Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nuestro por Kikyo_Takarai

[Reviews - 170]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Las cosas no son siempre fáciles en la casa Malfoy-Potter

—Por Merlín… —Susurró Remus,  su rostro iluminado mientras cargaba a Lily entre sus brazos. Entre las constantes peleas entre sus padres y el ajustado horario de entrenamiento que se había impuesto Harry (que tenía a Draco en un estado de pasiva tensión)  esta sería la primera vez que Lily conocería a alguno de sus parientes en algo más que fotografías. — Sirius, mira.

—Es muy hermosa, muy hermosa. —Susurró su Alfa sobre su hombro, envolviendo la cabecita con una mano que parecía demasiado grande. Lily los miró fijamente unos segundos, y cuando Sirius movió uno de sus muñecos de peluche frente a ella, haciendo sonidos extraños, sus ojitos grises lo siguieron unos segundos antes de bostezar, cómoda y segura. Remus le beso la cabeza mientras se sentaban en la sala de Grimmauld Place, Draco en un silencio inusual en él y Harry tratando de parecer de mejor humor del que estaba.

—Gracias.

—Oh, Harry, felicidades… Se parece mucho a ti. —Dijo Remus.

—Yo creo que se parece más a Draco. —Desestimó Harry con una sonrisa.

—Lo siento, Malfoy, pero no, tiene la cara de los Potter, mira esa nariz, es igual a la de James. —Dijo Sirius, la niña agarró con tanta fuerza como pudo el dedo que Sirius usó para señalarla y este se derritió visiblemente ante ella, susurrándole palabras de cariño. Remus sonrió melancólicamente, su Alfa siempre había sido bueno con los niños, así que no era de extrañarle que su nieta fuera la excepción.

—Está bien, tiene mis ojos, así que mis padres estarán encantados con ella. —Comentó Draco con una sonrisa ausente. — No dejes que se lleve tu dedo a la boca…

—No va a pasarle nada. —Dijo Harry, Draco no lo miró. — Tiene que acostumbrarse a ellos, van a cuidarla a diario dentro de un mes.

—Hablando de eso, Harry. —Susurró Remus, preocupado por la actitud de los jóvenes. Sirius aprovechó para robarse a Lily y acurrucarla contra su pecho, meciéndola suavemente, él no iba a meterse en discusiones. Remus había aceptado cuidar de Lily y la idea le encantaba, si bien le preocupaba que su Omega infértil se aferrara a la niña como un sustituto, Lily nunca sería suya, y no quería ver a Remus con el corazón roto al perder simbólicamente otro hijo.

—No estoy seguro sí pueda hacerme cargo de Lily a diario. —Confesó Remus, avergonzado. Draco lo miró curioso y Harry parecía ofendido. — No quiero que te enojes, pero… No sé si sea lo más saludable para mí…

—Yo estoy de acuerdo. —Intervino Sirius cuando Harry iba a responder, claramente molesto. — No es bueno que una pareja como nosotros se haga cargo a diario de un bebé ajeno, Harry. Hay instintos que no sé si podamos combatir.

— ¿Van a robarse a mi hija? —Murmuró Harry, súbitamente alerta, estirando los brazos en dirección a su padrino que le devolvió al bebé inmediatamente a pesar de que esta parecía inconforme con el cambio.

— ¡Jamás, Harry! —Dijo Remus de inmediato. — Pero… tenerla aquí, diariamente durante años… que dependa de nuestro cuidado y nuestro cariño a diario… no es una respuesta saludable al duelo que vivimos Harry.

—Lo que Remus quiere decir es que es difícil no sentirse… Abrumado por cuidar de una pequeña vida. Especialmente cuando nosotros no podemos tener una pequeña vida propia.

—Entonces no van a ayudarme. —Harry estaba a la defensiva, Draco le acarició el cuello, presionando suavemente sobre su marca lo que relajó al Omega apenas un segundo antes de tensarse de nuevo y alejarse de él. — ¿Tienes que ver en esto?

—¿Qué? Por merlín, Harry, no hablas en serio…

—No va a funcionarte, Draco. —Draco quiso discutir, el realmente no tenía nada que ver con lo que sus padrinos habían decidido, pero Harry ya los había dejado a los 3 con la palabra en la boca y había desaparecido entre las llamas de la chimenea. El rubio suspiró y se disculpó antes de seguirlo a casa. Harry había dejado a Lily en su cuarto y ahora metía un cambio de ropa en una maleta.

—¿A dónde vas?

—Iré a volar un rato. Lily comió hace una hora, así que no va a darte lata en un rato. —Dijo sin mirarlo.

