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LAS CONSECUENCIAS DE UN SI por AliceDConcordia

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Notas del capitulo:

Hola

Aquí tienen la continuación, ahora la suerte parece estar con esta parejita.

Disfruten

Habían pasado siete meses desde la boda de Valery y Leonora, y las cosas simplemente no podían ir mejor, se habían acoplado rápidamente a su nueva vida, después de la luna de miel habían dedicado una semana entera para acondicionar su nuevo hogar, todas las mañanas Leonora era quien preparaba el desayuno, Valery se alistaba para su trabajo mientras el olor a panquesillos, huevos, tocino, o cualquier cosa que la morena cocinara inundaba la casa, una casa que con el paso del tiempo parecía hacerse más y más grande.

Uno de esos días estaban tomando el desayuno, Leonora leía unos documentos mientras bebía su café, Valery estaba tratando de comer algo pero había una situación que desde hacia tiempo queria tratar con si esposa.

-Dilo de una vez- le escuchó decir a la mayor.

-¿qué?- dijo desubicada, la había sacado de sus pensamientos muy abruptamente.

-Lo que sea que traigas en la cabeza, tu actitud es bastante obvia ¿qué pasa?- La castaña meditó un poco sobre lo que acababa de escuchar, era cierto que hacia unos días había algo que le inquietaba, que deseaba comentar con su esposa, pero no era algo tan simple, al menos para ella no, aún así se decidió a hablar.

-Hace unos días me encontré con Roni- logró desviar la atención de la morena de los documentos, posando sus ojos en ella- me dijo que....sus óvulos resultaron sanos- decía la menor con cierta pena, como si contará algo fuera de serie.

-¿y?- se atrevió a preguntar Leonora, sabía exactamente a qué punto deseaba llegar Valery.

-Leo....- dijo insegura la más joven- ¿tu...tu quieres...tener hijos?- sus ojos destellaban ilusión esperando una respuesta. Leonora espero antes de responder ¿de verdad ya estaban listas para formar una familia? Si bien ahora la vida les pintaba buena cara, no deseaba dar un paso en falso y poner en riesgo su matrimonio. 

-Me encantaría- dijo provocando una sonrisa en su joven esposa- creo que deberíamos aceptar ese tratamiento-

Durante aquella semana se dedicaron a preparar todo para asistir a su primera cita con el especialista, querían dedicarle el tiempo suficiente y sin problemas al tratamiento. Pero no todo puede salir al pedir de boca, días antes Leonora fue citada en el departamento de policía a pedido de uno de sus clientes, le fastidiaba estar ahí, demasiados problemas en el ambiente, que si llegaba un violador, que si llegaba un borracho que había estrellado su auto, que si un par de hombres estaban moliendose a golpes en un bar, en fin un sin número de situaciones que ella desde su carrera había decidido evitar, aunque siempre había un momento en su vida en que tenía que ir.

Su cliente había salido a beber y al muy inteligente no se le ocurrió mejor forma de regresar a casa que conduciendo su propio auto en estado de ebriedad, afortunadamente no había pasado mucho antes de que un control de policía le detuviera, no era un asunto complicado, al llegar había arreglado todo sin mayores complicaciones, ahora sólo quedaba el procedimiento de rutina, que con la carga de trabajo de aquella noche se hacía cada vez más largo.

En la pequeña sala, una mujer ocupó un lugar junto a ella, era bastante joven, en sus brazos tenía a un bebé de apenas unos meses de nacido, o al menos eso parecía, pues estaba muy pequeño, Leonora vio a la pequeña criatura, tan frágil e indefensa, en manos de prácticamente otra niña, vaya que la vida se ensañaba con todos sin importar edad, no sabía que aquellas dos vidas inocentes habrían de cambiarle la vida.

La abogada se puso de pie acercándose a la mesa para pedir información sobre el proceso de su cliente, no era nada del otro mundo y estaban tardando más de lo normal, fue ahí cuando sin quererlo escuchó la historia de la jovencita, una pobre indigente sin familia, que vivía en las calles, víctima de un abuso, había tenido que cargar y dar a luz al producto de su violación, no sabían si era eso o su precaria situación la que la había orillado a tratar de abandonar al bebé en un contenedor de basura, Leo abrió los ojos como platos, no sabía que parte era la peor de la historia, la violación de una menor de edad o el intento de abandono de su hijo, le pidieron a la joven se acercara a la mesa donde rompió en llanto narrando su triste historia.

