Ya habían pasado dos semanas desde la cena con la familia de Leonora, siguiendo los consejos de su prometida le dio a su madre tiempo de analizar las cosas, ya después le buscaría nuevamente, después de todo aún faltaba tiempo para arreglar las cosas, estaba en su oficina hablando por teléfono con Valery.
-¿por qué pastel con nuez? Sabes que odio la nuez- decía mientras firmaba unos documentos.
-¡ya lo se! Tia Edna es la que insiste, el modelo de pastel es con nuez, no sabemos si pueden cambiarlo-
-Le estoy pagando a ese tipo una fortuna, no va a echarme a perder la noche por sus estúpidas políticas de pasteles- se escuchó la risa de la castaña por la bocina al escuchar esto.
-Veré que puedo hacer- Colgó el teléfono cuando el intercomunicador sonó, su secretaria le anunciaba que tenía una visita, la cual en verdad le sorprendió.
Cárter entró a su oficina luego de que ella accediera a atenderlo, muy diferente a la última vez que estuvo en aquella habitación, entró educadamente saludando de la misma forma, la morena aún desconfiada le ofreció tomar asiento, caballerosamente la aceptó, ocupando la silla al mismo tiempo que ella regresaba a su asiento.
-Te debo una disculpa por la última vez...que..bueno..tu sabes- dijo apenado
-gracias- dijo sorprendida- aunque yo también te debo disculpas por las veces anteriores- con una sonrisa apenas percibirle el hombre aceptó las disculpas- ¿supongo que Valery te dijo que vinieras?-
-No- dijo casi de inmediato, aquella respuesta la desubico, no encontraba otra razón para explicar la presencia de su cuñado ahí- ella no sabe que vine, hace tiempo que no me permite hablar con ella y durante es tiempo pude pensar en todo lo que me dijiste...lo que dijo ella- tomó una gran bocada de aire para poder decir lo que tenía que hablar con la morena- quiero...quiero tratar de entender....aceptar a mi hermana, a ti...su relación-
-wow- dijo simplemente.
-No es algo simple para mi, pero...quiero hacerlo...aislando todo..siempre he querido ver a mi hermana feliz.... y si esa felicidad es contigo.... lo acepto-
Leonora no supo exactamente que decir, lo miró por unos segundos con los ojos muy abiertos, esperaba otro escándalo como el último altercado que tuvieron, pero ahora aquel bravo hombre que hacia unas semanas le había roto el labio, ahora estaba igual que un inocente gatito.
-En verdad... Estoy sorprendida- no sabía que responder exactamente.
-¿podemos ir a hablar a otro citio? Te invito un trago- dijo el hombre poniéndose de pie, mientras observaba la confusión en aumento de la abogada- Podemos ir a tu bar- dijo tratando de disipar la desconfianza de la morena.
-¿por qué?- cuestionó Leonora.
-Bueno... creo que esta es la parte en la que te digo que si no haces feliz a mi hermana, voy a molerte a golpes- dijo sonriendo.
Leo no pudo evitar sonreír también, tomó sus cosas y salieron rumbo al bar, eso le daba algo de tranquilidad, sea lo que fuera que tratara de hacer Cárter estaba entre su gente. Al llegar muchos de sus trabajadores le dirigieron una mirada interrogante, y una de odio al hombre que la acompañaba, aunque ella les tranquilizó con una seña anunciando que todo estaba en orden, ocuparon una mesa ordenando un par de bebidas.
-Me enteré de lo que paso con tus padres- dijo el hombre- Val se lo dijo a mamá y papá y bueno- dijo señalándose a si mismo, haciendo referencia al hecho de que ellos se lo habían contado- lo siento-
-Es algo que debía de pasar- dijo tratando de sonreír.
-no puedo decirte que te entiendo, pero los entiendo a ellos- Leonora lo miró todavía más sorprendida que antes, de verdad que aquella noche le esperaban muchas sorpresas- es algo difícil, complicado, pero....confió en que....al igual que yo....lo aceptaran...se darán cuenta que....no importa cómo.... con quien... lo que realmente es importante es que seas feliz-
Por primera vez, aquellos dos hablaron con la mano en el corazón, dejando en el pasado todos los altercados, ahora tenían un fin en común, la felicidad de Valery, comenzaban a actuar como verdadera familia. Cárter se despidió después de unos tragos, había logrado lo que quería, después de pensar mucho se dio cuenta de su absurda actitud al oponerse a la felicidad de su hermana, era tal y como le dijo Leonora, su hermana no había cambiado en absolutamente nada, era la misma de siempre, la cariñosa, risueña y romántica que había conocido toda su vida, ¿la única diferencia? Que se sentía atraída por las mujeres, ¿pero realmente eso importaba? No.
