Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nuestro por Kikyo_Takarai

[Reviews - 170]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Con este cap estamos a cuatro del final. Que nervios! No sé que escribiré ahora sobre Harry Potter, pero creo que será Snarry, para variar un poco las cosas. Mientras tanto terminemos el viaje de Harry, Draco y Lily, por ahora.

Disculpen si no siempre puedo responder sus comentarios, pero sepan que los amo y adoro saber de ustedes.

—Mm…—Harry no se sentía bien, dejó salir un quejido, la cabeza lo estaba matando, estaba en una cama suave, sentía el fuerte aroma a Alfa de Draco sobre él, así que debía ser su cama, no se animaba a abrir los ojos. Los hizo cuándo escuchó su voz.

— ¿Harry?

—Draco… ¿Qué paso?

—Gracias a Merlín, una blodger te golpeó, te caíste de la escoba. ¡Llevas inconsciente casi dos días!

— ¿Qué? —Dos días. Su accidente más grave hasta ahora y había sido en una práctica, Draco se acercó para besarle la frente y abrazarlo con cuidado, Harry se dejó maniobrar y besar, sintiéndose tranquilo entre sus brazos.

—No sabes lo asustado que estaba Harry, creí que… Curaron todos tus huesos rotos y no tienes heridas internas, pero te advierto que el Medimago sugirió que te tomaras unos días de descanso cuándo despertaras.

—Suena bien… me siento un poco molido…

—Sí claro, fue una fea caída. —Draco le sonrió, Harry se fijó más en él, en su aspecto cansado, la túnica arrugada, el cabello despeinado y las bolsas bajo sus ojos, seguramente estuvo despierto junto a su cama todo ese tiempo, preocupado a muerte por su Omega. Harry sintió la calidez del amor de Draco y una punzada de culpa que se transformó en ira en un segundo cuándo la puerta se abrió.

— ¿Draco? Te traje un poco de… ¡Harry! ¡Gracias a Merlín!

Ian sonrió, Harry detestó pensar que sonreía honestamente, sus mejillas hundiéndose en un par de adorables hoyuelos mientras dejaba una taza de café en la mesita de noche. Llevaba el cabello rubio atado detrás de la cabeza y lo que definitivamente era una camisa de Draco encima.

— ¿Qué mierda hace él aquí? —Musitó, las palabras salieron de su boca al mismo tiempo que su mente formaba la idea.

—Harry, Ian sólo estaba ayudándome. Llevas un par de días en cama, no podía ir a trabajar y se ofreció a cuidar a Lily mientras yo te cuidaba a ti. —Explicó Draco, Harry frunció el ceño profundamente.

— ¿Por qué está usando tu ropa? —Gruñó. Harry hacía eso, todo el tiempo, lo hacía cuando su ropa de embarazo no le apetecía, y claro cuándo se levantaba luego de tener sexo con su esposo.

—Lo siento…— Se disculpó el Omega de inmediato. — Lily acababa de comer, la moví para cambiarla de ropa y me vomitó encima… ¡Pero mi ropa está casi seca! Te la devolveré de inmediato.

—Creo que deberías irte. —Señaló Harry, con total frialdad y mirándolo como si fuera a apuñalarlo en cualquier momento. — Ahora.

—Yo… te veo luego Draco… con permiso.

— ¿Qué sucede contigo? — Preguntó Draco cuándo Ian cerró la puerta.  — Ian me ha sido de gran ayuda, Harry.

—No lo quiero en mi casa. — Murmuró enojado, recostándose de nuevo, Draco suspiró.

—Asumo que tienes motivos.

—Estaba usando tu ropa.

—Te explicó porque, no creí que quisieras que usará la tuya.

— ¿Estás acostándote con él?

— ¿Discúlpame?

—Estuve noqueado dos días, podrías haber hecho lo que quisieras, como acostarte con él.

