Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cómo evitar que se roben a tu Seme por MikaShier

[Reviews - 26]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

 

"Paso dos. Ignóralo.

Ignorar es la forma más efectiva de llamar la atención de alguien. Si él está intentando saber algo de ti y tú lo ignoras o lo evitas, él estará pensando en ti durante todo el día."

Al final de cuentas, Rin se perdió en el campus. No supo cuál era su edificio hasta que cayó en cuenta del letrero en la jardinera de cada estructura. Sin embargo, al entrar, tuvo que salir de inmediato y dirigirse al edificio de administración por su horario, número de casillero y demás.

Supuso que ese tipo de cosas solo le pasaban a él por ser de transferencia y entrar en periodo desigual, pues no había nadie más que él recogiendo llaves, horarios y demás. Suspiró pesadamente y regresó al edificio de criminología.

No supo cómo logró deshacerse de Haru esa mañana. Quizá el pelinegro, mientras le llamaba a unos metros de distancia, decidió que había estado confundido y, en consecuencia, se había marchado para entrar a su clase.

Igual que todos.

Rin vagaba solo entre los pasillos, después de cambiar sus zapatos en el área de casilleros, buscando su aula y cargando la ligera mochila de correa. Finalmente encontró el lugar indicado y, sin más, entró.

Una vez más, en lo que llevaba de existencia, estaba solo. Pero ahora, no importaba y no dolía, porque su objetivo ahí no era hacer amigos, no era nadar, no era nada más que estudiar y recuperar a Haru.

¿Y qué si lo perdió todo? Tarde o temprano, el esfuerzo debía ser recompensado.

Quizá era que, en la universidad, todos fueran, en cierto aspecto, más maduros y confiados. Rin no encontraría otra explicación para el hecho de que, en cuanto su trasero tocó el asiento, la chica del pupitre compartido de al lado preguntase:

— ¿Dónde compras el tinte en ese tono? —la sonrisa en su rostro le indicó que no estaba bromeando. El chico con el que Rin compartiría pupitre el resto del año escolar soltó una risita.

—No me tinto el...

—Ya estás grandecito para avergonzarte por ello, sólo dime la boutique y te dejo tranquilo —insistió. Rin frunció el ceño. En su vida, nunca había tratado con muchas mujeres. A decir verdad, solo algunas cuantas le habían hablado (su madre, Gou, Yazaki, la abuela, Lori, su mejor amiga australiana en la secundaria, Hannah...). Sabía que no debía contestarle mal por más irritante que le pareciera. Lo sabía. Pero últimamente no tenía mucha paciencia y no se le antojaba andar limitando su vocabulario. Así que estaba dispuesto a mandarla a la mierda cuando el chico a su lado habló.

—Déjalo tranquilo, Emiko-san. Su cabello parece real —Rin suspiró y le dedicó una mirada al dueño de la voz.

El mundo estaba lleno de coincidencias. Comenzaba a pensar que todo había sido diseñado para joderle la vida y hacerlo cuadritos. Ese chico era el tipo grosero que le había empujado por la mañana. Quizá debía tragarse sus palabras, porque ese chico era precisamente quien, tras intercambiar algunas frases secas con la tal "Emiko", logró que la chica dejase de joder. Lo que Rin no sabía era que él podría ser su único aliado en esa universidad.

—Hisakawa Naoko —murmuró el chico.

—Matsuoka Rin —respondió en tono seco. El contrario dirigió la vista a la pizarra y le ignoró el resto de la clase.

Al pelirrojo no podía importarle menos, tenía cosas muchísimo más importantes en qué pensar, como en su próximo paso. El segundo. Sousuke decía que era muy fácil para los demás enamorarse o fijarse en la persona que los ignoraba de manera consciente, a propósito. Porque estaba en el ser humano querer lo que no tenía. En ese caso, atención.

Así que haría todo lo posible por aprenderse las rutas de Haru para ir y paseársele por enfrente e ignorarlo y que Haru se diera cuenta. Sonaba tan patético.... Pero era lo que había, punto.

—Estaba viendo tu horario —musitó de pronto el chico a su lado. Habían pasado dos horas sin darse cuenta y ahora el profesor se había marchado. Se había pasado parte de su primer día en las nubes.

—No te metas en donde no te llaman —bramó. Naoko sonrió y lo golpeó suavemente con el codo.

