verlo con mis propios ojos, Yeol.

Contó hasta tres, como solía hacer cada que el contrario se tardaba en responder, dispuesto a cambiar de tema y pretender que no había pasado nada.

—Hay que vernos, BaekHyun.

***

Decir que BaekHyun no estaba nervioso sería una gran mentira. Esa noche acordó reunirse con el tipo de la hot line el siguiente fin de semana en una de las cafeterías del centro de la ciudad. El pelinegro se golpeaba mentalmente por haber elegido un lugar tan cliché para una reunión que no tenía nada de común.

Esos nervios afectaron su desempeño en la campaña, dejando algunos detalles sin revisar que luego su asistente debía corregir por el bien de su jefe. BaekHyun no se había sentido más agradecido con SeHun nunca antes, sin duda alguna eran un buen equipo.

—Tierra llamando a BaekHyun.

Un golpe certero en su hombro le hizo chillar de forma nada masculina, ganando la mirada curiosa de otros comensales en el restaurante. KyungSoo sonrió satisfecho con esa reacción pues siendo el dueño de uno de los restaurantes más conocidos en Seúl, lo menos que pedía era algo de atención. Sin borrar esa sonrisa de su rostro, llamó con un gesto de mano a uno de los mozos que trabajaban para él en El Dorado.

—No había razón para magullar mi brazo, KyungSoo —El pequeño pelinegro se quejó mientras ese mismo mozo recogía el plato frente a él, reemplazándolo con la especialidad de la casa recomendada por el mismo cheff, su amigo ojón. — Podría demandarte por daños, ¿sabes? Te obligaré a darme la receta de tu tarta de frutillas.

—Ni aunque me demandes te la daré, Baek.

KyungSoo tomó un sorbo del vino blanco que había pedido y fijó una vez más sus grandes ojos oscuros en el pequeño frente a él.

—¿Me dirás ahora qué mierda pasa contigo? Son tres días que pareces perdido, no haces caso alguno cuando te hablan y estás empezando a temblar sin razón.

—No me sucede nada.

—No sabes mentir.

Un minuto de completo silencio se instaló entre ellos.

—El fotógrafo nuevo me pone nervioso.

—¿Park ChanYeol? Oí que es bastante bueno en su trabajo.

—Lo es, ¡ese no es el punto! —BaekHyun tomó un poco de ese bife que KyungSoo se había empeñado en que comiera, y tenía tanta razón en haberlo recomendado, el maldito bife estaba riquísimo. — El punto es que me observa como si yo fuera una presa y él un depredador hambriento.

—Tensión sexual.

—No hay ninguna tensión sexual.

La risa de KyungSoo resonó por encima de la pieza clásica que el grupo musical tocaba para los demás comensales.

—¿Cuándo fue la última vez que tuviste sexo, Baek?

BaekHyun sintió claramente como su rostro se pintaba de rojo; estaba seguro que podría competir con la extravagante camisa de un empresario a unas cuantas mesas de la suya.

—Exacto. No has tenido ningún encuentro íntimo desde que tuviste sexo por teléfono con ese Yeon.

—Yeol— le corrigió.

Whatever, Baek. Fóllate al tipo, a ChanYeol, y deja atrás tu estúpido enamoramiento con ese ente que probablemente sea un viejo urgido con ansias de culo nuevo.

—Yeol no tiene voz de viejo, Soo.

—Baek, Baek, mi lindo e inocente Baek —KyungSoo palmeó su mano como si estuviera hablando con un pequeño niño que apenas comprende el mundo. —Tú mejor que nadie debería conocer los avances tecnológicos, existen muchas posibilidades para cambiar la voz.

El pelinegro mordió su labio inferior y prefirió dejar el tema. KyungSoo había tocado una de las ideas que rondaron por su mente desde que planeó su encuentro con Yeol.

***

Park ChanYeol, según su curriculum, era un fotógrafo en ascenso. Había llevado a cabo algunos trabajos en China y Japón, por lo que Corea se planteaba como su siguiente punto de consolidación. BaekHyun estuvo conforme con su trabajo previo, la entrevista y la muestra de campaña, entre los dos aspirantes fue quien capturó mejor el estilo del proyecto de Moonlight.

Había solo una cosa que le incomodaba de ese alto pelinegro y era esa mirada profunda que le dedicaba cada que BaekHyun le daba la espalda. Los primeros días fueron bastantes tranquilos, Park era de pocas palabras por lo que BaekHyun había aprendido a leer sus gestos y miradas, por eso mismo podía asegurar que esas vistas fugaces que le dedicaba no eran muy inocentes.