—Harry ¿Qué? — Draco estaba genuinamente confundido, si bien Ian le atraía, no podía negarlo, no le interesaba de esa forma. No creía haberle dado a entender eso a Harry de ninguna forma.  Harry estaba furioso, lo sentía en el vínculo como fuego, salvaje y abrasivo, quemando a su esposo por dentro.

—Si… si es así me gustaría saberlo…—Sintió su voz temblar, entre el dolor de la cabeza y el de su pecho sentía los ojos húmedos por el llanto.

—Harry, cariño, no sucede nada con Ian, lo prometo. — Draco se sentó en la cama a su lado, parecía irritado pero más que nada profundamente confundido.

—No me mientas, Draco… estás buscando un segundo Omega, lo sé… encontré las tarjetas…

—Mierda, Harry. No es lo que parece ¿bien? Déjame explicarte…

—No quiero explicaciones… si quieres… tener otro Omega haz lo que quieras. Ya no tendré que preocuparme por tu bienestar, haré lo que me venga en gana, me iré de viaje, de fiesta, tendré la vida que quería desde un principio.

— ¿Eso quieres? ¿Eh? — Inquirió Draco herido. — Que deje de necesitarte para que puedas hacer tu vida sin pensar en mí… Debiste pensarlo antes de dejarme marcarte entonces. — Gruño. Algo dentro de Harry tembló de miedo ante ese gruñido. — Vendré a verte en un rato… Sólo… piensa en lo injusto que estás siendo Harry. ¿Quieres ser Beta, Omega? Decide de una maldita vez, Potter, por qué no puedes ser ambas. Lo que decidas, lo haremos funcionar, pero no puedo estar bailando así entre ambas opciones, Harry… no lo soporto.

Harry intentó responder algo hiriente pero Draco ya no estaba ahí, cerró la puerta al salir y lo escuchó gruñir irritado mientras sus pasos se alejaban por el pasillo.

---000-----

El dolor de cabeza sólo competía con el que sentía oprimiéndole el pecho, Harry pasó la tarde recostado, hasta que a eso de las 4 Draco volvió a su habitación.  Llevaba una bandeja con sopa, un par de bollitos, cubiertos y una servilleta. No le sonrió cuándo la puso sobre sus piernas, pero habló amablemente.

—Pensé que tendrías hambre, pero no te esfuerces mucho, si no tienes mucha hambre sólo dale una cucharadas o come un poco de pan ¿vale? Vendré más tarde por el plato.

—Draco, yo…

—Ahora no, Harry, por favor. Pensé… pensé que no ibas a despertar, sólo necesito calmarme un poco. Han sido dos días muy agotadores. — Susurró, cerró los ojos y se frotó las cienes con los dedos. — Es hora de que Lily duerma la siesta, no olvides tomar lo que dejó el medimago.

Se comió la sopa, se tomó la medicina y vio a Draco ir y venir por sus platos sucios. Más tarde lo vio cambiarse de ropa, recostarse a su lado en perfecto silencio y apagar la luz de su lado de la cama sin decirle una palabra. Harry hizo lo mismo, pero no podía dormir.

¿Qué quería? Creía estar seguro, ahora parece ser que ni el mismo sabía. Debería querer a su familia, él había decidido tenerla, pudo no casarse con Draco, pero lo hizo, pudo abortar a Lily, pero la llevó a término. Tenía que pensar en lo que quería. Podría ignorar lo que Draco deseaba, podía dedicarse al Quidditch, salir de viaje, parrandear y deslindarse de las responsabilidades de su familia hasta volver a casa luego de cada torneo. Draco decidiría entonces. Viviría educando a Lily por su cuenta, ofreciéndole la vida estable a la que Harry volvería cada tanto, sacrificando su tiempo juntos. Aún si este tiempo era de calidad Harry no estaría en momentos clave. Aún si Draco seguía trabajando, estaría ahí cuándo Lily hablara, cuando diera sus primeros pasos, cuándo llegara de la guardería, le daría un beso cada noche antes de dormir.

