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LAS CONSECUENCIAS DE UN SI por AliceDConcordia

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Notas del capitulo:

Hola

Una disculpa pero andaba de vacaciones jeje en fin aquí el nuevo capítulo, ya está próximo el final :(

Como sea disfruten.

-Evolet ven acá- Valery luchaba por vestir a su pequeña hija de cinco años, aquel día se celebraba el primer año de vida del hijo de Louis y Roni, un bebé con los cabellos rizados, que después de varios intentos había por fin llegado al mundo con una familia amorosa.

Valery y Leonora también se habían sumado al tratamiento, aunque hasta el momento no había tenido resultados, sin embargo preferían no deprimirse, tenían a su pequeña hija que les llenaba de alegría la vida, si podían o no darle un hermano o hermana eso no les restaría dicha y felicidad.

-quiero que me vista mamá- decía la pequeña mientras corría entre risas por los pasillos.

-Tu madre pasará por nosotros y si no estás lista no irás a la fiesta- le respondió autoritaria, aquello hizo que la pequeña asomara con una cara de angustia única.

-¿no habrá fiesta?-

-No para ti, a no ser que decidas vestirte- dijo sonriendo, aquello siempre le funcionaba. Evolet se dio por vencida, cediendo y dejándose vestir por su madre, en unos minutos estaba usando un bello vestido azul, con medias blancas y zapatos del mismo color, su cabello lucía recogido en dos coletas, con dos pequeños lazos azules, listas para el gran evento ahora sólo faltaba esperar a Leonora.

El timbre hizo que la niña corriera a la puerta, gritando que su mamá había llegado, aunque Valery sabía que eso no era posible, pues su esposa tenía llaves de la casa y no tenía razón para tocar, aún así se apresuró a la puerta para poder abrir a su visitante, al bajar vio a su hija asomada por la rendija del correo.

-¡mami, es el abuelo!- decía la niña saltando.Rogelio entró a la casa tomando en brazos a la niña que reía y lo llenaba de besos.

-¡que linda princesa!- decía el hombre levantando a la niña en el aire- Hola hija- le decía a Valery quien respondía con una sonrisa.

Al poco tiempo Leonora llegó y la familia partió rumbo a la fiesta, el jardín de la joven pareja se había vuelto un verdadero salón de fiestas, había globos y juegos para los pequeños en todas partes, la dulce Evolet reía y se divertía con los otros invitados, en especial con su tío Cárter, desde que la pequeña había llegado a sus vidas él se desvivía por hacer feliz a la pequeña, era un tío consentidor y muy amoroso, Leonora jamás llegó a imaginarse a su cuñado en aquella faceta.

-¿Han sabido algo de mamá?- preguntaba la morena a sus hermanos.

-Nada- le respondía Paola- no sabemos más que tú- Leonora se llenó de tristeza, tenía la esperanza de que con el paso de los años su madre entrara en razón y dejara de lado ese odio, sin embargo no fue así. Sus hermanos le dijeron que habían hecho de todo por localizarla, pero simplemente la tierra se la había tragado.

-No la encontramos a ella- dijo su padre- pero si encontramos a otra persona- estaba sonriendo y miraba a la entrada del jardín, sus hermanos sonreían y se miraban entre si pero la morena únicamente les miraba extrañada, hasta que apareció su abuelo en el jardín, sus ojos se llenaron de lágrimas, la felicidad estaba acumulada en su corazón, tenía años sin ver a quién fue su mejor amigo durante su infancia, aquel hombre canoso le tendió los brazos, también estaba feliz de verla, luego de saber todo lo que había pasado, todo lo que su propia hija le había hecho pasar a su nieta, no podía sentirse más dichoso en ese momento.

-¡Abuelo!- dijo la morena hundiéndose en los brazos del anciano.

-Hola pequeña- el abrazo se hizo muy largo,ambos lloraban, Leonora estaba comenzando a tener de nuevo a su familia completa.

Su abuelo se había enterado de lo sucedido sólo unos días después de la boda de su nieta, pero ya era demasiado tarde para buscarla, el daño ya estaba hecho y simplemente no había más que hacer, se había pérdido el rastro de la joven pareja, mientras el resto de la familia se dedicaba a buscarles, él fue en busca de respuestas con su hija Leonor.