Su padre les había abandonado desde pequeños, y su madre había fallecido cuando ella aún era una niña, nadie los acogió a ella o a sus hermanos, tuvieron que vivir, no, sobrevivir en las calles, algunos de sus hermanos murieron de hambre o de frío, otros se dedicaron a la mala vida y no supo más de ellos, posiblemente estaban en prisión o muertos, con profunda tristeza y rabia contó cómo los hombres se aprovecharon de ella, de su necesidad, de su hambre, dando por resultado la criatura que llevaba en brazos, ella no deseaba la vida que llevaba para su hijo, por eso había decidido dejarlo, alguien con buen corazón lo encontraría y le daría un hogar.

La morena no hizo más que mirar con lástima a aquellas dos pequeñas criaturas inocentes, víctimas de la crueldad de la sociedad.

***

-Dile a la señora Rochel que la veré el lunes- decía Valery a su asiste, un joven estudiante de leyes que había contratado.

-Entendido licenciada, una última cosa, su esposa la llamó- dijo el nervioso pasante.

-¿Leo?- Valery checo el reloj, normalmente su esposa le llamaba a cierta hora, al salir de su despacho pero aún faltaba tiempo para eso.

-Quiere verla a las cinco en el centro comercial- Valery simplemente se dio por enterada del mensaje, aunque aún le parecía bastante extraño. Sin demora llegó puntual a la cita, encontró a la abogada sentada frente a unos escaparates, junto a ella había un cochecito donde se paseaba a los bebés, aunque no le prestó mucha atención, debería de pertenecer a alguna de las mujeres que estaban cerca de ahí.

-¿Qué pasa?- dijo preocupada, pues la cara de Leonora no le daba buena pinta.

-Necesito contarte algo-

***

A los pocos minutos el cliente de Leonora salió por la puerta, encontrándose con su esposa y con la abogada, aclarado todo se disponían a irse, pero la morena notó que la joven que acababa de llegar con el bebé la miraba de cuando en cuando entre lágrimas, mientras el Ministerio decidía que hacer con ella, la abogada decidió alejarse de aquel lugar, era demasiado para ella, de pronto le llamaron la atención.

-Disculpe....- escuchó la voz de la niña-¿usted puede ayudarme?- la joven se había escabullido de entre los agentes que seguían discutiendo la situación, hablaba en voz baja con lágrimas brotando de sus ojos.

-Ammm....yo...- no sabía que respnder, ¿como podría ella ayudar?

-Usted no es como yo....tiene....posibilidades..de sobrevivir en el mundo....yo no.....ella menos....no quiero que viva como yo....que viva lo que yo viví....no puedo- le hablaba entre lágrimas la joven, uno de los oficiales se percató de su cercanía a la salida, temiendo escapara le pidió regresara a su lugar en la sala de espera- ¡por favor! ¡Ayudeme!- suplico la joven.

-Yo...no se....¿cómo?..-

-Señorita regrese a su asiento por favor- repetía el oficial ahora acercándose a las dos mujeres.

-¡Llevesela!- gritó poniendo en brazos de la abogada al bebé- ¡dele una mejor vida que esta!- con lágrimas salió corriendo de la jefatura, Leonora se quedó con la criatura en brazos cuando los oficiales se apresuraron a salir por la menor, pero el patinar de un auto al frenar los hizo a todos palidecer, lo que se vio cuando asomaron a la calle, fue bastante trágico.

***

-¿es ella?- preguntó la castaña refiriéndose a la bebé en el carrito.

-Si, me dijeron que la podrían a disposición de las autoridades correspondientes pero, simplemente no pude dejarla- explicó Leonora, los agentes le habían dicho que no tenía ninguna responsabilidad, que la pequeña iría a un orfanato ya que no había ni conocían a más familiares de la menor, la trabajadora social le invitó a darle un hogar temporal a la pequeña, pero Leonora no se contuvo alegando que inmediatamente iniciaría los trámites para la adopción, la funcionaria no se opuso, cada vez que un menor tenía la posibilidad de encontrar un hogar le hacia feliz, le indicó que era lo que tenía que hacer para la legitima adopción de la pequeña, después de unos momentos podría retirarse con la menor en sus brazos.

-Eres increíble- le dijo su joven esposa regalándole un beso en la mejilla y un abrazo, para después tomar a la pequeña en brazos, estaba entre una cobija algo sucia, al igual que sus ropas, Leonora únicamente había comprado el vehículo para poder transportarla- Hola bebé- dijo suavemente, tal vez aquella criatura no llevaba sus genes pero eran lo único que tenía ahora, ellas le brindarían un hogar.

