Adoptando un Magi
Morgiana y Kogyoku no Morgiana y Kogyoku no estaban ese día con Hakuryuu y Alibaba cuando los dos “príncipes problemas” lo conocieron. Las chicas estaban en algunas aburridas clases de chicas con Hakuei en la que ellos no estaban permitidos. Así que el príncipe rubio y el pelinegro se aburrían solos cuando sucedió.
Aladdin un niño peliazul era menor que ambos y se estaba comiendo las frutas del jardín sin permiso. Pero lo que hacía fascinante a Aladdin no era que fuera un niño que apenas estaba dejando los rasgos de bebé, ni que fuera un ladronzuelo de frutas descarado, o incluso que alguien tan pequeño estuviera solo. Lo que lo hacía tan especial era que era un magi como Judal. A la misma vez solo la palabra Magi los relacionaba porque Aladdin y Judal eran tan diferentes como lo eran el agua y el aceite. Por decirlo de un modo sencillo Aladdin era luz y Judal era oscuridad. No era que ninguno de los dos príncipes conociera mucho personalmente al magi oscuro del imperio kou, pues como él mismo magi había dicho las pocas veces que se habían cruzado con él, “no tenía tiempo para mocosos problemáticos”.
Aladdin era pequeño, apenas comenzaba a perder los rasgos de bebé que había tenido hasta hace poco, aparentaba unos cinco o seis años donde los dos príncipes ya alcanzaban sus 11 años, así que fue inevitable no sentirse “grandes” junto al Magi, a quien acogieron bajo sus alas dandoselas de “grandes” y “protectores”.
Claro que los “Grandes” y “Protectores” príncipes de 11 años no se resistieron a un paseo en un turbante volador... y luego desaparecieron durante dos semanas enteras. El imperio Kou entero estaba de cabeza ante la desaparición de los dos pequeños príncipes. Kouen quería matar a alguien pero no tenía a quien, cuando descubriera quien había secuestrado a Hakuryuu y a Alibaba lo mataría y si uno solo de los cabellos de esas problemáticas cabecitas estaba fuera de lugar antes torturaria al bastardo y luego… luego pondría a esos dos mocosos sobre sus rodillas y les daría tan paliza que no podrían sentarse en un mes, se juraba el heredero del imperio, por que en su cabeza no había ninguna duda que los encontraría.
Por eso cuando dos semanas después los dos mocosos aparecieron muy ufanos, sonrisas enormes, hechos un desastres, y con un Dijin cada uno más un pequeño Magi a remolque, Kouen no tenía ni idea cómo reaccionar. Morgiana y Kogyoku saltaron sobre los chicos llorando por la angustia de haber estado separados de ellos. Los chicos trataban de sacárselas de encima y calmarlas ofreciéndoles al adorable niño magi de cabellos azules como ofrenda y… les estaba funcionando por que las dos chicas pronto se derritieron ante los rasgos aun de bebe del magi de cabellos azules que sonreía enormemente.
A Kouen le gustaría poder sonreir asi, pero cuando vio que una de las manos del pequeño Hakuryuu ahora era de madera estuvo al borde de un infarto. Solo los perdió de vista un maldito minuto y esos dos se las arreglaron para conseguir una celda y un dijin cada uno, desaparecerse dos semanas, perder un apéndice uno de ellos, conseguirse un bebe magi y volverlo loco… necesitaba un trago, luego darles una tunda y luego asegurarse de que estaban bien… no le importaba mucho en el orden en que obtuviera esas tres cosas mientras las obtuviera.
-En-nisan-Hakuyuu le hablo y Kouen encarnó una ceja haciendo que el niño se encogiera al menos el mocoso era bien consciente del mierdero de problemas en que estaba metido. Miro de Hakuryuu a Alibaba y el rubio se oculto sabiamente detrás del príncipe de cabellos negros.
NO un mes era poco tiempo, cuando terminará con esos dos no serian capaz de sentarse en dos meses, decidió el pelirrojo.