Podría buscarse otro Omega, uno que hiciera lo que él quería, quedarse en casa, horneando pasteles, con el vientre hinchado de cachorritos mientras otros tantos corrían por ahí, ocupándose de las responsabilidades maritales que Harry ni podía cumplir ahora que Draco no viajaba a menudo con él. Sintió las entrañas arder, cómo si la sopa ahora le quemara. Si se lo pedía, Draco nunca buscaría a nadie. Pero aquello tampoco parecía justo. Nada le parecía justo.

A eso de las 4 de la mañana logró quedarse sumido en un sueño intranquilo, pero cuándo Draco despertó en la mañana, no pudo volverse a dormir. Se puso de pie y comenzó a vestirse cómo si nada.

—¿Harry, qué haces?

—Voy a entrenar…

—Por Merlín, Harry tienes que quedarte en casa. Necesitas descansar hasta que el dolor desaparezca, puedes tener nauseas.

—Me siento perfectamente. — Respondió tajante, no podía quedarse en casa, no si quería decidir algo. Se sentía atrapado ahí.

—Te harás daño… Estoy seguro de que puedes dejar pasar un par de días…

—No, tengo que ir, tenemos un partido este sábado, es muy importante si queremos calificar a la liga Europea. —Draco levantó los brazos, como para detenerlo, Harry casi estaba listo para rezongar cuándo los bajo de nuevo, se había rendido sin luchar.

—Haz lo que creas mejor… Me llevaré a Lily entonces. — Dijo con indiferencia muy convincente, saliendo de la habitación, Harry salió tras el dispuesto a pelear, pero la expresión de derrota en el rostro del rubio lo freno en seco. No había nada más en el rostro de Draco que resignación, no había ira, ni amor, ni nada.

—Draco, tenemos que hablar…

—Se te va a hacer tarde. —Fue lo único que pudo decirle. Ya estaba cansado, cansado de discutir y de luchar. ¿Qué era tan importante que no podía esperar dos días de reposo? No consiguió desear que el equipo no calificara, algo dentro deseaba quedarse sólo, tan cerca de navidad, solo con su hija que parecía su único gran amor en ese momento.

Harry abrió la boca pero no pudo decir nada. Se vistió con un movimiento de varita y salió pitando de la casa. La cabeza aún le dolía, pero nada que no pudiera manejar, necesitaba volar, necesitaba largarse de ahí. Apareció directamente en el cambiador del equipo, arrojando su maleta en un locker y poniéndose en uniforme con violencia. Había olvidado uno de sus guantes. Pues se lastimaría la mano, no pensaba volver. No se había despedido de Lily… Se sintió como un monstruo, nada le costaba despedirse de su hijita.

La cancha estaba húmeda, fría y vacía. Harry miró extrañado al único jugador que volaba sobre su cabeza y que bajó rápidamente a su encuentro.

—¿Harry? ¿Qué haces aquí? , nos dieron unos días libres por tu recuperación…— Preguntó preocupado, Alex era un Alfa, sonriente, bonachón, con el aroma  salvaje y desbordante que tienen todos los Alfa sin pareja. Se acercó  rápidamente, preocupado. — No luces muy bien…

—Estoy bien. ¿Qué haces aquí?

—No tengo mucho que hacer en mis días libres, así que estoy dando unas vueltas de todos modos. ¿Triste no?

—Sólo un poco.

—Deberías irte a casa, luces muy pálido…

—No estoy… cómodo en casa. ¿Y tu novia?

— ¿Linda? Oh eso no salió nada bien…estaba muy ocupado y ella se cansó de esperarme. — Dijo alzándose de hombros, Harry admiró su soltura.

— ¿No te sientes sólo?