Las horas siguientes se dedicaron a comprar todo lo necesario para la pequeña, al día siguiente tendrían que hacer muchas diligencias si deseaban quedarse con ella, aún así ellas ya la sentían suya. En esta ocasión la suerte les había sonreído, los trámites de adopción fueron más rápidos que cualquier otra cosa, en unas semanas la pequeña Evolet, como decidieron llamarla, formaba al fin parte de aquella especial familia, aunque siempre si resultó ser un reto, los primeros días, les era imposible saber por que lloraba, ¿era normal que durmiera tanto? ¿Cuanta fórmula debía tomar? ¿Tiene calor? ¿Tiene frío? En fin, un sin número de cuestiones que fueron descubriendo de a poco, el resto de la familia, o más bien la familia de Valery quedó encantada con la noticia de la primera hija del matrimonio, a pesar de la trágica forma en que había llegado a sus brazos, ahora la pequeña tenía una familia, amor y cuidados.

-Nos olvidamos por completo del tratamiento- dijo ausentemente la castaña mientras veía dormir a la niña.

-Bueno, estuvimos ocupadas- le respondió su esposa, acariciando los cabellos de su hija de ya 8 meses, la dulce Evolet tenía los cabellos negros, su tono de piel era casi idéntico al de Leonora, y de ello se valía la morena para decir que verdaderamente era hija suya, su rostro era frágil y delineado, le recordaba a su joven madre biológica, pero preferia no hacer remembranza sobre aquel fatídico día.- siempre podemos intentar después-

-si, quiero primero disfrutarla a ella-

Acordaron así que esperarían un tiempo, le darían toda su atención primero a Evolet, la llenarían de amor y cariño, tal y como había pedido su joven madre, una vida mejor que está, y eso era lo que harían por su pequeño ángel.

El timbre de la puerta rompió el encantador momento en familia, Leonora bajo a recibir a su visita, la que casi logra que le diera un infarto.

-¡Papá!- Rogelio no espero invitación por parte de la sorprendida abogada, simplemente la estrecho entre sus brazos, Leonora en un principio sorprendía no había respondido al abrazo, pero luego se aferró a él con fuerza, después de tanto tiempo sin saber de ellos,sin volver a inmiscuirse en sus vidas, su padre estaba ahí, junto a ella, algunas lágrimas escaparon por parte de ambos, lágrimas de felicidad, de alivio.

-¿Qué haces aquí?- dijo después de separarse y entrar a la casa.

-Vine a buscar a mi hija- ocuparon un lugar en la sala- hija perdoname-

-¿por qué?-

-Por haber caído en el chantaje de tu madre, por tardar tanto en entender, en aceptarte- La emoción de nuevo les invadió a ambos, entre lágrimas ambos hablaron lo que en meses habían tenido que callar, hablaron sobre aquella cena donde Leonor terminó por botar de la casa a su propia hija, de como oculto y manipuló la situación para que su padre y sus hermanos terminarán por darle la espalda, y de la última acción que había hecho antes de la boda de la morena.

-Cuando recapacite, simplemente me alejé de ella, me era imposible aceptar lo que había hecho, hace poco hablé con tus hermanos y bueno decidimos buscarte-

-¿ellos vendrán?- preguntó feliz la abogada.

-Bueno, ahora que te encontré supongo que si, aunque ellos no saben que vine, querían esperar a confirmarlo, pero yo llanamente no podía esperar- El ruido de unas pisadas bajando la escalera les interrumpió, Leonora sonrió al ver a su esposa bajar con su hija en brazos, la pequeña había despertado y jugaba con una sonaja en brazos de su madre, Rogelio quedó hipnotizado con aquella dulce imagen, cuando su hija le presentó a una sorprendida Valery no hizo nada más que estrecharla en un fuerte abrazo, y cargar a la pequeña bebé, su nieta.

El hombre permaneció en la casa hasta enterada la noche, no deseaba separarse de su hija y mucho menos de su nieta que reía y balbuceaba feliz en brazos de su abuelo.

-Regresaré pronto Evolet- le decía a la niña mientras la mecía en el aire- traeré a tus tios y a tus primos- las madres de la pequeña miraban aquella escena con felicidad, al fin su dicha comenzaba a ser completa.

El fin de semana se reunió por fin con sus hermanos, volvía a abrazar a sus sobrinos,  absolutamente todos parecían fascinados con su esposa y su hija, ninguno le reprochó nada, no hubo reclamos ni cuestionamientos, eran simplemente una familia que volvía a reunirse despues de mucho tiempo, únicamente le hacia falta su madre para tener una noche perfecta, pero si Leonor deseaba continuar cerrando su mente y su corazón, no dejarian que les dificultara ser felices.

Notas finales:

La familia se está reuniendo y va en aumento.

Ya estamos cerca del final :(

No se pierdan los últimos capítulos.

Gracias por leer


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