***

-¡papá!- decía la mujer recibiendo a su padre- pensé que estarías de viaje-

-¿donde están tus hijos, tu marido?- aunque él ya estaba enterado de lo que sucedía, queria verlo con sus propios ojos, escucharlo de la propia boca de su hija.

-Se fueron- dijo sin pena alguna- han decidió seguir a la descarriada de tu nieta-

-Tu hija- corrigió el hombre molesto, Leonor supo entonces que su padre ya estaba al tanto de todo, no valía la pena seguIR disimUlando.

- ¿por qué has hecho eso Leonor? Es tu hija.-

-Ya no lo es más, yo no eduque a una...a una...¡ah! Ni siquiera puedo repetirlo.

-No deja de ser tu hija-

-¿acaso estas diciendo que tu también la aceptas?- preguntó indignada la mujer.

-Ella sigue siendo mi nieta- el anciano supo que no lograría nada con su hija, estaba necia,empeñada, clavada en sus ideas, poniendo sus creencias por encima de su propia familia. -Cuando Joel cumplió siete años y lo llevé al viñedo, resultó ser alérgico a las uvas- comenzó a hablar su padre mientras miraba las fotografías que Leonor aún conservaba de su familia- Fatima le tenía pavor a los caballos, aún cuando toda la familia sabía montar ella los repudiaba, aún los prefiere lejos de ella- la madre de Leonora lo miraba extrañada, no entendía a que venían todas esas cosas- Paola no comía otra cosa que ni fuesen verduras, aún a su familia sólo una vez a la semana comen carne y Leonora...- contempló por un momento una fotografía de la joven que tenía unos 15 años, montada sobre un imponente caballo negro mientras sonreía a la cámara- ella fue todo lo que siempre quise, incluso lo que tu no fuiste- Leonor lo miró sorprendida y llena de indignación- ella amaba el viñedo, iba con tu madre y los peones a cortar uvas, le gustaba molerlas para el vino, monto a su primer caballo a los tres años, le encantaban los deportes, cosa que tu jamás fuiste, y aún así yo jamás te hice a un lado-

-No se a que viene todo eso-

-¡que todos tus hijos son diferentes! ¡Que cada uno de ellos es único y maravilloso a su manera, y es injusto como tratas a Leonora todo por tus estúpidas creencias!-

-¡las mismas que tu me enseñaste!-

-¡si! ¡Pero también te enseñé a amar a tu familia! ¡A perdonar! ¡No a que repudiaras a tu propia sangre!-Leonor no dijo nada, su padre le estaba recriminando sus acciones, cuando pensó que la apoyaría.- iré a buscar el perdón de mi nieta y a conocer a esa jovencita con quien contrajo nupcias, a todos mis nietos los he bendecido en su matrimonio, haré igual con ellas-

-¡pero papá!-

-No te atrevas a reprocharme algo, mejor piensa,reflexiona, antes de que sea demasiado tarde- Sin decir más salió de la casa, Leonor permaneció en silencio, su orgullo le gritaba que hiciera oidos sordos a lo que había escuchado, pero algo le oprimía el corazón...quizá...sólo quizá... Su padre...su esposo...sus hijos....tenían razón.

***

-Y no he visto a tu madre desde entonces-

-es triste- dijo la morena

-Si, pero lo es más lo que ella te hace a ti...a todos nosotros... Pero no dejemos que nos amargue la vida, cuando ella quiera volver aquí estaremos todos- Volvieron a unirse en un abrazo reconfortante para ambos cuando fueron interrumpidos por la pequeña Evolet.

-¡Mamá! El tío Roni hizo collares de golosinas, te traje uno- dijo la niña corriendo hasta donde estaban ambos adultos.

-Gracias cielo- le respondió la abogada.

-Hola señor- dijo la niña mirando al abuelo de la morena.

-Hola jovencita, ¿como te llamas?-

-Evolet- Respondia la niña- ¿y tu quien eres?-

-soy el abuelo de tu madre- decía sonriendo ante la curiosidad de la pequeña.

-Yo también tengo un abuelo, esta por allá- le decía mientras señalaba a Rogelio- si eres abuelo de mi mamá ¿yo que soy?- preguntaba la pequeña.

-ohh, pues eres mi bisnieta, yo soy tu bisabuelo-

-bis..bisoba...bisa- trataba de repetir la pequeña, causando risas entre los dos adultos.