Nadie decide de quien enamorarse, nadie decide si se enamora de un hombre o una mujer, simplemente sucede y ya, por ello había decidido hacer las cosas de la manera correcta, dejar de complicarle la vida a su hermana y mejor compartir con ella su felicidad.
-Gracias Cárter- le dijo por último la abogada.
-¿por qué?- dijo extrañado mientras se ponía su abrigo.
-Por darme esperanza- dijo con nostalgia. Aunque para su cuñado aún no le quedaba muy claro lo que acababa de hacer- si tu has decidido aceptar a tu hermana y nuestra relación... tengo esperanza de que....mi familia también lo acepte-
-Es algo difícil de digerir..... no es fácil asimilar que esa persona es diferente..y más difícil es entender que ser distinto no es algo malo, pero si yo pude entenderlo...poner por sobre todas las cosas la felicidad de mi hermana...tu familia lo hará igual-
Con una última sonrisa se despidieron, Leonora permaneció un rato más en el bar, estaba el teléfono en sus manos, tentada a llamar a sus hermanos o a su padre, pero le temblaban sus manos, cuando estaba a punto de presionar el botón para realizar la llamada le invadía el miedo, le volvían a la mente todas las palabras de su madre, las imágenes de como la corrió de su casa, de su rostro lleno de desprecio y rencor.
Después de un rato llegó a su apartamento, al entrar le inundó un aroma a lasaña, la sala estaba en orden y un aroma a limpio podía sentirse por todo el lugar, su castaña salió a recibirla, despojándose del mandil que usaba al cocinar, preguntando por su dia en la oficina, normalmente Valery cocinaba sólo en ocasiones especiales, en raras ocasiones llegaba a encontrarle en su apartamento, el que solía esperarla en soledad al regreso de su trabajo, podía acostumbrarse a esta nueva rutina, vaya que si.
-¿Dónde estabas? Tardaste demasiado- decía sirviendo un poco de lasagna a la morena.
-Creí que lo sabias-
-¿qué?-
-Estaba con Cárter- ahora comprobaba lo que su cuñado le había dicho sobre que Valery no estaba enterada de su encuentro.
-¿Qué hizo esta vez?- dijo cansada, pero con una sonrisa y tranquilidad le explicó todo lo que habían hablado en el bar,dejando más que sorprendida a la castaña, que se llenó de felicidad con cada palabra del relato.- Entonces....él...esta...tu y él...- decía emocionada, era tanto su entusiasmo por lo que acababa de escuchar que le era difícil articular palabra.
-Somos los cuñados perfectos- dijo con una sonrisa, para recibir en sus brazos a su prometida, que la llenaba de besos.
-¡gracias! Me hacen tan feliz- se puso de pie de inmediato saliendo de la cocina en busca de su abrigo, necesitaba hablar con su hermano- No tardaré nada, sólo necesito......- se detuvo inmediatamente, tomando el picaporte, regresando la mirada a su futura esposa que la miraba desde el marco de la puerta de la cocina- lo siento, debe ser duro- dijo acercándose a ella, estaba cociente de que aquel no era un momento de dicha para la morena, Valery ahora celebraba que su hermano al fin le aceptaba y se llevaba bien con Leonora, que no reparó en la situación en la que se encontraba ésta con su familia.
-No voy a negarte que lo es- dijo suspirando- pero me alegro por ti y esperó que al igual que tu hermano, mi madre...mi familia...al menos lo piense- le dijo sonriendo tristemente a la chica-Anda, ve con tu hermano-
La castaña no hizo nada más que abrazarle fuertemente antes de salir, cuando Leonora se vio sola ocupó en lugar en la solitaria sala, estaba feliz si, su vida parecía comenzar a componerse lo cual agradecía, esperaba con ilusión siguiera así, posiblemente llegar al momento en que pudiera hablar con su familia, y le dieran una oportunidad. De alguna forma aquello la hizo actuar, no iba a seguir con los brazos cruzados, tomó su teléfono, meditando a quien debía llamar primero, a sus hermanos, su padre o tenía que hablar de nuevo con su madre, aunque a esta la descartó casi de inmediato, tan sólo recordar todo lo que paso le hacia un nudo en la garganta, llamó entonces a su padre, cada repicar del teléfono la hacia temblar, estaba pensando en cortar la llamada cuando escuchó como respondieron.
