Tu mano, tan cálida, apretaba la mía como si nuca quisiera soltarla, me sentí feliz, pero a la vez no sabía si estaba bien lo que hacía, me había dejado llevar demasiado, pero ya no podía retractarme, estaba contigo, era lo que me importaba.
-¿En qué piensas Near? – preguntaste rompiendo el silencio.
- Nada en particular– dije sonrojándome un poco.
- ¿Estabas pensando en mi?
- Claro que no
- ¿Entonces por qué te sonrojas?
- ¡No lo estoy!
Pero seguramente si lo estaba, sonreíste divertido ante aquello.
Bajamos las escaleras y nos dirigimos rumbo a la puerta que daba al patio, me detuve de pronto.
- ¡Espera!
- ¿Qué sucede?
- ¿A dónde vamos?
- Ya te dije que a un lugar secreto
- Pero, ese lugar secreto…
- Es mi lugar secreto
- ¿En el patio?
- Si
El patio… Jamás había ido ahí, no sabía que sería lo que encontraría detrás de esa puerta, ni siquiera sabía si quería ir allí; dudé unos instantes.
- Near, ¿Por qué te detienes?
- Jamás he salido
- ¿Te da miedo salir?
- No…
- No va a pasar nada – y seguiste caminando jalándome del brazo.
No quería soltar tu mano así que seguí caminando. Llegamos a la puerta y la abriste, enseguida la luz del sol lleno mis ojos, haciendo que los cerrara, no estaba acostumbrado a la luz del exterior.
Coloqué mi brazo sobre mi frente, para evitar que el sol lastimara mi vista y entonces pude observar por primera vez, todo aquel paisaje que solo había apreciado desde las ventanas.
El viento soplaba tranquilamente, y revolvía mis cabellos, de alguna manera la luz ya no lastimaba mis ojos, te mire y sonreíste, mi corazón se aceleraba.
Comenzaste a caminar de nuevo y yo solo te seguía sin soltar tu mano ni un momento, la apreté con fuerza, me sentía nervioso.
Mientras caminábamos comencé a observar el paisaje detenidamente, a lo lejos se observaba un grupo de chicos que jugaban con una pelota, uno de ellos nos vio e hizo señas a otro.
- Mello
- ¿Qué pasa?
- Creo que ya nos han visto
- Esta bien, no importa, tu sigue caminando.
Suspire y seguí caminando ¿Hasta donde me estabas llevando? Ya nos habíamos alejado demasiado de la entrada.
- Mello…
- ¿Es ahí vez? – dijiste señalando un enorme árbol.
- Es… grande
- ¡Vamos¡ - y comenzaste a correr a gran velocidad.
Apenas podía igualarte, mis piernas hacían todo lo que podían, pero aun así, corrí con todas mis fuerzas.
Al llegar a aquel sitio te detuviste, solté tu mano para recuperar el aliento, mientras admiraba aquel lugar.
Realmente era tranquilo bajo aquel árbol tan inmenso, el pasto estaba recubierto de pequeñas florecillas blancas y la brisa soplaba tan refrescante.
Cerré los ojos un momento, el viento golpeaba mi rostro y revolvía mi cabello, respire profundo, era la primera vez que tenía contacto con el exterior de esa manera.
Sentí tus brazos de pronto y abrí los ojos, me abrazabas por detrás recargando tu barbilla en mi hombro.
- Es muy tranquilo ¿Verdad?
- Lo es
- Este es mi lugar secreto – me soltaste y caminaste hacia el árbol, sentándote en el pasto.
Mire hacia arriba, era realmente frondoso, sonreí para mi mismo, me gustaba aquel lugar. Te mire y me dirigí hacia donde estabas, sonreíste al verme caminar hacia ti, me senté a tu lado.
- ¿Te gusta este lugar?
- Si
- ¡Que bueno!, creí que sentirías miedo de estar afuera o algo así.
- No es miedo, es solo… algo nuevo para mi
- Me gustan las cosas nuevas – comentaste divertido.
- Hay muchas cosas nuevas en mi vida últimamente – suspiré
Recargue mi cuerpo hacia atrás, me sentía bien, el viento comenzaba a arrullarme.
Tomaste de nuevo mi mano, me aferre a tu brazo y me recosté aun lado de tu hombro, te giraste un poco hacia mi pasando tu brazo a mi alrededor, me acomode en tu pecho y recargaste tu cabeza sobre la mía, besando mi frente
Era imposible que estuviéramos así, ¿Realmente eras el mismo Mello que me insultaba y golpeaba en cuanto tenia la oportunidad? Aquello era realmente una mentira, o un sueño ¿Qué estaba pasando?
