¿Cuántas veces debemos de alimentarlos?
¿Qué pasa si se despiertan a mitad de la noche?
¿Qué deberíamos hacer si no dejan de llorar?
La enfermera fue bombardeada con tantas preguntas que Siwon y Kyuhyun pensaron que no respondería por un segundo, afortunadamente la mujer, que había criado tres hijos y dos nietos, no negó su ayuda y les apoyó con la experiencia de sobra que tenía; se tomó su tiempo para explicarles cómo es que debían de cargarlos, de preparar su leche, cambiar pañales, alimentaros y hasta cambiarlos de ropa.
—Finalmente a casa –Kyuhyun suspiró, colocando la silla especial dentro del coche con Sun Hee durmiendo cómodamente, dentro.
—Pronto estarán en casa –Siwon sonrió, poniendo la de Hyun Su del otro lado.
Habían tenido que quedarse dos días en el hospital, a pesar de que los bebés habían nacido bien, el doctor consideró que era mejor se quedaran un par de días para ver que todo estaría bien pues sabía que tenían un camino largo que recorrer, además de que la trabajadora social había venido a que firmaran una cantidad casi ridícula de papeles hasta el punto que Kyuhyun pensó que odiaba su propia firma.
—Vamos, Kyu, antes de que se despierten –Siwon entró al auto y cerró la puerta lo más delicada y lentamente posible mientras Kyuhyun hacía lo mismo del otro lado.
Kyuhyun no pudo quedarse demasiado tiempo viendo hacia enfrente, poco después se giró un poco para poder ver a sus hijos que aún dormían plácidamente en sus asientos, creí que ese suéter y pantalón rosa le quedaba de maravilla a Sun Hee y que Hyun Su era perfecto con el de color azul, ambos eran demasiado tiernos.
—Son perfectos, ¿no crees? –Siwon preguntó con una sonrisa, mirándolos por el espejo retrovisor.
—Obviamente, se parecen a mí –sonrió, bien sabía que él no los había tenido, pero igual.
Con una risa, Siwon continuó manejando, teniendo cuidado de no pasar por algún bache que les hiciera despertar, allá en el hospital habían empezado a llorar en algún momento y los dos habían tenido muchos problemas para calmarlos. El viaje estaba en silencio por la misma razón y en verdad empezaba a creer que se volvería loco, quería escuchar algo que no fuese solamente el motor del carro, lo malo es que cuando escuchó algo, deseó no haberlo pedido.
—¿Qué pasa, Hyun Su? No, no llores bebé, todo está bien –Kyuhyun se estiró lo más que el cinturón le permitía para tocar el pie de Hyun Su que estaba empezando a llorar en un intento por calmarlo, sin embargo no parecía ayudar y las lágrimas empezaban a rodarle por las mejillas más rápidamente.
Pronto estaba llorando a todo lo que daba.
—Bebé, cálmate por favor o –y lo predecible pasó—, vas a despertar a Sun Hee, la despertaste.
—¿Quieres que me detenga? –Siwon preguntó mientras escuchaba el llanto ir en aumento.
—Si no te importa, Sun Hee me agarró el dedo y no me suelta –se sentía más que bien pero sentía que Hyun Su le miraba con envidia.
Afortunadamente para ambos, había una gasolinera unos cuantos metros allá y pudieron detenerse, Siwon se estacionó y salió del auto mientras Kyuhyun se libraba del agarre de su niña y salía también. Entre los dos empezaron a intentar calmarlos y al final les tomó como veinte minutos calmarlos, veinte minutos en donde algunas personas les veían curiosamente pero que afortunadamente no se habían acercado a preguntar por reconocerlos.
Ya de vuelta al camino, Kyuhyun se quedó dormido en algún punto y Siwon se sentía como liga por tener las vidas de tres personas en sus manos, lo único que pudo hacer es rezar para que todo estuviera bien.
—Bienvenida a casa –Kyuhyun sonrió mientras abría la puerta con la mano que no tenía a Sun Hee cargando—, aquí es donde vivirán de ahora en adelante. –Sonrió, dejando la pequeña maleta con las cosas de la niña sobre el sillón.
—Tú también bienvenido, bebé –Siwon sonrió mientras entraba detrás de él, cerrando la puerta con un pequeño empujon.
