-Ehh, es mejor que nos vallamos ya, ¿no?- Dijo Karkat algo nervioso.
-Sí, sí, vámonos- Dijo Aradia de nuevo animada. Todos se metieron en la Ban. En la parte trasera había un montón de sobres amarillos de tamaño grande acomodados en una pila y atados por un cordón rojo. Parecía más una Ban hippie con regalos de navidad que un automóvil normal donde llevar a tus amigos. Aradia condujo hasta el sitio donde debía ir Karkat y los dejó en la entrada.
Al llegar allí, Sollux ayudó a bajar aquellos sobres mientras Karkat se despedía de Aradia, esta arrancó cuando bajaron todo y desapareció al dar la vuelta en una esquina de una calle varias cuadras alejadas de ellos.
-Espérame aquí, debo hablar primero con la secretaria.
-Está bien KK, solo no te tardes mucho.
-No, solo le diré que ya estoy aquí y le avise al de la entrevista.
-Ok, entiendo.
Karkat se adentró a aquel edificio. Sollux se quedó afuera y comenzó a distraerse con su celular. Escuchó que alguien lo llamaba y volteó a todos lados para identificar el sonido de aquella voz. Del otro lado de la calle se encontraba Feferi saludando eufóricamente, mientras detrás de ella se encontraba Eridan, cargando todas las compras de su “mejor amiga” (Si, mandado a la friendzone desde el inicio de los tiempos), intentando no perder el equilibrio con tantas cajas y bolsas de compras encima suyo.
Sollux recordó que esta era la parte “pudiente” de la ciudad, donde se encontraban las familias con más recursos económicos y mejores oportunidades de muchas cosas. Karkat debía ser afortunado por tener una entrevista de trabajo por aquí.
Feferi cruzó la calle para saludar bien a Sollux, Eridan no tuvo más remedio que seguirle, pero estaba molesto porque sabía que ella tenía sentimientos por aquel programador y eso lo desesperaba, aunque sabía también que Sollux no podría corresponderle a Feferi, era todo un lío mental de relaciones amorosas fallidas, porque según lo que sabía, el “amor secreto que al parecer no era tan secreto” que es Aradia, estaba enamorada de su mejor amiga Feferi, así que era un ciclo infinito de desamor para él y para todos los involucrados según tenía entendido. De esta manera dejaba de sentirse tan desgraciado por su soledad, pero al mismo tiempo prevalecía en el aquella necesidad de tener alguien especial que fuera más que su mejor amiga.
Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar que Feferi le preguntaba algo para que afirmara.
-Verdad, ¿Eridan?
-Ohh b…bueno, ¿Qué dijiste?
-¡Que glubs te pasa! Después te preguntas por qué te ignoro.
-Oh, lo siento. Si, si, como sea.
-Le decía a Sollux que estábamos por aquí buscando ropa bonita porque va a haber una reunión de ex-compañeros de preparatoria.
-Ohh cierto, pero él no está invitado, así que no sé por qué le cuentas.- Dijo Eridan con un tono grosero.
-¡Eridan! No seas maleducado. Que glubs te pasa, tú no eres así.
-Oh, déjalo, está en los celos porque siempre está solo- Contraatacó Sollux.
-¿Quieres pelear?- Dijo Eridan enojado. Puso las cosas de Feferi en el suelo y se arremangó la camisa, se quitó sus lentes y se puso en pose de pelea. Sollux guardó su celular en su pantalón y también se puso en pose de pelea.
Karkat acababa de salir del edificio. Había tardado únicamente cuatro minutos en avisar que estaba ahí para que lo recibieran y afuera ya iba a acontecer una pelea. Se dirigió rápido a donde estaban sus amigos y se atravesó en medio de todo. Sollux había soltado el primer golpe y por la intromisión de Karkat le había dado a este en un costado de la cintura. Karkat cayó de rodillas por el dolor y se presionó con las dos manos sobre el golpe. Feferi fue la primera en reaccionar y le preguntó de inmediato que si estaba bien, los otros dos lo hicieron de igual manera mientras Karkat soltaba pequeños quejidos.
-Discúlpame KK, no era mi intención agredirte a ti.
-Si tengo que hacer esto cada vez que se van a empezar a pelear entonces vas a tener que darme dinero para comprar un maldito costal de boxeo, igual tú Eridan.
-Lo siento Karkat, pero Sollux empezó.
-¡¿Qué yo empecé?! Mira quien lo dice, el que siempre está solo porque es patético.
-¿Ves Karkat? El empezó todo.