De cualquier manera, había prometido creer en ti, quería creer en ti.
Deje de pensar en todo aquello que me martirizaba y mire hacia tu rostro, al hacerlo sentí tu aliento sobre mi frente, tus ojos estaban cerrados.
- ¿Mello?
- Dime – contestaste abriendo los ojos.
- Lo siento, solo pensé que estabas dormido.
- No – sentía tu aliento sobre mi rostro – pero creo que estuve a punto de hacerlo.
- No te duermas, pronto será la hora de la comida.
- ¿Tienes hambre?
- No es eso, pero si llegamos tarde...
- Si, si, ya entendí – decías un tanto fastidiado – olvidemos eso ¿quieres?- y cerraste los ojos de nuevo.
- Mello
- Dime – pronunciaste con los ojos cerrados
- Enserio, no te duermas – abriste los ojos y me miraste.
- Esta bien Near, solo será un momento.
- ¿Qué tal si te duermes y no puedo despertarte?
- Entonces vete sin mi – volviste a cerrar los ojos.
Me estaba desesperando, ¿como iba a volver si ti? aun así permanecí callado por un rato. Como sospechaba te quedaste dormido, escuchaba el latir de tu corazón y respirabas tranquilamente, mientras sentía tu aliento sobre mi frente.
- Te dije que no te durmieras – reclame sabiendo que no me escucharías.
A lo lejos se escuchaba el murmullo de los chicos que regresaban adentro, seguramente se dirigían al comedor, entre risas y bullicio.
Hacían mucho ruido, te observe, pero aun con todo el ruido no había señas de que despertaras.
- ¡Mello! – te moví un poco
- ¿Qué?
- ¡Despierta!
- Estoy despierto
- Entonces abre los ojos
Pero seguías inmóvil aun con los ojos cerrados
- Mello
- ¿Qué?
- ¿No vas a abrir los ojos?
- Ya casi
- ¿Ya casi?
- Ya casi los abro…
No podía volver sin ti, tenia que despertarte de alguna forma.
- Mello
- ¿Qué?
Me separe un poco de ti y acerque mi rostro al tuyo, dándote un pequeño y tímido beso en los labios. Abriste los ojos y me miraste sorprendido.
- ¿Ya vas a despertar?
- Me… besaste
- Tenia que despertarte, hay que irnos ya
- Si me das otro beso iré contigo a donde quieras.
- ¡No voy a besarte de nuevo!
- Entonces me quedare aquí - y te acomodaste de nuevo.
- ¡Mello!
- Ya te dije mis condiciones
- Que chantaje
- Bien, entonces dormiré otro ra… - interrumpí tus palabras con un beso.
Te incorporaste de inmediato pasando tus brazos alrededor de mi y correspondiendo a mis labios, sentí tus dedos colarse entre mis cabellos y en el instante me separe de ti
- ¿Ya podemos irnos?
- ¡Ese beso fue muy corto!
- No me importa, ya te lo di ahora ¡vamos! – y me levante de inmediato.
- Aunque te hagas el desinteresado, se que querías besarme desde el principio - dijiste levantándote.
- No puedes afirmar algo que no sabes – comencé a caminar.
- Eres terco Near – me alcanzaste y me tomaste de la mano y caminamos de vuelta.
Una vez dentro, fue como si estuviera en tierra firme, aunque afuera me sentí bien, era algo nuevo para mi, y estaba tranquilo por estar de vuelta.
Comenzamos a avanzar, ya casi no había nadie por los pasillos, y los pocos que pasaban caminando a nuestro lado, nos miraban extrañados.
Las puertas del comedor estaban abiertas completamente, en cuanto nos acercamos pude distinguir a Matt que ya se encontraba sentado a la mesa.
- ¿Nos sentamos juntos Near?
- Lo siento Mello pero no me sentare contigo – te solté de la mano.
- ¿Qué? ¿Por qué?
- No creo que sea conveniente - y seguí caminando.
Entre al salón y fui hacia la primer silla que divise libre, entraste detrás de mi y enseguida Matt comenzó a llamarte y hacerte señas, pero lo ignoraste, tomando asiento casi frente a mi, y alejado de el.
Me miraste comprendiendo lo que había querido decirte, yo solo sonreí discretamente y gire la vista hacia los demás del comedor.
Pude percatarme de que Matt te miraba sorprendido, era de esperarse después de que lo ignoraras por completo.
Voltee la vista hacia ti, tratando de adivinar lo que pensabas.
Mello… ¿Realmente esta bien si estamos juntos?