-Hola papá, soy Leonora- dijo rápidamente, aunque la voz que le respondió hizo que el piso bajo sus pies desapareciera.
-Creí haberte dicho que no te acercarás a mi familia otra vez-
-¡Mamá!- dijo
-No me llames así- su tono era frío y serio, Leonora estuvo a punto de desplomarse y ceder ante la presión cortando la comunicación pero prefirió hacer frente.
-Quiero hablar con mi padre-dijo en el mismo tono que le hablaba su madre.
-No tienes nada que hablar con él, no deseamos relacionarnos contigo-
-Quiero que él me lo diga- Pero no recibió respuesta, únicamente el sonido de que la llamada había terminado, contra todo pronóstico no se puso triste, se molestó, ¿acaso era tan difícil de aceptar?
Trató de llamar otra vez pero habían apagado el móvil, ya con coraje había decidido contactar a sus hermanos pero de la misma forma sus celulares no daban señal de vida, los números de su oficina o sus casas no respondían, le invadió entonces una mezcla de enojo, preocupación y tristeza ¿toda su familia había decidido darle la espalda?
***
Leonor colgó el teléfono apagando el aparato, su esposo había entrado a la habitación presenciando todo lo ocurrido.
-¿por qué le has dicho eso a mi hija?- dijo furioso
-Es lo mejor, para todos y no es mas tu hija-
-¡Dime qué hizo! ¡Dimelo y yo podré decidir eso!-
-¿la aceptarías aunque lo que hizo sea el peor de los pecados?- le cuestionó seriamente, provocando temor en su esposo ¿acaso su hija había matado a alguien? Pues no encontraba peor pecado que el asesinato.
-no importa lo que sea, es mi hija y he de amarla pase lo que pase- dijo seguro de si.
-se va a casar-
-¿y acaso eso tiene algo de malo?- preguntaba irónicamente, no se imaginaba que el problema se debía a algo tan simple.
-con una mujer- Aquello lo dejó helado, no sabía si estaba escuchando bien, con una cara única de sorpresa ocupó el sofá de la habitación, era algo que simplemente no se esperaba, su mujer le contó toda la explicación que Leonora le había dado en la cena, con la cara de su esposo era obvio que el la apoyaría, a sus hijos les había convencido de una falta tremenda que Leonora había cometido, accediendo a perder contacto con ella, mientras su esposo trataba de digerir la noticia ella sonreía complacida, después de todo mantendría a la familia unida, aunque también le dolía la lejanía de Leonora, pero ya tenía todo resuelto, quería creer que conocía a su hija y podría encaminarla nuevamente por la senda correcta, sólo tenía que esperar, y tendría nuevamente a su familia lejos de los vicios de la vida.
***
Valery llevaba ya un rato conversando con su hermano, estaba realmente feliz, todo en su vida parecía volver al cauce.
-Me alegra que pueda compartir contigo mi felicidad- decía abrazándo a su hermano mayor.
-No quería alejarme de ti, además Leo no es tan mala después de todo-
-Gracioso- dijo golpeando suavemente su hombro.
-¿ya tienen todo para la boda?-
-si- comenzó a platicar sobre todos los preparativos para la gran celebración, incluso para la luna de miel, tenían planeado cada detalle de la fiesta.
-¿y donde van a vivir?-
-Bueno....eso no....no hemos hablado de ello- se puso pensativa, era muy cierto, habían planeado todo para su unión pero no para después. Los días consecuentes Cárter contribuyó en la planeacion de la boda, solía hablar con Leonora al menos una vez al día, buscaba limar asperezas y de verdad volverse una familia, más que nada por la situación que vivía la morena, había tratado por todos los medios de hablar con su familia, pero se le escabullían como agua entre sus dedos.
Pronto llegó la fecha del examen profesional de la castaña, toda su familia estaba reunida en el auditorio, conteniendo el aliento con cada pregunta que los profesores hacían, con cada palabra que salía de los labios de Valery, Leonora permanecia en silencio, la familia murmuraba y prestaba mucha atención a las preguntas, aunque no entendieran una palabra, recordó como en su examen no había nadie más que ella y el jurado en la pequeña sala, había preferido que su familia no estuviese presente, ya era suficiente presión como para soportar las miradas de su familia; el examen culminó otorgando el título a su prometida, quien recibió vociferaciones de su familia, abrazos y felicitaciones por doquier, aquel día era su primer día como licenciada, pero más que eso,anunciaba que sólo faltaba un mes para su boda.