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LAS CONSECUENCIAS DE UN SI por AliceDConcordia

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Notas del capitulo:

¡Hola!

Aquí tienen el siguiente capítulo, las cosas comienzan a ponerse color de hormiga con esto de la boda, se tomaran decisiones muy importantes que cambiaran el rumbo de todo.

¡Disfrutenlo!

Luis estaba en su oficina, como siempre haciendo algún encargó especial, un hombre lo había contratado para encontrar a su hija, que había sido secuestrada desde muy pequeña y la policía le daba pocas esperanzas, los años habían pasado y le sugerían darle por pérdida o por muerta, analizaba la poca información que tenía en sus manos cuando entraron abruptamente por la puerta.

-¡se supone que arreglarías esto!-le gritó la mujer que ahora entraba en su oficina.

-¿qué cosa?- le preguntaba con la vista aún en los documentos.

A modo de respuesta escuchó una grabación, era un mensaje de voz donde se anunciaba la fecha de la próxima boda de Leonora y Valery; Luis le prestó atención entonces a la mujer que estaba a punto de sacar fuego por los ojos.

-Yo no dije que arreglaría nada, le ayudaría a enfrentar el problema, más no pienso impedir esa boda-

-¡no se puede casar!- repetía colérica- ¡estaba ebria! No sabe lo que esta haciendo-

-Como sea, son sus decisiones-

-Esta presionada, no se atreve a decirle que no a ella- refiriéndose a Valery. Luis observaba como su visitante se carcomía de furia, andaba de un lado a otro como león enjaulado,buscando una solución al problema que tenía enfrente, repudiando cada que podía el momento en que aquellas dos se comprometieron, vaya que los celos transformaban a las personas.

-¡ya basta!- decía fastidiado por las pestes que escuchaba de la mujer delante suyo- ¡perdiste! ¡Aceptalo de una maldita vez y dejalas tranquilas!-

-¡NO!- gritó la fémina- Esta encaprichada eso es todo, se va a aburrir de esa niña-

-Te has repetido eso a ti misma por tres años, ¡nada de esto te hace bien!-

Vio a su visita tratar de controlarse pero simplemente no lo lograba, ella no podía perder, no ante alguien como Valery, en comparación la castaña no era nada, no era nadie, ella conocía muy buen a Leonora, quedó fascinada por la belleza juvenil de la menor pero nada más, sabía que era lo que buscaba en una mujer, pasión, ambición, fortaleza, no a una niña con aires de princesa que necesitaba ser rescatada.

-las cosas no se quedaran así- tomó sus cosas y salió hecha un vendaval de su oficina, a los pocos segundos entró su joven asistente y amante, un joven de cabellos rubios y rizados.

-Creí que tendría que llamar a la policía, estaba más enojada que de costumbre- dijo cerrando la puerta, mientras Luis le tendía los brazos.

-Para como van las cosas, creó que necesitaremos a la guardia nacional.- dijo recibiendo al rubio entre sus brazos regalándole un beso.

-El amor nos hace hacer muchas locuras- decía acariciando el pecho del mayor.

-lo que me preocupa, es que lo de ella no es amor-

Leonora estaba trabajando como de costumbre, leía una y otra vez un testimonio para lograr salvarle el pellejo a su cliente, su secretaria le aviso que tenía una llamada, aún con los ojos en el expediente tono la bocina.

-Hola Licenciada ¿trabajando duro?- escuchó la voz de su prometida al otro lado de la línea.

-Algo así- Respondia sonriendo- ¿qué ocurre?-

-¡Mi tía llega el viernes!- dijo emocionada Leonora no sabía se ponerse nerviosa o comenzar a preocuparse, estaban en marzo y la tan esperada visita se había adelantado bastante tiempo

-¿por qué?-

-Mamá no se contuvo y le dió la noticia, así que decidió venir antes- Leonora estaba golpeando su cabeza con su mano, tenía que apresurar todo entonces.

-¡que bien!- dijo fingiendo sorpresa.