—Harry, vamos a hablar de esto, yo no les pedí que hicieran nada.

—Lo sé. —Murmuró enojado. Draco estaba muy confundido. — Pero te hace feliz, si nadie puede cuidar a Lily tendré que quedarme aquí con ella ¿no?

—Si nadie puede cuidar a Lily la llevaré al trabajo conmigo… —Dijo Draco resignado. El siempre haría feliz a Harry, cedería siempre con tal de verlo feliz a su lado, no quería que Harry sintiera jamás que estar a su lado era una obligación. — Usaré una burbuja de protección y se la dejaremos a Remus o a mi madre cuando tenga días particularmente peligrosos, así no tienes que preocuparte por ella.

— ¿Cuál es la trampa? — Murmuró Harry, mirándolo con una ceja alzada. Draco suspiró.

—No hay ninguna trampa, Lily necesita estar con su familia, pero si tú no puedes quedarte con ella, mucho menos llevarla contigo, yo lo haré. Cuándo sea mayor podemos inscribirla en un grupo de desarrollo infantil, y yo trataré de volver a trabajar de forma independiente lo antes posible, así estaré en casa con ella.

— ¿Lo haces para hacerme quedar mal?

— ¿Qué?

—Claro, Harry Potter es un pésimo padre, su esposo deja su trabajo para cuidar a su hija mientras él se divierte. ¿Eso quieres no? —Acusó Harry. — Quieres humillarme porque me niego a quedarme en casa a cuidar a Lily. Que la gente piense que no me interesa, que sólo pienso en mí y entonces cederé y te daré lo que quieres.

—Harry, escucha lo que estás diciendo. —Dijo Draco, frotándose los ojos, irritado. — ¿Qué mierda ganaría con eso? Lo único que quiero es lo mejor para Lily. Si vas a jugar, está bien, te apoyo. Yo veré que se tiene que hacer por ella.

— ¡Uy, cuidado con San Draco! —Musitó el Omega. — Él si ve por su familia, no como su esposo que es un egoísta por querer hacer algo de su vida.

—Con una mierda, Harry. —Chilló Malfoy subiendo la voz. — No estoy recriminándote nada. ¿Quieres ir y ser todo lo que eras antes? Adelante, hazlo, pero ahora tenemos a Lily, y uno de los dos tiene que hacerse cargo, no podemos depender de otras personas para cuidar de nuestro cachorro, Harry…

—No necesitaríamos otras personas si no tuviéramos un cachorro en primer lugar. —Murmuró Harry, dejándose caer en el sillón. Draco se tensó visiblemente pero se relajó rápidamente, Harry no lo decía en serio. — Sólo… no entiendo porque no puedo hacer ambas cosas. ¿Por qué tengo que elegir entre mi carrera y ustedes?

—No tienes que hacerlo, te lo dije, yo me haré cargo de Lily hasta medio día, saliendo del entrenamiento puedes traerla a casa, Harry, pasar el día con ella mientras yo vuelvo de…

— ¿Ahora vas a poner de tu parte?

— ¿Es que nunca puedo darte gusto? — Explotó el rubio. —  Si me opongo a tu empleo, te enfureces. Si te apoyo me cuestionas, ya estoy cansándome de dormir en el sillón porque nada de lo que hago está bien para ti.

—Yo no dije…

— ¿Sabes qué? Tengo que irme. Hablaremos en la noche. —No, ya no quería discutir, haría funcionar su matrimonio, pero para eso tenía que calmarse. Le beso la frente, pero ignoró sus balbuceos antes de desaparecer en la chimenea.

-----000-----

— ¿Qué haces? —Cómo siempre Draco terminó refugiado en casa de Blaise, este no parecía realmente sorprendido de verlo, más bien resignado.

—Mi primo, Louis, está buscando un Omega para cría. —Draco se estremeció. Eso no era poco común, muchos Alfa que se casaban con Beta, o cuyos Omega tenían problemas de fertilidad buscaban una segunda pareja.

Había familias que criaban a sus hijos para ser Omegas de cría, simplemente se unían a un Alfa, se marcaban y se dedicaban a tener a sus hijos a cambio de que este los mantuviera y criará a los niños. Aquello realmente no le llamaba la atención, si acaso le parecía algo triste. Una cosa era casarte con varios Omega, había muchos otros Alfa que marcaban varios Omega y que dentro de su manada tenían el mismo poder y el mismo estatus, eran relaciones poligámicas producto del amor. Pero los Omega de cría eran diferentes, no eran reconocidos, no conservaban a sus hijos y morían muy jóvenes por el esfuerzo de estar en constante estado. Era una práctica en desaparición, y eso a Draco le parecía algo bueno, pero tampoco le extrañaba que en familias como la de Zabini eso fuera algo común.

