Faltaba una semana para el gran evento, hacia unos días Leonora había dejado de buscar a su familia, ella no los obligaría a entender su forma de vida, tal y como hizo Valery, les daría tiempo de asimilar las cosas, si en verdad la amaban como siempre se lo dijeron terminarían por entender y aceptar sus decisiones, tal y como había hecho su cuñado. Su cuñado, cada vez que se refería a él de esa manera le hacia sonreír, ¿quien iba a pensar que aquel a quien deseaba moler a golpes ahora era parte de su familia? Incluso les había ayudado a encontrar una casa, Leonora había pensado en simplemente buscar un apartamento más grande, pero Cárter había insistido en que fuese una casa, por si después deseaban tener familia.
Leonora estaba en su apartamento, ponía sus pertenencias en cajas de cartón para la mudanza y otras iban a la basura, en eso estaba mientras Valery tomaba un baño, cuando tocaron a la puerta, les visitaba su amigo Luis quien también había decidido proponerle matrimonio a su pareja, acordando la fecha un mes después de la boda de Leonora y Valery.
-¿qué tal la prueba de pasteles?- decía divertida la morena.
-No quiero ver un pastel el resto de mi vida- decía cansado el hombre- probé como cincuenta, estoy asqueado-
-Apuesto a que Roni estará feliz- se escuchó la voz de Valery que salía del cuarto.
-Seguro que si- decía Leonora riendo
-Son malas,y yo que les traía una sorpresa- decía dignamente sacando unos documentos.
-¿qué es?- preguntaba Valery hojeando lo que acababa de colocar Luis en la mesa.
-Roni se enteró de un tratamiento para que parejas del mismo sexo puedan tener hijos propios, a base de las células de la piel crean óvulos y espermas, de tal forma que el niño tendrá los genes de ambos- explicaba el hombre seriamente.
-¿pero?- pregunto la morena.
-obviamente ustedes tienen la ventaja de poder albergar al bebé una vez que se logre, en nuestro caso hay una posibilidad pero es arriesgado y complicado-
-¿por que? ¿No pueden alquilar un vientre?- preguntaba la castaña
-Se corre el riesgo de que la mujer al final no quiera dar al bebé, por ello no hay casi mujeres que se presten a eso- aclaró Luis- lo ideal sería que se le implante un utero, pero es una operación complicada y no hay una mujer que deseé donarlo, en fin pensé que ustedes querrían tener esa información-
Después de unos momentos Luis dejo el apartamento, Valery estaba emocionada con la información que tenía en sus manos, un bebé, un hijo de ambas, sería su más grande sueño. -¿te lo imaginas?- dijo ilucionada.
Sutilmente cortó ahí la conversación, claro que sería una maravilla tener un bebé de ambas, un hijo suyo en toda la extensión de la palabra, pero era demasiado pronto, tenían que aclimatarse primero a su vida de casadas, para poder después concebir un hijo, además de que no sería algo que ocurriría de la noche a la mañana, llevaria tiempo.
-¿y tu familia?- dijo Valery acurrucada junto a su amante.
-supongo que bien- respondió con tristeza.
-¿ya no hablaras con ellos?-
-No puedo obligarlos..dejaré...al tiempo hacer su trabajo...funcionó bien con Cárter- le habló sonriendo.
-¡es verdad!- ausentemente reparó en el reloj de la sala- ¡mi vestido!- gritó levantándose a toda prisa buscando arreglarse para salir.
-¿que cosa?- preguntaba divertida
-Tenía que ir por el hoy, apenas tengo tiempo-
Después de dar saltos y carreras por todo el apartamento terminó por salir a toda velocidad rumbo a la boutique, Leonora permaneció en casa observando su casi vacío apartamento, en unos cuantos días tenía que mudar todo a su nuevo hogar, observó la caja donde reposaba su propio vestido, nada ostentoso, igual a cualquier vestido de gala, color blanco, con los hombros descubiertos, el largo le llegaba hasta un poco arriba de las rodillas con una sensual abertura del lado izquierdo, estaba emocionada y feliz, pero también melancólica, le hubiese gustado que sus hermanas y su madre estuviesen presentes cuando lo compró, pero quienes estaban ahí fueron Diane y Carmen, se llegó a imaginar a Maria ahí en su momento, aunque ahora agradecía que su ex amiga se mantuviera lejos de su paraje de felicidad.
