Mello… ¿Me estaba besando? todo aquello se estaba saliendo de control, los abrazos eran una cosa, pero un beso, significaba algo más. Algo que inevitablemente traería problemas. A pesar de saber aquello me deje llevar.
En tus labios estaba impregnado aquel sabor al chocolate que tanto te gustaba, sin embargo yo jamás había besado a nadie, simplemente me deje guiar por tu boca experta.
Una y otra vez nuestros labios se separaban y se volvían a encontrar, en aquel juego que parecía no tener fin, lleno de sentimientos extraños, que jamás pensé que existieran dentro de mí.
Te aferrabas a mi mientras jugabas con mi cabello, acariciándolo y revolviéndolo, mientras yo aceptaba todas y cada una de tus caricias.
Mi corazón latía tan fuerte, tan rápido, como nunca llegue a imaginarme que lo hiciera, quería detenerte, pero al mismo tiempo no quería, en mi interior deseaba quedarme así contigo por siempre.
Intentaba descifrar que era todo aquello que estaba sintiendo en ese momento, sin embargo una imagen vino a mi mente… Matt. Intente separarme de ti sin éxito alguno.
Tus manos comenzaron a adentrarse hacia mi pecho, y mi espalda, por debajo de mi ropa, aquel juego debía parar, lo sabía bien, sin embargo, no podía separarme de ti, mi cuerpo estaba inmóvil.
Sin despegarte un instante de mí me recostaste en la cama, y comenzaste a desabotonar mi camisa y besar mi cuello
- Mello… basta-dije tratando de incorporarme sin exito alguno– ¡Dije que basta!
- ¿Qué sucede Near? – preguntaste separandote de mi y sentándote en la cama
- Esto no… no está bien
- ¿Por qué no?
- Por que tu estas con Matt- me observaste en silencio sin apartar la mirada -seguramente estas confundiendo tus sentimientos ¿Te peleaste con el verdad?
- ¿Crees que estoy mintiendo Near?
- No, creo que estas confundido, es lo más lógico
- ¿Tratas de decir que lo que acaba de pasar no significa nada para ti? – gritaste furioso levantándote de la cama. No pude responder a tu pregunta, las palabras simplemente no salían de mi boca -¡Accediste a las caricias que te di, y correspondiste a mis besos! ¡¡¡¡No puedes decir que no significa nada!!!!
- Yo solo…
- ¿Tú solo que Near?– dijiste cruzando los brazos.
- Me deje llevar por el momento, eso fue todo
- ¡No me tomes por idiota! Tu no haces eso de dejarte llevar por nada nunca – me gritaste. Y otra vez, no tenía palabras para responder -¡Di algo maldición!- me jalaste por el cuello de la camisa mientras me limite a mirar a otro sitio
- ¡Maldita sea Near mírame a los ojos! – y tomaste mi rostro con tu mano – dime que ese beso no significo nada para ti- Sin palabras -Dilo.
- Ese fue… mi primer beso- logré pronunciar mientras me observabas fijamente -claro que significa algo, y mi corazón late muy fuerte aún - me miraste admirado y parpadeaste.
- tu corazón… - llevaste tu mano hacia mi pecho y yo no podía apartarte, no tenía la voluntad para hacerlo. En el instante en que decidí que aquello no era buena idea te sentaste en la cama y acomodaste tu cabeza en mi pecho.
- Que… ¿Qué haces?
- Si tu corazón late de esta manera, quiere decir que ese beso significo mucho para ti, quiere decir, que yo significo algo mas para ti – y me abrazaste por la cintura
- Yo no…
- shh… no digas nada, quiero escuchar a tu corazón- y cerraste tus ojos.
Mi corazón latía tan fuerte, que incluso llegue a pensar que el sonido de aquellos latidos resonaba en toda la habitación.
bum! bum! bum! … a toda prisa, mi corazón se aceleraba, no tenía idea de cómo detenerlo, o de donde surgían aquellos sentimientos.
Algo revoloteaba en mi estómago, y estaba casi seguro de que si me miraba en un espejo me encontraría sumamente sonrojado.
Intenté pensar en algo, pero lo único que tenía en la cabeza era a ti, me abrazabas por la cintura aferrándote a mi ropa, escuchando aquel sonido que emanaba de mi pecho.
Simplemente no podía ignorarte, estabas ahí junto a mí, como nunca en mi vida pensé que estaría contigo, tu cabello se veía tan suave y me tentaba.
