Belén era una estúpida y eso era algo que nadie podía negar. “¿Qué demonios pasaba por su cabeza?” Volvió a pensar molesto, recordando lo que había pasado esa misma tarde. No importante que tan concentrado intentase estar con sus estudios, nuevamente volvía a preocuparse por Joel.
Cuando Joel se encerró en su habitación, todos intentaron hablar con él para que abriese la puerta y disculparse, sin recibir respuesta suya. Tanto Miguel como Belén se fueron frustrados de allí, mientras que Noah aún tenía la esperanza de que Joel le hablase, aunque sea a él. Era de esperarse que a la hora de irse a trabajar lo ignorarse por completo sin siquiera despedirse.
Miro el reloj de pared que estaba en la sala, marcaba las 23:30. “Joel ya debería estar aquí, ya paso una hora de su horario habitual de llegada.” Ya era muy tarde y seguía esperando despierto la llegada de Joel, para intentar hablar con él cuando lo viese. Se encontraba sentado en el sofá de la sala, tapado con un manta mirando la entrada de la casa. “Voy a llamarlo, quizás está llegando tarde debido al transporte.”
Tomo su celular que estaba justo al lado suyo y marco el número de Joel. -Lo sentimos, el número que usted ha marcado esta fuera de servicio en estos momentos, deje su mensaje después del tono. – Noah corto antes de escuchar ese molesto sonido y volvió a llamarlo otra vez, recibiendo nuevamente el mismo mensaje. “¿Por qué no contestas?” Lo intento una y otra vez, viendo como las manecillas del reloj avanzaban, recibiendo siempre la misma respuesta.
Ahora si se encontraba preocupado, el que al celular se le acabase la batería era una idea que descarto al instante, ese chico siempre tenía su celular bien cargado. No sabía si lo estaba ignorando a propósito o no y eso era exactamente lo que le preocupaba. Trataba de no exaltarse y exagerar pensando lo peor. Espero otra media hora más, viendo como el reloj marcaba media noche. Ya habían pasado más tiempo del que debía pasar.
Nuevamente, esperanzado volvió a marcar el número de Joel, esperando escuchar su voz y no la contestadora, pero fue en vano nuevamente. Esta vez el miedo se apodero de él, está preocupado y asustado de que algo malo le haya pasado. Dudaba mucho de que pudiese quedarse dormido con el susto que estaba teniendo. Suspiro resignado y se decidió en pedir ayuda. Marco el número de la única persona que conocía bien a Joel a la perfección y podría ayudarlo. Espero unos segundos hasta que por fin contesto.
- ¿Noah? ¿Qué ocurre? ¿Por qué sigues despierto a esta hora? – Noah se alegró de que Miguel le contestase, pudo escuchar claramente su voz somnolienta y su bostezo.
- Es Joel, tuvo que haber vuelto a casa como hace dos horas y no contesta mis llamadas. –
- ¿Qué? ¿Cómo que aún no llego a casa? –
-No sé qué paso con él, su celular está apagado y tengo miedo de que le haya pasado algo malo. -
- Iré para allá enseguida, espérame. –
- ¿Qué? No, es muy tarde y… - No pudo terminar de hablar que Miguel termino por cortarle la llamada. “Creo que no fue buena idea llamarlo.” Lo único que quería Noah era preguntarle si sabía de algún lugar donde podría estar Joel, no esperaba que él decidiese ir a su casa. “¿Joel? ¿Dónde estás?” Estaba preocupado y muy triste, quizás Joel no quería volver a casa a verle el rostro. Y quizás eso se debía por que no confiaba en él.
Joel era el tipo de persona que detestaba ser regañado cuando cometía errores, era como un niño caprichoso, pero eso era algo que todos conocían muy bien de él. Probablemente, pensó que le daría un largo discurso y lo regañaría hasta el cansancio por lo sucedido con Candela. No podía estar más equivocado de la realidad. Noah no era como Miguel y Belén que simplemente le regañaban por sus errores, al contrario, Noah era compresivo y piadoso. Él no quería regañarlo, solo quería hablar con él y darle apoyo emocional.