—A penas y me creo que ya es de noche –Kyuhyun suspiró, sentándose en el sillón y mirando a su bebé que le miraba con los ojos bastante abiertos.
—Sí, pero al fin llegamos y es lo único importante –Siwon estaba exhausto, manejar todo el camino le había dejado los músculos como ligas reventadas ya, lo único que quería era dormir de nuevo en su propia cama.
—¿Y ahora qué? –Kyuhyun se quejó cuando sintió su teléfono vibrar, apretando el aparato con desprecio por vibrar en ese momento—. Y tenían que ser ellos.
Tenía tres mensajes:
De: Changmin
¡Ah! Ya nacieron y no me dijiste, ¿qué te hice yo? En fin, quiero ver sus tiernas manos y piel suave, los iré a visitar mañana, ¡prepárate!
De: Minho
¡Hyung! Donghae hyung nos ha dicho que ya nacieron, espero que no te importe que te pasaremos a ver mañana, Minnie y los demás queremos conocerlos.
De: Donghae
¿Están en casa al fin? ¡Genial! Todos esperábamos su regreso, no podemos esperar para que llegue mañana y podamos verlos, seguro que son hermosos. ¡Nos vemos mañana, Kyu!
—Así que… tendremos diecisiete personas dando vueltas por aquí –Siwon rio, mirando su teléfono.
—Diecisiete niños, dirás, el único medio maduro es Onew –Kyuhyun aventó su celular al otro sillón, regresando su mirada a los dos bebés—. Mañana van a conocer a su loca familia.
—Pero por ahora, durmamos.
Después de una hora de cambiarlos y alimentarlos, Kyuhyun los colocó en sus respectivas cunas y se subió a su cama mientras esperaba por Siwon que había salido corriendo a bañarse después de que Hyun Su se le había hecho encima. Para cuando llegó, estaba casi dormido—. Tu cabello está mojado, vete par allá.
—No me arriesgare a encender la secadora así que aguántate.
—Siwon… —Kyuhyun susurró, hacienda que el mayor lo mirara—. ¿Qué tal si no soy capaz de despertarme cuando necesiten algo?
—Estoy seguro que lo harás, de unos días para acá has desarrollado un muy avanzado sentido de responsabilidad, estarás listo –le sonrió, besándole el cuello.
Aunque los dos estaban cansados, ninguno podía quedarse dormido totalmente, cualquier sonido que venía de las cunas era suficiente para hacerlos levantarse y ver qué pasaba; quizá fue hasta la millonésima vez que entendieron lo que era movimiento, lo que era respiración y lo que nada más era su imaginación, por fin pudieron quedarse dormidos hasta que algo nuevo ocurrió.
Kyuhyun brincó de la cama hasta llegar a lado de Sun Hee mientras Siwon se apuraba a llegar al de Hyun su cuando la niña empezó a llorar, Kyuhyun salió corriendo del cuarto en busca de la leche y la alimentó mientras su pareja hacía lo mismo con el niño. Una vez controlada la situación, volvieron a la cama.
—Siwon… están llorando de nuevo –Kyuhyun susurró, tallándose los ojos.
—Lo sé, ya vo.
Siwon miró el reloj de reojo: las dos de la mañana.
—Kyu…
—Sí, es mi turno, voy.
Tres de la mañana. ¿No estaban durmiendo dos horas?
—Siwon, no los dejes llorar por tanto tiempo.
Por lo menos eran las cinco.
—Ya es hora de despertar –Kyuhyun gruño al escuchar sus palabras, a penas y había dormido y ya era tiempo—. Vamos cielo.
—Tú recíbelos, yo no quiero.
—Vamos Kyuhyun –Siwon rio entretenido, quitándole las cobijas de las piernas—. Buenos días bebés. –Dijo con una sonrisa a los bebés que empezaban a despertar.
Kyuhyun sabía que no iba a ser fácil, la enfermera se los había advertido, les había dicho que necesitaban comer cada dos horas y que les gustaba que los arrullaran para poder dormir más fácilmente, pero vaya que era difícil y lo peor es que apenas iba empezando.
—Llámalos y diles que estamos cansados –gruñó de nuevo, escuchando a su pareja reírse.
—Muy bien, les diré que su infame y diabólico maknae se está echando para atrás.
—¿Sabes cuánto te odio?
—Sí y yo te amo.