La información brindada por virgo no era del todo alentadora, le costaba bastante imaginarse en una situación semejante a la que había apreciado su primera noche en ese lugar, pero sobre eso no lograba descifrar el aparente misterio que rodeaba a Cáncer, todo lo correspondiente a ese hombre estaba truncado.
Si sonreía no estaba cien por ciento seguro si en realidad estaba feliz, si se queda en silencio no significaba que estuviera triste, si lo miraba con intensidad…
Nada parecía tener sentido, ¿Cómo podría regresar al santuario si aún no podía ni deducir que se escondía tras la voz de aquel hombre?, tal vez eso los unió, conocía a la perfecciona su gusto por lo desconocido y Deathmask reflejaba un gran reto por debelar.
Las noches en cierta forma lo ayudaban a entender ciertas cosas, ya que al parecer él podía ver en sueños recuerdos del león. La traición de geminis, una lucha contra Poseidón, Hades y…Asgard.
Pero un sueño en particular le mostro el motivo de una de las actitudes sospechosas en el cangrejo. Este siempre llevaba consigo vendas en los antebrazos, que en ningún momento retiraba, incluso aquella vez que los sorprendió la lluvia él italiano seguía llevando esa tela húmeda sobre sus extremidades.
El sueño fue algo rápido, podía recordar solo una parte de él (y en su opinión no era una que deseara vivir) Su contraparte se encontraba besando al custodio del cuarto templo, con mucha calma, no queriendo hacer más íntimo el contacto, estaban sentados bajo un árbol, en un momento leo comenzó a pasar sus manos por los brazos del otro (que no llevaba venda alguna) y beso con especial cuidado el lugar que él se había acostumbrado a ver oculto, lo que paso a continuación lo dejo un tanto asombrado, así que al despertar bajo muy decidido al cuarto templo para saber si lo que había soñado era real o solo una fantasía.
-¡¡Quítate las vendas!!-ingreso a la habitación, sorprendiendo al do ojos azules, que debido al sobresalto dio un respingo y se llevó las manos al pecho. Este acto facilito el ataque del felino, que se lanzó sobre el cangrejo.
-¿Qué mosca te pico?-expreso el italiano, sorprendido por el acto del castaño.
-¿Quiero saber, que estas escondiendo?
-Nada en realidad-dirigió su vista a otro lado, intentando escapar de la vista agresiva del griego, pero de repente algo paso por su mente-¿alguien te dijo algo?-La idea de haber sido visto en un situación en la que se permitía un nivel nulo de agresividad o soberbia ,le preocupaba vastante pues eso eran los unicos espacios en los que dejaba de lado todas sus máscaras.
-No, tuve un sueño-paso su mano por la tela que deseaba quitar-un sueño en el que veía porque te cubres, y…quiero saber si es verdad.-levanto el brazo y comenzó a retirar la venda. El cangrejo dirigió su mirar al león, intrigado por la lentitud con la que el otro retiraba la venda.
-Vaya-el de ojos esmeralda veía con sorpresa que su sueño había sido real-ahora entiendo, pero, ¿por no quieres que los demás lo sepan?
-yo, no sé, creó que es algo extraño, me da un poco de vergüenza.
No se avergonzaba de su relación con Aioria, pero que el león disfrutara de dejarle marcas en los brazos no era algo que le gustara alardear(o quizás sí), la verdad es que el griego no parecía estar muy emocionado por dejar al descubierto su homosexualidad.
-Es una promesa-prosiguió con firmeza.
-¿Una promesa?-un leve alzamiento de ceja, fue el indicador, para que el italiano comprendiera que debía ser más claro.
-Sí, te prometí o más bien, acordamos que yo no me quitaría las vendas, hasta que estuvieras listo para aceptar frente a los demás lo que compartimos, el quitarme las vendas simboliza que no habrá mentiras entre nosotros y el mundo, que nos desharemos de toda mancha de falsedad, que más allá de lo que puedan pensar de ti has conseguido encontrar en mí él apoyo para superarlo.
-Creo, que comienzo a entender, lo que sientes por él-el león había terminado de quitar las vendas y tocaba con las llamas de sus dedos las marcas de ese amor secreto.