“Supongo que al final solo soy un inútil.” Pensó, dejando que unas lágrimas se derramaran por sus ojos. No quería llorar por algo tan estúpido como eso, pero la preocupación por Joel lo estaba superando. Minutos después escucho el timbre de la casa, se secó las lágrimas rápidamente, se colocó su abrió y tomo las llaves de la casa para ir a abrirle el portón a Miguel.
Allí estaba él, abrigado hasta el cuello por el frio que hacía, incluso se podía ver que estaba temblando un poco. Se acercó hasta las rejas, abrió el portón con la llave y le indico que pasara rápido. Una vez que ya se encontraban dentro de la casa, Noah dejo las llaves de la casa en una mesita y vio como Miguel se quitaba el abrigo.
- Lamento despertarte tan tarde. – Se disculpó mientras tenía la mirada puesta en el suelo, estaba tan avergonzado por haberle pedido ayuda a Miguel a esas horas.
- No importa ¿Qué paso con Joel? ¿Por qué…? – Miguel se acercó hasta él y llevo una de sus manos al mentón de Noah para que este levantase la mirada. No pudo aguantarlo más, nuevamente sus lágrimas comenzaron a salir. - ¿Por qué lloras? –
- ¿Por qué? Porque soy un inútil. Se suponía que yo me mude aquí para ser su apoyo emocional y que no se sintiera solo sin la abuela. Y ahora resulta que no confía ni siquiera en mí. – Noah volvió a bajar la mirada, no quería que Miguel lo viese llorar, era tan vergonzoso y lamentable. -Tengo miedo de que algo malo le haya pasado, no sé dónde diablos esta ahora. –
- No eres un inútil, no pienses eso, así que ya deja de llorar. – Miguel le sonrió para tratar de darle confianza, para luego limpiar sus lágrimas con los pulgares de sus dedos. -Todo estará bien, conozco al idiota de Joel. El de seguro está molesto con nosotros por culpa de Belén. De seguro tiene la idea errónea de que nosotros solo nos burlamos de él al no decirle la verdad sobre Candela. – Miguel suspiro y luego continuo. -Conociéndolo, de seguro está en casa de algún amigo o conocido, sabes que no soporta la soledad cuando esta triste. Yo averiguare donde está, tu mientras ve a dormir. –
- ¿Cómo quieres que me vaya a dormir? No puedo hacerlo hasta no estar seguro de que está bien. – Noah se separó un poco de él y frunció el ceño. Estaba muy preocupado como para pegar un ojo en esos momentos. Miguel tomo de sus hombros y lo miro con seguridad.
- ¿Confías en mí? –
-Sí, pero… -
-Entonces ve a dormir, yo me quedare despierto hasta que encuentre señales de vida de Joel. – Noah iba a negarse a eso, pero Miguel tomo de su brazo para llevarlo arrastrando hasta su habitación. -Ahora acuéstate. – Le ordeno Miguel, señalando la cama. Noah asintió como respuesta, se acostó en la cama y luego se tapó con las sabanas y frazadas que tenía, luego de eso, dejo su celular sobre la mesita de noche. A lo que después Miguel se acostó a su lado.
- ¿Qué estás haciendo? – Pregunto avergonzado al ver como Miguel se acomodaba al lado suyo y se tapaba con las sabanas.
- Hace frio ¿sabes? No te hare nada, solo me acostare aquí y esperare a recibir respuesta de Joel. – Le respondió, rodeando su cuello con uno de sus brazos para que Noah apoyase su cabeza sobre este. “No pensé que fueras a hacerme nada.”
- Hay otra habitación aparte de esta donde puedes acostarte ¿sabías? –
- Sí, lo sé. – Respondió con una sonrisa mientras lo miraba a los ojos. -Tan solo descansa, yo me encargo. Recuerda que dijiste que confiabas en mí. – Miguel tomo su celular y comenzar a marcar un número.