—Tomas las mismas clases que yo. Tenemos un par de horas libres hasta la siguiente clase. Te recomiendo comer algo y descansar, porque el profesor de la materia que sigue es bastante estirado. Si pudiera impedirnos respirar, lo haría —se levantó para desperezarse antes de tomar su mochila y suspirar—. Siento lo de esta mañana, estaba algo molesto y me la tomé contra el mundo.

—Vale, no importa...

Rin entendía lo que era tener un mal día, sentir que todos merecían un poco de su mal humor y pagarla con los demás, por eso olvidó rápidamente el mal sabor que le dejó por la mañana. Se levantó también y salió del aula junto a su compañero, quien decidió que se le pegaría como una pulga o algo así. Eso le era extraño.

— ¿No tienes a dónde ir? —preguntó Rin con algo de brusquedad.

—Gastronomía anda suelta y no quiero toparme con ellos. De hecho, quisiera evitarlos a toda costa —Naoko observó los ojos rubíes del otro brillar. Soltó una suave risa y negó—. Siento que te gustó esa idea. ¿Conociste a alguien de ese edificio?

—Te dejaré pasar el rato conmigo —musitó, ignorando la última pregunta—. Pero hay que echarle un vistazo a los chefcitos.

—Pero te he dicho que no quiero topármelos. Así que paso.

—Los miraremos de lejos. Solo quiero asegurarme de algunas cosas —Naoko observó a Rin por algunos segundos, analizando la propuesta. Finalmente, suspiró y, tallándose la parte trasera del cuello, asintió.

Naoko le guió a la azotea del edificio bajo de criminología, una extensión de tres pisos que se encontraba pegado al de seis. Gimnasios, según la creencia de Rin. El compañero del pelirrojo tenía el cabello de un tono amarillo y su piel era muy pálida. De cierta manera, le recordaba a Nagisa, solo que bastante más maduro y con los ojos de un bonito color verde. Era alto, un poco más que Rin pero estaba seguro que más bajo que Sousuke. Y tenía los músculos bien formados.

Gastronomía aún no salía de sus clases. Naoko informó que, normalmente, los de primero salían dentro de cinco minutos, pues contaban con una hora libre antes de su siguiente clase. El chico se encontraba apoyado completamente sobre la barda, con la barbilla en el barandal y mirando hacia abajo con cierto aspecto de decepción. Pero vale, Rin no sabía nada de eso ni si esa cara tan fea que estaba poniendo era de melancolía o algo así.

— ¿Cómo sabes tanto de ellos? ¿Tienes algún amigo ahí? —cuestionó. No admitiría que tenía curiosidad, mejor fingiría que quería matar el tiempo. Naoko suspiró y se encogió de hombros.

—Algo así. Aunque, en realidad, su horario está pegado en el edificio de administración. Y tengo buena memoria —le guiñó un ojo y Rin no pudo evitar bufar.

—Entonces, ¿no te agradan?

—Demasiado relajados para mi gusto, supongo. Es como si fuera una escuela de talentos. Hay únicamente prodigios. No se esfuerzan para nada, todos tienen talento natural.

—El esfuerzo termina ganándole al talento —murmuró Rin para sí. Naoko se mostró de acuerdo, pateándolo con suavidad en la pierna.

—El esfuerzo es lo que nos hace grandes personas. Luchar por lo que uno quiere... Eso es vivir.

Rin no podía ser más afortunado de encontrar a alguien que pensara como él. Sí, podía aceptar a Naoko como amigo.

A lo lejos se escuchó una campana y, minutos después, varios chicos y chicas comenzaron a salir del edificio de gastronomía, dirigiéndose a diferentes sitios, aunque la mayoría entró a un edificio en concreto.

— ¿Todos pasan el rato en la biblioteca? —cuestionó extrañado. Naoko soltó una risa y negó.

—La biblioteca está en la parte trasera de administración. Esa es la cafetería, idiota —el pelirrojo frunció el ceño, extrañado.

—En internet decía que era una biblioteca.

—Lo era, hace tres años. Pero lo convirtieron en una cafetería cuando agrandaron administración —aún no quitaba la sonrisa de su rostro. Quizá el que fuera así de amigable le hacía sentir a Rin cómodo—. A todo esto... ¿Por qué quieres espiar a los de gastronomía?

—Necesito ver a alguien solamente. Quisiera saberme sus horarios.

— ¿Una chica a quién conquistar?

Rin no tuvo las agallas para decirle que era a un chico.