-La cena será el sábado así que haz lugar en tu agenda ¿puedes?-

-claro-

Después de intercambiar algunas palabras la comunicación terminó, dejando a una aún más estresada Leonora, respiraba hondo una y otra vez, necesitaba encontrar valor, coraje para hacer lo que debía hacer, llamaría a su abuelo, para pedirle que estuviese en la cena con su familia y ahí les soltaría todo, se repetía que podía hacerlo, quería creer que su familia no se opondría a su felicidad.Un barullo en el pasillo la hizo salir de sus pensamientos, su secretaria discutía con alguien, estaba por ponerse de pie y averiguar quien era cuando irrumpieron en su oficina, su adorado cuñado y su asustada secretaria.

-¡señor ya le dije que no puede pasar!- repetía la joven de cabellos negros.

-¡no necesitó permiso de nadie!- gritaba Cárter enfurecido.

-Esta bien Belinda- dijo seriamente a la chica- retirate y llama a seguridad- ordenó mientras se ponía de pie, acomodando su sacó y caminando hasta Cárter.

La chica salió corriendo para tomar el teléfono y llamar a los guardias, aquel hombre estaba loco y podía hacerle daño a su jefa. Cárter comenzó a reírse. 

-¿vas a echarme a patadas?- decía acercándose a la morena.

-Si, pero esta vez lo haré enserio, así no tendrás que golpearte a ti mismo y echar mentiras en tu casa- lo enfrentaba sin una mota de miedo, ya estaba harta de su actitud, tenía suficientes problemas encima como para lidiar con el intolerante de su cuñado- largo- le dijo señalando la puerta.

-con que ya tienes fecha para la boda ¿ah?-

-Si, pronto te haremos llegar la invitación, ahora si me disculpas tengo que trabajar-

-Te dije que iba a impedirlo- decía entre dientes y apretando los puños 

-Mira Cárter, ¿porque no llevamos la fiesta en paz? Tu hermana es diferente, aceptalo de una vez, sus preferencias sexuales no alteran nada su persona, es linda,inteligente, simpática y con un gran corazón, eso y más me hace amarla como lo hago, como lo hacen tus padres y tu familia, no ha cambiado nada, sigue siendo ella, tu hermana menor, la que tanto quieres y proteges- trataba de hacerle entender. Los guardias hicieron entonces su aparición- nada haría más feliz a tu hermana que la aceptaras- Cárter aún contenía su enorme coraje, no estaba para recibir sermones por parte de esa mujer, uno de los de seguridad lo tomó del brazo para insitrarlo a salir, pero el se movió alegando que podía irse sólo, con un gesto Leonora les indicó que no representaba un problema.

-Es un error- dijo antes de volverse a la puerta.

-Si no puedes alegrarte por ella, por su felicidad, tal vez no deberías llamarte su hermano- dijo cansada, pero como respuesta recibió un puñetazo en la mandíbula de un endemoniado Cárter, que la mando al suelo, provocandole un sabor instantáneo a sangre en su boca.

-¡NO VAS A CASARTE CON ELLA! ¡NO VOY A PERMITIRLO!- Los musculosos hombres se llevaron a Cárter fuera donde lo arrojaron a la calle como un vil delincuente.

Belinda se apresuró a ayudar a su jefa, sangre salía de su boca, en la esquina de sus labios se veía una fea herida, le ayudó a ponerse de pie y ocupar el sofá en su oficina, mientras ella llamaba a un médico. Leonora limpiaba el líquido vital de sus labios, vaya que le dolió, le tomó desprevenida.En unos minutos apareció el médico, trayendo consigo a sus colegas que habían sido alertados por su secretaria.

-Es un imbécil- decía Arturo furioso- mira que venir a buscarte bronca aquí-

-Lo sé- Respondia al tiempo que se quejaba por el medicamento que le colocaba el doctor en la herida. Tras unos minutos la herida había sido tratada, la pequeña hemorragia había parado, Leonora se quejaba del dolor, pero era soportable, le recomendaron ir a casa, aunque ella les advirtió que tenía cosas que hacer antes.

-¿lo denunciarás?- preguntaba Diane.

