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JUST STAY por Sakurako

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Notas del capitulo:

Hola.

Lo prometido es deuda así que aquí está otro capitulo.

En esta parte de la historia aparecerá un personaje del que no estoy muy segura que digamos, pero me contaron que este persónaje si es muuuy fan de Gackt, supuestamente tanto o más que de Hyde. (¿es cierto? porque no sé si creerle)

En fin, espero les guste, disfrútenlo. 

Capítulo No. 10

 

-¿Ogawa-san?, tiene una llamada.

-Pedí que no me molestaran…

-Lo siento pero, es Kitamura-san. Dice que es muy importante.

Tetsuya dejó lo que fuera que estaba haciendo y bastante extrañado, caminó de regreso al estudio para tomar la llamada. ¿Por qué le llamaba al estudio y no al celular? Ah, sí, tal vez lo había hecho pero estaba apagado, ¿qué era tan importante, entonces?

-¿Bueno, Ken?

-Tetchan, he estado buscándote toda la mañana…- reclamó a manera de saludo.

-“Hola Tetchan, ¿cómo has estado?...” Muy bien, Ken, gracias por preguntar…- dijo divertido.

-Hola Tetchan, ¿cómo has estado?- repitió irónicamente. -Feliz. ¿Dónde demonios te has metido toda la mañana?

-Ken, tengo mucho trabajo y…

-No has visto los noticiero, ¿cierto?-interrumpió.

-¿Qué? No, ¿por qué?  ¿qué pasa?

Kitamura dudó un momento, pero al final respondió.

-Esta mañana, en el noticiero aparecieron imágenes tuyas…- un corto silencio.  -Tetchan, están especulando sobre tu “posible” separación con Sakai-san… hablaron sobre una infidelidad… de un posible romance….

-¿Qué?- de verdad no estaba entendiendo nada.

-Tetchan, habían fotos… tuyas y de Moshida-san… fotos tuyas y… de Camui… en la playa…

Tetsuya palideció al escucharlo. Miles de imágenes invadieron su mente. Intentaba recordar qué había pasado ese día en la playa… ¿se habían besado? “recuerda, Tetsuya, recuerda” su mente trabajaba a mil, pero…

-¿Tetchan, sigues allí?

-Debo irme, Ken…

-Tetsuya…

Colgó.

Tetsuya corrió hacia la sala de recreación. Necesitaba un televisor.

Allí estaba…

El sonido que hizo al encenderla, esa estática, se esparció por la habitación, llegándole hasta los huesos, erizándole la piel…

La presentadora le sonreía a sus compañeros mientras les contaba sobre las fotografías que habían recibido la semana anterior. Fotografías que mostraban al líder y bajista de la prestigiosa banda de rock, L’arc en Ciel, paseándose con personas que no eran su esposa. Y haciendo mucho énfasis en la palabra “posible ruptura” y en la pregunta “¿quién será su nueva conquista?”. Entonces la pantalla fue inundada con imágenes… Él y Kaori en el restaurante, comiendo y riendo animadamente… a Kaori acariciándole la mano de manera inocente… seguidas de imágenes en donde se les unía Gackt.

La presentadora apuntaba, de manera maliciosa, que últimamente se les veía “muy juntos” al Bajista y al Cantante. Luego del comentario dio el pase para que mostraran la siguiente tanda de fotografías; Ahí estaban ambos en la salida del restaurante, despidiéndose con un abrazo demasiado estrecho… Otra fotografía con él y Gackt en la playa sentados lado a lado, demasiado cerca el uno del otro como para tratarse de sólo amigos… y un montón más en donde se mostraban, según los ángulos, al bajista en situaciones “sumamente extrañas…” según la periodista. Tetsuya se quedó mirando fijamente la pantalla, sin entender del todo lo que esto significaba. Pero sintiendo el miedo recorrerlo de repente.

