YOKOZAWA POV
Mi vida en el instituto había sido una bazofia. Era víctima de agresiones por parte de los miembros del consejo estudiantil. A decir verdad, ya era monótono el quedar con moretones en mi cuerpo.
Mi personalidad siempre ha chocado con la de los otros. Soy una persona demasiado directa. Sin embargo, me hace falta seguridad y soy algo tímido a veces.
Como era de costumbre. Los miembros del consejo estudiantil me atacaron en el recreo. Imaginé que ese día iba a ser igual que los anteriores. Pensaba que iba a permanecer en el suelo hasta que tuviese de nuevo fuerzas para levantarme. Pero no fue así. Ese castaño, Onodera Ritsu me salvó, la verdad fui feliz al verlo. Aquél chico me había oído mis lamentaciones.
-PARAD YA- Ordenó el menor con rabia
Al escuchar su voz, sentí que mi alma regresó a mi cuerpo. Era un alivio ver que alguien se enfrentaba contra esos malditos.
-Sois más estúpidos de lo que me imaginé- Bufó.
Sentí una corriente eléctrica en toda mi espalda. Ese chico estaba provocando a esos doble moralistas. Quería decirle al castaño que se alejara. Se veía tan frágil. No quería que por mi culpa, él resultara herido. Yo era consciente de que esos "Senpais" podían hacerle la vida una miseria al menor. Pero no pude, me faltaba aliento para poder hablar. Kirishima me había golpeado con anterioridad en el vientre. Aún estaba presente el sabor a metal que yacía en mis labios.
-¿Estás bien?- preguntó preocupado.
En ese momento pude apreciar esos hermosos ojos esmeraldas. Un agradable sentimiento de sosiego se hizo presente. Estar con aquél joven me hacía feliz.
-¿Te gustaría ir a tomar un café después de clases?- preguntó.
No sabía qué responderle. La verdad, nunca me imaginé esa proposición. Aún así, no le negué la salida. Quería conocer más sobre él, sobre mi salvador.
Esperé hasta que se terminaran las clases. Estaba ansioso por volver a verlo. Por agradecerle por su gesto. Por ser más cercano a él.
Ritsu no demoró en llegar a la entrada principal. Emitía un aura que me llenaba de felicidad ¿Qué era este sentimiento?
- ¿Te hice esperar mucho?- preguntó angustiado
- Claro que no, llegué hace menos de 5 minutos- mentí. La verdad había estado todo el día en la puerta.
- ¡Vamos, entonces!- exclamó con una gran sonrisa. No pude evitar sonrojarme. Ritsu era lindo para ser un chico.
Fuimos al café que queda a pocas cuadras de la preparatoria. Mi cuerpo por inercia, intentaba acercarse al de Ritsu.
- ¿Estás bien?- preguntó nervioso intentando marcar distancia entre nosotros.
Quería decirle lo asquerosa que era mi vida. Anhelaba suplicarle que se quedara a mi lado, que me llenara de sosiego. Sin embargo, mi cara se fue tornando poco a poco en un color carmín
- Oye enserio, me preocupas, ¿Tienes fiebre?- preguntó mientras tocaba mi mejilla. Su mano era tan suave.
- ¿Por qué?- susurré con un tono poco entendible
- ¿Qué?- preguntó confundido
- ¿POR QUÉ DEMONIOS SALVASTE A UNA BASURA COMO YO?- Pregunté exaltado.
- Espera, primero cálmate. Solo hice lo que tenía que hacer. Nadie merece el trato que esos déspotas te estaban dando. No soy partidario de la violencia. Además no podía dejarte a un lado- afirmó con seguridad.
Esa última frase hizo que mi piel se erizara. ¿A qué se refiere con eso?
- ¿Qué quieres decir?- pregunté confundido.
- Takafumi, tú no eres el único que pasa por ese tipo de agresiones. A decir verdad, yo también paso por lo mismo- contestó mostrándome una cicatriz que tenía en el abdomen
Un sentimiento de ira fue apareciendo en mi cuerpo. ¿Quién había sido capaz de dañar esa obra de arte?