-Puedes llamarme abuelo también- dijo acariciando el rostro de la niña.

-¡Abuelo!- gritaba feliz extendiendo sus brazos, el anciano la levantó abrazándola.Pasaron unos momentos juntos y Evolet regreso a jugar con los otros niños.

-Es una belleza- habló ausente el hombre- ahora hablemos de ti-

-¿de mi?-

-Si, a diferencia de todos los demás yo ya sabía que tu eras diferente- la morena le regalo una mirada de confusión además de asombro- desde pequeña siempre fuiste distinta, se que todos lo somos, nadie es una copia fiel de alguien más, sin embargo...no se como decirlo...había algo que siempre me dijo que tú no eras como los demás, por eso cuando me lo dijeron, no hubo mayor escándalo-

-Bueno, al menos tu lo sabías-

-¿y tu esposa?-

Sonriendo regresaron a la fiesta, Valery estaba conversando con sus cuñadas cuando le presentó a su abuelo, que de igual forma pidió disculpas por todas las calamidades que les había hecho pasar Leonor, la castaña le dijo que no había de que preocuparse, y que ella había pasado en su momento por la misma situación con su familia, sin embargo ahora le aceptaban y eran felices, esperaba que de todo corazón que la familia de su esposa llegaran a los mismos términos.

-Eres una joven maravillosa, mi nieta tiene una bella familia-

-Muchas gracias señor..

-Llámame Abuelo- le interrumpió.

-Abuelo, muchas gracias ¿ya conoce a Evolet?-

-Oh vaya que si, es una niña encantadora, ya mi nieta me explico todo- refiriéndose a cómo habían llegado a tener a la pequeña- y no sabes cómo me alegro, doy gracias que han podido darle un hogar y una familia, si bien ninguna la llevó en el vientre, se que le darán el amor y el calor de una madre-

-¡Abuelo!- llegó corriendo la pequeña de la mano de su primo Ranferi- ¿tu tienes caballos? Ranferi dice que tienes muchos-

-¡oh si! Hay muchos, un día te llevaré a verlos para que elijas uno-

-¡¿de verdad?!- preguntaba ilusionada la pequeña

-claro, a tu edad tu madre los montaba todos-

-¿yo también puedo? ¿Mamá me enseñas?-

-¡Eres muy pequeña!- dijo Valery de inmediato.

-¡mami!- reprochaba la niña.

-será un pony, no voy a subirla a un garañón- aclaraba la morena- aunque si, yo a su edad andaba en uno de al menos 7 años-

-Y seguro te caíste porque estás loca si piensas que mi bebé subirá a un caballo adulto- Bromeaba la castaña, aunque era cierto, su hija era muy pequeña y un pony era más que suficiente para su edad.

-no es un bebé- le replicaba su esposa. Provocado una sonrisa de triunfo en la pequeña Evolet.

-Bien, vayan las dos, yo me quedaré en casa consintiendo a mi bebé- dijo pícaramente la castaña.

-¡ay por favor! Ya te dije que......¿qué?- preguntó la morena al notar la sonrisa de su joven esposa- estas...- no podía articular palabra.

-Bueno el último tratamiento aparentemente funcionó, no quería decirte por que el médico dijo que los primeros meses podía haber cambios pero ya todo esta fuera de peligro y pronto tendremos un...-

-¡un bebé!- gritaba la morena, sin esperar abrazo a su joven esposa llenándola de besos- ¡un bebé, un bebé! ¡Voy a ser mamá! ¡Evolet, tendrás un hermanito!- la pequeña también reía y abrazaba a su madre, la felicidad estaba presente en la vida de ambas, la vida que en un momento les puso mil dificultades ahora las recompensaba con dicha y felicidad.

La fiesta siguió entre risas y festejos, la familia no podía ser más dichosa, desde ese día no hacían más que estar juntos,tal y como lo habían prometido no pasó mucho tiempo cuando todos fueron al viñedo de la familia, Evolet estaba encantada con los cuadrúpedos, con todo el lugar a decir verdad, iba y corría en el campo, alimentaba a los otros animales que tenía ahí su abuelo, Valery también aprovechaba para descansar, Leonora insistía en que debía guardar reposo, era su primer embarazo y no deseaban que ni ella ni el bebé corrieran alghun riesgo.