-“Y encima de todo, lleva a su hijo a ver a su amante…?!” la voz chillona de una invitada, a la que se le había pedido su opinión, lo trajo a la realidad…

-“¿amante?, ¿a quién se refieren? ¿Gackt, saben lo nuestro? Ellos sabes que Gackt y yo…”

-Bueno, Camui-san siempre ha tenido un gusto exquisito…-Bromeó la periodista. Pero Tetsuya no distinguió la broma, él solamente sintió la sangre caer hasta su pies,  el miedo se intensificó. Y llegaron a su mente otras imágenes. Imágenes de un futuro apocalíptico, donde veía en los diarios encabezados como: “El famoso bajista y líder de L’arc en Ciel en una relación homosexual con el famoso actor y cantante Gackt Camui” “L’arc en Ciel arruinado por culpa de su líder” llegaron a sus oídos los reclamos de sus compañeros, amigos, de sus padres, sus hermanas y las perores, las más crueles; las de su hijo…

Necesitaba arreglar esto antes de que fuera demasiado tarde…

 

*******

 

-¿Estás bien?

-Sí.- respondió secamente.

-¿Seguro?- insistió el violinista.

-¡Que sí! ¡Maldición!- Gackt respondió furioso y cansado de que le preguntaran “si estaba bien”, salió de la habitación. 

Los chicos del GacktJob lo observaron con desconsuelo. Todos conocían en nombre del “problema”; Tetsuya Ogawa… eso le pasaba.

Justo acababan de regresar de la gira de promoción de su último disco. Y durante todo el tiempo que la gira duró, Gackt estuvo de un ánimo de perros... (y era poco decir) y todos sabían el motivo; no había podido despedirse de Tetsuya. De hecho, desde el día del restaurante, no habían vuelto a verse o a hablar. Había pasado meses fuera de Tokio, habían tenido muchos conciertos, entrevistas en programas de televisión y radio. Gackt había intentado por todos los medios comunicarse con el bajista, pero nada. Entonces, una mañana, lo vio en televisión, en el noticiero matutino; allí estaban el bajista acompañado de su linda esposa, abrazados, sonriendo… realmente parecían felices… y eso le dolió…

Mientras observaba el programa decidió dejar su orgullo aún lado y marcó al departamento del bajista; al escuchar la voz femenina atender el teléfono, colgó enseguida. No la conocía personalmente, pero sabía que era ella; Ayana Sakai. Lo sabía porque la había escuchado en ese programa, la había escuchado hablar sobre lo bien que estaba su relación con el bajista, sobre lo feliz que era y sobre lo mucho que amaba a su “esposo”…

El punto era que se estaba volviendo loco, necesitaba desahogarse… necesitaba con quién desahogarse…

 

*******

 

Eran las dos de la mañana y el timbre sonaba insistentemente.

Yuu se enderezó en la cama y esperó un momento para intentar captar el sonido otra vez… ahí estaba… se levantó y caminó curioso más que molesto hacia la puerta.

-¿Gackt?

-¿Te desperté?

-¿Tú qué crees?- respondió juguetón. -¿Qué haces aquí? ¿Está todo bien?- se tornó serio, Gackt se veía… raro.

-Ahora sí.- la sonrisa que le dedicó lo estremeció. ¿Qué era esa actitud? Comenzaba a comportarse como entonces, como cuando… se detuvo, no podía ser que… –Oye, Yuu-chan, ¿me dejarás aquí toda la noche?

-Sí,- respondió sin pensar. -no,- rectificó con una linda expresión apenada. -perdón, pasa…

Yuu se hizo a un lado para darle el pase. Gackt sólo cruzó la entrada y cuando Yuu pasó a su lado rumbo al sofá, y antes de que dijera nada, Gackt lo detuvo. Lo tomó del brazo y lo jaló ligeramente para terminar abrazándolo.