-Hey cállense los dos, que glubs les pasa en la cabeza, ¡no ven que esto es serio! Karkat está herido por su culpa.
Ambos se callaron la boca en definitiva. Lo ayudaron a levantarse y Feferi obligó a Eridan a ir por analgésicos a una farmacia cercana, mientras Sollux llevaba las cosas de Karkat al edificio y Feferi lo ayudaba a caminar.
Karkat les indicó entrar a un ascensor que los llevaría a la oficina de aquella persona con quien tendría la entrevista. Después de unos minutos llegaron al piso indicado y ayudaron a Karkat a llegar a aquella oficina con todo su circo de objetos y pinturas. Karkat era un pintor muy comprometido con su trabajo.
-Hola, buenas tardes. Mi nombre es Karkat y- Fue interrumpido por aquella persona, que estaba postrada en una silla, dándole la espalda por completo.
-Muy bien Karkat, muy bien. ¿Te he dicho que entraras?
-Ehh, no pero supuse que querría verme dentro, es una entrevista de trabajo.
-Ahora veo. Eres un chico invasivo. Ya da igual que te deje entrar. Puedes tomar asiento.- Aquel tipo por fin decidió voltear aquella silla. Era un hombre Moreno y serio, de mirada amenazante e intimidante. Llevaba puesto un traje de etiqueta negro y zapatos de charol.
Karkat, a pesar de estar algo nervioso, se sentó en el lugar que le indicaron.
-Mi nombre es Jack Noir, soy el segundo mando de esta empresa. ¿Empezamos?
Karkat asintió con la cabeza y comenzó la entrevista.
Mientras tanto en la farmacia, Eridan preguntaba por analgésicos, pero al parecer la persona que estaba atendiendo no sabía un carajo sobre medicamentos. Tal vez era nueva o algo, el punto es que Eridan estaba perdiendo la paciencia.
-Señora, un analgésico cura el dolor de los músculos, si no tiene por lo menos deme una maldita pomada de menta.
La señora se enojó y reportó a Eridan con su supervisor de turno. Finalmente pudo conseguir lo que necesitaba y le agradeció al sujeto. Cuando estaba saliendo de aquel lugar escuchó como aquella señora recibía una reprimenda. Eridan sonrió con malicia para sí mismo y regresó al edificio.
No vio por ningún lado a Feferi, o a Karkat, o siquiera a Sollux, así que decidió entrar por aquellas puertas de cristal. La recepcionista le preguntó por la razón de su venida y le explicó que estaba acompañando a Karkat. La amable mujer le indicó el lugar donde debería estar en ese momento y Eridan agradeció con cordialidad. Mientras iba en el ascensor recibió un mensaje de Cronus. Decía lo siguiente:
Hey Eridan.
Necesito que vvengas conmigo y Porrim a un evvento. Te esperamos en la casa de las Lejion. Llevva a tu muñeca.. ¿ehh como dijiste que se llamava? ¿Fef? Bueno, te esperamos allá. No tardes mucho.
Cerró su celular. No le gustaba ir a fiestas a las que era invitado directamente, le gustaban las cosas más formales y finas, después de todo él estaba acostumbrado al dinero, al poder, no como su hermano que se juntaba con gente de clase baja y con esa tal Kankri, que ahora sospechaba si realmente era una mujer.
Por fin llegó a la planta del edificio. Afuera de una puerta abierta estaban Feferi y Sollux platicando muy animadamente. Eridan estaba claramente enojado, pero decidió calmarse. Comenzó a creer que sería bueno invitar a Feferi al evento de Cronus. Se acercó a ellos, no sin antes acomodarse su bufanda hípster y arremangarse la camisa.
-Hmmm Hmmm- Carraspeó cuando llegó, interrumpiendo sus diálogos.
-Oh, Eridan. ¿Trajiste los analgésicos?
-Sí, tuve que sufrir un insoportable mal servicio por parte de una señora loca en la farmacia, pero ya estoy aquí Fef.
-Me parece bien. Sollux y yo platicábamos sobre salir al parque de diversiones el viernes de la siguiente semana junto con todos nuestros amigos. ¿Quieres ir con nosotros?
-Por su puesto Fef, de hecho yo quería…- Fue interrumpido por Karkat, que se asomaba por un lado de la puerta.
-Hey chicos. ¿No tienen los jodidos medicamentos?
-Ohh Karkat, toma. –Eridan le pasó las pastillas.
-Gracias chicos. Feferi, Eridan, pueden irse si desean.- Acto seguido regresó dentro de aquella oficina y cerró la puerta tras de sí.
