Capitulo X
El Padre
Solo unas horas habían pasado desde el nacimiento del heredero, Naruto aún no salía de su inconsciencia, el parto había sido demasiado para él, su presión arterial se subió a los cielos con peligro de muerte, por lo que tuvieron que incitar un coma y por lo que se encontraba en cuidados intensivos, aunque el niño nació prematuro se encontraba con excelente salud, no lo pusieron en incubadora, lo entregaron directamente al padre del rubio, quien después de que la enfermera alimentara al bebe con una formula llamó a uno de los científicos para sacar el examen de sangre, no perderían más tiempo, los resultados estarían listos esa misma tarde.
Después de que el científico se fue con las muestras despidiéndose con una extraña sonrisa, Fugaku e Itachi regresaron a la mansión familiar junto con el nuevo integrante de la familia, el medico les llamaría si pasaba algo con la condición del rubio.
Ya dentro de la mansión Fugaku entregó él bebe a Itachi quien lo sostuvo como lo más preciado del mundo sin poder evitar las sonrisas tontas cuando lo miraba.
-Hazte cargo de él por el momento, tengo algunos asuntos que atender.
Ordenó el jefe de la familia mientras se retiraba.
-Quedamos tú y yo pequeño –le sonrió comenzando a caminar –solo falta esperar a tu madre –habló en tono aniñado mientras veía la sonrisa del pequeño –eres hermoso –le dijo llegando a su destino –te pareces mucho a tu madre –volvió a hablar –y te pareces mucho a mi ¿seré yo tu padre? –le preguntó en broma recibiendo una sonrisa como respuesta -¿quieres que sea tu padre? –Volvió a preguntar un poco más serio, recibiendo de nuevo una sonrisa como respuesta –desde hoy puedes llamarme papá –sonrió sabiendo que el pequeño no le entendía.
Paró de hablar por un momento para abrir la gran puerta metálica frente a él, suspiró, desde el principio estaba en contra de que el rubio estuviera en ese lugar, pero al entrar otra sonrisa salió de sus labios al ver las pinturas que adornabas las antiguamente blancas paredes y techo, se sorprendió al ver lugares que había visitado, Naruto los sacaría de algún libro pensó, sin saber que esos lugares en realidad eran producto de la imaginación, una imaginación deseosa de libertad; sin más Itachi puso al bebe en la cuna que también había sido pintada, en las colchas había un tigrillo durmiendo, le quedaba bien y más cuando había un bebe dentro imitando la imagen, otra sonrisa salió de los labios de Itachi ante la escena para acariciar las lanas de cabello del bebe.
-Reiji… -susurro casi para él –es el nombre que Naruto y yo escogimos para ti –le acaricio el rostro, era suave como la seda -¿Qué te parece? –preguntó sabiendo que no recibiría respuesta; sonrió de lado para separarse, no quería hacerlo, se sentía extrañamente bien junto al bebe, como cuando Sasuke nació, recordando ese hecho se dio cuenta de algo, de que siempre había deseado ser padre –en verdad deseo que seas mi hijo Reiji, lo deseo como nunca he deseado ninguna otra cosa en mi vida –susurró para dirigirse a la cama, sentándose, sintiendo la textura de lo que la cubría, se recostó sintiendo el olor de su hermano en aquellas sabanas, cerró los ojos recordando todo del rubio, sus sonrisas, su voz, sus travesuras, su piel, sus ojos, su olor… el sabor de sus labios, el calor de su cuerpo…
Al pensar lo último Itachi abrió los ojos asustado ¿Qué demonios estaba pensando? ¡Dios! Él no era así, no debía de desear esas cosas, tomo su cabello con sus manos jalándolo un poco afrontando la realidad de la que se había dado cuenta hace ya mucho tiempo, amaba a su hermanito y no de forma fraternal, estaba perdidamente enamorado de Naruto.
Pasaron algunas horas más en el hospital cuando el medico reviso al rubio quien ya se había estabilizado decidiendo sacarlo del coma; después de aplicarle el “Despertador” solo era cuestión de tiempo para que el rubio abriera los ojos.
Fugaku se encontraba en otra de las tediosas reuniones con el concejo, arreglando cada uno de los métodos necesarios para la sucesión del título de patriarca cuando fue avisado de que los resultados de ADN ya se encontraban listos, se levantó de su puesto para interrumpir discusiones y junto con el concejo salir a recibir a quien traía las noticias, no sin antes mandar a llamar a sus hijos, al menos a dos de ellos.
En un lugar oscuro y sumamente frio se encontraba uno de los hermanos que a pesar de su condición física deplorable seguía con una sonrisa sádica en el rostro, que se hizo aún más grande cuando la luz entro por la puerta.