-C-camui…?- dijo nervioso. Gackt lo abrazaba fuertemente, escondiendo el rostro en su cuello y sus manos le acariciaban la espalda. Por un momento se preocupó. –S-sat-toru… qué…?- no pudo pronunciar nada más, sus labios silenciados por los del cantante, se lo impidieron. Le empujó hasta topar en la puerta. Lo tenía cautivo entre ésta y su cuerpo, tomó sus brazos y los aferró sobre su cabeza. Y lo besaba… lo besaba desesperadamente, comenzando a viajar desde sus labios, pasando por su mentón hasta llegar a su cuello.

Por un momento Yuu se dejó llevar porque… porque…

No estaba seguro de por qué, pero lo había extrañado. No, era algo más, debía admitirlo, aún sentía cosas por él. Sí, no podía negarlo. Ni siquiera Ju-Ken había podido borrar ese sentimiento, lo había acallado, lo había silenciado pero ahí seguía… ¿O no?

-¡NO!- se separó violentamente de Gackt. La imagen de Ju-Ken apareció justo delante de sus ojos y no pudo continuar. Le importaba, le quería, eso era algo que tampoco podía negar.

-¿No qué?- esa voz fuerte, altanera, confiada. Esa voz que tanto le gustaba… -¿No quieres que te bese?- se acercó y volvió a besarlo. -¿No quieres que te toque?- le acarició por debajo del pijama.

-No, no quiero…- su voz en apenas un hilo. Apartándolo sutilmente. –Yo ahora estoy con Ju-Ken, lo quiero mucho y lo sabes… y no se merece que yo, que nosotros le hagamos esto…

-¿Estás rechazándome? Tú jamás me rechazas, tú…

-Satoru…- le interrumpió. –Sé por qué haces esto. Tienes que hablar con él…

-De acuerdo. Sí tú no quieres estar conmigo, ya encontraré a alguien más…

Y salió del departamento, no sin antes azotar la puerta.

Yuu se quedó parado, preocupado, su amigo estaba mal. Tenía que ayudarlo, pero cómo…

 

*******

 

El bar Kizakura; el lugar perfecto para una cacería.

En este lugar abundaban las personalidades, y era lo bastante discreto como para hacer… lo que sea que pensaba hacer, con quien quiera que quisiera hacerlo…

Y allí estaba… un chico lindo, inocente y notablemente alterado, o mejor dicho, necesitado…?

-Hola.- saludó con su típica voz, esa que utilizaba para encantar a su presa.

-Ehh… ahh… h-hola…

Ese chiquillo sí que era lindo, más de lo que recordaba, de hecho.

-¿Puedo sentarme?- preguntó, apuntando el asiento vacío al lado del chico.

-S-sí, por favor. Adelante…

-Tal vez no me recuerdas, yo soy…

-Gackt, Gackt Camui…- interrumpió. –Claro que te recuerdo.

-Vaya, me alegro.- sonrió coqueto. -¿Viniste tú solo?- el chico dudó pero al final asintió.

-Se suponía que me vería aquí con… con alguien, pero…- bajó la mirada apenado y triste.

-Te dejaron plantado, ¿ciento?- un nuevo asentimiento. -Eso no está bien, Tegoshi-san, a alguien como tú no deberían tratarlo así…

Tegoshi Yuya era un chiquillo de veintisiete años y gran admirador de Gackt. Integrante de un grupo pop bastante popular entre las niñas. Se habían conocido en un Music Station un par de años atrás. Tegoshi se había presentado con el cantante y le había confesado que le admiraba y hasta se atrevió a pedirle un autógrafo, Gackt, enternecido por la timidez del chico, lo había invitado a cenar esa noche como agradecimiento y como una cortesía a un fan. Durante la cena hablaron mucho, aunque ahora ya no recordaba de qué.

-Recordaste mi nombre…- al chico le brillaron los ojos. Lucían hermosos esos ojos melancólicos envueltos con ese brillo ilusionado. En ese momento Gackt supo que ya lo tenía, aun así decidió “trabajarlo” otro poco.

