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Cómo evitar que se roben a tu Seme por MikaShier

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Notas del capitulo:

Primero que nada, espero que hayan tenido una feliz navidad. Si leyeron el mensaje en mi tablero, sabrán que no haría especial de Navidad como el año pasado, pero actualizaría. Y, como saben, no actualicé. Mi gata Momo se perdió el 25 por la noche y no la encontramos hasta el 26. Pude haber actualizado ese día, pero mi gata Haru tuvo a sus gatitos y, como el destino gusta de hacerme sufrir, me enfermé ese mismo día. Apenas duro dos horas despierta:'v. En fin, lo siento. Sonarán puras excusas, pero es lo que hay.


Este es un capítulo puente.

Capítulo 10

Las olas del mar chocaban contra la arena, humedeciéndola. La brisa marina era fría y le removía los mechones. Se sentía helada en su cara húmeda.

Sí, era patético. Pero él siempre tenía las emociones a flor de piel y ahora estaba llorando. Y no era culpa de nadie, solo suya. Lo merecía, de verdad lo merecía. Pero el merecerlo solo le hacía tener más ganas de llorar.

Se abrazó las piernas y escondió el rostro en sus rodillas, intentando calmarse. Si pudiera volver el tiempo atrás... Jamás le hubiera hecho eso a Haru. Jamás. Y, entonces, Haru hubiera aceptado.

"Me gusta el chocolate caliente, Rin... Pero Aki me ha invitado antes, así que… adiós."

Había sido rechazado por el amor de su vida con una excusa patética. De verdad... parecía que las oportunidades se le habían agotado. 
Haru se fue, sin más. Rin no supo a qué había ido a ese lugar, pero ya no importaba.

Observó cómo se marchaba sin voltear a mirarlo, pero no lo resistió mucho tiempo. Se giró hacia el mar y se sentó en la arena, aparentando tranquilidad. Luego había llegado el llanto.

¿Valía la pena que lo intentase? 
¡Ese no era Rin Matsuoka! Negó con la cabeza varias veces, ¿qué demonios estaba haciendo? Se levantó y secó su rostro antes de comenzar a sacudirse la ropa.

Las reglas del juego... ¡Esto no era ningún juego para Rin! Se trataba de su felicidad, se trataba de su amor, se trataba de Haru. ¡E imitaría a Haru en la pelea!

Apuró el paso, pero no corrió. Pronto encontró a Haru, saliendo de la playa. Comenzó a caminar más lento y carraspeó haciendo que Haru se detuviese y girarse a verlo. No dijo nada, solo clavó la mirada en él.

—Hace mucho que no veo a Aki-chan. Iré contigo —declaró, dándole a Haru una sonrisa algo burlona. Pero era falsa, Rin no quería sonreírle.

— ¿Venir a ver a Aki? —El azabache se mostró confuso. Rin quiso bufar: Aki, ¿sin honoríficos?

— ¿Ya no hablas japonés? Es lo que acabo de decir —el ceño de Haru se relajó. Asintió.

—Le dará gusto.

¿Sabía lo que Aki sentiría? ¿Tan cercanos eran? Apretó los labios y comenzó a caminar a su lado. ¿Estaba exagerando? No, definitivamente no. Haru tenía algo íntimo con esa tal Aki. Bueno, Rin sí sabía quién era Aki, pero le gustaba más fingir que no la conocía. Sí, quizá exageraba con su aparente odio.

Haru no quería hablar. Bueno, a decir verdad, sí quería. Quería acortar un poco de la distancia impuesta entre ambos. Quería, quizá, reconciliarse con Rin ahí mismo. Pero no iba a hacerlo. Porque Rin seguía mintiendo.

Rin no parecía interesado en recuperar lo suyo. Invitarlo a tomar un café era, seguro, un método para deshacerse de su aburrimiento. Rin era así, a él no le interesaban los sentimientos de los demás, solo los suyos.

Quizá contradecía muchas cosas que había dicho o pensado cuando la lucha era conquistar a Rin, cuando su repentino amor lo cegó. En ese entonces, a Haru tampoco le habían interesado los sentimientos ajenos, hasta que vio que a Rin le dolía.

Se preguntaba si Rin querría volver con Sousuke. ¿Qué era lo que Rin quería ahora? ¿Qué era lo que él estaba haciendo? Todo estaba demasiado revuelto. Ya no tenía sentido.

—Eh... ¿Qué has hecho? —cuestionó Rin, de pronto. Haru salió de sus pensamientos y lo miró de reojo.

—Nada importante —seguro no anduvo diciendo mentiras, como otros. Rin asintió levemente. No había devuelto la pregunta.

Haru no estaba interesado en lo que había estado haciendo. Y, eso, le dolía un poco. Haru ni siquiera le preguntaba cómo había estado. Vale, él tampoco lo había preguntado, pero al menos había mostrado un poco de interés -Rin estaba realmente interesado en lo que Haru había estado haciendo últimamente, en ponerse al día, pero no iba a insistir-.

— ¿Y t...? —Murmuraba Haru, pero Rin no escuchó y lo interrumpió.

—Perdona por haberte mentido... Creí que podrías sentirte obligado a verme y eso...