-¿Qué? ¿Ya nació mi hijo?
Preguntó con prepotencia, siendo respondido con una sonrisa.
-Sí señor, ya nació.
Habló quien abría la puerta de la “Jaula” en donde se mantenía cautivo a Sai, dejándole salir, sin preocupación alguna; Sai por su parte se desperezó para comenzar a caminar, primero se daría un baño, se pondría mejor ropa y luego iría a ver a su padre, no se tardaría mucho.
Itachi por su parte aún se encontraba sentado en la cama observando con cuidado el pequeño cuerpo a su frente, sus movimientos, el compás de su respiración… se había armonizado con ella, estaba comenzando a dormirse cuando el ruido de la puerta abriéndose le despertó junto con él bebe.
-Itachi-sama, los resultados están listos.
Anunció el hombre sin ningún pudor siendo chitado por Itachi mientras este cargaba al bebe calmándolo; al haberlo hecho lo tomo firme entre sus brazos para seguir a su anunciador.
Había pasado cerca de una hora desde que Fugaku había mandado a traer a sus hijos ¿Por qué demoraban tanto? Era la pregunta interna que se hacía mientras miraba fijamente el sobre que sostenía el hombre frente a él, estaba a punto de volver a ordenar por ellos cuando llegaron, primero Itachi con él bebe dormido en brazos y luego Sai muy bien vestido y con su característica sonrisa.
-Bien –dijo cuando ya todos estaban reunidos –el momento ha llegado, el nombre de quien este en ese sobre es el nombre de quien será el próximo patriarca –anuncio tomando el sobre en sus manos para luego pasarlo a uno de los del concejo quien accidentalmente lo dejo caer, recogiéndolo de inmediato pero cubriéndolo con las pesadas y largas capas de su kimono.
-Bien –habló el hombre ya avanzado de edad –sacando el sobre de sus mangas para abrirlo, el corazón de los presentes latía descontrolado –el nombre del padre del niño y futuro esposo del joven Uchiha Naruto es… -el nombre fue pronunciado, pero se encontraban como idos, unos felices, otros se sumieron en la tristeza -.
Pasaron algunos días para que se anunciara que Naruto podía regresar a casa, quien lo recogió fue su padre con su bebe en brazos, de inmediato lo tomo en los suyos, se moría por sentir el peso del pequeño, su calor y al hacerlo la risita boba también lo contagió a él.
-Itachi estuvo cuidando de él estos días.
Le informó su padre mientras se metían en un carruaje.
-Sí, solo él lo pudo haber cuidado tan bien –respondió sonriente sintiendo como el vehículo comenzaba su marcha –por cierto ¿Dónde está él? –pregunto un poco preocupado.
-está arreglando todo para tu llegada –calló por un momento –Después de todo a partir de hoy estarás con tu esposo e hijo –al escuchar estas palabras los ojos del rubio se iluminaron, eso significaba que Itachi… el… sin poderlo evitar una gran sonrisa se formó adornando casi toda su cara –pronto regresaras con papá –le dijo a su hijo quien rio ante lo dicho, Dios si había escuchado sus suplicas, si le había dado a su hijo alguien que lo amaba –Gracias Dios… -susurró con alivio para guardar silencio el resto del viaje.
Ya habiendo llegado, el rubio se bajó presuroso del carruaje buscando por todos lados a Itachi quien no tardo en presentarse.
-¡Querido!
Gritó el rubio para ir presuroso y con cuidado, aún tenía a su bebe en brazos en busca de su hermano mayor.
-Naruto…
Respondió con una delicada sonrisa, no se le veía muy bien.
-¿Qué te pasa querido?
Preguntó el oji-azul, posando una de sus manos sobre el rostro de Itachi, estaba frio, endemoniadamente frio.
-¿Querido?
Se escuchó una voz de reproche detrás de él, una voz que conocía muy bien; sin pensarlo dos veces volteo a ver, su carne se heló.
-Sai… -pronunció para luego despertar, abrazó a su hijo de la forma más protectora posible mientras se ponía en extrema defensiva -¿Qué haces aquí? Deberías estar en la cárcel.
-Debería si –respondió calmado –pero soy hombre de familia ahora, esta me necesita.
-¿Qué?
-Naruto, desde hoy vivirás con Uchiha Sai como tu marido y padre de tu hijo.
Escuchó la voz de su padre, de inmediato volteo a ver a Itachi quien mantenía la mirada gacha, ahora lo entendía, lo había malentendido todo, sin querer una lagrima se resbalo de sus ojos mientras abrazaba a su bebe.
“Dios, ¿Por qué me has abandonado?”