— ¿Masculino? —Dijo sentándose a su lado y examinando las tarjetas que el otro miraba, con fotografías y datos sobre los candidatos.

—De preferencia…

—Y ¿Por qué lo estás haciendo tú?

—Louis está casado con un Omega que sufrió un accidente horrible con un hechizo que salió mal. —Explicó Blaise. — Tuvieron un cachorro pero luego del accidente no ha podido engendrar más, Louis lo ama demasiado para tomar un segundo Omega, así que decidieron buscar un Omega de cría para extender la familia sin preocuparse por que pueda enamorarse de él.

—Eso no responde mi pregunta.

—Su Omega cree que si Louis elije por sí mismo irá tras alguien que le guste y terminará por casarse con él, es impresionante lo que la infertilidad puede lograr en la psique de alguien, de cualquier modo, Louis estuvo de acuerdo en dejar a alguien más decidir, asegurando que encontraría el mejor candidato independientemente de sus gustos personales.

—Que buen primo eres. —Dijo Draco mirando la enorme cantidad de candidatos que había esparcidos por la mesa.

—Debería cobrarle, y estos son solo los que sus padres aprobaron. Al paso que voy jamás voy a decidirme por uno. No entiendo ese Afán Alfa por tener muchos cachorros.

—Los Alfa somos idiotas… Imagino que muchos cachorros son un alarde de virilidad…—Dijo Draco tomando un par de tarjetas. Un alarde de virilidad que él nunca tendría el placer de darse, pensó con amargura. Un Alfa “decente” tiene de 3 cachorros en adelante. Bueno, igual ser un Malfoy no era sinónimo de gente decente.  Miró las tarjetas distraídamente y descartó una de inmediato.

— ¿Disculpa? —Dijo Blaise recuperándola.

—Ese Omega tiene apenas 16 años, es muy joven para entrar en la cría, morirá para su segunda camada, no necesitan eso en su conciencia, sean o no una pareja tu primo va a follárselo cada celo y cuidar 9 meses de lo que venga dentro, van a encariñarse y será terrible si muere.

—No tengo idea porque me pidieron a mí esto si yo no tengo idea lo que estoy haciendo… —Dijo Blaise soltando las tarjetas, tirando la toalla mientras arrojaba la que Draco había descartado a una caja de zapatos. — Ya que estás buscando motivos para no estar en casa un par de horas podrías ayudarme.

—Supongo que sí.

—Traeré algo de vino.

Todos los Omega, todos sin falta son hermosos. Sería una cosa de género, asumió Draco, algo relacionado con su biología. Todos los Omega tienen piel suave, ojos brillantes y largas pestañas. Labios atractivos, sonrisas perfectas. Supuso que todos los Alfa tenían pollas enormes pero aquello no era realmente algo que pudieras, o debieras, presumir.

Sin importar el tipo de facciones que tuvieran, sin importar el tono de su piel, el color de su cabello, todos los Omega son hermosos. Decidirse por uno a partir de una fotografía sería difícil si no fuera él mismo y sus padres hubieran hecho con él muy similar, años antes de casarse. Incluso lo habían intentado después.

Pero Draco era quisquilloso, y eso que no conocía al Alfa en cuestión. De esas opciones algunos eran muy jóvenes y otros muy mayores, algunos muy delgados, otros con las caderas muy delicadas como para parir. Un par tenían cachorros, probablemente habían quedado viudos, así que tampoco eran buena opción. Pero aún con su ayuda pasaron dos horas antes de reducir la pila de opciones a poco menos de la mitad.

—Tengo que volver a casa. —Dijo poniéndose de pie, un poco mareado por el vino que habían estado pasándose como si fuera agua. Muy buena cosecha. — Harry va a gritarme mientras más me tarde.

— ¿Sabes qué? Toma, llévate algunas, necesito que me ayudes a decidir, puedes tirarlas a la basura si no te gustan, o quemarlas, pero el lunes dame los que te gusten.

—No se trata de que me gusten a mí.

—Ya no me importa, Draco, busca el más bonito si quieres, sólo reduce está lista, estoy volviéndome loco… salúdame a Harry y a tu nena.