—No, no realmente. Cuándo vayamos a los torneos de la liga, voy a divertirme. Chicas y chicos lindos en tantas ciudades, dispuestos a hacer lo que sea por estar con uno de los cazadores del mejor equipo del Reino Unido, esa es mi idea de compañía, Harry. —Lo miró intensamente y ofreció cargar su escoba. — Ven, te invitó algo de beber, en serio no luces nada bien.

—Gracias… —Escuchando todo eso, no tenía muchas ganas de volar.

—¿Tú te sientes sólo? Digo, tienes un Alfa y todo eso.

—Draco está… molesto. Desde que Lily nació las cosas están algo tensas… creo… creo que quiere buscar a alguien más. — Alex soltó un silbido de admiración, pero no sonrió, lo que Harry agradeció. Su equipo era cómo su familia, luego de pasar tantas horas con ellos, creía que los conocía perfectamente.

—Lo que haces, Harry… bueno, los Omega no suelen hacerlo. Digo, eres increíble, independiente, decidido, ambicioso... —Harry sonrió, sí, era todo eso. Pero también entendía que había otras cosas que quería, cosas que no querría sin Lily. Alex se sentó a su lado en una banquita entre los cambiadores y las duchas. — Joder, eres todo lo que algunos quisiéramos, pero no es algo normal. Los Omega suelen querer ciertas cosas, y está bien si así es…

—Gracias…  sólo es… agotador. No… no pensé que alguien pudiera… entenderme.

—Te entiendo, las relaciones se complican en este negocio, mira lo que pasó con Ken, o todos los divorciados que tenemos. Es complicado cuándo hay tanto tiempo y tanta distancia. A veces quisieras sólo, sentirte cerca de alguien que sabe por lo que estás pasando.

—Sí, justo eso. —Atinó Harry, sonriéndole agradecido, Alex le devolvió su sonrisa, de dientes perfectos. — Sólo… todos me hacen sentir que lo que hago está mal, y que debería querer otra cosa, y quedarme en casa y…

—¿Y dejar que tu esposo se consiga otro Omega de todos modos? …PFF Por favor, eres mejor que eso.

—Lo soy… Me enfurece pensarlo yo… ¿Y sí ya se ha acostado con él?

—Deberías devolverle el favor.

—¿Disculpa?

Alex ahora estaba muy cerca, Harry sentía su aroma inundándole la nariz y su mano abriéndole delicadamente los muslos, sintió el olor desagradable que la glándula de su cuello emitía cuándo cualquiera que no fuera su Alfa se acercaba a él pero a Alex no parecía importarle. Harry retrocedió un poco y el Alfa avanzó más.

—Eres perfecto, eres un luchador, Harry… No dejes que te humillen sin devolver el favor… deberías pagarle con la misma moneda. Eres tan hermoso…

—A…Alex, esto no es buena… —No lo dejó terminar, enredo sus dedos en su cabello y jalo suavemente para besarle los labios. Harry estaba muy sorprendido, y lo empujó suavemente. — No, esto definitivamente es mala idea.

—Vamos, piensa en Draco jodiéndose a su nuevo Omega, quizás en tu propia cama…

—No lo haría…— Susurró asqueado, asqueado de la idea que ahora taladraba su cabeza y de la horrible sensación de ira que recorrió su cuerpo, los besos que bajaban por su cuello le arrancaron un gemido involuntario, se sentía entre angustiado y confundido. No, tenía que soltarse justo ahora. Sintió sus dedos, fríos, metiéndose invasivamente bajó su ropa interior y apresar su miembro medio duro, aquello le arrebató un suspiró de sorpresa. —Ah, Alex, por favor…

—Oh, claro, sí bueno, este es un buen motivo para no querer perderte ningún entrenamiento. —Susurró una voz horriblemente familiar. Alex lo soltó, pero Harry estaba agitado y con la ropa a medio quitar, nada ayudaba a cambiar la idea que aquello daba. Miró a Draco con el rostro lleno de pánico. Tenía su guante olvidado en la mano, su Alfa siempre cuidando de él.