-No me parece justo dormir mientras tú te quedas despierto, se supone que yo debería averiguar donde se encuentra Joel. – Hablo un tanto apenado y con la mirada baja, tapando inconscientemente su rostro en el pecho de Miguel. Se sorprendía de sí mismo por no apartarse de él, pero en esos momentos se le hacía imposible hacerlo.
-Él está bien, estoy seguro de eso. En realidad, estaba más preocupado por ti, cuando me llamaste te escuchabas muy exaltado y cuando llegue estabas llorando. – La voz suave de Miguel hablándole, la forma en la que acariciaba su cabello y los latidos de su corazón que podía escuchar de su pecho, lo estaban apenando aún más de lo que ya estaba. -Tranquilo, estaré aquí para ti siempre. – “Para siempre…” Noah no le respondió, simplemente cerro los ojos, aceptando esa seguridad que Miguel tenia para luego poder quedarse dormido poco a poco.
*-*-*-*
El despertador sonó, eran como las 5:40 de la mañana. Luis abrió los ojos de a poco y apago el despertador. Espero unos cinco minutos más antes de levantarse de la cama, hacia tanto frio que no quería salir de allí. Pero, como era de esperarse, recordó que tenía que ir a la facultad, por lo cual termino por levantarse de la cama. Lo primero que hizo, fue ir hasta la habitación donde se encontraba Joel, golpeo suavemente la puerta y al no recibir respuesta fue abriéndola lentamente. Al ver que no se encontraba allí, decidió buscarlo en la casa.
Joel no se encontraba ni en la cocina, ni en la sala, ni siquiera en el baño. Al no tener otra opción viable, decidió revisar en el patio trasero de la casa. Por suerte, tenía razón, allí mismo se encontraba Joel, sentado en una de las sillas que estaban al lado de la mesa. Luis se fue acercando hacia él lentamente, observando como este se encontraba con la mirada puesta en el cielo nocturno. Había muy pocas estrellas en el cielo, y la luna llena aún era visible.
- Llevaba mucho tiempo sin sentarme un rato afuera a ver el cielo, aunque es más bonito a media noche que a esta hora. -Comenzó a hablar al notar la presencia de Luis, sin quitar su mirada del cielo. Luis se sentó a su lado, en una de las sillas que estaban allí también. -Lamento lo de ayer. –
- Está bien, no importa. – “Maldición ¿Qué clase de respuesta fue esa?” No estaba bien en lo absoluto y claro que importaba, pero simplemente respondió sin pensar. - ¿Cómo te encuentras ahora? –
- Bien, supongo. – Respondió sin darle mucha importancia. La curiosidad lo carcomía cada vez más, quería saber qué fue lo que pasaba por la mente de Joel cuando le pidió que le hiciera el amor. Quería sacarse las dudas que tenía con respecto a lo que Miguel le había dicho.
- ¿Quieres hablar sobre lo que te paso? – Pregunto, tratando de parecer seguro y no desesperado como pensó que se escucharía. Joel simplemente no contesto. “Debe haber alguna forma de que me gane su confianza, para que me cuente que pasa con él.” – Joel ¿puedo contarte un secreto? Es algo que siempre pensé que me llevaría a la tumba, por lo vergonzoso que era, pero me encantaría que me escucharas. –
- Está bien, no diré nada a nadie así que puedes decírmelo. – Respondió Joel, esta vez tomándose la molestia de mirar a Luis.
- ¿Sabes? A pesar de parecer una persona tranquila, amable y comprensible, hace unos años atrás yo no era tan así. – Se tomó unos segundos silencio y continuo. -Yo solía ser bastante homofóbico, realmente no soportaba a los homosexuales. –
-Vaya, eso es sorpréndete si tenemos en cuenta lo que paso anoche. – Comento con un cierto tono de ironía, hasta pudo escuchar como soltó una risa.