- ¿QUIÉN CARAJOS TE HIZO ESO? JURO QUE MATARÉ A ESE BASTARDO- Grité con impotencia.
- Hace más o menos unos 2 años, en el instituto, un joven de cabellos azabaches me atacó. Por el simple hecho que me rehusé a darle mi alimento- afirmó cabizbajo
No lo dudé y le di un abrazo. Su cuerpo era tan cálido. Sus lágrimas fueron depositándose en mi hombro. Quería que Ritsu olvidara todas sus amarguras y que volviera a sonreír.
En ese instante sentí que había alguien que nos miraba a la lejanía. Me percaté que era Takano y Kirishima.
No era el momento adecuado para que esos imbéciles se aparecieran.
- Pero mira quiénes están aquí- dijo Kirishima con un tono burlesco
- ¿Qué queréis?- preguntó Ritsu con frialdad.
- No seas así de frío con nosotros- contestó Takano abrazando al castaño.
- ¡ALÉJATE DE ÉL, IMBÉCIL!- Exclamé mientras quitaba con brusquedad el agarre del azabache.
- Deberías enseñarle modales a tu amigo- agregó Kirishima mirando a Ritsu.
- No le tengo que enseñar nada, porque él no es mi mascota ni algo parecido. Es más, debería felicitarlo por su magnífica respuesta- afirmó Ritsu. -¡Felicidades Takafumi, estoy muy orgulloso de ti!- sonrió.
Aquellas palabras de felicitación habían hecho que mi cara se volviera un tomate. La sonrisa de Ritsu era demasiado hermosa. No sé el por qué pero amaba sus facciones.
- Jajaja- rió Takano
- ¿Tienes algún problema?- preguntó Ritsu (con una cara así ._.)
- Crees que esto se quedará así Onodera- bufó Takano agarrando con fuerza la muñeca del castaño.
En ese momento un empleado del lugar, se acercó a nuestra mesa.
- En este establecimiento no se permite la violencia, así que si no es molestia, os pido que os retiréis de aquí, si no queréis que llame a la policía- afirmó serio el trabajador.
Los dos miembros del consejo estudiantil se fueron. El ambiente tenso se había convertido en uno tranquilo. Pude ver que Ritsu estaba agarrando su muñeca con una mueca de dolor. Pude apreciar que tenía sangre
- ¡Tienes que tratar esa hemorragia!- exclamé
- No es nada- afirmó
- Claro que sí, acompáñame a mi casa- agregué. Pude ver como el menor tenía un leve sonrojo en su cara
- No te tomes esas molestias conmigo- afirmó ocultando su cara en su flequillo.
En ese instante nos dispusimos y fuimos a mi apartamento. Desde que estaba en el instituto había decidido independizarme.
- ¿Vives solo?- preguntó
- Si, desde que salí del instituto, mi primer ideal era independizarme y aquí lo tienes- contesté mientras limpiaba sus heridas.
-Auch- gimió del dolor
-Perdóname, no quería lastimarte- afirmé nervioso
- No es nada, sigue- agregó.
Al finalizar de limpiar sus heridas, miré mi reloj y ya era muy tarde. No podía dejar que Ritsu saliera a estas horas
- Deberías quedarte- propuse
- Me da pena contigo- afirmó sonrojado
- No es nada, me salvaste de esos dos imbéciles y quiero agradecértelo de cualquier forma- agregué
-Está bien- dijo nervioso.
Preparé un colchón en el piso para mí.
- Ritsu, por favor duerme en mi cama- afirmé
- ¿QUÉ? y ¿Dónde dormirás tú? - Preguntó nervioso
- En este colchón- respondí con una sonrisa. Pude ver como sus mejillas tomaban un color carmesí
Los dos nos dispusimos a irnos a dormir. Había sido un día demasiado pesado para ambos.
- Buenas noches Ritsu- dije
- Buenas noches Takafumi- dijo
CONTINUARÁ...