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You, me and our Stony por Mr Rogers Stark

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Notas del capitulo:

Comentarios: Estuve desaparecido, lo se, I'm so sorry. Fueron días complicados, especialmente porque estuve sin pc, por lo que no pude publicar nada, ni siquiera los Drabbles que ya tenia escritos, lo cual es desesperante. Sin embargo, y para festejar que estoy de vuelta, subiré hoy, con un lapso de una hora entremedio, todos los drabbles que correspondían a estos 5 días. Y el que correspondía al de hoy, domingo, lo subiré al final; como una versión especial.

No busquen la lógica en donde no la hay.

Summary #1; El primer baile es tan especial, único y encantador, con esa torpeza que solo hace florecer el amor que los llevo hasta donde están.

V. DANCING

Hay momentos que marcan una vida, momentos que se quedan en la memoria grabados a fuego que difícilmente pueden ser olvidados. Esos momentos que te pueden sacar una sonrisa, que pueden arrebatarte lágrimas de sentimientos que creías enterrados. Hay momentos, en toda vida, que simplemente se vuelven únicos, inolvidables, imborrables, que están ahí tantas veces quieras recordarlos. Muchas veces uno de esos momentos son el instante mismo en que decides unir tu vida a la de alguien más, lejos de la fiesta y la ceremonia, es el significado lo que da un cambio radical a dos mundos que se creían separados. Una boda es un momento trascendental en la vida de quienes han elegido a la persona correcta, lleno de sonrisas y sentimientos que no se pueden dejar atrás.

Tony y Steve saben de eso, en el día de su boda, compartiendo sonrisas y miradas indiscretas, con risas y murmullos que solo ellos podían escuchar. Y en toda boda hay un momento culmine en que todo parece llegar a la cima deseada, en el primer baile con anillos en sus dedos corazón, con esa sensación de estar enamorados cual adolescentes. Ese instante donde solo parecían ser solo dos personas y no cientos, como la fiesta lo hacía ver.

Steve, en medio de la pista de baile, sintió los nervios crecer en su vientre con solo mirar a su ahora esposo. Porque era un momento importante, uno que no quería olvidar, uno que quería guardar, que fuera tan especial para él como para el castaño. Y no pudo evitar el temor a arruinarlo, sin estar tan instruido en el baile, temió que una torpeza de su parte pudiera echar a perder. Con solo unas clases antes de la boda, sentía insuficientes sus capacidades. Por primera vez el Capitán se sentía intimidado por una simple pieza de baile. Algo que Tony, a su lado, no pudo evitar ver adorable, sonriendo hacia el mayor cuando finalmente la música volvió a sonar por el gran salón.

—Solo recuerda; uno, dos, tres. ¿De acuerdo?— como un murmullo apenas perceptible por el rubio, Tony dejo una de sus manso sobre su hombro, tomándolo con la otra mano, colocándose en posición del vals.

Steve, con un poco más de confianza, paso su brazo por la cintura de su pareja para comenzar a moverse. Uno, dos, tres y una vuelta. Los primeros pasos fueron torpes, nerviosos, inexpertos. Más de una vez sus pies chocaron, con pisadas yendo y viniendo a medida que se movían. Risas, disculpas, consuelos eran lo que se susurraban a medida que seguían moviéndose por la pista de baile, ignorantes de quienes les observaban con atención. La música siguió, siguió mucho más de lo que alguien hubiera pensado, ambos demasiado sumergidos en esa conversación susurrante que iban teniendo. El mundo había desaparecido para ellos, las voces habían cesado y solo estaban ellos.

Risas, susurros eran lo que compartían. Promesas, recuerdos, bromas y declaraciones. Sus pasos se hicieron naturales, olvidando que seguían bailando, dejándose llevar por un ritmo en el cual ninguno tenía control, como aquel día en el parque. Una tarde de primavera que, tomados de la mano, habían decidido caminar por el parque. Tan tranquilos, sumergidos en una conversación sin sentido que culmino en la declaración del Capitán, en la propuesto que los había llevado hasta donde estaban ahora.