SSSSSSSSSS

"¿Entonces? ¿Qué se supone que hará? Porque parece buena idea, pero sería desperdiciar mucho tiempo intentando crear eventos o algo así."

Kisumi S.

"I'm a single lady, I'm a single lady. Hey, Kisumi, can you give me your cellphone number, please?"

Hannah.

"¿Ah? ¿Cómo entraste aquí?"

Kisumi S.

"Yo la agregué. Ella insistió demasiado y dice que puede ayudar. Está pidiéndote el número telefónico."

Rin M.

"Dile que se lo pasaré por privado"

Kisumi S.

"I got it, bae"

Hannah.

"Te entendió. Volviendo a lo otro, por el momento solo intentaré saber sus horarios. Me mudé a Tokio por él, esperaba que entendieras que, para mí, no es desperdicio de tiempo. Podría dedicarle cada minuto de mi vida."

Rin M.

"Demasiado shojo para ti, Rin. Tu romanticismo supera los estándares."

Sousuke Y.

"¿Qué significa bae?"

Kisumi S.

"Concuerdo con Sou, por cierto. Yo opino que deberías meterte en su nuevo círculo social. Aunque hablamos de Haru, así que dudo que tenga más amigos que la tal Aki."

Kisumi S.

"Bae significa Before anyone else. Es como llaman a alguien que tiene mucha importancia para ti, o algo así."

Rin M.

"Nanase es el bae de Rin."

Sousuke Y.

"¡Dejen de decir bae!"

Hannah.

"¡Y Makoto es el tuyo!"

Rin M.

Sousuke suspiró y bloqueó la pantalla del teléfono, guardándoselo en el bolsillo y recargándose en el sofá mientras cerraba los ojos con fuerza.

¿Por qué era tan difícil fingir que todo estaba bien?

Dolía demasiado ignorarlo. Y dolía demasiado ser consciente. Su indecisión lastimaba a Makoto, lo lastimaba a él mismo. Pero él no había elegido eso. No era su culpa.

Era de humanos tener miedo. Cometer errores. Tomar decisiones en nombre de alguien más.

Nadie supuso nunca lo que Sousuke había sufrido desde el instante en que Haruka convirtió a Rin en su objetivo. El miedo que sintió de perder lo que más amaba, porque el amor de Rin nunca le había pertenecido y, aún si en ese momento lo tenía, era algo que desaparecería con el tiempo.

No le dejaron decidir y su miedo se transformó en ira. Toda su vida había sido dedicada a ese pelirrojo. Y no era una manera de culparlo por sus errores, no. Era que todo lo había hecho por ese sentimiento que albergaba en su interior. Por la sonrisa que Rin le mostraba al final del camino.

Y disfrutó la suavidad de esos labios contra los suyos. Los sonrojos que él causó y los abrazos que compartieron. Disfrutó cada momento sin saber que se lo arrebatarían tan bruscamente.

Sousuke nunca había tenido una oportunidad real con Rin. Lo sabía. Pero el engaño a veces dañaba menos que la verdad. Y si Rin podía fijarse en él por solo un momento...

Nadie supo ni sabría lo que sufrió aquél día en que Rin se declaró a Haru. Cuando decidió darse por vencido y escribió esa onceava regla que comprometía la virginidad de su mejor amigo. Del amor de su vida.

Porque nadie se interesó en sus sentimientos. A nadie le importó que él estuviera implicado. En la vida de Rin, él solo era un personaje secundario. En una película, seguro él moriría antes que los demás. Porque siempre había sido obvio que no era tan importante.

Y aun así luchaba por esa sonrisa. Por ese brillo que jamás le pertenecería. A pesar de que por dentro se hiciera añicos. A pesar de todo el torbellino que tenía en su interior.

—Sousuke... —sintió una caricia en la mejilla. Makoto lo miraba con preocupación y un suave sonrojo. El pelinegro se llevó la mano al rostro rápidamente.

—No es...

—Está bien. No tienes que ocultarlo. Nunca lo has ocultado cuando estás conmigo, ¿o sí? —le sonrió amablemente y se acomodó a su lado, poniendo una mano en la pierna del otro— Si quieres llorar, solo hazlo. No voy a decir nada, solo te abrazaré.

¿Por qué no podía ser importante? ¿Por qué no podía amar a Makoto por completo? ¿Por qué era tan difícil olvidarse de todo? Seguir adelante. Sentirse completo. ¿Por qué no podía hacerlo bien?

Makoto lo abrazó toda la noche.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).