-no quiero generar problemas más grandes-

-Pero te golpeó- hablaba Maria.

-Yo lo he golpeado antes, no me pongan en un altar-

La tarde siguió su curso, con todo y labio roto Leonora no abandonó su trabajo, esperaba la llamada de Valery en cualquier momento, estaba segura que Cárter armaría un drama mayúsculo. Llegó a casa donde fue directamente a la cama, sentía su mandíbula hinchada, le dolía, hacia mucho que lo le golpeaban tan fuerte, sólo esperaba que el golpe bajara para la cena con la familia de Valery.

Cárter estaba en casa de sus padres, había algunos raspones en su cuerpo debido a la forma en como lo arrojaron, pero no estaba molesto, no les había dicho nada a sus viejos, permanecía callado, pensando, en las palabras de Leonora, ¿tenia razón? ¿Tenia que alegrarse por Valery? Le costaba aceptarlo, porque su familia lo había tomado tan bien, tan frescos, él no veía como algo normal aquella relación, pero aparentemente había algo que no estaba tomando en cuenta, la felicidad de su hermana.

-¡¿DÓNDE ESTÁ?!- Escucho la voz de su hermana.

Sus padres estaban en el segundo piso, ni siquiera sabían que su hijo estaba ahí, por el gritó bajaron asomándose por las escaleras, su madre fue quien se dirigió a la entrada donde estaba su hija furiosa.

-¿qué pasa cariño?- dijo suavemente tratando de calmar a la chica.

-¿Donde esta Cárter?- dijo simplemente, Cárter no se movió de la sala, hasta que su padre apareció en la puerta, se puso de pie dejando ver la suciedad de sus ropas y su rostro demacrado, el hombre sólo lo miró con desaprobación, su hijo seguramente había hecho algo que había puesto a Valery con ese humor del demonio, la castaña avanzó firmemente hasta la habitación donde estaba su hermano, lo contempló por un momento, sus ojos reflejaban, dolor, enojo, desprecio y decepción, con paso firme se acercó a él propinandole una fuerte bofetada, que hizo temblar a sus padres.

-¡ERES UN IMBÉCIL!- le gritó su hermana- ¡¿cómo pudiste?! ¡¿Comó puedes ser tan estúpido?!- su ojos comenzaban a llenarse de lágrimas, lágrimas de dolor, de coraje.

-¿Qué hiciste?- habló por primera vez su padre.

-Fue a la oficina de Leonora, la golpeó- dijo con furia su hermana- se que ella no es ninguna santa, pero tu la haz obligado a responder- aclaraba antes de que Cárter alegara que la morena también le había golpeado en ocasiones anteriores.

-¿presentará cargos?-

-No, ella no quiere generar más problemas, jamás haría algo para perjudicarme- lagrimas comenzaron a fluir sobre sus mejillas- ¿Por qué hermano? ¿Por qué no puedes aceptarme? ¿Ser feliz por mi?- dijo antes de darse vuelta para salir de ahí.

-Intento protegerte-dijo triste, su hermana jamás le había mirado de esa forma.-Te quiero Val-

-Pues no haces un buen trabajo demostrándolo, ella me ama Cárter, ha sido flexible y paciente, pero tu le estas colmando el plato, si no puedes alegrarte por mi- dijo tomando aire para decir lo que venía- será mejor que no estés en la cena del viernes, ni en mi boda, ni en mi vida- Cárter la miró sorprendido, la castaña estaba llorando, le dolía lo que acababa de decir pero no quería nada que pudiera perturbar su felicidad, si su hermano deseaba vivir con el corazón envenenado, dejaría que lo hiciera, pero no permitiría que contaminara su vida- si algún día recapacitas, yo te estaré esperando, junto a mi esposa- sin decir más salió de la casa, dejando a su hermano mayor destrozado.

