Seguías allí sin decir nada y me estaba desesperando.
“Aun no sé por qué sigues negándolo Near, tú me quieres, lo sé”
-¿Vas a decírmelo?
- ¿Decirte?
- La verdad
- La verdad... – te pusiste de pie
- Near – dije levantándome también y tomándote del brazo.
- Ya basta Mello – te zafaste de mi agarre.
- ¡Vas a hacerme perder la paciencia Near!
- Pues entonces vete
- ¡No voy a irme!– caminaste y volví a detenerte por el brazo -¡No voy a dejarte escapar, entiéndelo!
De un golpe te aprisione contra la pared, cerraste los ojos, apretando los parpados, temiendo la llegada de algún golpe de mi parte.
- No voy a hacerte daño Near – abriste los ojos – solo quiero… escucharlo, quiero que me lo digas, oírlo salir de tus labios, solo eso.
- No tengo nada que decirte, ahora déjame – bajaste la mirada.
- Near…
- Ya vete ¿Por qué no regresas con Matt? El estaba preocupado por ti.
- ¿Qué tiene que ver eso? ¿Por qué involucras a Matt en esto?
- ¿Por qué me involucras a mi en esto?
- ¿Y en que se supone que te estoy involucrando?
- En tu relación con Matt.
- No es así, estas equivocado
- ¿No es así?- guardaste silencio un momento- ¿Por que me buscas?
- Por que te quiero ya te lo dije.
- ¿Y entonces que pasa con Matt?
¿Qué sentía por Matt?, realmente ¿ya no lo amaba?
- No puedes contestar, eso aclara mucho las cosas.
- No… yo te quiero Near, y quiero que estés conmigo.
- Lo siento, pero no puedo.
Me empujaste para que me apartara de ti, no iba a dejarte ir tan fácilmente, te tome por la cintura y te acerque a mi, sabias perfectamente lo que vendría y trataste de zafarte, pero mis brazos te aprisionaban con fuerza.
Lentamente acaricie tu rostro, dejaste de oponerte y me miraste, acerque mi rostro al tuyo de tal manera que podía sentir tu aliento sobre mis labios.
- M-Mello
- shh… - pose mi dedo sobre tus labios.
Una de mis manos, se adentro en tu cabello acercando tu rostro y te bese, suave y despacio. Creí que seria rechazado, pero al contrario, aceptaste mi beso.
Mi mano revolvía tu cabello, y la otra te aprisionaba por la cintura, estabas cediendo a mis caricias, mientras nuestros labios se unían una y otra vez.
El aire comenzaba a faltar y respirabas con dificultad, era tan grandioso escuchar tu respiración entrecortada, entre beso y beso.
Al fin nuestras bocas se separaron, te mire y enseguida esquivaste mi mirada, estabas sonrojado y tratabas de ocultarlo.
- Ya no puedes seguirlo negando, tu me quieres.
Hasta ese momento no recordaba que nos encontrábamos en la biblioteca, hasta que un tonto se asomo por los estantes.
- ¡wow! Pero que desorden – dijo al ver los libros tirados por el pasillo.
Nos separamos de inmediato y miramos al chico, mientras este caminaba por entre los libros que se encontraban en el suelo y nos veía un poco confuso y asustado.
- ¿Qué es lo que quieres?
- Solo… venia por un libro – contesto un tanto nervioso el chico.
- Estamos en la biblioteca Mello, ¿recuerdas?
- ¡Toma tu libro y vete enano!
- Pero con ese desorden, es imposible buscar – comenzó a levantar los libros.
¿Ese mocoso se iba a quedar toda la vida?, empecé a pensar en darle un paliza para que se fuera, pero te acercaste hasta el.
- Esta bien así, nosotros recogeremos eso – dijiste tomando los libros que el chico recogía.
- Bien, solo me llevare este, gracias Near – tomo el libro y se fue.
- ¿Qué fue eso? ¿Nosotros recogeremos?
- Por si no te acuerdas este desastre fue tu culpa – me ofreciste un libro – ahora hay que poner todo en su lugar, si no quieres que te castiguen otra vez.