Los días siguientes realmente fueron de locos, aparentemente jamás se puede tener planeado nada en su totalidad, siempre surgen cuestiones de último minuto, que si el juez cambio la cita, que si las invitaciones aún no llegan, que falta mantelería, que tal familiar aún no llega en fin, un sin número de cosas que se suponía tenían que estar ya cubiertas.
Estaba en su oficina cuando recibió una llamada que de verdad le había hecho perder el aliento. Su madre le había llamado, su tono de voz volvía a ser dulce y gentil, como si nada hubiese pasado, le pedía que la recibiera en su apartamento, había algo muy importante que tenía que tratar con ella antes de su boda, extrañada y sorprendida decidió aceptar, le invadía la curiosidad y rogaba que aquella entrevista fuese para decirle que asistiría a su boda a pesar de todo, pero su sorpresa fue en sentido totalmente opuesto.
Llegó lo más rápido que el tránsito le permitió a su apartamento, esperaba encontrar a su madre afuera pero respiró al imaginar que aún no llegaba, entró a la casa para encontrar a su prometida con ligeras lágrimas colándose por sus ojos, su madre estaba en la sala con una sonrisa y calma únicas, como si nada estuviese pasando a su alrededor.
-Valery.. ¿Qué ocurre?-
-Nada hija mía- respondió su madre ante el silencio por parte de la castaña- simplemente le hacia notar a esta...señorita la realidad de las cosas-
-Esa pausa no vas a hacerla aquí, no vas a insultar a Valery- dijo molesta
-¡por favor!- decía irónica la mujer- en fin no estoy aquí para discutir contigo, vengo a hacer las paces-
-con esa actitud no lo demuestras-
-Vine a traerte esto- dijo sonriendo y entregando un sobre con varios documentos- ¿recuerdas el viñedo de tu abuelo?-
-¿qué hicieron? ¿Se perdió?- decía preguntando, aquel sembradio de uvas era el mayor orgullo de sus abuelos.
-No, pero siempre quisiste tenerlo- Leonora le dirigió una mirada de confusión única- es tuyo. Leonora no necesitó más explicaciones, sabía que era lo que su madre trataba, indignada devolvió sus documentos al sobre entregándolo de nuevo a su madre.
-No me vas a hacer cambiar de parecer, no puedes-
-Sabía que dirías eso- colocó el sobre en la mesa sacando uno nuevo de su bolsa- aquí tienes- eran las escrituras de la casa donde vivían sus padres- como ya sabras, tus hermanos han decidido mudarse, por la salud mental de sus hijos, al igual que tu padre y yo, si continúas con esa estúpida idea, puedes conciderate sin familia-
-no...mamá... no puedes- era demasiado que digerir, simplemente no podía creer lo que su madre pretendía.
-si puedo y ya lo hice- hipócritamente abrazo a su hija dándole un beso suave en la mejilla- espero que tomes la decisión correcta, denlo contrario esto es un adiós- camino lentamente hacia la puerta, volviéndose antes de cerrar la puerta- aunque si conozco bien a mi hija, no tengo porque preocuparme- dirigió una mirada de satisfacción a Valery que lloraba en silencio- buenas noches- dijo por último cerrando la puerta.
-¿qué te dijo?- cuestionó abrazando a la castaña,limpiando sus lágrimas.
-Lo mismo que a ti....dijo que...que conocía bien a su hija....que....ella no iba a abandonar.... A su familia...por un amorío....que no había manera...que....me eligieras a mi....por sobre ellos...- relataba entre llanto la más joven- no te quiero perder...pero...- dijo apartándose de ella-....no quiero que vivas conmigo.... a costa de dejar a tu familia...no puedo....no podría-
Sin decir más salió corriendo, Leonora se negaba a caer en el chantaje de su madre, aunque ya estaba dentro de él en esos momentos, se debatía en que decisión tomar, vivir con el amor de su vida sin jamás volver a ver a su familia o vivir con estos alejada de quien amaba, le habían puesto a elegir entre lo más importante en su vida, simplemente no podía tomar una decisión.