-Bueno Fef… Yo me preguntaba si tú… querías ir conmigo ahora mismo a una fiesta a la que me invitó Cronus.
-Yay, me encantan las fiestas. Ven, ayúdame a llevarme las cosas que compramos, ¡ahora tengo ropa que ponerme para ir y no voy a desaprovechar la oportunidad!
Y así como llegaron, Eridan y Feferi salieron a toda prisa y con el mayor cuidado posible para no tirar la montaña de cosas que habían comprado, dejando solo a Sollux en aquel pasillo.
Veinte minutos después de haber jugado con su celular, vio cómo su compañero salía de aquella oficina, con una sonrisa. Sollux se quedó impresionado. Nunca había visto al Vantas sonreír. Detrás de él, el hombre moreno le daba palmadas en la espalda y también tenía una sonrisa, que cualquiera hubiera descrito como macabra, pero que más daba, ¡Karkat estaba sonriendo!
Y lo peor era que Sollux estaba empezando a creer que ver sonreír a Karkat era adorable.- ¿Cómo diablos puede ser adorable esto para un tipo como tu Sollux? A ti te interesan los videojuegos y la tecnología, no los gestos faciales que hacen tus mejores amigos.- Pensó para sí mismo mientras empezaba a seguir a Karkat hasta la salida.
Ya fuera del edificio le preguntó cómo le había ido, y Karkat, anonadado le contó cómo había encajado a la perfección con aquel tipo, todas las ideas y pensamientos en común, todas las opiniones que tenían respecto a muchos temas. Todo.
Mientras le contaba todas esas cosas decidió tomarle una foto para recordar cómo se veía. Karkat ni si quiera prestó atención. Aquella foto había salido realmente adorable, pues el pelinegro de ojos carmesí tenía una actitud inocente y nueva para él, pero luego escuchó como empezaba a soltar más detalles sobre aquel tipo. Sollux lo miró algo confundido, pues parecía un idiota enamorado, así que se le ocurrió preguntar.
-¿Y ahora te gusta ese tipo?
-COMO MIERDA PUEDES DECIR ESO, ESE TIPO ES EL JODIDO AMO.
La felicidad le había durado poco, pues ahora Karkat tenía de nuevo la expresión de siempre, aquella expresión amargada y quejumbrosa.
-Bueno, pues que quieres que te diga, estabas tan embobado de él cuando saliste que no te diste cuenta de esto.- Le enseñó la fotografía. Karkat también parecía sorprendido, luego sonrojado y finalmente le arrebató el teléfono.
-¡Hey! Devuélveme eso.
-No hasta que borre esto.
-¡Dámelo!
-No.
Seguían forcejeando sin llegar a nada, pero evidentemente el que estaba ganando era Sollux, aunque estaba resultando muy problemático porque Karkat se movía como loco. Entonces Sollux lo empujó y este cayó parcialmente al suelo, pues el responsable de su caída alcanzó a agarrarle la mano antes de que cayera de súbito, pero esto provocó que cayera sobre el más bajo de estatura.
Karkat estaba debajo de Sollux, con la cara más roja que manzana y el corazón acelerado. No entendía que diablos estaba pasando y no sabía por qué Sollux no se quitaba de encima. Estuvieron así por momentos que para él fueron eternos, hasta que vio cómo se acercaba a su rostro lentamente mientras entrecerraba los ojos.
No pudo moverse, ni reaccionar. Solo pudo sentir como los labios de su mejor amigo se juntaban con los suyos y comenzaban a moverse. No reaccionaba, no podía hacer nada, solo podía sentir su boca siendo invadida por Sollux. ¿Qué diablos estaba pasando? Ni idea, solo se dejó llevar.
Después de unos minutos besándose el mayor se separó. Estaba ahora igual de sonrojado que Karkat. Este último se tapó la cara al sentir la mirada del mayor, no sabía por qué se sentía tan bien pero al mismo tiempo tan apenado. Y sentía aún más vergüenza por no haber hecho nada al respecto.
Sollux se separó de él y le ayudó a pararse. A Karkat no se le ocurrió mejor pregunta para desviar el tema.
-Ehh… Hace calor, ¿no?
-KK, quiero que me seas sincero.
-Ehh… sí. Que quieres.- Como se notaba que Karkat nunca había tenido alguna experiencia parecida.
-KK, ¿qué es lo que sentiste cuando te besé?
El mencionado no sabía que responder. Estaba confuso en su mente. Nunca había sospechado alguna intención parecida de Sollux con esos propósitos. Finalmente, después de unos minutos se armó de valor y decidió contestarle.
-Te voy a ser sincero Sollux. Yo…