Aunque no había nada alarmante con su embarazo, era de lo más normal, Evolet estaba emocionada con su nuevo hermanito, y Leonora no disimulaba su emoción, habían preparado todo para recibir al pequeño, su hija mayor solía preguntar si habían pasado lo mismo con ella, ambas mujeres no sabían si contarle la verdad, era muy dura para que una niña pequeña lo comprendiera, y no deseaban que se sintiera desplazada, lo comentaron con la trabajadora social y una psicóloga, ambas les sugirieron mantener la imagen que la niña tenía de la familia, más tarde, cuando tuviese la edad suficiente para entender, para no adjudicar culpas a su madre biológica, a sus madres adoptivas e incluso a ella misma, cuando tuviese la suficiente madurez podían contárselo.

Aún así no le mintieron, le hablaron de cómo prepararon su habitación, de cómo le compraron todos los juguetes que había en su closet, de la ropa, los biberones y de toda la felicidad que la pequeña había traído a sus vidas.

-seré la hermana mayor- decía mientras ayudaba a sus madres a acomodar la ropita del bebé- igual que tu y el tío Joel o mami y el tío Cárter-

-Así es, cuidaras de tu hermanito o hermanita ¿qué te gustaría?- preguntaba la castaña, con una pancita de cinco meses colandose por sus ropas.

-Un niño- dijo Evolet luego de pensarlo un poco. La bella familia siguió con los preparativos, entre risas y ese hermoso calor de hogar.

***Dos años después***

-La próxima semana es el cumpleaños del abuelo- hablaba una alegre Evolet de entonces siete años, usando su uniforme del colegio mientras tomaba su desayuno junto a su familia.

- es verdad- decía Valery mientras preparaba panqueques, su esposa alimentaba a su hijo menor André, de dos años de edad

- ¿iremos?-

-supongo que si- Respondia Leonora mirando el reloj- ¡oh! Ya es hora, anda hija termina que ya viene el autobús- Evolet apuro a terminar su desayuno, mientras Valery preparaba todo para salir, su esposa le ayudaba a limpiar al bebé y en unos minutos ya toda la familia estaba lista para su rutina diaria. Evolet se iba al colegio, André iba a la guardería donde lo dejaba Leonora antes de irse ella a su trabajo, mientras Valery tomaba un camino distinto; el transporte traía de regreso a Evolet en la casa de su tío Cárter y ahí se quedaba con la esposa de este y su pequeño hijo Ivan hasta que una de sus madres pasara por ella, en ocasiones era Leonora y en otras era la castaña, todo dependía de quien salía primero de su trabajo, pasaban por André y se iban a casa.

-y Derek hoy se lastimó durante el entrenamiento- le comentaba su hija a Valery mientras caminaban de regreso a casa- no saben si podrá jugar en el siguiente partido.

-¿es grave?-

-bueno el entrenador dice que se torció el tobillo-

-Pues aún faltan dos semanas para el partido, esperemos que se mejore- La pequeña familia iba caminando y hablaban sobre el día de la pequeña en el colegio, para Valery no había nada más importante en ese momento que lo que su hija le comentaba, tan así que no se fijó en la figura que las observaba desde el otro lado de la calle, escondida entre las sombras, miraba a la familia, a ella, a la dulce Evolet y al pequeño André.

Leonora estaba ya ultimando un asunto para poder salir de la oficina, firmaba unos últimos documentos para poder irse a casa con su familia, su secretaria ya se había ido, al igual que casi todos en el edificio, ella pudo hacer igual pero no deseaba dejar las cosas sin terminar además que necesitaba que ese oficio saliera para el Tribunal a primera hora de la mañana, firmaba ya de último cuando su teléfono sonó.

-¿Diga?- decía cerrando ya el sobre con los documentos y buscando sus cosas para salir.

-Hola Leo- aquella voz la conocía muy bien, se detuvo en seco al pensar que estaba alucinando, no podía creer que fuese ella- ¿ya no me recuerdas?- le preguntó la voz afligida por el teléfono.

-¡¿Mamá?!-

Notas finales:

Chan chan chaaaan

Después de mucho aparece nuevamente la mamá de Leo

¿Son buenas o malas noticias?

El siguiente capítulo es el último no se lo pierdan

Gracias por leer saludos


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