-Claro que sí. Yo siempre recuerdo a los chicos lindos como tú.- Tegoshi se sonrojó.

-Alguien como yo, dices…

-Lo digo enserio. ¿Todo bien?

-Ya no estoy tan seguro…

-¿Cuántas veces te ha dejado plantado?- Yuya se sorprendió mucho, pues en efecto, no era la primera vez que su… amigo (llamémosle así) le hacía aún lado.

-Es solo que él está muy ocupado.- intentó disculparlo, pero ni él mismo estaba seguro de lo que decía. Y Gackt lo notó.

-Créeme, si yo tuviera a alguien como tú a mi lado, jamás te haría algo así…- era el momento de arriesgarse. -¿Qué dices si te invito un trago en mi departamento?- Y el chico aceptó, aunque algo nervioso.

Gackt sonrió a sus adentros. Juntos salieron rumbo al departamento del alto cantante. Mientras conducía su auto, no pudo evitar mirar de reojo a su acompañante. Notando lo joven y guapo que era este chico, sólo podía pensar en lo mucho que se iba a divertir con él esta noche…

-Llegamos…- anunció al tiempo que estacionaba el auto.

Ambos bajaron y se encaminaron hacia los ascensores, y a los minutos estaban sentados en el sofá del recibidor, con un par de copas en las manos, hablando de un montón de tonterías.

En medio de la plática, Gackt se sentó aún lado de Tegoshi, muy cerca, tomó la copa del chico y la dejó aún lado. Entonces se inclinó hacia él y lentamente se acercó hasta alcanzar sus labios. Tegoshi cerró los ojos, nervioso e impaciente a la espera del contacto. A la espera del ansiado beso, pero apenas juntaron los labios en un beso tímido. Gackt se separó para poder mirarlo a los ojos, necesitaba tantear el terreno. Tegoshi lo miraba sonrojado, nervioso, temeroso; o eso parecía porque un segundo después tomó a Gackt de la camisa y la jaló, iniciando ahora él con un nuevo beso. Uno más apasionado, más vehemente, más fogoso…

Seguían besándose cuando una imagen estalló en la mente de Gackt… Tetsuya… Ahí estabaTetsuya…

Se separó bruscamente del chico y lo observó un largo rato. Tegoshi llevaba el cabello rubio, casi platino. Sus ojos oscuros, profundos, le recordaron a Hyde. No podía hacerlo… no podía hacerle esto a Tegoshi, no se lo merecía. No podía cometer los mismos errores también con él…

 -¿Ocurre algo malo?- preguntó Tegoshi al notar que Gackt no continuaba.

-Lo siento, no debería estar haciendo esto…- se levantó del sofá. –Vamos, te llevaré a tu casa.

-Pero…

-Lo siento, no puedo hacer esto. No a ti.- El chico, algo confundido, salió del departamento y subió con él al auto y permitió que le llevara hasta su casa.

Viajaron en completo silencio, no fue sino hasta que llegaron a su destino y antes de que Yuya bajara del auto que Gackt decidió hablar. -¿Quieres un consejo?- el chico simplemente asintió. –Deberías dejarlo, ese tipo no te merece. Si ya consiguió lo que buscaba, sólo te hará perder el tiempo.- El chico lo miraba confundido. -Créeme, yo solía ser de su tipo, así que sé de lo que hablo…

-Lo de esta noche…?

-Así es.- La mirada del alto vocalista le gritaba que le disculpara, y Yuya entendió. –En algún momento él también se dará cuenta de cuán equivocado está…

-Gracias por la velada…- fue todo lo que dijo.  

 

Notas finales:

¿les gustó? ¿Es extraño que apareciera Tegoshi Yuya? como dije no estaba muy segura. 

Ah, por cierto, olvidé mencionarlo, la historia terminará muy pronto. 

Continuará...


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