—Sí, gracias. —Dijo Draco, metiendo un puñado de tarjetas en su bolsillo antes de volver a casa. Había mucho silencio, Lily debía estar durmiendo y Harry probablemente no lo aceptaría de vuelta en su cama, así que no iba a perder el tiempo tocando a su puerta. Hablarían en la mañana o cuando volviera del trabajo. Se sentó en el sillón y le dio un último vistazo a las tarjetas antes de meterlas de nuevo a su bolsillo y ponerse la piyama.

Un Omega de cría, hoy día, era algo así como un último recurso. Para Draco era una señal de egoísmo puro. Un Alfa jamás debería ser egoísta. Los Omega pueden ser sumisos y leales, pero un Alfa pondría su vida y su propia necesidad al final de cualquier lista con tal de proveer para su familia. Un Omega de cría significaba que ese Alfa quería hijos de su sangre, no le bastaba adoptar, debían ser suyos, pero no le importaba de que Omega salieran. Louis podía amar a su esposo, pero si este pensaba que otro podía fácilmente pasar de pareja de cría a un segundo cónyuge entonces debía tener razón en pedírselo a alguien más.

Una pareja de cría se marca y se mantiene, se somete al mismo Alfa, y el Omega que cría a sus hijos sabe perfectamente que ha fallado, cada cachorro nacido del otro es un constante recordatorio de eso, el jamás podría hacerlo, sería ofensivo, grosero, insultante. Incluso si deseaba una gran familia, incluso si tener un Omega sumiso esperándole en casa con la cena caliente y el cuerpo ardiendo de deseo sonaba increíble luego de semanas de discutir, dormir en el sillón y masturbarse discretamente cuándo pensaba en lo mucho que extrañaba a su esposo.

Tal vez aferrarse a ese honor de Alfa era una tontería después de todo. Los Alfa que no tienen lo que quieren lo buscan en otra parte. Su padre le diría que tomara una segunda pareja, que se buscara un Omega joven, caliente y atractivo con quien follar y tener un puñado de cachorritos mientras Harry hacía lo que quería. O bien obligarlo a ceder, obligarlo a renunciar a su empleo, a quedarse en casa con los niños que le haría aún si tenía que obligarlo. Pero esa alternativa tampoco era buena. Ambas apestaban, eso haría un Alfa normal, uno que sabe que hay cosas más importantes que él en la vida de su pareja, pero ya que Harry no era un Omega normal Draco también tendría que salirse de lo ordinario.

Entonces ¿Quién estaba bien? Draco sabía perfectamente porque Harry actuaba del modo en que lo hacía, por algo era el más inteligente de los dos desde la escuela. Harry había hecho lo que todos habían querido toda su vida, sus tíos lo trataban como sirviente y todos en Hogwarts como un héroe, nunca pudo decidir. Y luego descubrió que era un Omega, doblegado por su naturaleza a tener crías y someterse a un Alfa, y la capacidad de elegir lo que quería de su vida desapareció de nuevo, así que rechazó todo intento de marca.

Cuando se casaron Draco sabía que era un privilegio hacerlo suyo. Pero había estado equivocado en algo, Harry jamás sería suyo, no de la forma en que Remus le pertenecía a Sirius por ejemplo. Para Harry, con marca o sin ella Draco no era otra cosa que su esposo. Era su Alfa cuándo le venía en gana, cuando tenía ganas de sentirse protegido, cuando no le gustaba la forma en que alguien lo miraba en la calle, cuando una pesadilla no le permitía dormir en la noche. Pero aquellas cosas que los Alfa hacen, eso Harry no lo toleraba, no obedecía órdenes, no respetaba las reglas de Draco, viajaba constantemente y estaba todo el día rodeado de Alfas, sin importarle su género.  La gente iba y venía adorando al Harry héroe, al Harry deportista, al que actuaba como un beta. Los casi nueve meses de embarazo fueron el periodo más largo en sus casi nueve años de matrimonio en que Draco había sentido lo que era tener un Omega.

Draco no quería seguir siendo un Alfa cuándo a Harry le diera la gana, pero no tenía alternativas, ninguna aceptable, nadie le reclamaría por conseguir otro Omega, si acaso se preguntarían que le tomó tanto tiempo, pero no le interesaba lastimar de esa forma  Harry y apartarlo aún más de él.

Se acurrucó como pudo en el sillón, suspirando derrotado. Al final lo que más deseaba era que Harry y Lily fueran felices. Haría lo necesario para ello, incluso si él no siempre lo era. Esperaba al menos poder volver a dormir junto a su esposo, mientras Octubre se acercaba el clima comenzaba a enfriar y desearía poder sostenerlo entre sus brazos.

Notas finales:

Como siempre, mil gracias por leer y disfrutar de la historia :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).