—Draco, no… no es lo que parece, yo…

— ¿Te divierte? Preguntarme si yo tengo una aventura para hacerme sentir mal cuándo tu vienes a joderte a tus compañeros…

—Hey, amigo, nosotros no…—Draco le gruño violentamente y Alex se puso alerta. Sus poses fueron tensas hasta que Draco finalmente relajó los hombros, Harry quiso acercarse pero sus ojos húmedos, que lo miraron heridos no parecían dispuestos a permitirle iniciar el contacto.

—Si esto quieres, Harry… pudiste decírmelo… no te habría negado nada…— Susurró, acariciándole la mejilla. — Buscaré a Severus, estoy seguro que podemos romper el lazo si te hace tan miserable…

—Draco, no, cariño eso no, escucha…

— ¿Por qué? Tú nunca lo haces. —Gruño. — Tengo… tengo que irme…

Desapareció en el aire. Oh, no, esto era terrible. Harry se acomodó la ropa y desapareció rumbo a su casa, pero Draco no estaba ahí, Lily tampoco. Sintió pánico. Aquello había sido un error, debió patear a Alex cuándo pudo, pero estaba confundido, enojado. Mierda un segundo más y lo habría hecho. La cabeza le estaba matando y la medicina no ayudaba, lo tenía atontado.  No, tenía que explicarle a Draco.

Pero no estaba en ninguna parte, no estaba en la oficina, sólo Blaise que lo miró confundido.

—Si sabes dónde está, por favor…dímelo. —Suplicó Harry. Blaise lo miró como si fuera una babosa de fuego y suspiró.

—Está dónde menos quieres que este… pero, honestamente Harry, esto es lo que querías…

—No es así. — Gimió.

—Oh, pues tal vez debiste dar una señal de eso… cómo sea. #45 Loneroad Place…

-----000-----

—Hay comida en la cocina y toallas en el baño, si quieres ducharte.

—Gracias. — Ian sonrió con tristeza en la sala de su pequeño apartamento, volvería a la oficina, pero quería asegurarse de que Draco estuviera cómodo. El rubio estaba sentado junto a la ventana, con el rostro serio pero los ojos apagados y tristes, tratando inútilmente de que el suave aroma a Omega que llenaba la cas lo relajara, no funcionaría, sólo un aroma podría calmarlo ahora.

Ian estaba por meterse a la chimenea cuándo Harry salió de ella con un bramido.

—No puede ser… Oye, no puedes llegar  así a la casa de las personas…

—Draco, por favor sólo déjame explicarte…

—Tienes que irte. —Remarcó Ian, empujándolo suavemente, Harry respondió empujándolo con tanta fuerza que cayó al suelo. Draco se puso de pie, su mano firme en su pecho, y Harry se quedó quieto, lo habría golpeado hasta matarlo. De todos los lugares tenía que refugiarse ahí.

—Vete a casa.

—No, no hasta que hables conmigo,

—No tenemos nada de qué hablar.

—Eso no es cierto…tenemos mucho que decir… tú, yo… ambos tenemos mucho que decir, por favor, Draco. —Draco se odió a sí mismo, por no poder resistir lo que fuera que esos hermosos ojos verdes llenos de lágrimas le pidieran. Suspiró y asintió suavemente con la cabeza. Harry se relajó considerablemente.

—Ian, ¿Te importa?

—No… pero me debes una grande. —Dijo el Omega irritado mientras desaparecía entre las llamas esmeralda de la chimenea. Harry se sentó en el sillón opuesto a la silla que ocupó Draco. La sala tenía algunos adornos navideños, y un bonito árbol a medio decorar.

—¿Lily?

—En la otra habitación.

—Draco, no sé qué sucedió… lo siento de verdad.

—¿Creíste que nunca me daría cuenta?

