El castillo por fin había sido restaurado en su totalidad, todos estaban preparándose para regresar a clases, la generación de Harry tomaría su último año, así que fueron a comprar sus útiles al callejón Diagon, ya tenía todo listo, sólo le hacía falta reabastecer su pequeño almacén de ingredientes para las pociones, ahora que vivía en el número 12 de Grimmauld Place había tenido que hacer limpieza profunda y comenzar a remodelar para que fuera menos sombría y había agotado varios ingredientes preparando pociones limpiadoras, fungicidas y repelentes de polillas vampiro, al entrar a la botica vio unas rubias cabelleras, era difícil no saber a quienes le pertenecían, ahí estaban los Malfoy haciendo sus compras y se acercó a saludar_ Hola, buenas tardes
_ Oh, Señor Potter, es un placer verle_ Respondió Lucius en tono neutro, por su parte Narcisa le sonrió y le dio un beso en la mejilla mientras saludaba con un dulce – Hola cariño, que gusto volver a verte…- Draco y él se dieron un corto abrazo y unas palmadas en los brazos
_ Veo que también están haciendo sus compras_ dijo el moreno viendo su cesta llena de varios ingredientes
Draco se le acercó y poniéndose levemente de puntillas para acercarse al oído del moreno y en tono triste susurró para que nadie más pudiera escuchar_ Eso intentamos, la verdad es que hay algunos que aún desconfían de nosotros_ Harry sintió el cálido aliento del ojiplata en su cuello lo cual provocó que sintiera como su estómago se encogía con una sensación de cosquilleo mientras que por su espina dorsal le recorría una especie de rayo, confundido puso en el mostrador su cesta y la de los Malfoy para que les cobraran, el encargado al ver a Harry con ellos no tuvo más remedio que aceptar que la noticia de que el héroe mágico los había reconocido como aliados era cierta y les despachó lo necesario a cada quién, los padres de Draco en agradecimiento invitaron a cenar a Harry esa noche y él aceptó, pero primero pidió permiso para que dejaran a Draco ir con él a tomar un helado y más tarde los alcanzarían en la mansión
_Está bien chicos, pero no coman demasiado o no querrán probar lo que les prepare de cenar, los veo más tarde_ les dijo Narcisa y les dio un beso a cada uno en la mejilla.
Así ambos chicos se dirigieron a la heladería, pidieron cada quién un mantecado y se sentaron en la terraza en una mesa que estaba junto a una jardinera con unas hermosas flores
_ Sabes me gustan mucho estas flores, sólo que no sé cómo se llaman, ni cuáles son sus propiedades mágicas_ dijo Draco mirando el montón de flores, de repente Harry se comenzó a reír
_ Hey! ¿Por qué te ríes de mí? Yo no lo sé todo como Herms…- dijo Draco haciendo un tierno puchero
- Lo siento, es que me hizo gracia que dijeras eso porque son unas flores ornamentales muy comunes en algunos jardines muggles, se llaman pensamientos
- ohhh… jajajajaja, veo que sabes de flores- Harry se encogió de hombros y dijo_ es que cuando vivía con mis tíos me hacían cuidar el jardín, se enfrascaron en una amena plática cuando se dieron cuenta de que el sol había comenzado a teñir las nubes de carmín con bellos reflejos dorados, a lo que Harry dijo_ Creo que deberíamos irnos, pero… no puedo ir a tu casa a cenar en estas fachas, ¿me acompañarías primero a mi casa a cambiarme?, tal vez puedas ayudarme a elegir mi ropa, tú tienes buen gusto- Draco se ruborizó ante el halago, pero sonrió y asintió.