En esas semanas que se hallaban trabajando juntos, no escuchó ni una sola vez palabra alguna proveniente de sus labios, tanto así que BaekHyun llegó a pensar que ese muchacho era mudo.

BaekHyun estaba más nervioso que de costumbre, pues no solo era ese bichito que KyungSoo le había metido el miércoles cuando fue a almorzar en su restaurante, sino que el plazo del proyecto estaba cada vez más cerca y aunque todo estuviera en orden, no podía evitar sentirse ansioso.

Era viernes, ese mismo día iniciaba la última sesión de la campaña, luego de ello solo debía dedicarse a organizarlas para dar el aspecto que Moonlight esperaba de ellos.

Mordió la uña de su dedo pulgar mientras el ascensor descendía hasta el sótano, donde las sesiones de foto se llevaban a cabo. Llevaba unos días con el rostro del fotógrafo en su mente, de alguna forma se le hacía familiar los gestos que hacía o incluso cómo su respiración se acompasaba cuando encontraba algo en qué centrar su atención; pero no recordaba el exacto cómo de esa familiaridad.

El ascensor se detuvo tres pisos antes de su destino. Las puertas se abrieron dando paso a ese joven alto que de alguna manera ponía más que nervioso al empresario.

 —Buenos días, ChanYeol.

Recibió solo un asentimiento.

Regresó la mirada a su reflejo distorsionado por el material de esa cabina mientras las puertas se cerraban, tratando de desviar todo tipo de pensamiento que le llevara al pelinegro a su lado.

—BaekHyun.

Y como si la última pieza del rompecabezas apareciera, BaekHyun dio por concluida su curiosidad.

Lentamente giró sobre sus pies, vislumbrando una sonrisa torcida en esos labios ajenos, un poco resecos por el frío del edificio. Durante toda la semana se había dedicado a imaginar su gran encuentro ese fin de semana, entre sus expectativas había de todo: chicos bajitos, poco agraciados que solo tuvieran esa oportunidad de sexo telefónico como único contacto con otras personas, hasta viejitos pervertidos con aplicaciones para volver sus voces mortalmente sensuales. Pero jamás en su vida habría creído que esa voz que le hacía temblar correspondía a un físico que también lograba acelerar su corazón

Parpadeó con cierto desconcierto, incapaz de pronunciar palabra alguna. En completo silencio vio como el alto presionaba ese botón negro que detenía el ascensor antes de que este siquiera retomara el trayecto hasta el sótano y antes de poder, siquiera, preguntar el por qué, sus labios fueron presa de los ajenos. Fue un roce, simple, delicado, apenas un par de segundos, lo suficiente para que BaekHyun se deshiciera de esa voz que le pedía no hacer nada estúpido con aquel grandote.

Ignoró todo y se dedicó a probar una vez más el sabor dulce que le dejaba ChanYeol en los labios. No pasó desapercibida esa sonrisa ladina, tal y como se la había imaginado en sus charlas nocturnas antes de dormir. Sus brazos se amoldaron al cuello del alto, tomándole como soporte para elevar su cuerpo en las puntas de sus pies. Gimió quedo cuando el pelinegro rozó el dobladillo de su camisa, enviando corrientes eléctricas a todo su ser.

Solo pudo separarse cuando la falta de oxígeno se hizo presente.

—Fue mejor de lo que esperaba.

—¿C-Cómo. . .?

ChanYeol delineo el contorno de sus labios, logrando que su voz se detuviera en la garganta para no interrumpir la inusual y agradable caricia que recibía.

—No pude esperar hasta el fin de semana, lo siento, Baek.

—Espera, ¿tú cómo sabes. . .?

—¿Cómo sé quién eres tú?

BaekHyun asintió aún perplejo.

—Tu voz es única, enano. En todo el tiempo que me he dedicado a complacer personas por teléfono, tú eres el único que realmente me ha encantado con su voz —BaekHyun sabía que si fuera posible tener las mejillas más sonrojadas, probablemente él las habría tenido. — Me tomó unos días asegurarme que eras tú, y el que simplemente no llamaras complicaba un poco mi labor de reconocerte.

 —¿Por qué no me dijiste nada?

El alto volvió a presionar ese botón negro, haciendo que la cabina temblara mientras retomaba su curso hasta el sótano.

—Es una buena pregunta, Baek.

La campanilla les indicó que ya estaban en su destino; BaekHyun solo pudo observar embobado al fotógrafo mientras este salía como si nada hubiera ocurrido dentro.


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