Leonora observaba a la castaña dormir, después de discutir con Cárter había llegado a su departamento, desconsolada y vuelta un mar de llanto, se había quedado dormida a su lado, su niña se había atrevido a hacer lo que a ella le aterraba, había hablado de frente con su hermano, ella misma recordó y analizó lo que le dijo en su oficina, aparentemente podía dar consejos a los demás pero le era imposible seguirlos ella misma, Valery había tenido el coraje de luchar por su felicidad, de enfrentarse al mundo, mientras ella se escondía; eso iba a cambiar, estaba decidida, iba a resolver esta situación una vez por todas.

El tan esperado momento llegó, Leonora caminaba hasta la puerta de la casa de los padres de Valery, vio varios automóviles fuera de la casa, vaya que toda la familia se había dado cita, con un ramo de rosas y una botella de vino se aproximó a tocar el timbre, la recibió una mujer ya mayor, de cabellos levemente cubiertos por las canas, pero con su apariencia y animo de una mujer mucho más joven, la tía Edna.

-¡Leo! Que bueno que ya estas aquí- decía jalando a la abogada al interior de la casa.

-Hola señora Edna- dijo sonriendo mientras acomodaba su sacó.

-¡ah, vamos! Llámame Tía Edna, después de todo ya pronto seremos familia- la tomó de la mano llevándola hasta la sala- ¡Valery! ¡Valery!- llamaba a la castaña sin soltar el agarre de Leonora-¿donde se metió esa niña?-

-¡Leonora!- escuchó que gritaban su nombre, un hombre robusto y fortachón, el esposo de Edna, Jared, de rostro ancho que siempre lucía un bigote, inundado por el humo del tabaco de su pipa, se acercó a ella dándole un abrazo que casi la deja sin aliento- ¡Qué gusto verte!

Todos la recibieron cálidamente, felicitándole por el próximo evento, deseándoles lo mejor, era una familia unida, eso le gustaba, le gustaba pensar que algunos día sería así con su familia.

-¿y por qué esperar tanto tiempo?- preguntaba Jared en la cena.

-Bueno, queríamos esperar a la titulación de Valery- dijo simplemente Leo.

-Bueno pues no habrá que esperar mucho-dijo la castaña sonriendo- mi tesis fue aprobada, en dos meses presentaré el examen- todos aplaudieron ante la nueva noticia, Leonora no sabía nada de aquello, su prometida le explicó que planeaba que fuese una sorpresa.

-¿por qué no la boda en tres meses?- dijo Jared.

-Estaría bien- Valery le dirigió una mirada de sorpresa a la morena, ella había sido la primera en proponer esperar el tiempo suficiente y ahora estaba de acuerdo en casarse en unos meses,Leonora estaba decidida, aquella noche en familia le había dado la fuerza para enfrentarse a lo que sea, si Valery lo había hecho ella podía también, justo como con Cárter, si su familia la aceptaba, sería feliz, de lo contrario, esperaría, les permitiría asimilarlo, aceptarlo y recibirlos con los brazos abiertos.

-¿y cuantos hijos van a tener?- aquel comentario logró que tanto Leonora y el padre de Valery casi se ahogaran con el vino.

-Creo que ese es un tema que sólo les incumbe a ellas- habló la madre de Valery al notar la incomodidad de su hija y su pareja. Claro que ella deseaba nietos, aunque biológicamente no fuese posible, la adopción era una alternativa, formarían una hermosa familia, aunque no quería presionar de ninguna firma, apenas se iban a casar y ya las estaban agobiando con hijos.

La cena siguió su curso, la familia ahora comentaba sobre todos los preparativos, la música, la recepción, la ceremonia, todo detalle debía estar planeado, Leonora estaba más ansiosa que nunca por hablar con su familia, ella no iba a perderse la boda de sus sueños, ni tampoco su familia, no podían seguir viviendo al paralelo de su vida, iba a incluirlos, se sentía segura y con valor suficiente para enfrentar cualquier situación, ya nada podía ir mal.

Notas finales:

Chan chan chan

¿Quién es la mujer que se opone a la boda?

¿Cárter ya aceptará el matrimonio de su hermana?

En el próximo capítulo se revelaran otras cosas no se lo pierdan.

Gracias por leer

¡Saludos!


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