- Bien – tome el libro no muy convencido – pero realmente no me importa si me castigan de nuevo.
- Pero yo no quiero que te castiguen – bajaste la mirada un tanto sonrojado.
Estabas preocupado por mi, me sentí algo nervioso, lograste que yo también me sonrojara, no pude evitar sonreír, todo era tan tonto y embarazoso, pero me sentía bien por saber que te importaba.
Comencé a recoger los libros y ponerlos en su lugar, mientras tú hacías lo mismo, te sentía observarme de reojo y no podía evitar mirarte también, nuestras miradas se cruzaban y volteabas de inmediato, sonrojado de nuevo.
De pronto nuestras manos entraron en contacto al tratar de tomar el mismo libro al mismo tiempo, y enseguida apartaste tu mano.
- Lo siento – dijiste un tanto avergonzado
- No te disculpes, si quieres puedes hacerlo otra vez – dije de manera pretenciosa
- ¡No tengo por que hacerlo otra vez! – levantaste un poco la voz, sonrojado.
- Por cierto… ¿Qué estabas haciendo con Matt, en aquel salón?
- Nada – contestaste tan tranquilamente.
- ¿Cómo que nada?
- Solo me ayudaba a armar mi ciudad
- ¿Solo eso?
- Si
Realmente no estaba muy convencido con esa respuesta, y lo notaste enseguida.
- Matt esta preocupado, se siente inseguro acerca de lo que sientes por el.
- ¿El te dijo eso?
- Si, y también se a dado cuenta que te gusta alguien mas.
- Si, lo se
- Lo sabes...
- Si, el sospecha que tu me gustas
- Entiendo – dijiste tranquilamente
- ¿Entiendes?
- Matt me pregunto si tu me gustabas…
- Y… ¿te gusto? – dije pretenciosamente acercándome un poco hacia ti.
- El no lo sospecha, esta seguro de ello, pero no quiere aceptarlo – contestaste como si no hubieras escuchado lo que acababa de decir.
- Es parecido a ti
- Parecido a mi...
- Si, yo te gusto pero no quieres aceptarlo
- No puedes afirmarlo
- ¡Eres terco Near!
- Si… - dudaste un poco en hablar –Si ya no sientes lo mismo por Matt ¿Por qué sigues con el?
- Creo que no es tan fácil como parece.
- Matt a sido especial para ti desde hace tiempo
- Si, pero ahora cuando estoy cerca de ti siento algo distinto
- Pero, entre tu y yo siempre…
- La rivalidad, si, lo se
Tomaste el último libro que quedaba en el suelo y lo devolviste a su lugar, como tratando de evadir el tema, poniendo un punto y aparte.
- Near – tome tu mano y te acerque hacia mi de nuevo – para mi esa rivalidad ya no existe, quiero que lo entiendas… yo te quiero ¡Créeme!
Estabas sumamente ruborizado, pero no dejaste de mirarme, esta vez no escondías tu rostro.
- Te creo, pero...
- ¿Pero?
- No es correcto que juegues con los sentimientos de nadie.
- ¿Te refieres a Matt?
- Y a mi
- Quieres decir…
- Si
- Estas diciendo que tu…
- Que si. Te quiero – pronunciaste en voz baja ocultando tu sonrojo.
- ¿Qué? ¿No te escuche? – dije divertido
- Dije que me gus…
E interrumpí tu confesión plantándote un beso, pero esta vez era diferente, mas suave, con mas dulzura, correspondías a el sin negarte y a mi me agradaba tanto tenerte así, a mi merced, aceptando mis besos.
Al separarnos me miraste fijamente, acaricie tu rostro, me separe de ti y te tome de la mano
- Near ¿Quieres venir conmigo?
- Ir contigo... ¿A donde?
- A un lugar secreto-
No dijiste nada, solo asentiste con la cabeza y comenzamos a caminar tomados de la mano. En ese momento desee que el tiempo se detuviera, para no soltarnos de las manos nunca.