Tony se recostó en su pecho, dejándose guiar por el rubio, cerrando sus ojos con el deseo de grabar el sentimiento en su mente y cuerpo, eternamente, hasta donde la vida le alcanzara. Steve, abrazándolo con más fuerza, aspiro la embriagante fragancia que le llegaba desde los cabellos castaños de su esposo. Ambos, sin verse, sonrieron encantados.

—Te amo, Tony—

—Te amo, Steve—

Entre murmullos, declararon una vez más el amor que los llevo hasta ese lugar.

[—]

Summary #1; Solo una discusión, un malentendido y un accidente basta para destruir todo lo creado. Para destruir lo que pudo ser.

VI. YOU COULD BE

Doctores y enfermeros pasaban de un lado a otros, unos más tranquilos que otros, con papeles o materiales entre sus manos, o incluso simplemente charlando. Los llamados seguían haciendo por los altavoces del hospital, marcando a los doctores en donde se les solicitaban, en donde la emergencia era demasiado grande como para ser ignorada. Pacientes, algunos acompañados de enfermeros, pasaban frente a donde estaba sentado. Mujer en sillas de ruedas, con niños recién nacidos entre sus brazos, eran llevados por una enfermera a su habitación o un recorrido casual. Sonrisas, lágrimas, lamentos, disculpas o murmullos inteligibles le llegaban sin que pudiera ser capaz de comprenderlo.

—Steve— Natasha le llamo una vez más desde que llego, con una mano sobre su hombro para hacerlo reaccionar —. ¿Cómo está?— pregunto cuando el hombre la miro finalmente.

—No lo sé— la mujer pudo notar la preocupación y la culpa invadir sus facciones —. Tiene horas ahí dentro, aun no sé nada de él. Si no hubiera pasado nada lo hubieran dicho, ¿verdad? Lo hubieran hecho, ¿cierto?—

Natasha, apretando sus labios, no se vio capaz de dar una respuesta a esas preguntas. Sentándose a su lado, como un mudo apoyo, intento ser la muralla que impidiera que su amigo se derrumbara en sus propias emociones. Porque tenía razón, habían sido horas desde que Tony había ingresado, horas en las que Steve no se había movido de ese lugar, esperando que le dijeran algo de su pareja. Pero eso nunca paso. El tiempo seguía pasando y solo podía ver al rubio sumirse en su miseria, en la culpa y la preocupación que se expresaba en sus facciones sin posibilidad de ocultarlo.

—Es mi culpa— lo escucho al fin, luego de minutos en silencio —. Todo esto es mi culpa— repitió, con el rostro oculto entre sus manos, reprimiendo el deseo de llorar en su lugar.

—Steve— con un murmullo intento tranquilizarlo pero no se lo permitió, mirándolo de perfil, las lágrimas se ahogaron, sin derramarse.

—Discutimos— admitió, tragando con dificultad —. Fue una tontería. Quise dejarlo, pero Tony es tan terco. Empezamos a gritar, nos acusamos de tantas cosas— un amago de sonrisa, vacía y dolida, se hizo paso entre sus labios —. Lo deje solo. Estaba cansado y no quería seguir con eso, solo. Solo me fui. Lo deje solo— suspiro, limpiando las lágrimas que amenazaban con ser derramadas —. Era demasiado tarde, Tony me había estado llamando y no conteste. Luego. Luego solo llego Bucky, estaba alterado y no lograba entenderle nada— su voz tembló, cubriendo su rostro al sentirse vulnerable —. Es mi culpa—

Natasha, desde su lugar, intento servir de apoyo para su amigo, intentar que no se derrumbara en su lugar. Por sus labios no salieron palabras, permitiéndole desahogarse, dejando que liberara el dolor que parecía consumirlo. Tony aun no había salido de la operación, según la enfermera que había consultado, las heridas habían sido demasiado graves como para darle demasiadas esperanzas. Sobrevivirá, al menos eso quería creer, pero no tendría una fácil recuperación. Con fracturas, contusiones y traumas, Tony había resultado la víctima más dañada en aquel múltiple accidente automovilístico. Tal vez, y con suerte, no quedaran graves secuelas que dificultaran su vida de ahí en adelante.

Lo único que no se podría recuperar era el bebé que Tony había estado esperando. 


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