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¿amor mortal o inmortal? por cefiromarino

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Notas del capitulo:

ahora si el primer capitulo y la verdadera interaccion del cubo de hielo y el bicho,  

Capítulo 1

 

-          ¡Milo!

-          Camus, ¿por fin de regreso de Siberia?

-          Sí, aunque solamente por un par de días. No puedo dejar a mis aprendices mucho tiempo.

-          ¿Tienes tiempo de ir por un café conmigo a Rodorio?     

-          Claro, que te parece si te veo en el vestíbulo en dos horas.

-          Es una cita Camus.

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-          Entonces tus alumnos son Issac y Hyuga.

-          Sí, ambos entrenan por la armadura del cisne.

-          Bien, al menos pueden cuidarse solos un par de días, entonces ¿cómo es?

-          ¿Cómo es qué, Milo?

-          ¿Cómo es tener aprendices?

-          A, pues un poco como cuidarte a ti.

-          ¡Oye! ¿Cómo es eso?

-          Son niños, por lo tanto se portan como tú, por fortunas he aprendido a cocinar algunas cosas si no los pobres se morirían de hambre.                                 

-          Se morirán envenenados.

-          Milo, no has probado mi comida no puedes decir eso.

-          Pero jamás te has acercado a la cocina, siempre te la pasabas entre la biblioteca y la sala de armas  entrenando.                   

-          Pues para que lo sepas Shura me enseño a hacer un par de cosas, Ángelo también, él cocina una pasta deliciosa.

-          ¿D.M. cocina? Y ¿tú porque estarías con D.M?

-          El patriarca nos mandó a una misión cerca de Italia hace un par de años, de regreso pasamos por su pueblo natal y  su abuela nos invitó a comer, desde entonces comenzamos a llevarnos mejor, puede ser muy sarcástico e insidioso  pero es un gran cocinero.

-          Té gusta.

-          No, solo me cae bien, es un buen amigo.

-          Imagino será “tú mejor amigo”.

-          Milo, no empieces, sabes que tú eres mi mejor amigo.

-          Entonces  ¿Por qué no me habías contado que cocinabas con D.M? ¿y porque lo llamas por su nombre?

-          Afrodita también lo llama por su nombre y si no te dije antes fue para evitar una escena como esta, eres mi mejor amigo Milo pero algunas veces siento que eres demasiado posesivo.

-          Tú eres mío Camus, te convertiste en mi amigo, mi mejor amigo desde el día que llegaste al santuario cuando te lleve a mi lugar favorito, recuerdas, yo trepe al manzano para alcanzar la fruta que estaba casi hasta arriba, cuando perdí el equilibrio y creí que terminaría con algo roto, tú creaste un enorme montículo de nieve, termine empapado hasta los huesos igual que tú pero con dos manzanas en las manos, fui tu único amigo en el santuario por mucho tiempo y creo que…

-          Milo, entiéndelo de una vez, que tenga más amigos no significa que te quiera menos o que no confíe en ti, te quiero Milo, te quiero mucho (tocando su mano).

-          ¡Camus!, yo también te quiero, pero lo que yo siento no se conforma con que seamos amigos, yo…

-          Será mejor que regresemos, mañana regreso a Siberia y tengo cosas que hacer.

-          Pero Camus…

-          Pero nada Milo, además deje tu regalo en casa.

-          ¿Me trajiste un regala?

-          Si pero lo deje en la sala de armas de acuario.

-          Siento que hay algo que no me dices, tú no eres olvidadizo, no es común que dejes algo olvidado.

-          Creo que es porque estoy preocupado por mi pupilo más pequeño, sigue tratando de llegar al barco hundido donde descansa su madre, no entiende que solo pone en peligro su vida, no solo es el agua helada, el barco está muy profundo y se encuentra muy cerca del abismo, temo que aproveche que no estoy para desobedecer y  volver a intentar llegar hasta él.