-Por eso te decía que eso era antes. – Siguió hablando un tanto avergonzado debido a que Joel menciono lo que paso esa noche. -Mi mejor amigo Federico, estaba enamorado de mí, y cuando me lo confeso yo reaccione de mala manera. -Luis bajo la mirada con vergüenza, no podía mirar a Joel a la cara mientras confesaba eso. -Seguramente él pensó que, porque era su mejor amigo, haría una excepción sobre mi desprecio a los gay. – Comenzó a recordar ese día. -Lo humillé, le dije cosas horribles y le di la espalda ¿Qué clase de amigo se supone que fui en ese momento? –
-Luis. – Joel se acercó a él, llevando su mano al hombro de Luis intentando calmarlo.
-Pocos días después de eso cuando nos habíamos distanciado, fue cuando sucedido lo del accidente. – Luis se llevó una mano a la frente y siguió. - ¿Puedes creer que las últimas palabras que le dije cuando aún estaba vivo fue “me das asco”? – Esta vez, ya un poco más tranquilo, levanto su mirada. -Me di cuenta muy tarde de que realmente lo quería, no de la manera en que él hubiese deseado, pero era mi mejor amigo y jamás me perdonare por lo que le hice. – Desde aquel entonces, Luis prometió que sería una persona compresiva en todo lo que se le presentase.
- ¿Es por eso que te sentías culpable en tus pesadillas? – Pregunto acariciando su hombro para reconfortarlo.
- Sí, aunque desde que te quedaste a dormir en mi casa la última vez, ya no he vuelto a tener pesadillas con eso. – Luis tomo la mano de Joel que estaba en su hombro y comenzó a acariciar sus dedos. -Todo fue gracias a ti, desde que me consolaste cuando tuve esa pesadilla, he dejado de soñar con eso. Y, supongo que también es la razón por la cual me fui enamorando de ti. – Le sonrió. “Incluso ahora me estas confortando, sin ni siquiera esforzarte.” Joel aparto la mirada y suspiro, sin apartar su mano de la de Luis.
- Lamento lo de ayer, en serio, siempre actuó así cuando la situación me sobrepasa. – Comenzó a disculparse nuevamente. - Lo mismo hice con Sabrina cuando Candela y yo terminamos y cuando mi abuela murió. – Se escuchaba un tono leve de desesperación en su voz. - Me aproveche de los sentimientos que tenían por mi tan solo para distraerme. – Hablo refiriéndose a Sabrina y a él. - Entendería que me golpearas en este momento por tratarte como un juguete, realmente me lo merezco. Soy igual a ella. – “No, en ningún momento te parecerías a ella.” Joel si se sentía mal por sus errores, no como esa manipuladora.
- No cargues con toda la culpa de eso, yo fui quien acepto a hacerlo aun sabiendo que solo me estabas usando. – A pesar de que le dolió escuchar la honestidad de Joel, siguió mostrándose hacia él como una persona comprensible y le hablo con la voz más suave que tenía. - Entiendo como es ese sentimiento de querer olvidarte de todo y no saber cómo hacerlo. Tan solo quería ayudarte a olvidar como tú lo hiciste conmigo aquella vez que me abrazaste y me aguantaste llorar como una niña. – Joel negó con la cabeza y luego suspiro, para mirar a Luis directamente a los ojos, como si estuviese decidido.
