Desde tiempo atrás, Steve se había sentido preocupado por él al verlo más errático e inestable que de costumbre, incluso Pepper había acudido al Capitán América para hablar del castaño y sus constantes pesadillas. Pero estaba consciente que no había reaccionado bien a las señales, dejándose llevar por los arranques que Tony tenía contra él. Sabía que no podía seguir de esa forma, o acabarían de una manera en la que no habría vuelta atrás.
-Solo quiero que tengas en cuenta que por más difícil que la situación se ponga, ya sea en tu entorno o en tu interior, estés consciente que yo estaré ahí, esperando a que confíes en mí -Habló acariciando un tono suplicante mientras Tony sentía como su entera existencia se deshacía frente a Steve, un nudo se aferró a su garganta limitándose a guardar silencio y esperar el momento para hablar-. Podremos discutir todo lo que tu desees, pero espero que a los cinco minutos pueda hablarte y tu respondas con sarcasmo, que vuelvas a ser tú..., quiero que me escuches, no porque soy el Capitán América, no porque soy tu "jefe", si no porque me importas.
Steve sintió como un calor familiar recorría su cuerpo entero revolviéndole los sentidos, jamás había hablado de aquella forma con Tony, jamás había sido tan sincero, el desconcierto se apoderaba de su rostro esperando que el castaño dijera algo, lo que sea que aliviara el sentimiento de alarma que le exigía desaparecer de la habitación.
-También me importas, Rogers -interrumpió con claridad, claridad de la que el mismo Stark se sorprendió-. Con el tiempo he comprendido la fascinación que mi padre tenía contigo. Lo que él vio en ti cuando te conoció lo vi incluso en nuestras discusiones. Aunque honestamente cada vez que peleamos me pregunto temeroso, cuando será el día en el que dejes de dispensar mis acciones. No soy un héroe, tu mismo lo dijiste. Jamás me había afectado tanto la opinión de alguien.
Incluso en aquel momento, teniendo poco tiempo de conocer al famoso Capitán América, había influenciado en él, a pesar de los pésimos y peligrosos primeros encuentros entre los dos.
Steve también había cambiado radicalmente su opinión acerca de Tony, el tiempo juntos los llevó a verse desde otra perspectiva, el entenderse y dar espacio al reconcilio sin importar cuantas veces pelearan, se había vuelto algo necesario e inconsciente entre ellos, el resto del equipo se preguntaba constantemente como podían si quiera tener la clase de amistad tan cercana que llevaban; Thor había dicho que lo comprendía desde su punto de vista, mientras Natasha hacía incesantes comentarios acerca de su relación que para ella era más que de simples amigos y compañeros, "Son como un matrimonio de ancianos" bromeaba con el tono indagante que caracterizaba a la pelirroja.
Todos tenían su opinión y dudas sobre Steve y Tony, dudas que a estos dos, simplemente no les importaban, llevando su relación de forma involuntaria, como si todo se diera de manera automática, como si todo estuviera escrito, destinados él uno al otro.
-¿Qué pasaría? -Las palabras salieron a tropezones, torpes y secas-. Si tu y yo, en algún momento tomáramos bandos contrarios. Si sucediera algo tan grande que nos obligara a tomar decisiones radicales respecto a nuestra relación.
-No lo sé -respondió sin titubear-. Pero no lo soportaría.
-Sería el final... -aquella frase plantó un silencio espectral entre ellos, el respeto y cariño que se tenían era enorme, pero los dos estaban conscientes que ambos lucharían por sus creencias, por más que Steve prometiera escucharlo y tratar de comprenderlor13;. Lo siento, Steve. Por todo lo que te hice y probablemente lo que te podría hacer en un futuro.
-No digas tonterías. Siempre seremos tú y yo, y nuestra complicada relación que solo nosotros entendemos.
-Suena bien... -se limitó a responder.
-Todo estará bien, Tony. Mientras estemos juntos.
¿Era posible? ¿Que se reconciliaran a pesar de cualquier disconforme u obstáculo que enfrentaran? hasta ese día lo habían logrado, debido a que muchas veces Steve funcionaba para Tony como un calmante, un somnífero que le aseguraba que todo estaría bien en los peores momentos, pero ¿Qué pasaría cuando el efecto pasara? ¿Qué pasaría si Steve dijera o hiciera algo que él simplemente no podría ignorar? ¿Qué pasaría si el lazo que los unía se estirara y enredara tanto que llegara a romperse? Sus mismas palabras se repetían y azotaban contra las pareces de su cabeza, sería el final y eso le causaba tal vez el dolor más insoportable jamás imaginado.
Sin embargo, la esperanza que se reflejaba en el rostro de Steve a la tenue luz de la pequeña lámpara que descansaba a su costado, esa confianza que el rubio le profesaba, era sagrada, una vez más la imagen de Rogers perturbaba su personalidad completa.
-Gracias, Steve.
Fue lo único que Tony dijo y fue suficiente para el aludido, quien sonrió ampliamente antes de apagar la luz y tomar su lugar al lado del castaño, quien le observó por un instante entre la penumbra antes de abandonar y enterrar todo pensamiento negativo; Steve era feliz de estar al lado del Tony de Siempre, a pesar de ser como era, de sus defectos y de que no siempre estaban de acuerdo.
Y eso bastaba para él.
-¿Ahora nos besamos? ¿Abrazamos?
-Cállate Stark -los dos rieron, como siempre, como esas tardes en la torre, a unas horas de enfrentarse a una inteligencia artificial asesina que los llevaría a tal vez el lugar más alto en su relación, para después dejarlos caer a la realidad. Una ironía para la cual no estaban preparados.
***
-¿Tony? -El castaño gimió confirmando que lo escuchaba-. ¿Es cierto que la contraseña para tus armaduras es Capitán América?
-¿Quién te lo dijo?
-Natasha.
-... Sí. Es cierto.