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-          Por fin llegamos, tú casa tenía que ser la penúltima, ahora entiendo por qué eres tan delgado, son demasiadas escaleras.

-          Cansado “viejito”.

-          No estoy viejito, solo soy un año mayor que tú, es más solo meses mayor que tú.

-          Bien hablando de eso…

-          ¡¡Sorpresa!!

-          Chicos yo…

-          Creo que el bicho se quedó sin palabras. -Aioria-

-          Primera vez que veo a Escorpio callado. -Shura-

-          Que buda lo ilumine para que aprenda a mantenerse así. –Shaka-

-          Te luciste Camus, no creí que lograras tú cometido. –Saga-

-          Bien hecho, esa cara vale oro (risas). –D.M- 

-          Miren, se sonrojo el bichito. –afro-

-          Feliz cumpleaños milo –Mu- Camus organizo todo y nos dejó preparando la fiesta mientras te distraía

-          A comer muchachos. –Aldebarán-

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En casa de Escorpio.

-          ¿Te gusto tú sorpresa Milo?

-          Me encanto Camus, creí que lo habías olvidado.

-          Nunca, ya te lo he dicho, eres muy importante para mí.

-          ¿Cómo lograste que todos cooperaran?

-          Simple, me cobre algunos favores.

-          ¿favores?

-          Se me da el hacer postres, y tuve que hacer un par de traducciones, bueno Mu y Aldebarán no me pidieron nada, Shura me pidió una de mis botellas de vino, dijo que la había visto cuando mi maestro le mostro la cava, eso para que accediera a cocinar la paella y Shaka pues…

-          ¿Qué te pidió la rubia?

-          Milo no le digas así, solo me pidió ayuda con la  “calefacción” de su templo.

-          ¿Calefacción?

-          Sí, mejor dicho aire acondicionado, durante el verano suelo ayudarle a bajar la temperatura de su templo y afrodita le ayuda a mantener su pequeño jardín.

-          Adivino, Aioria te pidió los postres y Saga la traducción.

-          Pues no, Saga no lo aparenta pero le encanta lo dulce, las crepas dulces y Aioria no podía traducir un par de pergaminos que le dio el patriarca, mañana o pasado a más tardar ira a recogerlos, ya los termine pero no pude dárselos antes.

Milo tomo de las manos Camus quien se sonrojo.

-          Camus gracias por todo, ahora quiero que me escuches, Camus yo, yo te quiero, has sido mi amigo, mi compañero y confidente, sé que tras toda esa seriedad que manejas tienes un corazón de oro, por eso, por eso yo, Camus te amo.

Soltándose y poniendo su semblante más serio.

-          Milo no, soy tú amigo, tu compañero pero no más que eso, lo siento pero yo no te amo, no así (quebrándose por dentro).

-          Yo, Camus lo entiendo, me equivoque al pensar que me corresponderías, pero al menos ya lo dije (triste).

-          Eres mi amigo, mi primer amigo, mi mejor amigo pero solo eso Milo, te quiero pero no como tú quieres, no quiero lastimarte, será mejor que me marche, mañana regreso a Siberia a continuar el entrenamiento de mis pupilos.

-          No tienes que irte Camus, Te prometo no incomodarte con…

-          No Milo la distancia nos ayudara a poner claras las ideas y si me permites me retiro, parto al amanecer y necesito descansar un poco.

Uno quedo y otro salió pero ambos con el corazón despedazado, uno por no ser correspondido y otro por no poderlo hacer, lo amaba pero decirlo lo condenaría a una muerte deshonrosa y no podía permitir que eso le pasara a Milo, prefería verlo con el corazón roto que muerto.

Cuando Camus llego a la onceava casa se dirigió a su biblioteca, cuando estuvo solo dejo salir las lágrimas que a duras penas contenía, amaba a Milo, su Milo, porque era suyo, él lo amaba pero su voto de castidad lo ataba, así doblado sobre sí mismo  y llorando, sollozando silenciosamente lo encontró Aioria.