Finalmente terminé cayendo en la tentación y acaricie tu cabello y tu rostro con una de mis manos mientras que con la otra te abrazaba.
Abriste los ojos mientras aceptabas mis caricias, tomaste mi mano y la besaste con delicadeza.
- Near… - dijiste en voz baja mientras te levantabas de tu sitio – Tu… ¿sientes algo por mi?
- ¿Algo?
- Yo te gusto… ¿No es cierto?
- ...
- ¿Near?
- Me gustas
Logre pronunciar casi en un susurro, y sin pensármelo tanto, pero… ¿A mí me gustaba Mello? Si, si me gustaba, pero aquello siempre había sido como una idea tonta en mi cabeza.
Me tomaste por el rostro y acariciaste mi cara y mi cabello, me sentía bien, sumamente bien a tu lado, por primera vez, supe lo que era sentirse querido.
- Tú también me gustas Near- y me miraste a los ojos.
Tus palabras, sonaban sinceras, sin fingimientos, me preguntaba si estarías actuando, pero tus ojos me decían lo contrario.
Entonces entro la enfermera, un tanto extrañada por vernos tan cercanos, se aproximo a nosotros.
- ¿Algún problema chicos? – decía mientras miraba a Mello.
- De ninguna manera, todo está muy bien – y le sonreí.
- Muy bien Near – se acerco a la cama – me alegra escuchar eso, ¿y qué tal el pie?
- En su lugar…
- jajaja eso es buena señal, bien pues déjame decirte que no es necesario que te quedes aquí, no creo que te sea muy agradable pasar la noche en una cama de la enfermería, así que puedes regresar a tu habitación, pero ten cuidado con ese pie, no es necesario que te apresures tanto, tu cuarto no se irá corriendo ¿de acuerdo?
- Si
- Bien pues cuida esa torcedura para que te mejores pronto – decía mientras caminaba hacia la puerta y salía.
Después llegó el silencio, me mirabas y yo solo me dedicaba a jugar con mi cabello como de costumbre.
- Mello… quiero ir a mi habitación
- ¿Quieres que te acompañe?
- Yo puedo solo.
- Claro que no Near, estas lastimado, yo te acompaño.
- Gracias - dije con una ligera sonrisa que hizo que te sonrojaras.
- ¡No me des las gracias! –dijiste avergonzado
- Tu cara esta roja – y solté una risita
- ¡No te rías! – y te levantaste de tu sitio tendiéndome la mano – vamos- Tome tu mano y me senté al borde de la cama para bajar, entonces me ofreciste tu espalda - sube Near… así evitaremos que te lastimes de nuevo.
- ¿Y qué tal si te lastimas por llevarme?
- No pasara te lo aseguro ¡anda sube!
Y subí a tu espalda como pude, caminamos por los pasillos casi vacíos, los demás se encontraban ya preparándose para dormir, pero a decir verdad eso era lo que menos ocupaba mi mente en ese momento.
Recargue mi cabeza en tu espalda mientras caminabas, me sentía tan bien, que por ratos pensaba que todo era mentira, un sueño, una alucinación, pero no, no lo era, podía sentirte, percibía tu olor, tu respiración, tus movimientos, cerré mis ojos y por un instante me quede dormido.
- Llegamos Near – dijiste una vez dentro de mi habitación, al notarme dormido.
- ¡Ah! Si, disculpa – me baje de tu espalda y me senté en mi cama – muchas gracias.
- Ya te dije que no me des las gracias – decías mientras cerrabas la puerta.
Te miré detenidamente mientras te notaba acercandote hacia mí de nuevo, preguntandome si estabas planeando quedarte en mi habitación
- ¿Quieres que me vaya?- preguntaste al notar mi mirada.
- Matt debe estarte buscando- insistí.
- Sigues con lo mismo…
- Te agradezco por todo Mello pero debes irte – te mire con expresión seria.
- ¡Bien como sea! – y caminaste hacia la puerta, azotándola al salir.
Aquello que hice no estuvo para nada bien, me deje llevar demasiado, ¿Qué estaba pasando conmigo? Jamás me había sentido tan confundido.
Y de nuevo esa soledad inundando mi habitación, no soportaba estar ahí, pero apenas podía caminar, no tenia alternativa, que mas daba, estuviera donde estuviera nunca me sentía cómodo.
Baje de la cama con un poco de dificultad y tomé mi puzzle Esa era la mejor manera de despejar mi mente para poder pensar con más claridad y de forma más lógica.
Y mientras más pensaba, menos lograba sacarte de mis pensamientos.