—Darte cuenta. No Draco, lo juró, estaba… molesto y confundido, y me besó y quería quitármelo de encima pero me decía estas cosas sobre tu y cómo te jodías a tu nuevo Omega en nuestra cama y… dudé y luego nos viste… Nunca había estado a solas con él, Draco, en serio…

Draco lo miro fijamente, hubiera deseado poder estar enojado, furioso. Por un segundo pensó en que habría hecho cualquier otro Alfa Malfoy. El menos violento lo habría golpeado, lo habría castigado por humillarlo de esa forma, por hacerlo sentir el dolor más terrible que había sentido en su vida. Lo habría puesto de rodillas, lo habría encerrado en su casa hasta que aprendiera a comportarse. Pero Draco no era así, no era como su familia, y Harry tenía mucho que ver con ese cambio, él era mejor… él deseaba tomar a su Omega entre sus brazos y sentirlo cerca.

—Te creo…—Susurró el Alfa, mirando un punto perdido más allá de Harry con los ojos grises confundidos. — Pero… no somos felices así ¿no? Tú no lo eres. Lo digo en serio, podemos…. Romper el lazo si eso te haría feliz.

—No, claro que no. — Musitó Harry, jamás, sentía un dolor desgarrador en el pecho sólo de pensarlo. Perder a Draco no era parte de ninguno de sus planes, nunca lo sería. Draco le ofreció una mano y Harry la tomó sentándose en su regazo y acurrucándose contra su cuello, dejando que su aroma relajara los sollozos que brotaban de su pecho.

—No estaba buscando un segundo Omega… — Explico el rubio. — Un primo de Blaise sí y…lo estaba ayudando, debí deshacerme de ellas antes, en verdad lo siento.

—Entiendo…Pero… creía que tu e…

— ¿Ian? No, te lo dije antes.

—Lo sé, pero… estás en su casa.

—Es mi amigo, y Blaise vive con otras personas, no podía ir ahí. No tengo muchos amigos, Harry…

—Lo sé…  ¿Qué vamos a hacer ahora?

—No lo sé, estoy cansado. Estoy cansado de sentirme tan inútil, tan… privado de cosas que vienen a mi cómo un instinto. No sé cómo… lidiar con esto.

—No querías estas cosas antes…

—Lo sé… No lo sé, Harry, tal vez no, pero… Lily cambió muchas cosas. Creo que considerando todo lo que ella ha traido a mi vida, sí, tal vez quiero algo diferente.

—Draco, yo no sé lo que quiero, es decir. Quiero hacer algo, no quiero quedarme en casa a ser un Omega inútil. Soy…diferente.

—Lo sé… no pretendía cambiar quien eres Harry.

—Sé que no. Nunca los has hecho, quieres otras cosas, yo no sé lo que quiero. Supongo que eso pone de cabeza cualquier matrimonio ¿eh?

—Supongo que luego de casi una década juntos nos venía algo de movimiento. — Dijo Draco, ninguno de los dos rio aunque el tono fue burlón.

—Tal vez… deberíamos ir por pasos… siéntate conmigo y vamos a hablar, hasta que sepamos que hacer después. ¿Por favor?

Draco, que dudó una milésima de segundo, asintió. Harry se alejó lo suficiente para sentarse a su lado. No intentaron tomarse de la mano ni acercarse de ninguna otra manera.

Hablaron sobre todo, sobre el trabajo, sobre Lily, sobre sus familiares, sobre sus deseos, expectativas, sobre lo que querían cuándo se casaron y sobre lo que querían ahora. Sobre lo frágil que Harry sentía su valor como individuo y sobre lo que representaba para Draco luchar contra su propia naturaleza, sus deseos y lo que creía era su única motivación. Harry se sintió horriblemente Omega, llorando cuándo no podía contener las emociones, y miró a Draco desmoronarse luego de meses de conflicto. Cuándo finalmente volvieron a casa, en la noche, decidieron darse el tiempo para tomar las acciones necesarias para estar bien una vez más.

Notas finales:

Drama intenso, pero es que ya casi terminamos :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).