- Candela solía ser una gran amiga de Belén, aunque Candela termino peleándose con mi prima porque el chico que a ella le gustaba de Belén. – Soltó una pequeña risa “¿Lo hice? ¿Logre que hablara?”. - Yo la conocí en una fiesta en la que me invito Belén, al principio pensé alejarme de ella por lo sucedido con mi prima, pero hubo algo en ella que me cautivo, y que termino por llevarme al infierno. –
- Cuando comenzamos a salir, ella me hacía creer que realmente me quería, pero era mentira, ella me engañaba a mis espaldas. – Luis pudo sentir como la mano de Joel comenzó a temblar justo en ese momento. - Belén, Miguel, Noah, todas las personas que me rodeaban y me conocían me decían que ella me engañaba, pero la amaba tanto, que simplemente decidí confiar en ella y pelearme mil y un veces con las personas que solo querían ayudarme. –
- Fue hasta que la vi con mis propios ojos que ella me engañaba que decidí terminar con ella. – “Ah sí, recuerdo que dijo que fue cuando me vio con ella.” - Fui tan cobarde, tenía miedo de creer en sus mentiras por más de que haya visto la verdad con mis propios ojos, que simplemente termine con ella por mensaje. – Luis volvió a acariciar la mano de Joel con cariño esperando calmarlo, aunque sea un poco. - Desde mi cumpleaños que estoy hablando con ella por mensaje, y caí otra vez en su trampa cómo pudiste ver la última vez. –
- Pensé que realmente ella había cambiado, pero resulta que solo quería volver a usarme otra vez. Ayer Belén se enteró lo sucedido y me dijo que estaba embarazada. – La voz de Joel se escuchaba cada vez más débil. “Así que fue eso de lo que lo lastimo.” - Todos ellos lo sabían y nadie me había dicho nada antes. –
- Ellos seguramente no vieron la razón para hacerlo. Se supone que no debería importarte nada de ella. – Luis tomo esa oportunidad para hablar, tomando ambas manos de Joel, pero este las aparto y se tapó el rostro con ellas.
- Lo sé, pero de todas formas me moleste con ellos. No quería verlos decepcionados de mí, no quería verlos molestos conmigo y regañándome, no quería que me dieran la espalda como aquellas veces en las que defendía a Candela por las acusaciones que le hacían, no quiera decir algo estúpido otra vez y que me dejaran solo. – Ver a Joel de esa manera, nuevamente le estaba partiendo el alma, y otra vez no sabía cómo consolarlo. -Dime ¿Ahora si piensas que soy un idiota? –
- Mi respuesta no cambiara con respecto a eso Joel, simplemente no tengo el derecho a juzgarte. – Luis tomaba esa pregunta como si fuese una prueba que Joel le hacía. Pensaba que, si respondía que era un idiota, Joel pensaría que era igual a Miguel y a Belén que solo lo regañaban y lograban hacerlo sentir aún más mal de lo que ya estaba, aunque no lo hiciesen con esa intensión. Él iba demostrarle que era comprensivo y que era una persona que lo iba a apoyar en lo que necesitase sin juzgarlo.
- Entiendo, gracias por no dejarme solo. – Joel se forzó a si mismo al calmarse, para luego sonreírle a Luis.
- No es nada, para eso están los amigos ¿no? – Luis obviamente quiera ser algo más que solo su amigo, pero no iba apresurar las cosas. Recién ahora se estaba ganando su confianza y no iba a perderla, así como así. – Entremos adentro ¿sí? Hace frio, tenemos que desayunar y luego ir a la facultad. –
- Esta bien. – Respondió Joel mientras se levantaba de su asiento. – Iré yo primero al baño si no te molesta. – Luis asintió, viendo como Joel entraba a la casa para ir al baño. Luego de eso, se levantó de su asiento y entro a la casa para ir a la cocina.
Una vez dentro de la cocina, puso el pan que corto en el tostador y luego puso a calentar el agua. Fue hasta la heladera para sacar el cartón de leche, solo para encontrarse con que este estaba vacío. Justo cuando iba a tirarlo en el tacho de basura, fijo su atención en los papeles arrugados que se encontraban allí adentro. Dejo el cartón de leche sobre la mesa y agarro uno de esos bollos de papel para ver lo que eran. Era un dibujo de una mujer donde al lado decía “Candela”. Luis reviso los otros papeles que estaban allí y todos eran dibujos de ella. Luis volvió a dejarlos en la basura y luego tiro el cartón de leche que había dejado en la mesa.
“Es así como es, la basura debe estar en la basura.” Pensó divertido. Al ver esos dibujos en la basura, pudo comprobar que Joel estaba diciendo la verdad con eso de rendirse con ella. Lo que de algún modo, Luis vio como una oportunidad, una oportunidad que no iba a desperdiciar.
Continuara…