Se aparecieron en medio de una calle y de entre dos casas apareció un portón negro, Harry abrió y pasaron, era una casa grande, lúgubre y obscura pese a los intentos de Harry por limpiarla
- Disculpa, no hace mucho me mudé aquí, aún estoy en la etapa de limpieza, la casa es enorme y me está llevando mucho tiempo, honestamente no sé qué hacer para que se vuelva más acogedora- comenzó a disculparse Harry al ver como el rubio comenzaba a examinar la casa, cuando finalmente habló
- Tiene bellos detalles, hay muchas cosas que se pueden rescatar, quizá también te pueda echar una mano durante las vacaciones de diciembre, pero ahora vamos, que mi madre se va a poner nerviosa si no llegamos a cenar
- Tienes razón, sígueme por aquí, mi habitación está arriba…- Ambos subieron por las escaleras, mientras Draco iba viendo los candelabros, cuadros y demás ornamentos de la antigua casa, cuando de repente dijo
- Esta casa pese al abandono sigue siendo imponente, me hubiera gustado verla en sus mejores años… También me hubiera gustado conocer a mi tío Sirius, debió ser muy valiente enfrentando a su familia, en especial si tenían las mismas ideas de mi tía Bella…
- Pues sí era un gran hombre, me hubiera gustado poder vivir con él, en ese entonces nada me hubiera hecho más feliz, estoy seguro de que te habría caído muy bien… Es en esta puerta, de hecho, ésta era su habitación cuando los de la Orden del fénix nos quedábamos aquí, he puesto mucho empeño en su limpieza- dijo deteniéndose frente a una gran puerta finamente tallada en ébano, abrió la puerta y se hizo a un lado para que el rubio pasara, cuando este entró se quedó asombrado viendo cada detalle de la recámara, todos los muebles eran de un diseño gótico, tallados en el mismo tipo de madera que la puerta, la cama era grande y tenía cuatro columnas, uno en cada esquina para sostener una cúpula semejando una pequeña capilla gótica, la colcha y los múltiples cojines eran de un color ocre, junto a la cama había una mesa de noche a cada lado con sus respectivas lámparas, en el suelo se extendía una gran alfombra, había también un sillón sobre el cual pendía una araña con 10 campañas para las luces, las paredes eran de un color beige, tenía su propia chimenea y sobre esta había un antiguo tapiz con el escudo de la honorable casa de los Black, también tenía grandes ventanales… entonces Harry lo saco de su ensimismamiento cuando le dijo
- El armario está por acá, sólo que tampoco tengo demasiada ropa, por lo que espero realmente que puedas rescatar algo y puedas ayudarme- entonces el moreno se rió y le hizo un guiño mientras sacaba la lengua por la pena que le causaba esa situación
- Muy bien, entonces veré lo que puedo hacer por ti- respondió en tono juguetón el ojigris acercándose a ver en el interior del closet, que resultó ser una habitación completa de mediano tamaño- oh! Vaya… no bromeabas cuando dijiste que era poca ropa… y el tamaño del closet no te ayuda mucho, eh?, veamos… ¿qué te parece esta camisa blanca con este pantalón gris oxford y este saco negro?
- Mmmh… Sí, me agrada- dijo el moreno conforme y tan pronto tuvo las prendas juntas cerca de él comenzó a desvestirse, se quitó la playera dejando en shock a Draco al ver ese bien definido torso desnudo sin previo aviso, mientras el otro chico se sacaba los zapatos y comenzaba a desabotonas sus jeans
- Ehhh… ¡Espera! Esto… yo… emmmh… te espero afuera…- dijo el rubio sumamente nervioso y ruborizado e inmediatamente salió a la recamara y se sentó en el sillón dejando salir un suspiro, mientras Harry se quedó desconcertado ante la actitud de Draco pensando en que pese a lo extraño de su reacción se había visto muy tierno, cuando terminó de vestirse salió y le preguntó al tímido dragón que lo esperaba en su recámara
- ¿Y bien, qué opinas, mejor?- entonces Draco se levantó de su lugar y se le acercó desabotonando los dos botones superiores de la camisa del ojiverde y sonriéndole le respondió- Mejor, ahora será mejor que nos vayamos…
Se dirigieron a la chimenea y Harry tomo de un estante una caja de porcelana donde guardaba los polvos flu, se los ofreció a Draco quien tomó un puño y entrando a la chimenea dijo “Mansión Malfoy” y Harry lo imitó, llegaron a la sala donde un elfo doméstico los recibió con cepillo en mano y les retiró el hollín de la ropa, unos instantes después Narcisa entró en la sala
- Me nos mal que ya están en casa… me tenían preocupada, ya está lista la cena, Draco cariño, ¿por qué no llevas a Harry al comedor mientras voy al estudio de tu padre para decirle que venga a cenar?
- Claro que sí, ¿vamos?- y con esto último miró a Harry quién sólo asintió y lo siguió, la mansión lucía mucho más acogedora y luminosa que la última vez que estuvo ahí… de hecho el elfo le había traído tristes recuerdos de Dobby, pero apartó aquellos pensamientos y se sentó a la mesa donde había un hermoso florero de cristal con unas grandes hortensias azules, los cubiertos eran de plata y las servilletas que estaban delicadamente dobladas de seda, a su lado se sentó Draco y poco después entraron los padres de este tomando sus respectivos lugares.
La comida fue exquisita y la plática amena; cuando terminaron de cenar Lucius sugirió ir a la sala a continuar la charla con una tasa de café, en general fue una bella velada, Harry nunca hubiera imaginado ni lo hubiera creído si años atrás le hubieran dicho que se sentiría como en casa con los Malfoy, lo cierto era que se sentía en paz y feliz en compañía de Draco y Merlín sabía que era lo que durante todo ese tiempo había estado necesitando, se estaba acostumbrando a tenerlo cerca, a escuchar su voz, se le estaba haciendo indispensable, supuso que era debido a la amistad que había surgido entre ellos pero no terminaba de explicarse el júbilo que lo embargaba cada que lo veía, ni su deseo de hacerlo sonreír, ni los nervios que le daban cada que se encontraban y no se lo explicaba porque con ningún amigo le había sucedido algo así, pero no quería pensar en eso. El tiempo transcurrió y ya entrada la noche se despidió de los Malfoy para regresar a Grimmauld Palce para descansar, no sin recordarle a Draco que en dos días se verían en el andén 9 ¾ para regresar a Hogwarts.