Al día siguiente los amigos de Leonora habían organizado una pequeña reunión a manera de despedida de soltera, estaban todos presentes, pero la morena no se apareció en ningún momento, pensaron que estaría con Valery, después de todo aquella fiesta era una sorpresa y si la morena había hecho ya planes no la podían juzgar, pero Luis no sé quedó tranquilo, según sabía Valery también tenía una fiesta.
Se dispuso a visitar a la castaña para corroborar que todo estuviese dispuesto para el día siguiente, pero la encontró vuelta un mar de lágrimas, parecía que aquellas dos harían el drama de su vida antes del gran día, pero cuando Valery le explicó el motivo de su tristeza se preocupó, era obvio que la madre de Leo había conseguido lo que quería, separarlas, pues sabía que para la morena no había nada más importante que su familia. Sin demora corrió hasta el apartamento de ésta, encontrándola bebiendo y con los ojos rojos por tanto llorar.
-¿qué vas a hacer?-
-no tengo idea- dijo bebiendo de su copa.
-Vengo de ver a Valery-
-¿no ha cancelado la boda?- dijo sin mostrar sentimiento alguno
-¿debería hacerlo?- preguntó el hombre molesto, al parecer su amiga tenía toda la intensión de caer en el patético juego de su madre.
-Supongo....no se- decía fastidiada
-Pues piensa, en unas horas te vas a casar...
-¡DIJE QUE NO LO SE!- Gritó arrojando la copa a la pared- NO SE QUE DEMONIOS HACER, SI ME CASO JAMAS VOLVERE A VER A MI FAMILIA, SI NO LO HAGO....-un nudo en su garganta se había formado
-No volverás a ver a Valery... No, más que eso le romperás el corazón...¡lo estas haciendo!-
-tu también piensas manipularme- dijo molesta
-¡TU MADRE YA LO HIZO ¿POR QUE YO NO?! Deja de ser tan estúpida y cobarde, atrevete a luchar por lo que deseas ¡enfrenta la situación de una maldita vez!-
-¡YA LO HICE! ¡¿ACASO OLVIDASTE COMO TERMINÉ LA ULTIMA VEZ?!-
-Esta no eres tú, no es la Leonora de quien Valery se enamoró, no es la Leo que yo conozco, la mujer que no le teme a nada, que no le importaba que tenía que hacer para alcanzar sus metas, para hacer lo que quería, no es aquella a quien le importaba una mierda si el mundo se caía a su alrededor, sólo importaba que ella estuviera bien y ahora está apunto de perder lo mejor que le pudo pasar en la vida, sólo por su maldita cobardía-
-Ellos son mi familia- decía furiosa.
-¡NO SE LOS VA A TRAGAR LA TIERRA! Por un tiempo no sabrás de ellos pero, si eres esa Leo que conocí habrás de mover cielo, mar y tierra para encontrarlos-
-¡Esa persona se murió el día que se le ocurrió proponerle matrimonio a una mujer!-sintió como la tomó de los brazos apretándola, Luis estaba furioso.
-No vuelvas a repetir eso- dijo seriamente- no lo vuelvas a decir, porque es la mejor decisión que has tomado en años, sigues siendo la misma, pero te enamoraste y estas asustada, pero confío en que dejaras de ser tan estúpida y harás las cosas bien- le soltó dirigiéndose a la salida, no sin antes decirle algo último a su amiga- Cárter me pidió que te dijera algo-Leonora lo miró sorprendida, esperando el mensaje.
"Si ellos no pueden alegrarse por ti, por tu felicidad, tal vez no deberían llamarse tu familia"
Eran las mismas palabras que ella alguna vez que dijo, se quedó sola nuevamente con sus dilemas y sus reproches, simplemente no era algo tan simple, jamás se imaginó que tenía que pasar por semejante prueba, elegir entre dos partes de su corazón, escoger a una y la otra perderla para siempre.