-          Camus ya vine por las traducciones, espero que no te mo… ¡¿estás bien Camus?! ¿Qué sucede?

Camus volteo a verlo pero bajo nuevamente la cabeza aun llorando, Aioria azorado soló  atino a acercársele y consolarlo como a un niño pequeño, le situación le parecía tan extraña, Camus raramente manifestaba sus sentimientos, a duras penas podías ver una sonrisa en su rostro, mucho menos una lagrima, su semblante siempre serio lograba serenar incluso al charlatán de Milo, o calmar las pataletas de D.M,  el caballero de acuario jamás le pareció tan frágil, tan vulnerable como en ese momento, simplemente se veía como lo que ere, como lo que realmente era, un joven de 15 años con el corazón roto.

-          Gracias Aioria por no dejarme solo.

-          Somos amigos Camus, dime ¿Por qué?¿Que fue o es tan terrible que derribo todas tus barreras?, tú no eres así, eres uno de los más sensatos de aquí, dímelo cam, confía en mí , no se lo diré a nadie.

-          Yo, ah, yo estoy enamorado de Milo.

-          Pero eso es genial, Milo te quiere se le ve a leguas, no veo el problema de eso Camus.

-          Ese es precisamente el problema Aioria, Milo me quiere, me lo acaba de confesar.

-          No entiendo, sí él te quiere y tú lo quieres a él ¿Cuál es el maldito problema?

-          Aioria, sabes que los Arcontes de acuario toman el voto de castidad.

-          Sí lo sé, pero tengo entendido que aún te faltan un par de años para decidir si tomas el voto o no, hace mucho que dejo de ser obligatorio.

-          No Aioria, mi maestro me obligo a hacer el juramento de mantenerme “casto y puro” cuando tenía seis hace ya casi nueve años, aunque yo ame a Milo no puedo corresponderle, no sin que haya terribles consecuencias.

-          Pero eso es… el viejo Dante estaba loco, ¿Cómo fue que? ¿porque izo eso?

-          No lo sé, él me dijo que el voto era indispensable para poder convertirme en guerrero de Athena, hace solo tres años supe que el voto se toma al cumplir la mayoría de edad y que es irrevocable, fue al mismo tiempo que entendí lo que sentía por Milo.

-          ¿Qué pasaría si rompes el voto?

-          Yo sería desterrado por dos años con mi  cosmo sellado.

-          Bueno, eso no es tan terrible.

-          No, eso no, pero Milo…

-           ¿Qué le pasaría a Milo?

-          Seria tratado como traidor, despojado de su armadura y tendrían que…

-          Entiendo seria su funeral.

-          Ahora me entiendes, si yo le confesara a Milo que lo quiero sería sentenciarlo a muerte, no puedo Aioria, no puedo condenarle a ese destino, aunque me duela el alma tener que rechazarlo prefiero verlo así, con el corazón roto que verlo muerto.

-          ¿Qué aras entonces?

-          Mañana salgo a Siberia, los cinco meses que iba a durar mi estancia allá serán más bien los cinco años que dura el entrenamiento completo, vendré lo menos posible a reportarme al santuario, solo espero que el tiempo y la distancia nos ayuden.

-          No te preocupes Camus, yo  lo cuidare y te mantendré informado de como esta, solo cuídate.

-          Gracias Aioria, gracias, eres un buen amigo.

No te des por vencido Camus, prometo que me pondré a estudiar para buscar una solución, si después de que termines de entrenar a tus pupilos ustedes se siguen amando el uno al otro encontraremos como romper ese voto sin que nadie salga lastimado, veras que lograremos que estén juntos.

Notas finales:

de aqui en adelante se dara un salto en el tiempo, ya no los veremos sino hasta despues de la lucha contra hades, de ahi en adelante mejorara su situacion, (espero)

 

los veo el viernes o sabado

besos 

Cefiro


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