Pedir perdón por una mentira haciendo la mentira más grande. ¡Era demasiado patético! Lo sabía, pero... no podía decirle la verdad. No podía decirle que era parte del plan estratégico que Kisumi le había ayudado a preparar.

Haru asintió levemente. Eso sonaba estúpido, pero Rin pensaba cosas estúpidas en ocasiones, así que quizá era verdad. No añadió más el resto del camino, no creía que valiera la pena. Las cosas estaban demasiado tensas y, sin darse cuenta, ellos se apartaban cada vez más.

Porque ambos querían lo mismo, pero pensaban que el otro no.

SSSSS

Aki abrió la puerta de su casa con un rostro alegre, que se transformó en uno de confusión al ver al pelirrojo al lado de Haru. Sus ojos brillaron y la felicidad aumentó.

— ¡¿Matsuoka-kun?!

—Aki... chan...

—Quería verte —comentó Haru, refiriéndose a la presencia del ojicarmín. Rin asintió.

—Hace muchos años...

—Lo sé, Matsuoka-kun... ¡Es bueno poder volver a verte!

Rin sonrió y murmuró una contestación antes de que la chica lo dejara pasar. Vio a Haru quitarse los zapatos con total naturalidad. Pero, sinceramente, ¿qué esperaba? ¿Que Haru se avergonzara por sacarse los zapatos? Bufó e imitó a la aparente parejita.

La casa de Aki era acogedora. Sus padres tenían fotos de ellos en el club -cuando Rin aún no se iba a Australia, y fotos de Aki con sus amigas en secundaria y demás. Llevaba el mismo uniforme que Kisumi... Igual y lo conocía.

Se sentó en el sofá individual, pues Aki ya se había sentado con Haru en el de tres plazas. Rin había pensado que quizá sería buena idea sentarse justo en medio de ambos, pero su orgullo ya estaba muy lastimado como para actuar como una novia celosa. Suspiró por milésima vez en el día.

—Y bueno… ¿Cómo has estado, Matsuoka-kun? Creí que estabas en Australia.

La respuesta a esa pregunta era clave. Se encogió de hombros, quitándole importancia al asunto.

—Vine a visitar a mi madre y a mi hermana, aunque Gou no quiere ni mirarme –aquello atrajo la vista del azabache. Sabía por qué Gou insistía en ignorar a Rin, algo había dicho en la reunión de ex equipo que tuvieron semanas atrás, sobre ignorarlo si la visitaba.

— ¿De verdad? —En realidad, ella justificaba completamente a Gou. Conocía la historia. Rin merecía ser ignorado un poquitín.

Pero, aún así, la justificación era general y aplicaba solo si Gou no era hermana de Rin. Sin embargo, Gou  era su hermana, y su hermano había viajado a verla. Esa chica estaba actuando infantilmente.

—Da igual. Regresaré en unos días… a Australia… —Haru desvió la mirada. Rin parecía algo… afligido por el hecho.

— ¿Tus vacaciones son cortas? –cuestionó el azabache. Rin no lo miró.

Nadie quería recibirlo, en realidad. Nadie deseaba pasar el rato con el imbécil que había terminado con su novio por medio de una carta, como un cobarde.

Haru apenas y lo miraba. Haru no lo quería cerca, ni siquiera Gou. Makoto, aún si no lo decía, no quería pasar el rato a su lado. Rei posiblemente estaría ocupado con Nagisa.

¿Cómo estar en donde no le quieren? Suspiró. La amistad era ilimitada, pero había abusado y no sería perdonado fácilmente. Porque aquél día no solo abandonó a Haru. Los había dejado a todos, sin una sola palabra.

Quizá debía rehacer su vida en Australia, pasar la página y dejar a Haru ser feliz… Con Aki…

Su teléfono comenzó a sonar, interrumpiendo la respuesta que Rin estaba por dar. Se disculpó en un murmuro, sacando su celular y contestando de inmediato, para callarlo de una vez.

Rin… Estoy en Sano. —Fue como si el alma regresase al cuerpo del pelirrojo. Soltó un suspiro y sonrió con verdadera alegría.

—Sousuke… —Haru frunció el ceño. ¿Ellos habían vuelto? ¿Por eso Rin sonreía de esa manera tan… sincera? El pelirrojo se disculpó nuevamente y salió de la habitación.

Kisumi me contó lo que había sucedido, o algo parecido…

—Uh… Sí… Pero ya estoy intentando remediarlo… supongo… —escuchó al de ojos cian suspirar. 

Es hora de la revancha, a mi parecer. —Una sonrisa invadió el rostro del pelirrojo. Sousuke... ¿lo iba a ayudar a recuperar a Haru a pesar de que lo dejó por él? 

—Tú... tú siempre estás haciendo este tipo de cosas por mí... —La risa gruesa del azabache se le arrancó otra sonrisa. 

Rin, sabes que haría cualquier cosa por ti. Así que ven a casa. Mis padres estarán felices de verte. 

¿Rehacer la vida? No, no era tan sencillo. Haru no había respetado su relación con Sousuke un año atrás, ¿por qué él debía respetar su posible relación con Aki? Apretó el teléfono con fuerza antes de guardarlo. 

Las cosas iban a cambiar. Tenían qué. Los errores... si bien no podían corregirse, los compensaría. Los puntos buenos brillarían sobre los malos y recuperaría a Haru. 

 


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